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El suelo que habitas
Por Homero Ramírez* - Thursday, Mar. 24, 2016 at 6:06 PM

23 de Marzo de 2016. Especial para CTA Rosario | Desde la clase trabajadora hay cosas que al disponernos a cualquier balance sectorial nos arden en lo profundo de la memoria viva. Por eso antes de intentar una reflexión que intente atravesar los 40 años del golpe y la lógica de producción del hábitat, inevitablemente tendremos que desnudar una pregunta que se enclava definidamente en el espacio de intersección de ambos planos.

El suelo que habitas...
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Foto: Catalina González

¿Donde se fue el “golpe”? ¿Alguien lo vio?

Dicen, algunos “pata en el suelo”, “cara sucias”, que lo vieron caminando y golpeando todavía en una calle de tierra impregnada de fluidos cloacales. Una calle que zigzaguea entre casillas de chapa, cartón y techitos bajos donde azotan los 60º de térmica, los grados de Ritter, las inundaciones y los aludes que horrorizan en la tapa del diario. Allí los límites de la propiedad privada son los remiendos de tejidos estirados, deshilachados por donde demuestran los perros de costillas marcadas que así como no saben de naciones, tampoco entienden de contratos sociales. Cada tanto una puerta abierta, filtrada por una cortina atada al costado, deja asomar una carita espiando si hay espacio para el futuro. ¿Ya se fue “el golpe” o sigue ahí afuera?

Hay un mito que ronda el barrio, la villa, el cantegril, la favela, la callampa. Dicen que esas calles caprichosas se hacen derechitas y humanas en la otra punta. Dicen que podes averiguarlo, pero quizá en el camino te matan porque sos pibe, porque sos mujer, porque sos puto, porque no hay que comer, porque no hay donde escapar y te cruzaste el tejido. No importa mucho, porque dicen también que en todo caso, por algo será. Los rumores llegan de quienes día tras día salen a poner su fuerza de trabajo para construir el hábitat de “los otros”. Mientras durante el resto del día con las fuerzas que quedan y los recursos que no hay, construyen la ciudad y el mundo propio.

A lo largo de la geografía y la historia el patrón de ocupación de territorio urbano, no es otra cosa que la lucha de clases. Es vivir en el borde, vivir afuera, flotar en medio dejando el salario, haciendo de las mudanzas la trama de la vida familiar. Dejando en los traslados el tiempo y el salario, porque la localización se paga. El monopolio de la localización es la esencia misma de la propiedad privada, la expresión más capitalista. Más escindida de la vida: la apropiación privada de lo socialmente producido, contradicción sobre la que se despliega la construcción de cualquier ciudad.

Sin embargo el capital y los capitalistas, no pueden materializar su utopía de prescindir de la vida, aun en la época más virtualizada, siguen necesitando subordinar la vida y el territorio. A través de un modelo criminal de concentración de la propiedad, para socavarla, contaminarla, devastarla en lo extenso. Y para saturarla, multiplicarla, hacinarla en lo intenso del mundo urbano. Mientras que en grandes extensiones se concentra la propiedad de la tierra, en los conglomerados se concentra la propiedad de la vida humana mercantilizando todo acto que implique reproducirla. El precio no se paga por lo que se produce, sino por lo que se “extrae” en un caso y por la “localización” en el otro. Mientras se extractiviza la producción, se financieriza la economía y se inmobiliariza la vida urbana.

El Estado capitalista, garantiza y promueve una matriz productiva, económica, social, y cultural específica. Se recorta la política habitacional, se disocia la vivienda de la tierra. Porque la lógica de la localización no se trastoca, la tierra es una mercancía más. Nada más ideológico que la frase el “Estado no tiene tierra”. Decía Roque Dalton: para reconocer un burócrata, plantéale un problema ideológico. Pues, noticia: la propiedad es una relación social. Ergo, la afirmación implícita es: “este Estado no modificará las relaciones sociales dominantes”.


Foto: Catalina González

Matriz conservadora, experiencias populares

En Nuestramérica, aún en un escenario continental de exacerbación de las contradicciones de clase, con momentos vividos de ofensiva popular. La matriz productora de hábitat ha sido un núcleo duro conservador. Recordemos que en América Latina, 7 de cada 10 habitantes viven en centros urbanos. Mientras que en Argentina la proporción sube a 9 de cada 10. La disputa se da sobre la contradicción que representa tamaña desproporción en un continente de inconmensurable condiciones naturales, geográficas e históricas para construir un modelo de desarrollo no mercantil, que supere la contradicción campo ciudad funcional a la matriz económica mundial.

Estos años, en contexto de los FSM, del ALBA, de distintos ensayos de integración de los Pueblos, profundizamos la construcción de la SeLViHP –Secretaria Latinoamericana de la Vivienda y el Hábitat Popular, construcción de organización y solidaridad internacionalista que llevamos adelante desde 1990. Allí caminamos juntos con el Movimiento de Pobladoras y Pobladores de Venezuela que a fuerza de movilización y organización pudieron instalarse como un actor importante de la Gran Misión Vivienda (dominantemente de producción empresarial) desarrollando la producción social autogestionaria, sin patrón y de propiedad colectiva. Hoy ante el cuadro de ofensiva del capital internacional sobre la Revolución Bolivariana resistiendo en la calle la embestida contra la propiedad colectiva y la Ley de Alquileres. En Brasil también las organizaciones sociales lucharon y lograron una porción del programa “Mi Casa, Mi Vida” de orientación inicial a la empresa privada, desplegando la producción a escala y hoy profundizando el modelo de producción y propiedad. Compartimos y construimos con el pueblo Chileno (hoy paradigma de la producción empresaria subsidiada) el resurgir de la experiencia cooperativa que fuese antecedente junto a la experiencia sueca para la política uruguaya, que permitió con las 3 experiencias piloto que serían la semilla de la FUCVAM (Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua) desarrollar la normativa mas avanzada en términos de producción autogestionaria del continente ( Ley Nacional de Vivienda del Uruguay).

En Argentina, mientras tanto y sin ser ajenos al contexto regional, en los años post 2001, nos debatimos entre crear una alternativa desde la crisis y la historia del movimiento popular, o la reconstrucción de la institucionalidad perdida. Articular una alternativa clasista o la reconstrucción de la burguesía nacional y el capitalismo serio, nacional y más humano, características tan antagónicas con el capitalismo, como su apropiación retórica de la lucha de nuestros compañeros.

En estos años de mayor “presencia” del Estado. La “política pública” se convirtió en un latiguillo para reacomodar las oxidadas estructuras. La concepción de “hábitat” se incorporó discursivamente en una seria de nuevas Direcciones y Agencias estatales, que no han garantizado, salvo contradictorias excepciones, más que orientar la lógica de producción viviendista hacia la lógica empresarial del lucro basado en las necesidades populares y la promoción de inversiones en todos aquellos espacios urbanos que tengan una baja rentabilidad.

Esta “salida” al contexto de crisis, acentuó la diferenciación socio-espacial ya existente en relación a determinados sectores de la ciudad maximizando la renta diferencial que ofrece su localización centralizada y bajo el control dominante y monopolizado de grandes empresas constructoras e inmobiliarias. Profundizando la segregación, fragmentación y homogenización direccionada políticamente, tendientes a desplazar la renta de vivienda por la renta especulativa y comercial, transformando por un lado usos sociales históricamente construidos en determinados barrios de la ciudad, y por otro, una gran concentración de la propiedad en pocas manos cuya contracara se revela en el postulado de los movimientos sociales de pobladores de toda nuestra región: “Mucha gente sin casa y muchas casas sin gente”.


Imagen de SL24

Derrame de desigualdad

En nuestra provincia según datos censales (2010) 3.200.376 habitantes, 1.147.270 hogares (2010) - 309.567 familias tienen problemas habitacionales. En la ciudad de Santa Fe, el 45 % de los hogares alquila u ocupa una vivienda, y un 30% no es propietaria (ocupación o préstamo). El déficit habitacional se aproxima a las 24.000 familias y se registran “oficialmente” en la ciudad 40 asentamientos informales en el que habitan unos 70.000 habitantes. La inundación del 2003 en Santa Fe reveló que de la población afectada (139.886 habitantes – 37.85%), 89.818 habitantes vivían en el sector oeste de la ciudad, sector coincidente con el territorio de mayor índice de vulnerabilidad social. El informe de CEPAL – ONU (2003) planteaba que sobre el total de viviendas afectadas por la inundación en la ciudad, “17.000 viviendas debían ser reubicadas porque fueron destruidas o afectadas seriamente”. En dicho sector, también se localizan la mayoría de los planes habitacionales estatales FONAVI (Fondo Nacional de Vivienda) construidos en la década del ‘70 y ‘90. El propio secretario de planeamiento urbano de la municipalidad de la capital provincial argumentaba 2 años después de las fatídicas inundaciones del 2003 (aun sin responsables) la “falta de planificación” poniendo de relevancia la necesidad de concretar un plan urbano, y particularizando en la construcción de normativas que “regulen la explotación del suelo urbano”: “mejorar las condiciones normativas en sectores de valor estratégico, orientando la inversión inmobiliaria hacia dichos sectores”.

Durante el periodo 2001-2010 se han creado artificialmente 108has. en la ciudad de Santa Fe, concentrada mayormente en PH, y en unidades de una sola habitación. El 4% de los que pagan la TGI (Tasa General Inmobiliaria) concentra el 20% de la propiedad, teniendo casos en que personas individuales concentran más de 300 inmuebles en su propiedad, y el caso más significativo lo revela una empresa de que tiene a su nombre 663 inmuebles. A su vez aproximadamente el 20% de las viviendas en la ciudad están desocupadas .Dicha situación local, es concomitante a lo que revelan otros datos a nivel provincial. En términos de los sectores de la “producción” expresa el PBG Provincia de Santa Fe presenta como actividad que “produce mayor riqueza”, a los “servicios inmobiliarios”, y donde el rubro de la construcción, como sector que menos aporta el PBG, precisamente sector directamente involucrado en el proceso de producción de estos bienes, a través del trabajo.

En este escenario los movimientos sociales disputamos la construcción de nuevas institucionalidades en las que la participación popular es central para enfrentar sus principales desafíos: un espacio donde habitar y producir hábitat. Estas nuevas institucionalidades conviven con un contexto de crisis global en el que los debates sobre el modelo productivo, el tipo de desarrollo y la cuestión ambiental se amplifican de manera creciente. Las estrategias que se despliegan tienen que ver con la producción social del Hábitat y un conjunto de modalidades de autoproducción impulsadas históricamente por los sectores populares, esto como consecuencia de la persistente brecha entre las características y alcances de la producción capitalista de la vivienda y la demanda social de vivienda y hábitat. (Rodriguez&Procupez, 1998).

En ese escenario la Producción Social Autogestionaria de Hábitat de propiedad colectiva, es la disputa por un Estado que transfiera recursos y se transforme en función de las necesidades del pueblo organizado, y no de la burocracia empresarial. La producción cooperativa sin patrón de bienes de uso y no de mercancía. Y fundamentalmente el transito contradictorio hacia una cultura antiasistencial, anticapitalista, antimperialista y antipatriarcal.

El desafío histórico es asumir la disputa concreta de los medios de producción, y la transformación del Estado. Asumirnos organizativamente fuera del juego de la oferta y la demanda, entendiendo la problemática habitacional no como un defasaje coyuntural dentro del cual exigir cupos dentro de la lógica de producción capitalista, sino como un problema estructural de la sociedad de clases. Que no tiene resolución en la misma. sino sólo en la sociedad nueva que tenemos que parir.

Desde este recorrido nos volvemos a preguntar: ¿Dónde se fue el golpe? Alguien lo vió?

Este 24 y todos los días, la única marcha que tiene sentido estratégico, es la marcha de la humanidad, la marcha de la lucha de clases. Y las opciones son las mismas, Socialismo o muerte. El espacio deshumanizado del capital que mastica vida y escupe cosas, o una ciudad y un territorio libre donde florezcan las casas y la flores. El mundo que describía el comandante Tomás Borge, donde nuestra venganza personal "será el derecho de tus hijos a la escuela y a las flores".


*Homero Ramírez, Secretario de Formación de la CTA Santa Fe (ciudad) y Secretario General de la Federación de Coopertativas Autogestionarias MOI. Especial para CTA Rosario.

ps:

I) La SeLViPH Secretaria Latinoamericana de Vivienda y Hábitat Popular es una red de organizaciones productoras de Hábitat que se fundó en septiembre de 1990 y la integran organizaciones de Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Venezuela y Uruguay.

II) “Hábitat popular, políticas públicas y reconfiguración territorial en una ciudad intermedia vulnerable a inundaciones.” Coniglio, Dutruel, Ramírez, Rodríguez, 2015.

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