Julio López
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8 de Marzo – Luchamos contra el capitalismo… obtenida la victoria crearemos un porvenir...
Por Fogoneros - Thursday, Mar. 10, 2016 at 2:15 AM
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Día Internacional de la Mujer Trabajadora Compartimos Nuestra Posición y un mensaje de la compañera epepista, Carmen Villalba, dirigido a las mujeres de Nuestra América 1376494_10202291922724897_1590324533_nRecordamos en este día a todas nuestras compañeras trabajadoras que entregaron su vida luchando por la dignidad y libertad de su pueblo; y al mismo tiempo reivindicamos a todas las mujeres que, en la actualidad, se levantan en contra la explotación y luchan sin descanso, porque saben que eso es lo único que nos hará verdaderamente libres.

8 de Marzo – Luchamos contra el capitalismo… obtenida la victoria crearemos un porvenir luminoso para nuestros hijos.


Día Internacional de la Mujer Trabajadora

Compartimos Nuestra Posición y un mensaje de la compañera epepista, Carmen Villalba, dirigido a las mujeres de Nuestra América

Recordamos en este día a todas nuestras compañeras trabajadoras que entregaron su vida luchando por la dignidad y libertad de su pueblo; y al mismo tiempo reivindicamos a todas las mujeres que, en la actualidad, se levantan en contra la explotación y luchan sin descanso, porque saben que eso es lo único que nos hará verdaderamente libres. Cuando decimos que la mujer es doblemente explotada, es porque el patriarcado no ha sido removido sino maquillado, generando sólo ilusiones de empoderamiento de la mujer. La mujer sufre la doble opresión como trabajadora y como principal sostenedora de la fuerza de trabajo de los capitalistas, es decir, lleva la carga de las tareas del hogar, el cuidado de niños y ancianos, producto de las funciones prácticas y simbólicas que le impone el capitalismo. La familia, dentro del sistema capitalista, encierra todos los antagonismos que se desarrollan en la sociedad. La familia, la propiedad privada y el estado bajo este régimen de explotación son los tres de los eslabones más importantes que sostienen el capitalismo. Funcionando de manera ensamblada intentan sostener al sistema eliminando toda posibilidad de propiedad colectiva, tal como se practicaba en las comunidades originarias. Además el capitalismo está sostenido por un fuerte bagaje subjetivo, que implica la reproducción del discurso dominante, sin el cual no sería posible mantener dichas estructuras. Los capitalistas tienen siempre como objeto demostrar la inmutabilidad de los sucesos y así dominar el proceso histórico por el pensamiento y por la violencia. Se trata de naturalizar y despojar de su fundamento histórico los hechos y situaciones que en realidad son forzadas por quienes dominan al pueblo para poder explotarlo. La dependencia entonces no es sólo económica sino que atraviesa todas nuestras prácticas, formas de pensar, de sentir y de hacer. Pero estos mensajes capitalistas siempre contienen un punto de fuga, es decir que en algún momento se hacen ya inaceptables por parte del pueblo trabajador. Entonces cuando las demandas del pueblo crecen y se les hace insostenible seguir sosteniendo una idea naturalizada de dominación, aparecen los giros discursivos y las concesiones, siempre acomodados y delineados en beneficio del régimen del capital. Por eso, en los últimos tiempos la burguesía se ha visto obligada a levantar banderas de reivindicación de la mujer, otorgándoles algunos reconocimientos o aparentes “conquistas”, que les permitan seguir alimentando ilusiones dentro del capitalismo. Como decíamos anteriormente siempre estos “cambios” son utilizados en beneficio del sistema. En el sistema capitalista las concesiones que se le otorguen a cualquier sector del pueblo trabajador por parte de las clases dominantes, inclusive producto de la lucha, son en función de incrementar las ganancias de la burguesía, y si no es así, cómo mínimo tendrán como condición no afectar los aspectos estructurales del sistema. Por esto, la lucha de las mujeres trabajadoras es, siempre, codo a codo con el hombre trabajador. Nuestra tarea es fortalecer la praxis revolucionaria y eso necesariamente implica el combate decidido a todo tipo de conciliación de clases. La lucha es una sola y es la lucha por terminar con la explotación del hombre por el hombre, por el socialismo, por la construcción de hombres y mujeres nuevas… por eso tenemos que hacer la revolución.

Elegimos en este día compartir las reflexiones de la compañera epepista Carmen Villalva, que se encuentra presa en el Penal del “Buen Pastor” en Paraguay por luchar contra el sistema opresor, y que a ni aún teniéndola como prisionera del sistema han podido quebrantar la moral como combatiente revolucionaria. La compañera nos envía estas palabras, pero en realidad, al leerlas, enseguida notamos que son mucho más que palabras, son sus convicciones más profundas, porque ella sabe que sí se puede… que la revolución llegará más temprano que tarde, y que las mujeres trabajadoras debemos ser protagonistas para que eso sea posible… Nos dice Carmen: Camaradas trabajadoras: el partido revolucionario debe ser la tribuna de los oprimidos. La lucha por la liberación de la mujer debe converger en esa tribuna. Los compañeros trabajan duro junto a nosotras. Su destino y el nuestro es el mismo. El camino es el de la lucha organizada contra el capital, contra toda opresión, maldad y violencia. Compañeras… no tenemos otro camino, los intereses de los trabajadores y trabajadoras son iguales, son los mismos. Solo mediante la lucha unificada de los trabajadores y trabajadoras, en organizaciones de trabajadores y a través de la construcción del partido revolucionario, conseguiremos una vida mejor. Hoy, hombres y mujeres por igual se unen a la lucha revolucionaria, toman la decisión de cargar sobre sus hombros la obligación histórica de unir voluntades, acumular fuerzas y consolidarlas, para en un futuro no muy lejano romper el capitalismo y hacer avanzar la historia. En esta titánica tarea, en el fragor de la lucha, los compañeros y compañeras tenemos la obligación de ir deshaciéndonos de concepciones y conductas patriarcales. Los hombres y mujeres revolucionarios debemos adelantar las prácticas políticas, morales y la ética comunista. Por eso, en nuestras filas no tienen cabida conductas como el machismo o el feminismo desprovisto de contenido de clase. Estas prácticas no tienen un carácter eterno, van unidas a sociedades que fueron construidas sobre la base de la propiedad privada, en el marco del régimen esclavista; feudal y burgués; ya que todo su ordenamiento jurídico; político, cultural e ideológico se asienta sobre la propiedad privada. El reflejo en nuestras conciencias de esas relaciones sociales de producción, hacen aflorar conductas y pensamientos propios de este régimen social. Una de ellas es la creencia de que la mujer es la responsable natural de la reproducción humana, en una sociedad que asigna y tiene al proletariado como productor de la riqueza de los capitalistas, como esclavo asalariado atado a los dictados del capital. De allí que la mujer en una sociedad patriarcal se halla doblemente oprimida, por el esposo y por el capital. Los revolucionarios, hombres y mujeres, lejos de distraernos, lejos de dispersar nuestras energías y nuestras fuerzas en organizaciones pequeño burguesas; con ideas parcializadas, desprovistas de contenidos revolucionarios de clase y sin el objetivo de tomar el poder político; tenemos la obligación de converger todas las organizaciones de carácter reivindicativo en la tribuna de los oprimidos: el partido revolucionario. Todo lo que hagamos fuera de ella solo nos alejará más de la posibilidad de lograr la liberación de la mujer, solo logrará prolongar la insoportable opresión en la que nos hallamos las mujeres, prolongará el dolor y el sufrimiento de nuestros hijos, de nuestro pueblo, de nuestra clase. Las mujeres obreras han tomado y toman partido por la lucha en sus diferentes formas y escenarios; desde la lucha por un pedazo de tierra, cortes de ruta, toma de fábricas, huelgas, paros, protestas callejeras, luchas sindicales y movimientos revolucionarios armados. Las mujeres campesinas y de la ciudad, las mujeres trabajadoras, no estamos condenadas al reino de la opresión y la miseria. Hoy recordamos a todas las mujeres abnegadas, que han consagrado su vida a una perenne lucha de subsistencia, mujeres fecundas que en su faena diaria sortean miles de adversidades para sacar adelante a sus hijos, que no descansan ni desfallecen antes de verlos crecidos y fuertes. Mujer aguerrida que no ha sesgado un minuto en su lucha de sobrevivencia, aunque el régimen capitalista la hostiga y la pone a prueba todos los días. Mujer valiente que se ha puesto al frente cara a cara a las fuerzas represivas, muchas veces muñida solo de valor y rebeldía, defendiendo su lucha. Mujer que no ha sido infectada por la cultura, bestial y deshumanizante, que busca destruir esas cualidades estoicas que toda mujer del pueblo supo construir en su resistencia diaria. Si a todas esas agudezas y habilidades, que la hostilidad de un régimen patriarcal nos ha hecho desarrollar, las juntamos y las ponemos al servicio de la lucha revolucionaria ¡que grandeza de patria tendríamos!… Luchamos contra el capitalismo… obtenida la victoria crearemos un porvenir luminoso para nuestros hijos.

LIBERTAD A TODAS LAS PRESAS Y LOS PRESOS POR LUCHAR!!! TENEMOS QUE HACER LA REVOLUCIÓN!!! TODAS LAS COMPAÑERAS CAÍDAS EN LA LUCHA POPULAR… PRESENTES!!! Organización de Liberación Nacional y Social FOGONEROS

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