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Soberanía alimentaria: una batalla cotidiana
Por Ramiro Parodi - Red Eco Alternativo - Friday, Dec. 11, 2015 at 9:22 AM

Jueves 10 de Diciembre de 2015 | En esta entrevista Sabina Mina, integrante del Colectivo La Tribu, cuenta el alcance de la campaña “Alerta que Alimenta” que, junto con el Mocase, se lanzó con el fin de difundir los beneficios de la soberanía alimentaria y las consecuencias del agronegocio. Una mirada ineludiblemente política que busca (re)pensar los modos a través de los cuales nos alimentamos,las instancias de encuentro que subyacen y la imperiosa necesidad de desmercantilizar a los alimentos; todo ello, más allá de las modas.

Soberanía alimentari...
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(Ramiro Parodi – Red Eco) - ¿Qué es Alerta que Alimenta? ¿Cuáles son sus objetivos? ¿Quiénes lo integran?

Sabina Mina: Alerta que Alimenta es una campaña de difusión de la soberanía alimentaria. Sus objetivos son difundir este concepto que creemos que es muy interesante y no es tan conocido sobre todo en las ciudades. La idea es apoyar el comercio justo, esto quiere decir que no hace falta que estés viviendo en una granja lejana para colaborar y ser parte de la soberanía alimentaria. Sino que también viviendo en una ciudad como la Capital Federal es posible. Es importante que se sepa que existen varias redes de comercio que aportan a que los productos vayan directo de quien produce a quien consume y que no haya intermediarios que se queden con gran parte del dinero. Creemos necesario aportar a otra forma de producir alimentos, entendidos como alimentos y no como mercancías.
Es un proyecto en el que desde La Tribu venimos trabajando en conjunto con lo que sería comunicación del Mocase (Movimiento Campesino de Santiago del Estero) Vía Campesina. Nosotros venimos colaborando hace más de 12 años con el MOCASE, ayudando en el tema de la difusión, sobre todo en lo que respecta al montaje de la red de radios. Y a raíz de eso, al ver que las radios ya están montadas, creíamos que era momento de dar a conocer algunos conceptos puntuales. A su vez, Alerta que Alimenta cuenta con el apoyo de EMA RTV (Emisoras de Andalucía, Radio y Televisión Española) y la Diputación de Huelva (España).
La campaña cuenta con materiales audiovisuales, para que se puedan difundir en televisoras, escuelas, charlas; con el fin de abrir debates. Estos estarán colgados en YouTube y distintas plataformas. También realizamos 30 piezas de audio para transmitir en todas las radios y lugares donde quieran replicarlas. Y finalmente produjimos mucho material gráfico con el fin de llegar a lugares donde sabemos que el acceso a Internet no es tan corriente. Todo está en una plataforma web (http://alertaquealimenta.org/) que tiene libre descarga para que en cualquier lugar del mundo puedan sumarse y difundir.

R.P.: ¿Podrías profundizar el concepto de soberanía alimentaria y la distinción entre alimento y mercancía?
SM: La soberanía alimentaria sería cómo producir, qué producir y cómo distribuir esos alimentos. Además creemos fundamental respetar los ciclos de producción y siembra de manera agroecológica de modo que se tengan en cuenta los ciclos naturales y los años de conocimiento traspasados de generación en generación, respetando la naturaleza. Pensando en vivir en conjunto y no de arrasarla o querer dominar la naturaleza. El contrapunto de esto es el agronegocio que se realiza en grandes extensiones de desierto verde. Donde se observa un campo gigante de soja o maíz donde no hay gente viviendo allí. Esos, en realidad, son productos que se venden como mercancías a otros países, lo cual no está mal pero no es alimento que se queda en el pueblo sino que es mercancía que se vende como tal.

R.P.: En el comunicado que difundieron (http://alertaquealimenta.org/) se hace mucho énfasis en la dimensión política de la soberanía alimentaria. ¿Podrías comentarnos el porqué de esta necesidad de remarcar ese aspecto? ¿Qué diferencia a Alerta que Alimenta de otras campañas alimentarias que puede hacer, por ejemplo, una ONG sobre lo saludable que es comer bien?
SM: Creemos desde la Tribu, el Mocase y el MSI que esta es una decisión política, que no es “seguridad alimentaria”, que lo que hay que hacer es asegurar la soberanía alimentaria. Es decir, garantizar que lo que se coma es lo que se transmite de generación en generación y que se respeten las formas tradicionales de preparar esos alimentos y de guardar esas semillas. Hay un modo específico en el que los campesinos intercambian esas semillas, son momentos de encuentro en el que se cambian las semillas para garantizar buenas siembras, buenas cosechas.
Subyace todo un trasfondo social en el que se habla mucho de la tenencia de tierra, quiénes tienen la tierra; se pone en juego la tenencia colectiva. Se recalca que la importancia sobre otro modo de vida y no, únicamente, el garantizar alimentos que quizás es soja para todo el mundo. Obviamente el piso de que no haya más hambre está. Pero me parece que hay que ir un paso más allá sobre cómo se considera la cadena de producción y la cadena de alimentos, cómo la alimentación pasó de ser una necesidad básica a un intercambio de productos, los cuales se ven como mercancía. En esa cadena hay toda una serie de pasos intermedios en los que quien produce se queda con muy pocas ganancias y quienes consumimos, consumimos alimentos que no son sanos ni nativos. Son productos que vienen congelados durante mucho tiempo, llenos de químicos y que sabemos que hacen mal al cuerpo humano. A su vez en esos traslados gigantes, donde los países terminan produciendo un solo alimento para todo el mundo, se terminan generando grandes contaminaciones.
Creemos que si se garantiza la tenencia colectiva de las tierras y una reforma agraria integral, a través de la soberanía alimentaria, en la que se tengan en cuenta los modos originarios y soberanos de producción, podemos concebir otro modo de pensar el mundo.

R.P.: Justamente me interesa esto que acabas de nombrar acerca de la reforma agraria, algo que abordan en el comunicado, y ahora que te escucho nombrar el concepto de “tenencia colectiva de la tierra” ¿Alrededor de las agrupaciones con las cuales ustedes trabajan ha surgido algún proyecto en concreto para abordar estos temas?
SM: La reforma agraria integral es algo que el MSI y el Mocase piden hace muchos años. Estos últimos dicen que hoy por hoy, en sus tierras, están haciendo lo que llaman reforma agraria y soberanía alimentaria. Quizás en terrenos que podrían parecer chiquitos y menospreciables, pero no lo son en absoluto, son terrenos en los que campesinos y campesinas conviven en armonía, compartiendo y no compitiendo.
El Mocase en particular y el MSI en general han hecho, por distintos caminos, diversos avances. El Ministerio de Agricultura Familiar, que ahora sabemos que está cambiando, ha colaborado en esto. Los pasos que se han hecho tienen un horizonte claro y definido de tratar de llegar a otra forma de convivencia, caminando en conjunto y ampliando estos territorios de soberanía alimentaria.

R.P.: ¿En estos últimos 12 años la lucha por la soberanía alimentando ha avanzado o se ha visto muy obstaculizada? ¿Cómo se preparan ante el nuevo panorama político a sabiendas de que es una gestión que probablemente busque reforzar el poder del sector agropecuario hegemónico?
SM: Quizás la respuesta más atinada la podría dar el mismo Mocase. Yo puedo decir lo que vemos y discutimos al interior del colectivo tribal, en conjunto con el Mocase vía Campesina. Sabemos que se viene una complicada pero la tierra no se retrocede. “Ni un metro más, la tierra es nuestra”, es una de las bajadas que hace el Mocase. Las batallas siempre son complicadas, el agronegocio es uno de los negocios más grandes del mundo luego de la venta de armas. Sabemos lo que implica desde el paquete productivo que te podría dar un Monsanto, por ejemplo. Además de los problemas que eso trae para la tierra.
Pero es una convivencia habitual en la soberanía alimentaria, la batalla es cotidiana. Si vas para el monte, en estos lugares, verás dónde termina el latifundio, el mar verde de soja y, pegado a eso, están los animales sueltos y los campesinos. Allí están los lugares de producción agroecológica, donde se tienen los cultivos orgánicos defendidos hace bastante tiempo. Es una batalla que viene desde hace muchos años, que continuará a sabiendas de que el escenario político actual es más adverso. Pero tener un enemigo claro facilita aunar fuerzas.

R.P.: En la campaña se observa que están en constante articulación con otros sectores de la sociedad como podría ser el universitario. En este sentido, ¿falta profundizar esta articulación? ¿Cómo es la convivencia con estos otros sectores que se pueden ir sumando?
SM: Claro, la articulación con las universidades es clave porque, por ejemplo, la universidad de Agronomía es una de las grandes instituciones que forma gente que luego ve los campos como lugares de producción y no tanto a nivel de defensa de la naturaleza, los suelos y el ambiente. En las universidades se forma gente que luego tiene la posibilidad de medir campos, decidir si poner o no químicos en las tierras o proponer intercambiar los cultivos para mejorar el suelo y la cosecha.
Otra de las cosas que marca la soberanía alimentaria es querer que los alimentos lleguen a manos del pueblo. Hoy por hoy sabemos que hay productos orgánicos, esto significa que tienen un certificado, como una norma, que te dice que “esto está cultivado de manera orgánica”. Mientras que los productos agroecológicos tendrían el mismo trato pero sin el certificado.Campesinos y campesinas han cuidado de esos alimentos, pero no tienen el dinero para pagar las certificaciones. Esa sería la diferencia entre orgánico y agroecológico.
Hoy sabemos que los productos orgánicos son muy caros. Nuestra idea es mostrar que hay mucha gente que quiere consumir y producir alimentos sanos, que esto no es para el sector adinerado de las ciudades. Buscamos que este sea el consumo cotidiano del pueblo y así puedan acceder a alimentos sin glifosato, poder acceder a alimentos que me llegan de productor directamente, sin que medie gente que se queda con dinero ni transporte contaminando el mundo. Entonces las ferias son uno de los lugares más importantes para que esto deje de ser una cuestión de pocas personas y pase a ser una cuestión de todos. Lo que está en discusión es el tipo de producciones, a veces uno está comiendo cosas que no sabe qué es, quién las produjo, qué tipo de salubridad nos dan al cuerpo. Cuando hablamos de alimentos, hablamos de salud. Garantizar lugares, ferias, donde las personas puedan acceder a productos sanos hace que todo el pueblo tenga acceso a ellos y no solamente la gente que tiene la data. Generar una campaña de difusión es generar conciencia en toda la gente y no solo en los que, por su posición económica, han podido leer que es mejor comer un producto orgánico. Ayudando a difundir estos lugares de comercio justo, favorecemos a ampliar los horizontes de la soberanía alimentaria.

Nota relacionada: "Alerta que alimenta. Soberanía alimentaria para los pueblos"

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