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Muerte obrera en el Astillero Río Santiago
Por Lucas Passa - La Izquierda Diario - Tuesday, Jan. 26, 2016 at 2:49 PM

Martes 26 de enero de 2016 | Ayer Ramón “Chirola” Ramírez, obrero del Astillero Rio Santiago (ARS) murió aplastado mientras realizaba tareas de mantenimiento en el ascensor de la grada 1. En medio de la bronca y el dolor, los trabajadores denuncian las deplorables condiciones de trabajo producto de la desidia estatal/patronal.

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El lunes al mediodía se conoció la triste noticia de la muerte de Ramón, cuando el ascensor que estaba reparando se le vino encima y lo aplastó. Según cuentan sus compañeros, los enfermeros y médicos que lo atendieron de inmediato en el Hospital Cestino de Ensenada, entró gravemente herido y no pudieron salvarle la vida.

La Izquierda Diario dialogó con Juan Contrisciani, delegado de Astillero Rio Santiago, y con Horacio Lassalle, médico del Hospital Cestino, quien conocía a Chirola y que día a día atiende a los trabajadores de la zona que concurren con lesiones producto de las malas condiciones laborales.

Ni una muerte laboral más

“El hecho conmocionó a toda la fábrica que se paralizó por completo al conocer la noticia. La patronal tuvo que decretar asueto para ‘legalizar’ la respuesta del conjunto de los trabajadores del Astillero que decidieron parar”, contó Juan Contrisciani, delegado del Astillero Rio Santiago.

“El inmenso dolor y la bronca por la pérdida del compañero se expresó en la fábrica mientras nos retirábamos y también en el hospital donde el Chirola no pudo ser reanimado”.

Los trabajadores del Astillero, masticando bronca, decían que esta muerte “no sea en vano”. Hace tiempo que los obreros denuncian las deplorables condiciones laborales. “Trabajamos con maquinaria obsoleta, sin insumos, sin herramientas, sin las condiciones mínimas de Seguridad e Higiene que merece todo trabajador”, explicó el delegado y miembro de la Agrupación Marrón Clasista del astillero.

“Los distintos gobiernos provinciales que se sucedieron desde que el astillero paso a la órbita provincial (Duhalde, Ruckauf, Solá, Scioli y ahora Vidal) solo se encargaron de pautar salarios -denuncia Juan Contrisciani- pero nunca destinaron partidas presupuestarias para renovación de infraestructura o maquinaria que hagan que la construcción de buques sea segura y no se ponga en riesgo la vida de los compañeros”.

Ayer perdió la vida Chirola Ramírez, pero no fue la única. El astillero carga con otras muertes obreras en su haber y accidentes gravísimos que dejaron lesionados a otros tantos. “Lograr que en el Astillero Río Santiago no haya más muertes obreras y conseguir las condiciones necesarias para trabajar en forma segura tiene que ser nuestra bandera”, sentenció el delegado.


Año 1998. Ante la muerte del obrero Lezcano, miles de trabajadores del astillero se movilizan para exigir justicia y las mejoras en las condiciones laborales

“La Asamblea General y la movilización fueron los métodos que históricamente hicieron que al Astillero resista los peores ataques e intentos privatistas. Hoy tenemos que retomar ese camino para que la vida del Compañero que se cobró la desidia patronal no haya sido en vano“.

“Desde la Agrupación Marrón le hacemos llegar a la familia del Compañero Ramón “chirola” Ramírez nuestras condolencias”.

Muertes evitables

“Cada muerte obrera, es una muerte evitable”, denunció Horacio Lassalle, que como médico día a día enfrenta casos similares al de Ramón Ramírez, donde la desidia de la patronal juega a la ruleta rusa con la vida de los trabajadores.

“Ayer al mediodía ingresó a la Guardia del Hospital Cestino ya sin vida Ramón Ramírez, víctima de un mortal accidente durante sus horas de laburo. Esta muerte me es cercana no solo por haberlo conocido a él, sino por conocer a su familia y a su padre Ricardo, con quien desarrollé una amistad durante mis años trabajo en la ambulancia de emergencias municipal de Ensenada”, relató Horacio aún conmovido.

Cuando Chirola entró a trabajar al Astillero Río Santiago fue una inmensa alegría para todos, “significaba que tendría asegurado un sueldo a fin de mes, que podría darle bienestar a los suyos, que se terminaba la incertidumbre de si salía una changa o algún laburo”, recordó.

En medio de la tristeza, Horacio dejó aparecer también la bronca y la impotencia: “La muerte de un trabajador es una muerte evitable porque cuando rascas un poco para averiguar las causas aparecen la falta de mantenimiento, la desinversión (de las patronales privadas o estatales), la desidia, las malas condiciones de trabajo”.

“Nosotros en el Hospital Cestino recibimos diariamente obreros del ARS, trabajadores de todas las industrias de la región como YPF, Petroquímica, Siderar (Ternium) y obreros de la construcción, con lesiones de distinta índole y le damos la primera atención. Casi sin excepción, la falta de medidas de seguridad en el trabajo, el agotamiento mental y/o físico, o los movimientos repetitivos extenuantes son el origen del problema”, explicó Lassalle.

Casos como el de ayer son impactantes porque un obrero perdió su vida mientras realizaba su tarea, pero los médicos que trabajan en centros de atención cercanos a polos industriales cotidianamente deben afrontar lo que causa la desidia patronal: “Te puedo asegurar que la cantidad de trabajadores que hay con incapacidades de distinta magnitud producto de las pésimas condiciones de trabajo, es abrumadora. Creo que es necesario y urgente pelear por mejores condiciones de trabajo, tanto como por salario para que no se naturalicen las muertes obreras”.

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