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El sinuoso camino del reendeudamiento
Por Eduardo Lucita - Monday, Feb. 08, 2016 at 1:19 PM

7 de febrero de 2016 | Todos los movimientos del gobierno Macri están orientados a un nuevo ciclo de endeudamiento externo, revirtiendo así el proceso anterior. Sin embargo ese camino muestra más obstáculos de los previstos.

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Si la administración kirchnerista hacía de su política de desendeudamiento externo una virtud -sin tener en cuenta las implicancias de los pagos con reservas menos aún los costos del endeudamiento interno- la administración Macri presenta como su principal virtud la buena letra frente a los organismos y al poder financiero internacional para generar confianza y atraer capitales. Es una lógica inversa a la anterior, que por ahora no dio resultados.

El obstáculo Griesa

En la reciente campaña electoral los dos candidatos que llegaron al balotaje, especialmente en el período entre la primera y segunda vuelta, pusieron énfasis en que su administración lograría ingresar al país miles de millones de dólares.
Bueno es recordar que parte del camino fue allanado por el ex ministro Kicillof cuando en tiempo récord arregló: a) con el Club de París, con el sencillo trámite de solo preguntarle al acreedor cuanto se le debía. Así dejo pasar la oportunidad de investigar esa deuda, particularmente el tramo contraído por la dictadura militar del cual se duda que una parte haya ingresado efectivamente al país. b) Con REPSOL por la reapropiación del 51 por ciento del paquete accionario. La empresa exigía inicialmente una indemnización del orden de los 15.000 millones de dólares, que acertadamente el gobierno de entonces redujo a 5.000 pero, como explicara en su momento Kicillof quedaba un daño ambiental equivalente, por lo tanto no se le pagaría nada. Finalmente se le entregaron bonos por valor de 7.500 millones, que a la cotización del día era lo que reclamaba REPSOL. c) Se pagaron unos 600 millones al CIADI. Organismo de resolución de controversias del BM, que equipara a Estados soberanos con las corporaciones.

Cuando este proceso estaba terminado apareció Griesa y trabó el reingreso a los mercados voluntarios de crédito. Sin posibilidades de acceder al crédito internacional el ministro profundizó la política de financiar al Tesoro Nacional con emisión. Si CFK colocó al enfrentamiento con Griesa y los buitres en una suerte de gesta antiimperialista, AK hizo del financiamiento monetario sin límites un agregado a la por él promocionada neokeynesiana teoría de la economía tirada por la demanda.

Estado de la cuestión

El pago con reservas de la deuda (desde el 2003 se pagaron, por capital e intereses, 145.000 millones) y cambios en su composición interna han dejado como saldo que la relación deuda externa/PBI sea de las más bajas del mundo. Lo que el macrismo celebra como “la herencia positiva”.

Según datos oficiales al 31.12.14 la Deuda Pública Total alcanzaba a los 221.7 millones de dólares, de los que 67.3 millones corresponden a deuda externa propiamente dicha. Durante los primeros nueve meses del 2015 esa deuda se incrementó en unos 18.200 millones, llevando el total a un estimado de 240.0, y la externa a 85.8.

Estos datos no incluyen los bonos en poder de los fondos buitre, de los llamados “me too” -los que se sumaron al fallo Griesa- y otros, que algunas estimaciones calculan en 10.000 millones, lo que llevaría el total a 250.000.

El rumbo macrista

El nuevo gobierno ha avanzado en dos frentes. En el plano internacional la presencia en el Foro Davos, del que Argentina estuvo ausente los últimos 12 años, del que el presidente no trajo nada en concreto, pero “demuestra su voluntad de reintegrarse al sistema mundial”, y la reanudación de las negociaciones con los fondos buitre. En lo interno se aprobaron emisiones de nuevos bonos por unos 12.000 millones y se convirtieron yuanes del swap chino por 3.086 millones de dólares con los que se reforzaron las reservas.

Pero lo más destacado hasta ahora ha sido el llamado nuevo megacanje. El cambio de 16.000 millones en Letras del Tesoro Nacional, intransferibles y a muy baja tasa, en poder del BCRA, por bonos con vencimientos a 7, 10 y 12 años con tasas levemente inferiores al 7 por ciento, que nuevamente incluyen la sesión de soberanía jurídica a favor de los tribunales del Estado de Nueva York.

Estos bonos son la garantía del préstamo puente de bancos internacionales que acaba de acreditarse. En principio se pensaba en 15.000 millones, finalmente solo fueron 5.000, lo que habla de las dificultades persistentes para al endeudamiento. Se ha cambiado deuda interestatal por deuda externa potencial. Al menos por ahora.

Tropezando con la misma piedra

El obstáculo principal para el reendeudamiento siguen siendo los fondos buitre. Estos pretenden cobrar el 100% de la deuda más los intereses punitorios, fijados por el juez Griesa a una tasa del 9 por ciento anual. Por el contrario el gobierno pretende pagar con bonos a largo plazo con una quita en los intereses.

Para que se comprenda lo que está en juego. Si a septiembre del 2012, fecha del fallo Griesa, el monto establecido era de 1.330 millones (32 por ciento de capital, 30 de intereses caídos y 38 de punitorios) esa suma a igual mes del 2015 trepa hasta los 1832 millones (23 por ciento de capital, 26 de intereses caídos y 51 de punitorios!!!) se entiende así porqué los buitre demoran el acuerdo. Sumados los intereses de los bonos más los punitorios da una tasa de ganancia inigualable en otras partes del mundo.

Se está discutiendo la quita, el tipo y plazo de los bonos, pero ahora los buitre exigen “confidencialidad” de las tratativas -similar al contrato con Chevrón; a la de la base china en Neuquén y al mismo salario del titular del YPF. A la par que buscaron trabar el crédito puente con los bancos internacionales. Pareciera que el trámite no será sencillo, además que, una vez logrado, el acuerdo deberá ser aprobado por el Congreso, que por si fuera poco deberá levantar las leyes Cerrojo y de Pago Soberano.

Así, la promesa de campaña de que la sola presencia de Macri en la Casa Rosada atraería un flujo de miles de millones de dólares hasta ahora no se verifica. Incluso los sojeros han faltado a su compromiso, siguen demorando las liquidaciones y mantienen retenidas unos 10 millones de toneladas de soja. Esta constatación incentiva la ansiedad del gobierno por el ingreso de divisas frescas. Necesita urgente financiamiento para graduar el ajuste fiscal, y evitar así un mayor impacto sobre los trabajadores y los sectores populares, e impulsar la obra pública en las provincias, cuando ya se divisa el horizonte de las elecciones del 2017 que el macrismo necesita ganar.

Siempre la inflación

Combinar graduación del ajuste y endeudamiento requiere controlar la espiral inflacionaria, y esta no parece dar tregua. Al envión de los precios de diciembre y enero, impulsado por los formadores de precios –los mismos gran burgueses que han regresado a la Rosada luego de 10 años de ausencia- se sumaron ahora el ajuste de las tarifas eléctricas, el gas, más adelante el transporte, y el efecto que esto puede tener sobre el conjunto de la economía.

Según Carta Financiera estimaciones privadas ubican este impacto “…entre un 5% y un 9% en la inflación anual de 2016. El impacto es recesivo, ya que impone un costo más alto para industrias y consumidores finales. Es inequívocamente una caída del salario real”

El ministro de agricultura se queja porque los intermediarios no bajan el precio de la carne; el de economía porque no ingresan dólares; los que abogaban por un mercado libre de cambios ahora se preocupan porque el dólar está bajo Ya hay exportadores que temen pase lo mismo que en el 2014, que el alza de los precios se coma la devaluación y se vuelva a empezar. El Jefe de Gabinete transmite a empresarios su preocupación porque no bajan los precios. En el horizonte inmediato están las paritarias… del acuerdo de precios y salarios, son pocos los que lo mencionan.

Nada es sencillo, por el contrario es un camino muy sinuoso. Mientras se tensa la cuerda social el presidente Macri, uno de ellos, está probando de su propia medicina.

Eduardo Lucita, integrante del colectivo EDI – Economistas de Izquierda

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