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Las balas de goma de hoy son tan letales como las de ayer
Por Lucrecia Fernández - Red Eco - Saturday, Dec. 26, 2015 at 11:36 AM

Jueves 24 de Diciembre de 2015 | Los trabajadores de Cresta Roja fueron duramente reprimidos por parte de la gendarmería mientras reclamaban el adeudamiento de 5 meses de sus salarios. En un conflicto que viene hace meses, ni el cambio de gobierno les dio tregua. Quien salió a justificar lo sucedido con el mismo planteo que el kirchnerismo usaba hace meses frente al mismo conflicto.

Las balas de goma de...
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(Lucrecia Fernández para Red Eco Alternativo) Buenos Aires - Desde hace meses los trabajadores de Cresta Roja vienen reclamando contra los despidos, por el pago de sus salarios, por las condiciones laborales y contra la persecución sindical que han sufrido a lo largo del año.
Son 3009 los trabajadores y trabajadoras que se encuentran en esta situación, en la que los empresarios tienen una gran responsabilidad por no haber cumplido el acuerdo al que llegaron con el gobierno de Cristina Fernández luego que le entregara 2 millones de pesos en subsidios para destrabar el conflicto.
Recordamos que en julio de 2015 la planta había sido militarizada por Gendarmería, por orden del gobierno nacional, quien controlaba el ingreso de los trabajadores luego de semanas de conflicto, trayendo recuerdos de la última dictadura militar, pero esta vez en democracia, bajo el gobierno kirchnerista.
El conflicto se profundizó y desde el pasado 17 de diciembre los trabajadores de Cresta Roja venían manteniendo cortes y acampes en la Autopista Ricchieri camino a Ezeiza, en exigencia  el inmediato pago de sus salarios que no perciben hace 5 meses. Y fue en esa instancia de corte parcial que los reprimieron tres veces entre la noche del lunes 21 y la tarde del martes 22.

Palos, gases y balas de goma
El lunes de esta semana, mientras los trabajadores realizaban el corte total de la  Ricchieri, llegó la Gendarmería y comenzó a desalojarlos utilizando sus palos. Los trabajadores se replegaron con un corte a media calzada mientras se iniciaron las negociaciones entre la empresa, los trabajadores y el Ministerio de Trabajo de la Nación, a cargo de Jorge Triaca.
Comenzaba el día martes y con las negociaciones aun realizándose, Gendarmería intentó levantar nuevamente el corte, por orden directa de la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich, reprimiendo violentamente a los trabajadores, con gases lacrimógenos, balas de goma y palos. Los trabajadores decidieron seguir con la medida de fuerza, y en horas del mediodía volvieron a sufrir una violenta represión, dejando alrededor de unos 20 heridos, algunos con decenas de impactos de balas de goma en todo el cuerpo, como es el caso del delegado gremial Carlos Mansilla recibió más de 20 impactos y debió ser internado de urgencia.
Durante la represión el gobierno nacional salió a justificar el accionar de las fuerzas de seguridad, declarando en conferencia de prensa la importancia que “el Estado recupere el rol de ser el regulador entre el derecho a manifestarse y a circular libremente”. “El conflicto de los trabajadores de Cresta Roja nos demuestra la importancia de ejercer esta potestad de regular", dijo la vicepresidenta Gabriela Michetti. Además informó que el gobierno estaba trabajando "en la elaboración de un protocolo que regule las protestas sociales". Este protocolo incluiría también, según mencionaron fuentes oficiales, un cuerpo representado por diferentes ministerios. Hizo hincapié en la legitimidad de la protesta pero sin perjudicar vías de acceso y de comunicación.
Si bien la vicepresidenta habló de la necesidad de desalojar sin violencia, el escenario que se vivió el día martes en la Ricchieri estuvo muy alejado de esta idea que no es nueva. La intención de regular y desalojar movilizaciones sociales viene desde el propio período de gobierno kirchnerista quien presentó el proyecto de ley antipiquete, profundamente repudiado y que finalmente no tuvo el quórum necesario para su aprobación. Entre este proyecto y el protocolo planteado por el gobierno actual son muchas las similitudes.

Lo que se dice y lo que se hizo
En medio de la represión y el reclamo legítimo de los trabajadores de Cresta Roja, los diputados del bloque del Frente para La Victoria salieron a repudiar el accionar de Macri. En un comunicado afirmaban que los trabajadores “no hacen otra cosa que reclamar por sus derechos laborales, frente a este modelo liberal ortodoxo del presidente Macri que no cierra sin represión de los trabajadores”.  También le pedían al presidente Mauricio Macri que “reflexione y que realmente se comprometa al diálogo (..) prometió a los trabajadores solucionar el conflicto laboral, y en cambio envió a un contingente importante de Gendarmería para reprimirlos”.
Este reclamo y la declaración, importantes en su contenido, pierden fuerza si pensamos en el rol jugado a mediados de 2014 por Jorge Capitanich (entonces Jefe de Gabinete) y por el propio gobierno kirchnerista frente a conflicto de Lear y Donelly, donde también se usó a la Gendarmería para desalojar a los trabajadores con las mismas justificaciones que utiliza hoy el gobierno, mientras tomaba fuerza la discusión de generar una ley antipiquete.

Un principio de acuerdo
El martes por la noche, luego de la reunión mantenida con los representantes de los trabajadores, el Ministro de Trabajo de la Nación, en conferencia de prensa junto a uno de los delegados, les aseguró que el gobierno estaba haciendo todos los esfuerzos posibles. “Este gobierno tiene la predisposición al diálogo. El gobierno nacional y el provincial no los van a abandonar y estaremos atentos a sus requerimientos”.
También les informó que recibirían los programas Repro de 4.000 pesos cada uno y que se les sumaría una suma fija de 6.000 pesos por trabajador.
El miércoles, al cumplirse el plazo de la Justicia para dictaminar sobre el pedido de quiebra de la empresa, la jueza Valeria Pérez Casado decretó la quiebra de la avícola Cresta Roja, pasando la administración de la familia Rasic a un grupo de síndicos que el mismo juzgado nombró. Esta decisión permite que la empresa pueda ser comprada por acreedores, situación que esperanza a los trabajadores de la avícola.
El costo de este principio de acuerdo, fue una brutal represión que dejó como saldo una veintena de trabajadores heridos, uno de ellos con un disparo en el cuerpo que le provocó un infarto que lo mantiene internado en grave estado, luchando por su vida.
“Hay compromiso político para acompañar a los trabajadores en esta instancia que es de mucho sufrimiento” indicó el ministro Triaca. Pero la historia y la realidad misma está llena de contradicciones, y mantiene a los trabajadores en alerta, por la decisión manifiesta de un gobierno que dijo que volvería a actuar de la misma manera, o sea, con represión, mientras habla de acompañarlos.
Cresta Roja, un conflicto que hoy se pasan de mano entre los políticos actuales y los salientes, muestra una arista más de la situación de los trabajadores en Argentina que enfrentan el constante discurso de la legitimidad de sus reclamos y promesas de “acompañamiento estatal”, pero solo reciben balas de goma y palos, balas macristas que lastiman tanto como las que ayer mandaban a tirar desde el gobierno kirchnerista.
VIDEO Ley antipiquete

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