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La ecuación de Moyano, el costo oculto del tarifazo y la amnistía narcolavadora
Por Alejandro Bercovich - Monday, Feb. 08, 2016 at 1:10 PM

Vie, feb 5 2016 |

La ecuación de Moyan...
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El precio del cuero generó el cierre de la curtiembre Sadesa.

Antes de cumplir su segundo mes en la Rosada, el macrismo empezó a jugar el partido del año. Arrancó victorioso de la mano de Emilio Monzó, Rogelio Frigerio y sus promesas de obras para los gobernadores peronistas, que le permitieron abrir una cuña en el bloque de diputados kirchneristas y asegurarse el quórum para la reapertura del Congreso. Pero la importancia de las paritarias para el plan económico en marcha es tanto mayor que el propio Presidente no dudó en ponerse personalmente al frente de las negociaciones con Hugo Moyano para ponerle un coto a los reclamos gremiales. El freno del camionero, tan útil para Néstor y Cristina hasta la ruptura de 2011, es el pedal que necesita accionar Alfonso Prat-Gay para no salirse de la estrecha ruta que él mismo trazó con su meta de inflación del 20 al 25% para todo 2016. El gran interrogante es si el líder de la CGT Azopardo aceptará volver a ser el dique de contención de los salarios ajenos y si el mecanismo funcionará con la misma eficacia en pleno ajuste macroeconómico que en aquellos años de viento de cola y crecimiento a tasas chinas.

En el corto plazo, que el Gobierno logre contener la inflación depende de tres variables: el dólar, las tarifas y las paritarias. Transcurrido un enero durante el cual el billete verde subió de $13,41 a $14,38 y con un brusco aumento de la luz en puerta, la única fórmula a mano que le queda para no caerse de la pauta Prat-Gay es ajustar el tercer término. Y ahí es donde Moyano se vuelve indispensable. Es lo que admitió implícitamente Mauricio Macri al haberse reunido a solas y en secreto con el jefe cegetista, tal como reveló ayer el periodista Mariano Martín en Ámbito Financiero.

Moyano maneja su propia ecuación, donde los términos son otros. En primer lugar, el reparto inmediato de los $26.000 millones que adeuda el Estado a las obras sociales sindicales, entre ellas la suya. En segundo, la universalización y el aumento de las asignaciones familiares y la elevación del piso de Ganancias. Por último, y como compensación para los acuerdos salariales que no alcancen a empatar con la inflación, la cláusula gatillo o el incremento de suma fija de emergencia que pueda concederse a los empleados bajo convenio que más poder adquisitivo pierdan.

La morsa salarial

El problema no es solo para los trabajadores que vayan a ver resentido su salario real con paritarias a la baja. Como en el piso siete y medio de la película “¿Quieres ser John Malkovich?” o en la propaganda que hacía Martínez de Hoz en TV durante la dictadura (https://goo.gl /vILj6D), las Pymes empiezan a sentirse atrapadas por un techo bajo y un piso que sube. El techo esta vez no lo mantiene bajo el dólar sino un mercado interno en recesión, con un consumo minorista que cayó 2,3% en enero según la CAME y un bimestre por delante con “sueldos viejos y precios nuevos”, como suele definir el consultor Guillermo Oliveto. El piso, en tanto, sube sin pausa al ritmo del costo de los insumos importados y del precio de la energía, que aumentará hasta el 700% para industrias y comercios.

El abogado Miguel Calvete sacó rápido las cuentas: para un autoservicio chino de 300 metros cuadrados con cinco heladeras, una cámara de frío, dos cajas registradoras y un aire acondicionado de 6500 frigorías, el gasto mensual en electricidad subirá de $7.000 a más de $30.000. Eso obligará a los comerciantes a aumentar este mes entre un 1,5 y un 3% los alimentos, luego de un enero durante el cual las consultoras calcularon un 3% de inflación promedio.

Con sus directivos de vacaciones, las grandes cadenas de hipermercados aún no terminaron de hacer sus números. Fuentes del sector aseguran que trasladarán a las góndolas una suba aún mayor. Los aumentos de “segunda ronda”, así, pondrán en cuestión la pregonada justicia distributiva del tarifazo eléctrico. Esta semana, por caso, la consultora Contexto ya estimó en base a la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que el decil de menores ingresos sufrirá por el incremento una pérdida del 12,9% de su poder adquisitivo en el área metropolitana y del 6,9% en el resto del país. Para el decil más acaudalado, en cambio, el impacto es del 2,8% y 1,4% respectivamente.

La sintonía fina todavía brilla por su ausencia. La subsecretaria de Comercio Exterior, Leila Nazer, recomendó días atrás a un grupo de marroquineros que se conformasen con que el Gobierno haya eliminado las retenciones del 5% que pagaban hasta diciembre por sus exportaciones. Los industriales le explicaron que de poco sirve ese aliciente luego de que bajaran el doble (10 puntos porcentuales) las retenciones al cuero crudo, que ahora a los ganaderos les conviene vender afuera. Es lo que llevó al cierre de la curtiembre de SADESA en Las Toscas, donde 150 operarios quedaron en la calle, y lo que se cierne como una espada de Damocles sobre todas sus competidoras.

El que no corre, vuela

La remoción del tope máximo dispuesta esta semana para los pasajes aéreos de cabotaje es solo el primer paso en una reconfiguración del mercado aerocomercial que tiene por oculto demiurgo a Gustavo Lopetegui, el exCEO de Lan que aterrizó en uno de los despachos más cercanos al de Macri en la Rosada. La aerolínea chilena es la principal beneficiaria de la medida, porque solo explota las rutas más rentables, donde nadie reemplazaría un vuelo por un viaje en micro aunque su precio se dispare más allá de las nubes. El siguiente paso, temen los gremios aeronáuticos, será el levantamiento de una o varias de las rutas internacionales que le quedan a Aerolíneas Argentinas, como Roma o Madrid, que generan déficit y que el equipo de Isela Costantini considera un subsidio estatal a los sectores ricos que viajan hacia esos destinos.

La complejidad asoma en que los aviones no solo cargan personas sino también mercadería. Y que en 2013, cuando Mariano Recalde cerró con el mismo argumento la ruta transpolar hacia Sydney, allanó el camino para que la misma Lan se adueñara del tráfico con Oceanía con un vuelo diario desde Santiago y para que los vinos chilenos destronaran a los argentinos en el mercado de exportación hacia ese continente.

Son coletazos indeseados de pasos que el Gobierno lleva adelante con decisión, y hasta reivindica políticamente. Como el desmantelamiento también esta semana del área del Banco Central que se ocupaba de investigar delitos cambiarios, que según las nuevas autoridades perdió su razón de ser tras la liberalización del control de cambios. La fiscalía antilavado (PROCELAC) ya advirtió el riesgo que eso genera para el combate al narcotráfico organizado en sus eslabones más poderosos, que no son precisamente los que administran el menudeo en las villas ni las mulas de la frontera sino los que se ocupan del blanqueo de sus capitales.

El jefe de la PROCELAC, Carlos Gonella, le avisó a la procuradora Alejandra Gils Carbó que la desaparición de esa oficina del Central complicará dos causas donde aparecen imputadas cuevas de la City y de Mar del Plata, con presunto fondeo del narcotráfico. Y que su desarticulación implica además contrariar las últimas recomendaciones del GAFI, que aconseja a sus países miembro articular las acciones de sus distintas oficinas contra el lavado de activos.

Gils Carbó se lo transmitió ayer mismo al ministro de Justicia, Germán Garavano, en una reunión bastante cordial que mantuvieron para coordinar políticas luego del alto el fuego al que parecen haber llegado tras la embestida inicial para remover a la procuradora del cargo. En algunas partidas, como en ésa, el oficialismo empieza a pactar tablas para no distraerse de la partida principal: la pelea por los salarios.

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