Julio López
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Lucha contra las nocividades
Por costa, billy, silvia - Friday, Jan. 08, 2016 at 1:31 PM

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LUCHA CONTRA LA NOCIVIDAD

Solidaridad con Billy, Costa y Silvia










El 15 de abril 2010, durante un control de carretera cerca de Zurich (Suiza), fueron arrestadas tres personas provenientes de Italia. Por los materiales encontrados en el auto en ue viajaban se los acuso de intentar atacar un Centro de Investigación de IBM en Rüschlikon.

El 22 de julio de 2011, el Tribunal Penal Federal en Bellinzona las condeno a la carcel: Costantino Ragusa a 3 años y 8 meses, Luca Bernasconi a tres años y seis meses y Silvia Guerini a 3 años y 4 meses por actos preparatorios de fuego, transporte ilegal y ocultamiento de material explosivo.

Purgada la condena en Suiza, el 17 de julio del 2015 se realiza una audiencia para ue vuelvan a ser juzgados en Italia. El nuevo juicio comenzara el 13 de enero del 2016 en Turín.

El texto de la declaración frente al tribunal de Suiza es una edición de la traducción que circula en Internet. En este caso, dicho texto fue parcialmente modificado quitándose o agregándose palabras y rearmando algunas oraciones, esto, para hacer más dinámica la lectura ya que la copia disponible del texto tenia, -por partes-, oraciones confusas debido a la interpretación en la traducción.
No obstante las modificaciones en el presente texto, se considera no haber alterado el sentido de las oraciones.

Se suman dos textos mas: un comunicado de Billy escrito en 2011 (durante el tiempo que estuvieron presas participaron de huelgas de hambre coordinadas con presos en otros países, en Suiza junto a Marco Camenisch, anarquista que purga condena hace mas de 20 –y contra quien el Estado tiene especial ensañamiento- por acciones de sabotaje antinuclear); y un comunicado conjunto frente al juicio que esperan para enero de 2016

La difusión de este escrito tiene como objeto aportar a la solidaridad con sus autores, al propagar este aporte al desarrollo de la lucha que revolucione la vida y destruya el actual sistema de sometimiento.

¡Lucha por la liberación!
¡Salud y anarquía!







Declaración en la sala del tribunal durante la audiencia del juicio celebrado en julio de 2011 en Suiza:

Una vez más volvemos a hablar colectivamente, cosa que en los últimos 15 meses de prisión preventiva hemos hecho con dificultad debido a la censura y las severas restricciones que tenemos en nuestras comunicaciones. Situación que en lugar de mejorar con el final de la investigación ha ido empeorando.

En esta “cárcel hermética” vemos un claro intento de aislarnos entre nosotros y sobre todo con la grande, varia, fuerte y calurosa solidaridad que se ha creado fuera, que en los últimos meses con numerosas iniciativas ha hecho escuchar una sola voz con las nuestras.

En estos meses cuando hemos roto el silencio no era en el curso de los numerosos interrogatorios por parte de la Policía Federal, Procura Federal e italiana, sino en el curso de iniciativas de lucha encaminadas a romper el aislamiento y volver a reunirnos con aquellas situaciones que dan vida al movimiento de liberación animal y de la tierra y que luchan contra todas las formas de explotación y dominación. Movimiento del cual también somos parte.

Si hablamos en este tribunal no es para intervenir en la discusión sobre nuestra culpa o para negociar sobre nuestra inocencia. Las cosas que decimos están privadas del cálculo, no tienen intereses particulares para nuestra situación actual que nos ve en el banquillo de los acusados. Si nosotros estamos encerrados no lo serán las cuestiones mucho más importantes que verán salir y a las cuales nosotros damos de verdad importancia. Queremos que estas salgan de aquí, más allá de estos muros, barrotes y tecnologías de seguridad, mirando a la sociedad en su conjunto.

Para resumir los acontecimientos que llevaron a nuestro arresto y al parecer también nuestra historia personal, de manera sumaria y de manera instrumental se ha hablado de “Eco-terrorismo”. Este término refleja plenamente el nivel de mistificación al que hemos llegado, a la que ha llegado la construcción de la realidad.

Una multinacional puede permitirse el lujo de destruir los ecosistemas naturales, explotar la población en el sur del mundo y hasta matarlos cuando es necesario y al mismo tiempo puede comprar su sostenibilidad ecológica a través de otras actividades que representan una mayor inversión, operaciones de marketing y financiamientos a cualquier fundación creada ad hoc.

Quien se rebela contra todo esto se le llama “eco-terroristas”, como si alguna “comunidad humana” fuera puesta en situación de peligro o toda la comunidad debiera sentirse amenazada por las luchas ecológicas radicales y, en nuestro caso, sólo por nuestra presencia.

Estas corporaciones asesinas y ecocidas se convierten casi en los buenos que tienen que ser protegidos. Cuando a mayo se inauguró el Centro de Investigación de IBM en Rüschlikon fue escrito en los periódicos que los “eco-terroristas” no se han visto. Esta es una gran mentira, propio en ese simposio inaugural, había un grupo grande y de los más peligrosos: los que trabajan con la nanotecnologías, que, con sus investigaciones y producciones nos condena a una existencia tóxica eliminando todas las libertades y amenazando la vida sobre este planeta.

En la actual visión mecanicista del mundo los seres vivos no son otra cosa que máquinas, con exigencias puramente materiales y tecnológicas, propiamente aquellas que solo un sistema altamente centralizado puede satisfacer.

Cualquier problemática social y ecológica, viene interpretada y reducida de forma tal que pueda ser aplicada una solución tecnológica, através de algún nuevo proceso o tecnología, racionalizando y entonces legitimizando aquella empresa ecocida que llaman “desarrollo económico” y progreso.

En los términos establecidos por el paradigma de dominio no será nunca posible comprender e interpretar los problemas que nos han llevado a la situación actual. Las relaciones se entrelazan a un nivel tan fundamental y profundo que no se pueden aislar de su contexto y separarlas uno de otra. Buscar aislar una del nudo del problema y tratarla por separado, sólo puede aumentar las dificultades inesperadas en otras partes de la totalidad.

En esta deshumanización y pérdida de sentido imperante, la misma sensibilidad y capacidad de sentir empatía por lo que nos rodea es golpeada en la raíz. En una destrucción del espíritu, la muerte del planeta será sólo una consecuencia que no nos perdonaremos. Continuaremos consumiendo el saqueo y la manipulación de la vida hasta que no adoptemos una visión del conjunto; no podremos nunca sentirnos cercanos a los demás animales si no entendemos que somos animales, no podremos sentir la flora como elemento esencial para la vida sobre la Tierra si tampoco nosotros no nos sentimos parte de ella.

Como no es posible la coexistencia entre nocividad y un mundo libre y natural, no es conciliable una oposición dentro del sistema tecno-industrial donde todo lo que se pone como alternativa esta ya recuperado por el sistema mismo. ¿Hay alguna diferencia en ir hacia el baratro y el ecocidio con la energía del viento o la propulsión nuclear?

Las luchas ecologistas radicales tendrán cada vez mas un rol fundamental y central para impedir y contrastar aquello que aparece imparable. Este movimiento puede ser solo radical, es decir que puntar a la raíz de los problemas y reafirmar la cuestión ecológica no significa ocuparse de los últimos efectos ambientales, sino del significado profundo, causal, del separarse el hombre de la naturaleza. Tenemos necesidad de una nueva visión del mundo ecológico, que desarrolle una sensibilidad ecocentrica con la cual construir una red de contextos y reciprocidad no jerárquica, en la cual podamos hacer crecer relaciones no mediadas por la maquina y sus instituciones, en la cual es posible autodeterminarse como individuos y tomar por nosotros mismos, con nuestras propias manos, la vida en su totalidad.

Es precisamente por este cambio radical en el paradigma que la lucha se coloca en el camino del ecologismo radical. Creemos que es necesario actuar enseguida, sin perder más tiempo tratando de atascar el mecanismo actual, para tratar de abrir los ojos, agitar a los apáticos, los indiferentes y todos, todos aquellos que se han resignado a la situación de las cosas presentes.

Pero el ambientalismo radical puede ser una lucha por el cambio real sólo si sabe profundizar su propia radicalidad, desligándose del dominio y de quien lo sostiene sutil o abiertamente. El cambio verdadero depende de su capacidad para no situarse ni detenerse sobre sus motivos particulares separados del conjunto, sabiendo comprender y entrelazarse también a otros movimientos de lucha, profundizando la crítica y extendiendo el conflicto.

Si todavía se pueden dar el lujo de negar la evidencia es sólo porque se cree que la elite explotadora del “norte del mundo” esta afianzada, que todavía hay mucho que hacer y explotar en los países del “Sur del mundo”. Donde los “recursos” naturales han sido saqueados y robados hasta el punto natural de agotamiento, no sólo del recurso en sí mismo, sino todo el ecosistema, el optimismo parece volver a florecer de nuevo: pensara la tecnología salirnos al encuentro en este limitado mundo natural acabado. Los cálculos están equivocados, porque en el fondo estos se mantienen sobre una visión del mundo que se ha ido consolidando en el tiempo donde se ve el planeta como la exclusiva propiedad del ser humano. Esta visión antropocéntrica ha dividido el mundo en territorios de saqueo, ha reducido los elementos a combustibles para hacer avanzar este sistema tecno-industrial. La reificazione de la naturaleza ha abierto el camino a aquel proceso de destrucción que llamamos civilización. La “realidad” se reduce a lo que se puede medir, cuantificar, verificar, negando cualquier valor cualitativo. La dualidad impregna nuestras mentes separadas de nuestros cuerpos y nuestros cuerpos separados del “mundo exterior”.

Sucumbimos al progreso material, a la eficacia del automatismo, a la especialización por encima de cualquier otro valor, al hacerlo, día tras día nos quitamos lo que es natural en nosotros y confirmamos como natural un sustituto artificial que nos rodea y asedia.

No es sorprendente que la riqueza de una nación se mida por su producto interno bruto (PIB), de los procesos meramente técnicos y de los productos del hombre, un principio que se refleja fielmente en la economía moderna.

Una economía que es un sistema cada vez más tecnificado que nos ha tomado como rehenes en una enorme cortina de medios técnicos de los cuales ya no puede prescindir y que consideramos inmutables como lo fueron los bosques, los arroyos, las montañas... ciclos normales y procesos naturales, como el agua, con el que la ecosfera hace posible la vida en la Tierra, no sólo se vacían de todo valor intrínseco (un río no es una cuenca hidrográfica de una presa y un bosque no es una reserva de madera ), pero vienen reducidos a “recursos” y a ellos se les asigna un valor estrictamente económico. Pasan a formar parte de un “proceso técnico” que transforma una “materia viva” en producto o servicio de ganancias. Esto ha llevado a aumentar la visión destructiva en la cual el hombre no tiene necesidad de meter una presa sobre un río o cortar un bosque para ver en estas las reservas permanentes para ser explotadas: ya lo ha hecho en su concepción del río y el bosque. ..

En consecuencia, cualquier desastre tecnológico que en una sociedad tecno-industrial es la normalidad de su funcionamiento, es sólo un “problema técnico” y, más recientemente, se ha convertido en “desastre natural” cuantificable en consecuencias materiales y medido con costos monetarios.

Así pasa que treinta plataformas petroleras dañadas o hundidas por el huracán Katrina en 2005, sólo tienen un costo monetario, así como el desastre del Ixtoc de Pemex con el mayor derrame de petróleo en el mar en el mundo y las muchas Bhopal, Seveso y ahora también Fukushima …

El gran eslogan ” Green Economy (economía verde)”, en el ligero pensamiento ambientalista que se han cargado a las espaldas, es aquel que “el que contamina debe pagar”. ¡Todos los verdes aplaudieron! ¡Una verdadera revolución! Así que cuando sepamos que en los flujos financieros en constante movimiento a través de aquellos cables submarinos que unen los continentes hay un poco de ecologismo, entonces podríamos estar tranquilo / as. Pero hay más, una multinacional como BP, que es uno de los mayores financiadores en el mundo de la “Green Economy”, con la farsa de la compra venta de las emisiones de CO2, el dinero para remediar su último desastre, simplemente lo dará con los nuevos contratos de extracción siempre en el Golfo de México. Por supuesto, sólo temporalmente suspendidos por el Nobel Obama, el progreso no se puede detener…

Mientras el mundo se lamentaba del comportamiento de la BP Petróleo, en los mismos días celebraba el comportamiento de BP Solar ….

Propiamente como enseña la ecología, todo sobre la Tierra esta conectado como un único organismo vivo, la fragilidad del ecosistema de una selva tropical refleja la fragilidad de todo el planeta. De esta manera, la cancerocidad en un organismo vivo, aunque sea local, remota y aislada, sin las curas adecuadas rápidamente entrara en movimiento, difundiéndose por todas partes, célula por célula. Las curas actuales para hacer frente a esta canceridad son peores que la enfermedad misma. Así, esta está tan extendida que esta casi en metástasis. Todo el planeta está enfermo.

Por primera vez en la historia humana es más importante proteger el mundo que transformarlo. Nunca se ha hablado del medio ambiente como se discute en los últimos años, no se deja de evocarlo, de referirse a el con magnilocuentes debates y “profundos” discursos. La preservación del planeta parece haberse convertido en la prioridad para la ciencia y de cualquier “agenda política” de todos los países del Norte como del Sur. Estos últimos no hacen más que seguir las directrices incluidas en el “paquete de ayuda al desarrollo”, del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional.

Y todo esto justo en el momento, nunca como ahora, que la naturaleza y todos los seres vivos vienen esclavizados, objetivizados, vaciados, manipulados, reducidos a maquinas, a un código genético en un gran monocultivo, a un clon de una producción en serie. En cualquier sociedad cuando el sistema con su propaganda ha acentuado la atención sobre algún aspecto o requisito humano es por que este ya no existe más. Si se habla así tan abundante de la naturaleza y la libertad es porque estas ya han sido anuladas o donde hay un poco ya no en su forma original.

Lo mismo se puede leer perfectamente en la ética: comités éticos, bioética, ética en todas las salsas posibles. Estos comités siempre más difusos, son como los organismos internacionales de regulación y autorización: la única diferencia es que en lugar de basarse en los datos científicos, se basan sobre una presunta otra posibilidad, ética, precisamente, como si fuera posible controlar y poner al servicio de los valores los avances tecnológicos. Todas estas estructuras llegan siempre a las mismas conclusiones, y sobre todo cumplen la misma función: aumentar la moral técnica, la única posible.

La “Revolución Verde”, lanzada en los años 70 por las Naciones Unidas en colaboración con las poderosas lobbies como la Fundación Rockefeller, se proponía mejorar y hacer más productivo el “Sur del mundo”, imponiendo sus propios pesticidas, maquinas , “semillas milagrosas”… utilizados en Occidente, en pocas palabras, dándole forma a su mundo. Hoy en día, esta visión del mundo se ha universalizado y extendido a nivel global con otra revolución, aquella de la biotecnología, lógica continuación de la anterior. Los Organismos Genéticamente Modificados (OMG) en la agricultura se están insinuando con fuerza también en los países europeos, donde se busca romper las últimas resistencias, a través de lo que ha sido llamado la más grande acción de lobbies. Sería un error entenderla y reducirla simplemente a una búsqueda de nuevos mercados de competición entre corporaciones: estos son los cuentos de los economistas, las grandes corporaciones siempre actúan de común acuerdo.

Esta universalización del dominio se ha extendido en el nombre de la “eficiencia de la agricultura, del respeto por el medio ambiente y como una solución al hambre en el mundo”. En realidad, obtienen más y más ganancias para una élite pequeña y poderosa. Pero el beneficio es sólo una parte de la cuestión, ya que estas poderosas multinacionales y fundaciones ya controlan la Reserva Federal, el Banco de Inglaterra, el Banco de Japón y el Banco Central Europeo, son ellos quienes deciden si se debe crear o destruir dinero. Su objetivo es en realidad obtener el absoluto control de la vida futura sobre el planeta mediante el establecimiento de una dictadura absoluta, nunca vista hasta ahora. Cuando hablamos de la dictadura absoluta o el control total no hay necesidad de volver con la mente a los escenarios del pasado (y presente) de totalitarismos militares abiertamente violentos, opresivos y persecutorios. Basta con mirarse alrededor, mirar el mundo con un ojo crítico para descubrir todos los signos, velados de hipócritas buenas intenciones. Exactamente como se ve, esta elite que se deja actuar tranquilamente, esta imponiendo la difusión de los OGM, y en sólo un par de décadas tendrá el control completo de la capacidad alimentaria del planeta. En este intento están mancomunadas todas las grandes multinacionales que ahora dominan la industria de agro-business.

La química de estas multinacionales se ha desarrollado aprovechando las dos guerras mundiales. En 2003, Tokar, autor de artículos para The Ecologist en un artículo titulado “Agro-negocios, la biotecnología de la guerra”, escribió: “Durante la guerra las multinacionales que controlaban el mercado de los pesticidas químicos han hecho una fortuna. Son las mismas que hoy controlan la biotecnología y las semillas, y por lo tanto, la producción de alimentos “.

De hecho, durante la Primera Guerra Mundial, Du Pont (que se convertirá en uno de los productores de semillas más importantes del mundo) ha suministrado a la industria militar pólvora para cañones y explosivos. Durante mismo periodo, La Hoechst (que en 1999 se unirá a la francesa Rhone-Poulenc, dando vida a Aventis, jigante del biotech) ha proporcionado los explosivos al ejército alemán. En 1925, la Hoechst, la Bayer, la BASF y la IG Farben han formado el más grande conglomerado químico del mundo, productor del gas Zyclon cuyo éxito fue enorme, gracias al empleo que encontró en los campos de concentración nazis.

La Monsanto, nacida a principios del siglo pasado, al principio producía la sacarina, durante la Primera Guerra Mundial ha incrementado por ciento las ganancias vendiendo productos químicos utilizados en la fabricación de explosivos y gas para la guerra.

También el DDT, entre los productos químicos más peligrosos jamás creados, cuya molécula fue sintetizada en 1874, surgió de la oscuridad en ocasión de la Segunda Guerra Mundial, con un amplio uso, gracias a la Monsanto, que garantizo una producción a gran escala.

Debido a la exitosa colaboración con el Pentágono en 1942, Monsanto entra en el proyecto ultra-secreto que dará lugar a uno de los mayores desastres para la humanidad y el planeta. El programa, conocido como el “Proyecto Manhattan”, tenía como objetivo la producción de la primera bomba atómica en la historia, la misma que será lanzada sobre Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945. Monsanto, gozando de la máxima confianza del Pentágono, consigue realizar sus investigaciones químicas: para aislar y purificar el plutonio y el polonio en sus laboratorios en Ohio. Después de la guerra el siguiente paso será guiar a los laboratorios Clinton, con la responsabilidad de desarrollar las aplicaciones civiles de la energía nuclear en nombre de Washington. El director de Monsanto de ese período terminara su carrera al frente de uno de los grupos químicos más potentes del mundo, firmando uno de los mayores contratos de la historia con las fuerzas armadas: la producción del terrible “agente naranja” rociado durante la guerra del Vietnam y del cual, incluso hoy en día, los seres vivos y los ecosistemas sufren las consecuencias. Actualmente, todas estas empresas además de gestionar el control de las semillas a nivel mundial y todo lo relacionado con el sector agroalimentario a “nivel básico”, en sus propias sedes tienen divisiones de investigación que se ocupan de nanotecnologías. Un nuevo director de Monsanto dijo recientemente que las nanotecnologías representan el futuro.

Pueden verse ridículas y falsas las diferentes visiones y las imágenes producidas por el sistema económico, proyectadas en la propaganda que nos lanzan. Al imperativo actual de gestión y control en aquella carrera emprendida por las compañías químicas, biotecnológicas y farmacéuticas se han rápidamente añadido aquellas informáticas como IBM y Hewlett Packard, por citar dos de los más importantes, y han dado a luz a la IPC (Comité de Propiedad Intelectual) . Desde su creación este Comité ha contactado los mayores sectores de gestión empresarial de Europa y Japón, para redactar un documento conjunto titulado “Disposiciones de la protección fundamental de los derechos de propiedad intelectual para el GATT. Punto de vista de las comunidades de las empresas europeas, japonesas y estadounidenses”, entregado en 1988 al GATT (Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio). Este texto hará de base a los varios acuerdos internacionales, tales como el Trips, con el objetivo de difundir al resto del mundo el sistema de patentes que ya existen en los países industrializados, que sólo a través de las oficinas de Washington, Mónaco y el registro de Tokio registran el 97% de todos los brevetos depositados. Los autores de la CPI para aclarar mejor sus buenas intenciones dicen: “La disparidad de los sistemas de protección de la propiedad intelectual comporta enormes pérdidas en términos de recursos en tasas de adquisición y defensa de los derechos”.

La competición global de la cual se habla tanto es esta y no aquella entre las empresas que con alianzas estratégicas y fusiones la reducen al mínimo, sino más bien una competición a nivel global entre un norte económico que quiere quedarse con los “recursos” del sur “post” colonización. Y cuando la “propiedad intelectual” significa patentes sobre el genoma humano, organismos vivos, plantas que alimentan miles de millones de personas (como el arroz o el trigo) o novedades nanotecnologícas, entonces se vuelve más claro acerca de en qué parque de los horrores están transformando el mundo .…

Con la tecnología la inventiva de los seres humanos sale de las posibilidades de preservar el equilibrio existente entre el individuo y el medio ambiente para romperlo programaticamente. Las capacidades humanas vienen concentradas sobre lo artificial y ya no sobre la relación consciente entre el individuo y el medio ambiente. En un universo tecnológico, lo imposible se convierte en la nueva perspectiva de Referencia: delirios de grandeza, búsqueda de la perfección absoluta, pretensiones de potencia y eficiencia absoluta que se expresa en el deseo de anular los límites individuales, de superar la capacidad de la naturaleza, de cruzar el umbral de lo posible. En este universo, comenzamos a definir, o más bien, a redefinir el carácter de nuestras necesidades. Solicitados por el imposible perdemos el sentido de lo posible, ósea de lo natural, hasta convertirnos en un público con la boca abierta frente a todo lo que nos es accesible. Los espectadores y las espectadoras que esperan ser sorprendidos ya no por aquello que la naturaleza da, sino sólo por lo que la técnica permitirá.

En el mundo gobernado por la tecnología, las relaciones con los demás (el ser humano como parte de la naturaleza con los otros animales y el universo vivo), tienden a perder cualquier significado porque es sólo la tecnología la que empieza a tener sentido. Terminamos por lo tanto, dando valor sólo a la tecnología, a esos objetos, procesos, servicios que encarnan estas nuevas expectativas en los sentidos. La naturaleza no se convierte solo hipotéticamente sustituible por la técnica, sino concretamente sustituida por esta. Cuando más nuestra mente acepte y asimile la tecnología, mas la maquina prevalecerá sobre la carne imponiendo el propio ritmo, hasta que, como empieza a ocurrir, nos parecerá inconcebible vivir en un ambiente no-tecnológico y el entorno natural será destinado a desaparecer. Mas el mundo artificial se superpondrá a lo natural, y este ultimo será destinado a sucumbir sin que nos parezca arbitrario el proceso de sustitución. Está en el interés del pensamiento tecnológico reemplazar el mundo natural, (infinitamente complejo, irreducible a la razón e impredecible), con un nuevo mundo que responda del todo a sus propias ordenes.

La nivelación que la técnica sostiene en términos de reconstrucción de la realidad sirve a la lógica de la eficiencia, de la operatividad, de la conquista y del control total de la naturaleza. Aquí esta la tan cacareada neutralidad de la tecnología: sustituir la biosfera con una tecno-esfera, sustituir un ambiente natural con uno de síntesis más idóneo a ser manipulado y mistificado.

Las ciencias convergentes, “biotecnologías, nanotecnologías, informáticas, cibernéticas, neurociencias”, no son simples aspectos tecnologicos en el tecno-totalitarismo. La convergencia capitaneada por la nanotecnología representa una verdadera y propia reestructuración del sistema en su conjunto: nuevos ladrillos nanotecnologícos que en los medios ya han encontrado su justificación. Una frenética búsqueda de nuevas formas de energía y materias primas, nuevos medicamentos y terapias genéticas para reafirmar y extender el propio dominio, el cual exige que nuestras vidas y cualquier existencia sean atadas al crecimiento de la Mega maquina….

Así el mundo se ha convertido en un inmenso laboratorio donde se experimenta de todo, se puede ver a los centros de investigación como si fueran abstracciones, lugares separados, porque lo que es ahora materia de investigación y experimentación, más pronto o más tarde será trasladado en la vida real. Lo que sale de los laboratorios no es nunca lo que originalmente se suponía que era el objeto o el proceso experimentado. Cuando los comités científicos anti-vivisección denuncian las experimentaciones animales señalando que “los verdaderos conejillos de indias somos nosotros”, la justísima afirmación oculta la parcialidad de la denuncia. No es sólo el sector farmacéutico y cosmético que venden sus propias nocividades, sino todo el aparato técnico-científico que no se ahorra en ningún campo: el conejillo de indias es todo lo viviente. Cuando la oveja Dolly fue clonada la noticia había dado la vuelta al mundo, pero ya la atención de los medios fue disminuyendo cuando Dolly murió de atrofia y otros problemas, para luego desaparecer por completo cuando los proyectos de clonación se han dirigido masivamente hacia el hombre, pasando inadvertidos. Nadie se acordó de como los científicos habían asegurado que habría sido impensable alargar el “campo de intervencion” de las practicas de clonación al hombre. Pero no debemos extrañarnos, tales garantías se habían utilizado por primera vez para clonar a Dolly refiriéndose a los animales!

Es inútil tratar de entender y sobre todo defenderse de una innovación tecno-científica através de los pasos que esta puede hacer hacia nosotros.

Mientras escuchamos hablar de la nanotecnología es ya tiempo de alarmarnos, por que estas ya nos han rodeado y a pequeños pasos quieren entrar a ser parte de nuestra existencia, ser nuestra existencia.

La máquina de la aceptación social ya se está moviendo a toda velocidad: insinúa las nanotecnologías en los discursos cotidianos, en los medios de comunicación, en los debates institucionales, sobre sus potenciales efectos. A veces el tono es triunfal, otras veces parece decir algo de un futuro lejano, o que no nos afecta de cerca.

Ellos tratan de crear la situación en la cual la innovación se hace esperar, se vuelve esperanza, tal vez incluso criticada (así que una contradicción puede fortalecerla todavía mas), pero considerada y aceptada ya como posible. A este punto, sin embargo, el contexto que la podría albergar ya ha hecho su “opción”, la innovación ya es parte de ella: la previsión ha construido los cimientos de su realización. La aceptación social es una técnica ya practicada: no imponer una tecnología demasiado rápida y casual.

Los movimientos de protesta ya han asustado a los poderes públicos y la industria y no quieren que ver que suceda aquello que ya ah pasado con la energía nuclear o los OGM.

En los años 70 las primeras biotecnologías crearon fuertes preocupaciones por lo que un grupo de científicos se reunieron en Asilomar declarando una breve moratoria. En ese periodo se creó una de los primeros debates serios sobre las biotecnologías, sin embargo, se recuperó pronto, y se canalizo por los científicos que empezaron a empujar con fuerza su retórica científica a favor de una biotecnología médica que prometía milagros a los hombres.

Una moratoria no es un medio para detener un avance técnico, sino que sirve para evaluar el mejor modo, el mas científico, el más seguro para proponerlo de nuevo con más éxito …

Lo mismo ocurre con el “principio / método de precaución”, que a pesar de que la nocividad es evidente, insiste en la investigación en la misma dirección. Si con el nuclear la “investigación precaucional”, llevaría a “asegurar” los residuos nucleares, nos encontraríamos con la carretera aplanada para nuevos proyectos de nuevas centrales nucleares que tendrían un amplio apoyo propio porque habría bastado reducir solamente algunos de los efectos más peligrosos. Otro ejemplo de construcción paso a paso de la aceptación social lo estamos teniendo con el chip “RFID”, cuya radio frecuencia permite localizar la posición del objeto sobre el que se ha colocado. Al principio, esta función será desactivada, presentándolo “pasivo”, así que la gente estará dispuesta a aceptar ser monitoreada en cualquier momento.

La técnica es sencilla, disimular las implicaciones menos aceptables en el periodo de la inserción de una innovación, de modo que será más fácil en un segundo momento hacerla del todo aceptable. Los mismos “debates” sobre los temas tecnológicos más controvertidos vienen anticipados; se crean sacas de recuperación de las fronteras bien delimitadas por expertos que controlan la gestión y prevén tener una respuesta para todo.

Las nanotecnologías no son inmediatamente circunscritas a una rama de la ciencia, las reivindican la física como la química. Las mismas aplicaciones son muy amplias, por esto los partidarios de la “manufactura molecular”, dicen que no pueden ser detenidas, la sociedad del mañana tiene mucha necesidad. Recuerda perfectamente la propaganda y la acción de los promotores de los OGM, cuando hablaban de una contaminación irreversible de las semillas transgénicas, mientras vendía entre las semillas convencionales las semillas transgénicas, como ocurrió en Argentina y Brasil para luego obligar incluso sin mucho esfuerzo, a los gobiernos a decretar el hecho de que la contaminación esta ya hecha, e incluso exigiendo royalties excesivamente altos. Este proceso está teniendo lugar en Europa para imponer los OGM.

Desde hace algunos años las tecnologías tienen su propio grupo de expertos que evalúa su seguridad. A nivel europeo, estos se encuentran bajo la EFSA (Ente Europeo de Seguridad Alimentaria) que se encarga de examinar la seguridad para poder proceder a la autorización de cualquier nocividad, así como las biotecnologías.

Por razones de espacio no vamos a ir a la esencia de la EFSA, incluso si se evidencia por si misma. No hace falta recordar que también aquí existe el sistema de las puertas giratorias, como ya se ha visto con la FDA de EE.UU. (ente americano para la seguridad alimentaria) y cualquier otra entidad de este tipo, donde los expertos que la componen a menudo son de Monsanto, Syngenta, industrias de aditivos químicos…

Para las nanotecnología el EFSA está empezando a dibujar las primeras directrices sobre los procesos de evaluación de riesgos de los nanomateriales y ha abierto la fase de consulta pública. Es curioso el hecho que en sus documentos tienden a considerar las nanotecnologías como cualquier otro producto, evaluando los riesgos para la salud humana y el medio ambiente mediante la aplicación de los parámetros adoptados hasta ahora para los otros aspectos de la cadena alimentaria. Para recordar de qué cosa estamos hablando la EFSA destaca las grandes dificultades de interpretación de los nanomateriales. En particular, la incertidumbre de cómo estos pueden ser absorbidos en el tracto gastro-intestinal y en los tejidos biológicos, visto que a dimensión nano no hay barreras biológicas que los detengan.

Sin entrar en cuestiones que representan sólo una parte de un problema que tiene otras fases precedentes, algo se sabe acerca de las nanopartículas.

Como estas pueden acumularse en los organismos vivos que inadvertidamente las han inhalado, ingerido o filtradas a través de la piel gracias a sus dimensiones nanométricas por lo cual nuestro cuerpo no puede reconocerlas y expulsarlas empezando así a circular libremente a través de la sangre para establecerse en los órganos como el hígado, pero también en los huesos, ganglios linfáticos, en el cerebro. Esta capacidad de las nanopartículas de penetrar en los organismos, de infiltrarse más allá de las barreras del cuerpo de protección de los órganos, convierte a los organismos vivos particularmente vulnerables a su contacto.

El peligro para la salud de todo ser vivo, incluso solo a “nivel de producción” es sólo uno de los aspectos de la nocividad de las nanotecnologías, mucho más amplio y quizás aún no del todo claro, y esto sin sacarlas del contexto en el cual toman forma pero, atendiendo al horizonte que se está dibujando. Se trata de una tecnología que le dará al sistema todos los requisitos técnicos necesarios para una dominación total y absoluta.

Sobre una cosa la propaganda científica tiene perfectamente razón, las nanotecnologias estan ya presentes. Esparcidas de modo irregular, esperando solo la necesaria atención para llamar a todas aquellas que todavía no han sido difundidas pero que son las que más quieren. No hay un organismo político y científico que no las invoque y pida su reglamentación, lo que equivale a su difusión.

En el prefacio de una publicación suya, la Unión Europea afirma: “posibles soluciones a una serie de problemas actuales gracias a materiales, componentes y sistemas más pequeños, más ligeros y más eficientes. Estas posibilidades ofrecen nuevas perspectivas para la creación de riqueza y empleo. Las nanotecnologías también deberían hacer una importante contribución social fundamental a la solución de problemas ambientales en el mundo, ya que permiten crear productos y procesos para usos específicos, ahorrar los recursos y reducir el volumen de residuos y de las emisiones. Mira todas las maravillas de la ciencia y la tecnología, fruto del compromiso y de la sabiduría de los mejores investigadores, orgullo de las naciones y nuevos recursos para la competencia global. Un nuevo mundo nos espera, de hecho ya está aquí, la nueva frontera de lo infinito destapa reservas de recursos inagotables que hasta ahora se mantuvo fuera de nuestro alcance. La solución de viejos y nuevos problemas está a la vuelta de la esquina, basta sólo saber aprovecharse con las oportunas inversiones y planos de acción bien organizados.

Estamos en el umbral de transformaciones de la epoca, con efectos revolucionarios en nuestras costumbres, sobre nuestro modo de concebir la existencia y los seres humanos.

Con el advenimiento de las nanotecnologías nada va a ser como antes, es sólo cuestión de tiempo, de hecho un poco de tiempo, muy poco, el proceso ya ha comenzado y nada lo detendrá.

Si estaremos preparados podremos todavía dirigirlo a nuestro favor evitando que los efectos sociales de las nanotecnologías produzca consecuencias que podrían ser problemáticas, especialmente si nos toman por sorpresa”.

Continua la Unión Europea en su documento: “Sin un esfuerzo por comunicar las innovaciones en el campo de las nanotecnologías podría dar lugar a una injusta percepción negativa por parte del público. Por tanto, es esencial iniciar un diálogo efectivo y a dos sentidos, es decir, un diálogo en el que el punto de vista de la opinión pública es tomado en consideración pudiendo afectar a las decisiones relativas a la política de investigación y de desarrollo.” (COM.EU 2004) “El desarrollo de la nanotecnología en el largo plazo y la posibilidad de explotar plenamente el potencial dependen de la confianza y aceptación del público. Es evidente que la comunidad científica sabrá mejorar sus propias habilidades de comunicación.”

Parece escuchar hablar al manager de alguna multinacional en lugar de a la Unión Europea.

Teniendo en cuenta que gran parte del sistema científico está en manos de empresas y países con intereses en el desarrollo tecnológico, hacer una distinción entre investigación básica y industrial no tiene sentido. Como del resto, es igual inseparable la relación entre la ciencia y la tecnología. La separación predispuesta desde siempre entre las dos es de “naturaleza artificial” o más a menudo instrumentales a los diversos intereses del momento.

Se dirá que la ciencia produce solo conocimientos, no corresponde a los científicos ocuparse de aquello que sucede después con el fruto de sus investigaciones. Un éxito en la tecnología de la fusión nuclear será de gran valor para la ciencia básica y cuando sea un desastre nuclear, se pondrá atención hablando sólo en términos de “tecnología no segura” y de “problemas técnicos”, o sino será una empresa en particular la que no ha respetado todas las normas de seguridad. Lo mismo ocurrió con las “vacas locas”, resultado de los criadores que han usado las harinas animales más baratas que los convencionales OGM. La ganadería industrial, científicamente programada en los centros de investigación zootécnica, ha previsto el aniquilamiento del ganado transformado en “loca maquina” de producción y después, cuando a terminado el ciclo reproductivo, a materia para la comida de otros animales, de todo esto nada es visto como causa.

Reunidas las mentes más brillantes de la ciencia, nos han regalado esta era nuclear y todas las otras peores nocividades que están comprometiendo la vida sobre el planeta, haciéndonos empezar a asimilar la dioxina empezando con la leche materna. Las “mismas” grandes mentes, las “mejores” asegura la Unión Europea, que ahora están trabajando en la producción de las nanotecnologías. ¿Están produciendo conocimientos, están investigando los fenómenos de la naturaleza mientras en los laboratorios observan el mundo con sus microscopios a escala nanómetrica? No hay ninguna naturaleza que se revela en esas salas con aire a presión, esta ya ha sido destruida y reemplazada al introducirla en sus experimentos. Confunden fácilmente en los platos de su arbitraria vigilancia aquellos que serán los riesgos y los “costos” de una tecnología, con aquellas que serán las “nuevas perspectivas para la creación de riqueza”. Tienen muy buena fe cuando se arrepienten por haber contribuido a las bombas atómicas y aceptan los premios por un futuro esfuerzo hacia la paz.

Con la nanotecnología los científicos forjaran también una nueva base ideológica-operativa para reconfirmar el paradigma dominante. Si ayer no asumían ninguna responsabilidad hoy en día simplemente ofrecen un único paquete que incluye la innovación, el desastre y la solución. No se puede tener la primera sin tener en cuenta la segunda y, en ese momento, mejor tener también la tercera. No es posible otra alternativa, o mejor dicho, ellos son la única alternativa.

No nos extraña aquello que se ha escrito en los periódicos después de nuestra detención. A través de las columnas del periódico suizo “Le Temps”, el jefe de la red europea de investigación sobre la partículas nanoimpact escribió: “Los activistas italianos, si esa era su intención, han hecho una mala elección de su objetivo [...]. De todas las aplicaciones de las nanotecnologías, aquellas que miran a reducir el tamaño de los microprocesadores es aquella que presenta un menor riesgo de diseminación de partículas. Todo tiene lugar en el interior de una matriz sólida, no es volátil”.

Este investigador llamando a defender los intereses de categoría, al igual que hacen otros en los medios de comunicación, hace lo mismo que un tecnócrata cuando concede el palco escénico del Nanoforum invitando a los críticos a subir al escenario para decir sus razones, como si se tratara de una cuestión de opinión, mejor si científica, y no una visión de la realidad irreconciliable con su mundo sustituto de la ecosfera y la libertad.

Los técnicos se sienten a gusto sólo con otros técnicos, sólo así puede funcionar el mecanismo. Nosotros rechazamos con fuerza esta lógica, preferimos permanecer abajo, entre la gente común preocupada por esta realidad. Desde el momento en el cual aceptáramos traer a expertos o ponernos a nosotros mismos como “expertos”, abríamos empezado a “subirnos” y alienarnos de cuanto es inmediatamente comprensible y deseable para una comunidad humana en armonía con la naturaleza. Eso significaria adaptarse a su visión técnica del mundo y convertirse así en parte activa en este debate hecho para llamarnos a la co-gestión y por lo tanto, al mantenimiento de la explotación en este prometedor nano-mundo.

Cuando hablamos de las nanotecnologías no nos referimos a lo que todavía no está, no apostamos por el riesgo de una catástrofe del “Gray goo ” (melassa gris), que podría dar lugar a la replicación descontrolada de replicadores nanotecnologicos o nanorobots. También si no permanecemos indiferentes a los precisos recorridos puesto en marcha por Drexler, el gurú de la nanotecnología en la Silicon Valley “tardaran años en aparecer las ensambladoras, pero su aparición parece casi inevitable: aunque si recorrer toda la carretera que conduce a las ensambladoras exige la realización de numerosos pasos distintos, cada paso nos llevará al punto en que podríamos empezar a trabajar para el éxito, y cada paso realizado comportara de inmediato recompensas. Los primeros pasos ya se han hecho bajo el nombre de ingeniería genética y biotecnologica”.

En estos “pasos diferentes” recalcan estrategias ya vistas con otras nocividades, en particular con las biotecnologías y la energía nuclear, vienen puestas distinciones entre los caminos buenos y aquellos menos buenos. La crítica a estos últimos no servirá más que para fomentar el desarrollo de la primera. Se dirá: una cosa es la miniaturización a tamaño nano para la producción de microchips, otra cosa es empezar por la dimensión nano y ensamblar átomos, hasta volver al mundo macro, ósea la capacidad de reconstruir lo que tenemos alrededor, una “manufactura de la materia”. Si no hablamos del posible desastre del “Gray goo” es por que este desastre está ya en marcha, ciertamente no se ha iniciado con las nanotecnologías, pero con estas esta llegando a sus picos más altos.

Entre todas las apelaciones entusiastas a favor de las nanotecnologías que describen los miles de futuros usos, se han olvidado de quien mayormente está apuntando sobre estas tecnologías con inversiones y atenciones enormes: la industria militar. Esta trae siempre la parte más avanzada de los procesos técnicos y científicos. ¿Porque sino estarían comisionando continuamente investigaciones de nanomedicina?.

Cuando entran en los laboratorios de salud pública salen innovadoras nano-armas o sofisticados sistemas de control. Las nanotecnologias a la guerra moderna, que nadie oficialmente quiere pero que todos están preparando, pueden ofrecer mucho. Estos estudios no se producen en secretos laboratorios con altas murallas y alambre de púas. No lo necesitan, basta con ir a las universidades o centros de investigación de cualquier multinacional como la IBM, para esta multinacional no es una novedad engordar guerras y exterminio.

No hay una multinacional o una universidad que crea la nano-arma: cada uno hace su parte, aunque si pequeña pero crucial cuando todo se junta. Y a este punto recorrer la “cadena” ya no sirve más.

Las nanotecnologías como las biotecnologías y la energía nuclear tienen una particularidad, que son irreversibles. Esto solo debería bastar para refutar a quienes ven en estas tecnologías una simple continuación de las tecnologías anteriores. En parte esto es cierto, porque son lo que sigue, pero aquello que surge de estos desarrollos no es sólo un paso más, sino un verdadero y propio salto hacia una nueva dimensión, asumiendo también un nuevo significado fundamental.

Pensar que se domestico cualquier proceso técnico en el pasado y pensar que se puede hacer lo mismo con los actuales, quiere decir no darse cuenta que en frente no hay mas simples máquinas sino un entero sistema técnico con innumerables interconexiones que han cableado nuestra existencia.

Si nos fijamos en el “hombre nuevo” que están creando, lo más escalofriante es que vemos a una persona común y corriente. La cuestión es precisamente esta, no hay nada perceptible, dado que el proceso pasa y continúa con pasos pequeños. Cada nueva técnica es inmediatamente aceptada e integrada como los nuevos smart-phones o la cantidad de dispositivos que cada vez más son parte de nuestra vida cotidiana y que cada vez más pretenden definirla. La química farmacéutica ha reescrito nuestras posibilidades de vivir, las modificaciones genéticas hacen siempre más camino, el uso de psicofármacos y drogas duras ha aumentado vertiginosamente, los “trastornos de la conducta”, vienen diagnosticados a partir de los tres años y es el número de suicidios esta en aumento contradiciendo la ilusión del “bienestar”.

Lo extraño traído por las tecnologías incluye una redefinición de lo que significa ser humano. En la soledad de la sociedad de masas, donde estamos más propensos a reaccionar que a actuar, incluso las emociones generadas por una computadora empiezan a ser reconocidas y confundidas con lo que queda de la sensibilidad humana.

Tiene razón en este sentido Drexler cuando dice que las biotecnologías es la capa optima donde se acostaran cómodamente las nanotecnologías. Durante el Proyecto Genoma Humano, ejemplo de lo más significativo de un paradigma de deshumanización, un premio Nobel ha afirmado que conocer la entera secuencia habría permitido saber que cosa sean efectivamente los seres humanos. Y es en este contexto de reduccionismo terrorífico que quieren crear el “hombre nuevo”, rodeado por las ruinas de la naturaleza, la ruina de nuestra propia naturaleza para hacer sitio a lo artificial, a una proyección virtual lejos del clamor y las protestas, pero en un modo absolutamente participado, compartido y gradual.

IBM no es una abreviatura cualquiera en el panorama informático, sino una de las multinacionales más potentes e influyentes. Queremos entonces concluir este escrito con algunos extractos de un texto del colectivo de Grenoble, Pieces et Main d’Oeuvre, “IBM y la sociedad de la coacción” que refleja nuestra visión y bien pone la atención no sólo sobre la responsabilidad de una multinacional en particular por cuanto esta pueda ser esencialmente significativa, sino sobre el mundo que esta a la base de las nanotecnologías y que las hace además de necesarias, deseables.

Ensalzando la red Internet, el jefe de IBM Europa Maisonrouge dijo: “Vienen instalados dos grandes ordenadores: uno en los EEUU (…), el otro en Europa (…) al final estos dos equipos están comunicados a través de un cable transatlántico. La primera pregunta que surge es: “¿Existe Dios?” Y la respuesta es: “Ahora si”.

Para IBM la retórica religiosa, que regularmente aparece en sus discursos de autopromoción, no es un signo cultural americano, sino una proclamación del potencia: la tecnología no sólo da poder, da un poder sin igual. Sólo la metáfora divina nos da una idea de la potencia informática. Solamente un ordenador habría podido transformar así de rápido el mundo entero, imponer un nuevo lenguaje universal, acelerar y mejorar la gestión nacional del orden público – la policía de las poblaciones.

En el 2010, IBM tiene siempre buenos motivos para venderse como Dios- o al menos como su iglesia.

Zurich, 1981. La invención por parte de dos ingenieros de IBM Suiza, Bining y Roher, del microscopio a efecto túnel provoca en los laboratorios la “nano revolución”. Pionera de las nanotecnologías, la multinacional americana sabe que la miniaturización de los componentes electrónicos a escala nanométrica hace posible al mismo tiempo aumentar la potencia de calculo y la capacidad de almacenamiento de datos en los microchips como en los censores y en otros medios electrónicos y, al mismo tiempo, reducir el tamaño minimizando así los costes. Este avance tecnológico abre las puertas a la proliferación de la electrónica, en particular mediante la colocación de los microchips directamente en los objetos, en el cuerpo o el medio ambiente. Con las nanotecnologías aparece “La informática en general” – se habla también de inteligencia general, de informática ubicua en todas partes, o incluso de sociedad omnipresente- que relega a la computadora portátil el rango de la maquinaria obsoleta y bruta. Aquí es el tiempo de los nano-censores (del movimiento, del sonido, de la temperatura, de las sustancias químicas, de los olores), de los microchips y del polvo a radiofrecuencia (RFID), de las cámaras inteligentes con reconocimiento facial y reconocimiento de las conductas “atípicas”, de los lectores biométricos, de la geolocalización, de los dispositivos de eye-tracking para seguir las miradas, los escáner corporales, los objetos “que comunican” – inertes o vivientes.

El 6 de noviembre 2008, Sam Palmisano, presidente de IBM, pronunció un discurso-programa delante de altos cuadros del grupo, de representantes de empresas, de los servicios públicos, de los medios de comunicación y del mundo académico. Describe el mundo que está siendo fabricado en sus laboratorios “denso de tecnología, interconectado, inteligente.”

“Pensar que en el año 2010, en el mundo, habrá mil millones de transistores por cada ser humano, y que cada transistor costará la diezmillonésima parte de un centésimo de dólar. Al final de este año habrá como unos cuatro mil millones de usuarios de teléfono móvil … y dentro de dos años se producirán treinta mil millones de etiquetas Radio Frequency Identification (RFID). Censores que son ingeridos en enteros ecosistemas – supply chain, redes de salud, de la ciudad… incluso en el interior de sistemas naturales como los ríos.”

El “planeta Inteligente” de IBM es una vasta red informática en la cual todas las cosas de este mundo – seres humanos, animales, entornos naturales, diseños urbanos, objetos, infraestructuras, servicios – son un componente. Una pieza de la maquinaria, interconectado con todos los demás. Una hormiga en el hormiguero.

Volves a casa por la noche. Tu casa inteligente sabe quien sos y ajusta automáticamente la iluminación, la temperatura, la alfombra de sonido. Todos tus objetos hablan entre ellos. “¿Qué hay de nuevo?” Pregunta tu ordenador a tu teléfono móvil, a la cámara de fotos, a vuestro MP3 y entonces todos los objetos nómadas inteligentes le comunican los datos del día. Tu refrigerador inteligente, el, se da cuenta de que te comiendo el ultimo yogurt, y enseguida ordena otros a través de Internet. Te propone las recetas que es posible realizar con los suministros que te quedan.

Tus hijos han regresado, pero ya lo sabes gracias al mensaje recibido en tu teléfono celular, cuando sus carpetas han sido escaneadas volviendo a casa. Ellos están ocupados con su conejo electrónico que les lee un libro inteligente, que también ha sido escaneado a través de su chip RFID. Un vistazo a uno de sus pantallas te tranquiliza sobre tu anciana madre que vive sola: los censores de su hábitat inteligente en seguridad no reportan nada anormal, y su presión arterial es estable y tomó ya su medicación, no necesita ayuda.

En resumen, tu vida, también sin vos, funciona. Es tal vez más práctica.

“Cuando IBM o los investigadores del CEA de Grenoble hablan de inteligencia, se debe entender en el sentido ingles de renseignement – como “Intelligence Service “- osea información que circula. Todos estos objetos, infraestructuras o seres vivientes, microchips, se interconectan. Sus diminutas prótesis electrónicas recogen miles de millones de datos en el curso de sus vidas (sobre nuestros comportamientos, nuestras hábitos, nuestros viajes, nuestras relaciones, nuestras ideas) y las transmiten a otros medios digitales – los objetos comunican entre sí – o a la base de datos, cuyo rol es almacenar y analizar esta información para después sacar capacidades de acción – de inteligencia.

Dice Sam Palmisano: “Pensar a la cantidad de información producida por todas estas entidades: no tendrá precedentes. (…) Esto significa que las infraestructuras numéricas y físicas de todo el mundo están por converger. Nosotros metemos la potencia informática al servicio de cosas que antes nunca habríamos reconocido como ordenador. En realidad, casi todo – ya sea de una persona, un objeto, un proceso o un servicio, para una organización pública o privada, grande o pequeña – puede llegar a ser sensible a la realidad numérica y ser parte de una red”.

Con los miles de millones de microchips electrónicos esparcidos por todas partes, las informaciones recogidas serán así precisas, y relacionadas de forma tan fina, que dibujaran nuestro perfil individual. Recibirán así en sus teléfonos celulares publicidad personalizada, en función de sus hábitos, de su estilo de vida, de sus preferencias, elaboradas en tiempo real; estas masas de datos se transmitirán a enormes bases de datos y monitoreados por poderosos ordenadores “para transformarlos en inteligencia”.

Esta claro que cualquier cambio en su consumo, en sus movimientos, en su comportamiento va a ser detectado. De modo que cualquier actitud o evento que no entre dentro de las estadísticas normales de su categoría de pertenencia saltara a la vista, así como la hormiga que se aleja de las filas de sus símiles. Es así que las empresas de seguros serán capases de detectar intentos de fraude, o que la policía podrá rápidamente prevenir los delitos. Permanece en tu compartimiento pequeño y todo irá bien.

Se ve que las estadísticas a potencia nano dan la fuerza de control de la sociedad-hormiga, los indicadores para la gestión central de masas, ya sean los detalles mas asquerosos, y esto en proporciones nunca antes alcanzadas. La norma colectiva y cada singular individuo. Con su “cartera” completa de soluciones de análisis predictiva que incluye la recopilación de datos, el texto y el data minig, el análisis estadístico avanzado y las soluciones de análisis predictivo que ayudan a los clientes a anticipar los acontecimientos futuros y a actuar de forma proactiva y prudente, “IBM nos lleva, sin que nadie encuentre nada que decir, hacia la sociedad de la constricción”.

“La verdadera justificación para la recogida de grandes cantidades de cifras es que esta permite sacar conclusiones…, y sobre todo de evaluar con precisión los acontecimientos presentes y futuros”, se podía leer, desde el año 1934, en la revista de su filial alemana. Una opinión compartida entonces por Friedrich Zahn, el presidente de la Oficina de Estadísticas de Baviera: “Gracias a las estadísticas, el gobierno finalmente será capaz de traducir el prosaico conocimiento en medidas y en acciones”. El gobierno en cuestión era el de Adolf Hitler, y las medidas que estaban a punto de tomar “gracias a las estadísticas”, eran las deportaciones y el exterminio de los Judios, gitanos, homosexuales y opositores políticos al régimen nazi en Europa. “Por su esencia misma la estadística está muy cerca del movimiento nazional-socialista”, aseguraba Zahn, porque “el único valor de un hombre, la sola cosa que pueda constituir un objeto directo de estadística es su valor económico (…) su fuerza de trabajo.” En resumen, su eficiencia productiva.

En los años 30, IBM vendía máquinas Hollerith en todo el mundo. Del nombre del inventor de la tabulatriche electromecánica y del papel perforado usado para el censo en los EE.UU. en el año 1890, de los cuales la empresa tenía el monopolio: el antecesor del ordenador. “Las máquinas podrían dibujar un retrato en general de una población y dentro de ella seleccionar este o este otro perfil. De hecho, si harían bastantes agujeros en las tarjetas y si se procedería a un número suficiente de selecciones, sería posible encontrar un individuo único entre millones de otros. Holleriht acababa de inventar el código de barras para los seres humanos”.

La filial alemana de IBM, la Dehomag, cuya publicidad proclamaba en caracteres góticos: “Las tarjetas perforadas de Hollerith les permiten ver cual quier cosa”, negoció con los nazis como con el gobierno americano durante toda la guerra. Se ha necesitado de medio siglo, para que descubriéramos, gracias al periodista estadounidense Edwin Black, las responsabilidades de IBM y de los proto-ordenadores en el Holocausto: “Cuando los nazis trataron de identificar a los Judios por su nombre, IBM les mostró cómo hacerlo. Cuando los nazis querían utilizar esta información para poner en marcha campañas de expulsión y expropiación, IBM les proporcionó los medios necesarios. Cuando los trenes tenían que respetar un horario, entre ciudades o entre los campos de concentración, IBM, también en este caso, le mostró el camino (…). El régimen de Hitler descubrió poder mecanizar, organizar y controlar todos los aspectos de la vida privada y comercial”.

Las máquinas de la IBM hicieron maravillas en ocasión de los censos impuestos por el Tercer Reich en Alemania y en los países ocupados. “Hitler exigió la identificación de masas de los Judios. La aplicación de las Leyes de Nuremberg se basaban totalmente en la tecnología Hollerith, la única capaz de determinar con rapidez y de manera global los árboles genealógicos de lo cual el Reich necesitaba. Gracias a las máquinas mecanográficas, fue posible identificar a todos los medio-Judios, los cuartos, los octavos, hasta los dieciseisavos, con la velocidad e exhaustividad esperada. ” A través de la Dehomag, IBM ganó una fortuna con sus clientes nazis que no podían prescindir de un clasificador mecánico y los millones de tarjetas perforadas producidas a medida, adaptadas a las necesidades del Reich.

Después de un censo de la población, la expulsión y la deportación, era el momento del internamiento y del exterminio industrial. Se ha descrito a menudo el rigor glacial con el cual los funcionarios del campo actuaron para lograr sus objetivos. Pero la historia había olvidado de mencionar, hasta el trabajo de Edwin Black, que la organización alemana utilizaba una tecnología de última generación firmada por IBM.

“IBM no limitó su business sólo a los alemanes, incluso si esos fueron entre sus mejores clientes en los años ‘30. Convencido sin duda de la neutralidad de la tecnología, Watson, su jefe, vendió máquinas a Roosvlet al mismo tiempo que a Hitler. Tres días después del ataque a Pearl Harbor, el 7 de diciembre de 1941, la Oficina de los censos americana podía proporcionar diversos informes sobre la población japonesa de diferentes ciudades de los EE.UU., por lugar de nacimiento, nacionalidad, sexo, etc … Gracias a la aplicación IBM y a las respuestas dadas durante el censo de 1940, la oficina del censo había sido capaz de determinar el origen étnico de todos los Japóneses-Estado Unidenses”. La administración americana uso los sistemas Hollerich para diseñar mapas de densidad demográfica localizando a las personas por grupos de casas – incluso si el censo había sido anónimo y sin direcciones, permitiendo organizar el movimiento de la población (ndr: de origen japonés) hacia los campos de concentración a partir del “42”.

“De esta manera, se derrumbaron juntas dos creencias: aquella de una tecnología neutral, sin ningún efecto en el mundo, y aquella de un sistema autónomo que se impone a individuos intercambiables. No es lo mismo tener o no tener una tecnología. Hay una diferencia entre consentir o negarse a cooperar”.

19 de julio 2011

Luca Bernasconi
Costantino Ragusa
Silvia Guerini Ragusa
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Carta de diciembre de 2011 de Billy desde prisión
Diciembre de 2011

Pero el significado que le damos al término nocividad, supera al de la pura capacidad de interferir en la salud de un organismo o de un ecosistema. Tenemos antes nuestros ojos nocividad cultural, política, social, pero lo que nos interesa identificar y atacar en este momento son los procesos que caracterizan la relación entre poder, tecnología y manipulación-destrucción de lo viviente, los intereses de la herencia, recibida por la industria científica, de miles de años de pensamiento autoritario y antropocéntrico. Algo que va más allá de un problema sanitario, que implica los aspectos fundamentales de una civilización tecnológica que se nutre del tiempo y de la vida de millones de individuos, humanos y no humanos, que filtra y subdivide a lxs seres vivxs en razas, especies, categorías incrustadas en una escala jerárquica ordenada en base a sus necesidades.

En un contexto de crisis global, es fundamental observar cómo este sistema recurre a la tecnología para prolongar su propia existencia. Después de haber consumido un planeta, de haber reducido los recursos debido al voraz apetito de una pequeña élite humana, después de haberlo excavado, destripado y envenenado, se sigue recurriendo a la ciencia, principal fuerza capaz de mantener intactas las actuales corrientes del dominio, además de incluso ofrecer en sacrificio las partes íntimas que hacen biológicamente posible la vida.
La lucha contra la nocividad no puede prescindir del contexto social que la produce y la hace necesaria. Esto significa llevar una crítica radical a la economía mortífera y al proceso tecno-científico, sin detenerse en sus aspectos parcialmente técnicos, sino en su totalidad, partiendo de la producción de bienes como producción de nocividad, pasando por la producción de necesidades impuestas, en una cada vez mayor mercantilización y cosificación de la vida, para llegar al mismo sistema como nocividad absoluta que controla tal producción, programando los umbrales de tolerancia y regulando la percepción y la aceptación.

Extraído del “Manifesto della coalizione contro ogni nocività”, en “Nanotecnologie: la pietra filosofale del dominio” (Il Silvestre, 2011).
El 15 de abril del 2010 por la tarde, fui arrestado junto a Silvia Guerini y Costantino Ragusa porque en un puesto de control nos encontraron en posesión de una discreta cantidad de explosivos, material inflamable y una serie de reivindicaciones de sabotaje contra el Centro Europeo de Investigación Nanotegnológica (aun en construcción) fruto de la colaboración entre la multinacional IBM y la Escuela Politécnica Federal de Zúrich. Después de 15 meses de investigaciones y profundas deducciones por parte del Fiscal Federal, el 23 de julio de 2011, vuelve el proceso contra nosotrxs, del cual salimos con una condena de 3 años y 4 meses y de 3 años y 8 meses, mientras aun en Italia una investigación de la Fiscalía de Turín investiga ahora los hechos. Durante las investigaciones al igual que durante el proceso nos hemos negado a participar en el juego de roles previstos en el ritual contra aquellxs que infringen la ley: el rol de culpable que crea atenuantes, justificaciones, que reconoce su culpa, o el rol de inocente, que se indigna por la acusación, que apela a un presunto sentido de la justicia de la jueza, que se reclama en la legalidad. En el espectáculo de “¡Se ha hecho justicia!” no hay rol para quienes rechazan los roles, ni tampoco hay autoridad competente para quienes desprecian toda autoridad.

La legalidad, mísera protectora de las peores injusticias, es una exaltación del Poder y un haz de luz apuntando a los ojos para mantener la vista encandilada de todxs aquellxs que han hecho de la aceptación del estado actual de las cosas, la fe y la resignación como primer mandamiento. A través de la legalidad, el Poder absorbe todas las tensiones y luchas por un cambio profundo, y desactiva cualquier posible y eventual alcance revolucionario o radical para restituirlos bajo la forma de un “derecho” o de un “deber”, de una concesión o de una obligación que no mellará al Poder mismo ni le hará cambiar ni una sola coma del

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