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Los aceiteros rompen el molde de las paritarias
Por Alvaro Torriglia / La Capital - Monday, Mar. 28, 2016 at 8:45 AM

Domingo, 27 de marzo de 2016 | El plenario de delegados de la federación nacional trabajadores del complejo oleaginoso definió en Rosario que reclamará un salario mínimo de 20.384 pesos en la próxima paritaria.

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El plenario de delegados de la federación nacional trabajadores del complejo oleaginoso definió en Rosario que reclamará un salario mínimo de 20.384 pesos en la próxima paritaria. La suma implica un aumento de 43% sobre la acordada hace un año atrás, al cabo de una durísima huelga de 25 días que sacudió al principal sector agroexportador de la economía nacional. Frente a una política macroeconómica orientada a planchar el salario real, en medio de una ola de despidos que condiciona la puja distributiva y a contrapelo de grandes sindicatos privados que acordaron paritarias cortas a la baja, el gremio de los aceiteros vuelve a romper el molde. “Sabemos que el gobierno va en contra de los trabajadores y que será una pelea dura pero nosotros vamos a pelear por cuidar los puestos de trabajo y también por un salario digno”, advirtió Daniel Yofra, secretario general de la FTCIODyARA, al final del encuentro.

La definición de la demanda salarial para renovar el acuerdo que vence a fin de marzo, fue la principal conclusión del séptimo plenario del delegados de la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina. La base de ese reclamo, explicó Yofra, es la defensa del salario mínimo, vital y móvil, calculado de acuerdo al concepto que el gremio introdujo hace algunos años como pauta de negociación en el sector y que fue tomado como referencia por otras organizaciones sindicales.

Ese cálculo corresponde a la definición que el artículo 14 bis de la Constitución nacional y, el artículo 116 de la ley de contrato de trabajo establecen respecto del piso de ingresos para el trabajador: la menor remuneración que debe percibir en efectivo eltrabajador sin cargas de familia, en su jornada legal de trabajo, de modo que le asegure alimentación y vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte y esparcimiento, vacaciones y previsión. Según la medición de los equipos técnicos del sindicato, basados en las estadísticas oficiales existentes, “ese salario debe alcanzar en 2016 el monto de $ 20.384”, explicó Adrián Dávalos, secretario gremial de la federación y titular del Sindicato de Obreros Aceiteros de Rosario (Soear). El aumento llega al 43% y, aunque más próximo a la inflación real, está muy lejos de la pauta del 20/25% que trató de imponer el gobierno nacional. Pero el dirigente relativizó la discusión en torno de los porcentajes “porque siempre son tramposos”. Y enfatizó: “Lo que reclamamos es lo que tiene que ganar el trabajador para vivir”, agregó.

Yofra y Dávalos consideran que “hay muchos sectores de actividad” en Argentina que pueden pagar este salario mínimo, y están convencidos de que la voluntad de luchar por ese objetivo es la diferencia entre conseguirlo o no. Más allá de eso, subrayan que las medidas del gobierno de Mauricio Macri, como la devaluación y la reducción o quita de retenciones, mejoraron las condiciones de rentabilidad de toda la cadena de agronegocios.

El plenario también repudió “las decenas de miles de despidos y los hechos de represión contra trabajadores de parte del nuevo gobierno nacional y su intento de cercenar de forma inconstitucional los derechos de opinión, protesta, manifestación y huelga a través de la resolución ministerial del denominado protocolo de actuación de las fuerzas de seguridad”.

Desde su recuperación en el año 2004, el sindicato de aceiteros de Rosario primero, y la federación nacional después, buscaron expandir los límites de la puja distributiva. Encadenaron así, la lucha por el correcto encuadramiento sindical, contra la precarización y a favor de la caracterización y definición del salario mínimo. Esa disputa los llevó a encontronazos con el gobierno anterior, como ocurrió cuando el año pasado, luego de una huelga histórica por su duración, perforaron el techo de salarial.
Ahora, el diagnóstico que realiza la organización sobre la política económica de Macri y la situación laboral, es demoledor. “Todas las medidas que tomó son perjudiciales para los trabajadores, lo que no nos toma de sorpresa”, señaló Yofra, y recordó la solicitada publicada por el gremio antes de las elecciones.“Allí, sin darle el apoyo a Scioli, advertimos sobre los riesgos de votar al actual presidente”, dijo.

Los despidos, los condicionamientos para discutir salarios y la represión son parte de este diagnóstico. “Con los despidos, “la intención del gobierno es achicar la demanda laboral para que los trabajadores no reclamen salarios”, dijo Yofra.
Dávalos cuestionó la falta de reacción de las centrales sindicales frente a esta ofensiva. “Si con más de 100 mil despidos los dirigentes nacionales no se despiertan, no sé qué va a pasar”, dijo, aunque se mostró convencido de que hay hoy “ una decisión de resistir desde abajo, más allá de los dirigentes”.

“No hay por qué esperar a que cumplan un año, seis meses o dos años de gobierno para reclamar, porque los trabajadores y nuestras familias no pueden esperar, Macri sabía muy bien cuál era la situación del país y lo que hizo hasta ahora es simplemente favorecer a los sectores más ricos”, bramó Yofra, y advirtió: “Seguramente va a ser muy dura la pelea por el salario digno pero la vamos a dar, porque la gente ya adquirió un nivel de vida que difícilmente a volver para tras”.

Reconoció que “seguramente ellos tendrán sus mecanismos para tratar de doblegarnos”. De hecho, el gremio aceitero mantiene desde hace más de un mes un duro conflicto con la aceitera Ricedal, de Chabás, por el despido de más de veinte obreros. “Si el mismo Estado echa trabajadores, ¿cómo no lo van a hacer las empresas?, la empresa despidió a los trabajadores haciendo cambiado de razón social, no porque quiera cerrar la planta sino porque quiere bajar el sueldo, esto es lo que se viene y contra lo que vamos a pelear”, advirtió Dávalos.

Frente a esto, los dirigentes alertaron que “las patronales también juegan en este partido” pero confió en la “fortaleza” que les da la unidad de “los compañeros en su puesto de trabajo, los delegados, la comisión interna, el sindicato y la federación”.

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