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“En Argentina hubo campos de concentración para indígenas”
Por ENDEPA - Wednesday, Feb. 03, 2016 at 11:13 AM

(Prensa ENDEPA) El pasado 30 de enero, Diana Lenton fue entrevistada por Adrián Paenza en el programa de la Televisión Pública, Científicos Industria Argentina. En esta entrevista, Lenton brindó una interesante mirada hacia el concepto de genocidio, su aplicación al caso de la historia de los Pueblos Originarios de nuestro país, y otras cuestiones derivadas.

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Diana Lenton se doctoró en Antropología por la Universidad de Buenos Aires en 2006, con Tesis titulada “De centauros a protegidos. La construcción del sujeto de la política indigenista argentina a través de los debates parlamentarios”. Desde 1994 es Docente de la UBA y Profesora Titular en la Carrera de Especialización en Estudios Culturales de la Universidad Nacional de Santiago del Estero.Es Investigadora Adjunta de CONICET, con un proyecto titulado “Inicios del movimiento indígena en la Argentina: hegemonía y memoria”. Dirige un equipo de investigación subsidiado por el sistema UBACYT (“Memorias colectivas y narrativas de la violencia. De la diáspora y el despojo indígenas hacia nuevas formas de comunalización”), integrado por varios investigadores y estudiantes de esta misma Sección. Forma parte del Equipo Responsable del proyecto PICT (FONCYT) “Genocidio, diáspora y etnogénesis indígena en la construcción del Estado – Nación argentino”.

En una primera parte, indicó que desde el equipo de investigadores que integra “empezamos a trabajar ante la consulta o discusión si el concepto de genocidio podía aplicarse a las políticas indigenistas de los estados actuales. Nos pusimos a buscar las pruebas, porque no es que no existan, sino que en archivos generales donde se han buscado y encontrado documentos para generar próceres y para la narración de la historia oficial, están también los documentos que demuestran el genocidio contra los Pueblos Originarios.. Están ahí, pero no se muestran”.

El profundo y paciente buceo de estos investigadores en la documentación disponible en archivos oficiales, les permitió conocer detalles de los campos de concentración a los que eran enviados contingentes de pobladores originarios de todas las edades, que eran luego entregados gratuitamente como mano de obra esclava de industrias, estancias e incluso “casas de familia”.

Sostuvo Lenton: “hay distintos lugares donde se localizaron prisioneros de la llamada Conquista del Desierto en la Isla Martín García, y eran campo de concentración, que no necesariamente tienen que ser campos de exterminio”. Sobre estos conceptos, la antropóloga remarca una diferencia en relación a uno de los paradigmas hegemónicos sobre los cuales suelen hacerse las referencias más usuales: “Nosotros luchamos contra el modelo de interpretación del concepto de genocidio que viene pensado para definir por ejemplo como campos de concentración solamente a espacios como lo que fuera Auschwitz. Existen los campos de concentración que no fueron campos de exterminio. En Martín García por ejemplo, se concentraba prisioneros de campañas militares de fines del siglo 19, que después se entregaban como mano de obra gratuita para industrias como las del algodón, el ázucar, etc. En archivos de la armada, están las cartas de la gente que pide por ejemplo 200 familias para trabajar en un ingenio, o una chinita para trabajar en tareas domésticas. Todas estas personas eran llevadas a esos destinos finales desde los campos de concentración”.

En este sentido, Lenton se refirió a otro punto neurálgico que funcionó como campo de concentración para poblaciones indígenas capturadas durante la Conquista del Desierto: el campo Valcheta, en la provincia de Río Negro. “En Valcheta hay un historia distinta, porque allí se dio la concentración de tribus enteras. Si bien tribu no es un concepto adecuado, en ese entonces así se denominaban. Este lugar funcionó como campo de concentración durante diez años. Y luego desaparece el campo. No quedó nada. Es decir, hay un sistema de silencio e invisibilización de esa historia. Lo que hacemos los antropólogos e historiadores, como método, es recoger las historias, las memorias que aún quedan. Tenemos personas que nos han contado que sus abuelos les contaron como se escaparon de los campos de concentración. En el caso de Formosa o Chaco, esas campañas que incluían reclutamiento en ese tipo de campos, duraron hasta la década del cincuenta inclusive”.

En cuanto al uso del término “genocidio” para referirse al proceso conocido como Conquista del Desierto, la investigadora asegura que “entre las cuestiones que se toman en cuentan para que una política sea conocida como genocidio está la de someter a una población civil , a las familias, y en este caso, lo que hace el Ejército de Roca es atacar a las familias. Ellos sabían que los indios de guerra, como les decían, estaban en determinados lugares y que en otros lugares estaban las tolderías donde estaban las mujeres, los ancianos y los niños. Iban a las tolderías, se llevaban a las mujeres, niños y ancianos, y quemaban los ranchos. Era parte de una estrategia. Después esos niños y esas mujeres se repartían en las ciudades”.

Lenton también hizo hincapié en otra metodología propia de esas campañas militares, que se repitiera además como método sistemático durante la última dictadura militar en la Argentina y otras dictaduras latinoamericanas: el robo de bebés. “En 1948 la Comisión para la sanción y prevención de delito de genocidio, de las Naciones Unidas, que se crea sobre modelo de genocidio armenio, genera un concepto de genocidio, que es una palabra moderna sobre la base del griego, que nace retroactiva porque es un concepto que se desarrolla con los crímenes ya consumados. Dentro de estos crímenes, la Comisión identificó también al robo de bebés”.

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