Julio López
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Declaración
Por MEDH Santa Fe - Wednesday, Apr. 20, 2016 at 1:32 PM

Declaración del Movimiento Ecuménico Por Los Derechos Humanos. Abril 2016

Cuando los santafesinos vemos aparecer el breve sol otoñal, nos llenamos de la necesidad de creer que estos días lluviosos, cargados de sufrimientos y grandes inconvenientes de todo tipo, alterando todos los pasos de la vida cotidiana. Sentimos al ver aparecer al sol, que estos días del 2016, también pasaran.

Pero también sabemos, en el fondo de nuestras conciencias, que estos días no son solo el producto del famoso cambio climático y que vienen en su complejidad, estrictamente provocados por la incapacidad estatal de una prevención ausente por décadas.

Debemos decir que estos cambios en el crecimiento normal de los ríos, las lluvias intensas, las altas temperaturas, las tormentas violentas, son una realidad cambiante y en aumento desde hace más de 20 años. Su saldo conocido son las inundaciones más extensas de ciudades y pueblos, con miles y miles de ciudadanos afectados, zonas agrícolas inutilizadas, hoy son más de siete millones, en el 2007 dos millones y medio y 62 pueblos inundados, cinturones verdes masacrados, leche tirada al minuto de ser ordeñada. Toda una inmensa región de Argentina paga con daños humanos y materiales un saldo que no le pertenece.

Para los pobres de las ciudades más pobladas, incluida está castigada capital santafesina con sus más de 200.000 ciudadanos fuera de todo negociado inmobiliario, son apiñados en las zonas más bajas de poco valor, como poco valor tienen sus propias vidas y se puede morir en sus calles por cualquier cosa. La falta de servicios esenciales de todo tipo, es la misma esencia de sus vidas carenciadas.

Se le suman aquellos pueblos del Santa Fe profundo, olvidados en sus miserias.

Todo esto es el producto acabado y estructurado de una economía extractivista y saqueadora, capitalista y dependiente, que expresa la pobreza planificada de grandes sectores sociales y las ganancias más exorbitantes de las pequeñas en cantidad, no más de 400 grandes corporaciones y concentraciones económicas, que dominan el país desde la matriz dejada por la última dictadura 1976-1983.

Algunos se preguntarán por qué decimos esto. Lo decimos porque las astillas del naufragio estatal que inundó la ciudad de Santa Fe con 158 muertos en el 2003 y 3 muertos en el 2007 ambas con gobernaciones e intendencias peronistas, todavía siguen hiriendo al pueblo santafesino, acompañados hoy, con el friolento accionar de las degradaciones de las tres gobernaciones “socialista” y las intendencias “radicales”, todos ellos con los desbordes de sus sabios académicos. Son iguales a los anteriores, nos siguen hablando de imprevisibilidad de la naturaleza, combinada con el cambio climático, y le agregan una sarta de macanas combinadas con verdades enteras o a medias, que lamentablemente son repetidas por una cantidad de periodistas que, o son ingenuos sin formación, o les hacen el juego a cambio de algo a futuro. Solo algunos profesionales que no están dentro de la carrera estatal suelen tener algunos minutos de verdad en las radios o la pantalla televisiva.

En cambio el pasional Escajadillo vocero por parte provincial y la Sra. Valsagna por parte de la municipalidad de Santa Fe nos atormentan dos, tres, hasta cuatro veces por día repitiendo y describiendo, solo describiendo sin ninguna reflexión, lo que todo el mundo ve. Sus explicaciones son superficiales y sobre ellos se agregan los comentarios de los hinchas del protocolo Macrista, que no se cansa de decir que la población inundada utiliza mal el derecho de protestar, dicen que se ejerce mal, porque cortan una calle o una ruta.

La mala administración del estado no corta rutas, las inundas junto con poblaciones enteras y extensas regiones agrícolas y ganaderas, las malas y entreguistas políticas económicas, no cortan las calles, producen inundación de miserias sociales como la falta de trabajo o su correlato del narcotráfico, inflación, pobreza extrema, robos financieros, corrupción, represión social e inunda de pobreza a millones de personas. Sus consecuencias más dramáticas son más pobreza y más muertes. Recordemos un solo ejemplo, luego de trece años del 29 de abril del 2003, no se ha construido un solo refugio ambiental para los ciudadanos inundados.

Hagamos memoria, cuando Santa Fe marchaba a su noche más oscura el domingo 27 de abril del 2003, el Salado entraba por el hipódromo y los pobres de los barrios más humildes eran sacados para votar en camiones de la municipalidad o con tractores, y el intendente Alvarez se reía con el finado Hammerly en las puertas de una escuela porque los ciudadanos le preguntaban sino estábamos en peligro. Después viviría su suicidio político ante los micrófonos de LT10 en la madrugada y la mañana del martes 29 de abril del 2003.

Que tiene de extraordinario este suceso. Lo extraordinario es que se ha convertido en una matriz estatal mejorada del ejercicio de comunicar sin decir la verdad. Ahora ya no miente el gobernador como fue el caso de Reutemann y Obeid o los intendentes de turnos. En la actualidad el intendente Corral ya no muestras sus condecoraciones de papel dada por la fundación Rockefeller o el premio saca agua, se fue al mazo y habla poco y la ciudad resilente y la mejor preparada para las lluvias intensas en América del Sur, papelito otorgado en Colombia, están mojados y arrugados. Ningún periodista le pregunta sobre esto.

Nos están mintiendo en la cara y lo decimos desde nuestra más profunda vocación de lucha y esperanza. Las actuales condiciones de sufrimiento repetitivo, reiterado, de sucesivas inundaciones seguidas de periodos de sequias, no se van a solucionar ni a corto ni mediano plazo porque no hay vocación ni decisión política por atacar el centro de la cuestión el poder político y económico de los que tienen “la sartén por el mango y el mango también”. Pensemos si todavía se combate el crecimiento de los ríos, salvo la defensa del oeste de la ciudad de Santa Fe arrancada con la lucha persistente de miles de santafesinos, se la sigue combatiendo con bolsas de arenas como hace un siglo atrás y no con obras. Si ante cada periodo de crecimiento natural de los ríos se declara solo la emergencia hídrica y arréglense como puedan o se hacen negociados inmundos como el hecho por el intendente Corral con la ONG TECHOS de Rosario que diseño unas casillas invivibles como refugios a un costo secreto sobre un basural y custodiado rigurosamente para que no se produzcan protestas, y la ciudad mira para otro lado, la matriz de Reutemann está viva y el mayor inundador y asesino serial que ha tenido esta provincia con impunidad judicial y política, se siente reivindicado desde lejos se ríe desde su banca en el senado y renace para su desgracia y para la nuestra, cada vez que vivimos hechos similares.

Hacen falta muchísimas cosas, las mínimas y las máximas van de la mano, la caridad, la solidaridad, la bondad de la ayuda ciudadana muere en la próxima inundación, nos guste verlo o no. Si no se comienza un plan estratégico nacional y hasta internacional sobre todas la cuencas que componen la estratégica cuenca del Rio de la Plata, sino atacamos la concentración económica de las multinacionales cerealeras que no pagan impuestos de ingresos brutos y extraen sus ganancias a sus casas matrices, y nos dejan la miseria planificada, si los monocultivos y la contaminación agroquímicas siguen produciendo impermeabilización de las tierras más ricas del mundo, y las plagas de las enfermedades producidas por los agrotoxicos atacan la vida humana y la soja rozagante sin plagas se van por los puertos rosarinos. Si los barcos de las cerealeras pagan su peaje a la empresa belga argentina que draga el rio Paraná dejándoles una ganancia de doscientos ochenta millones de dólares anuales desde el 2004. Podemos comprender la sonrisa del nuevo gobernador Lifschitz en la bolsa ceralera de Rosario, son todos cómplices del saqueo.

Los pueblos y ciudades santafesinas tienen ante sí una tarea enorme empezar a unirse desde su diversidad, desde sus propias organizaciones creadas a modo de defensa con matices políticos o no, las fuerzas ambientales deben dar un salto en la complejidad de todas las luchas que se dan y hacer oír su voz no solo explicativa de los fenómenos sino buscar junto a las fuerzas sociales un plan estratégico en lo político, lo económico y lo social, los tres van de la mano.

La unión de fuerzas desde lo más simple de una organización barrial, a lo más difícil de lograr en el problemático y amplio escenario provincial es la tarea de todos aquellos que ven que si dejamos estos problemas en las manos de los previsibles y reiterativos gestores de fracasos, nos seguirán inundando, seguirán desapareciendo establecimientos agrícolas y productivos. Hace 20 años atrás esta provincia poseía 60.000 tambos, hoy solo llegan a 18.000 y esta nueva inundación va a dejar el tendal, hace 20 años atrás esta provincia poseía más de 37.000 establecimientos agrarios hoy solo sobrepasan los 24.000. Las grandes empresas de la provincia hace 20 años atrás casi todos pagaban ingresos brutos, gracias a Reutemann y Obeid más de cien hoy no pagan dicho impuesto, los “socialistas” y los “radicales” bien gracias.

Con el no pago de estos recursos otorgado por los patriotas que calientan las bancas provinciales estas empresas han drenado hasta el 2016 más de 20.000 millones de dólares. Autopistas hechas por el estado provincial viven en estado calamitoso y encima son concesionadas a precios irrisorios. Y así los gobernantes de esta provincia se nos ríen en la cara y cuando son acorralados en sus explicaciones siempre hablan de que no hay recursos para las grandes obras.

Recordemos hicimos el túnel subfluvial con recursos provinciales, la autopista Santa Fe Rosario y la Santa Fe San Francisco con recursos provinciales, lo que no tienen quienes nos gobiernan y han gobernado es valentía ni cabeza. El voto popular no exime a nadie, al contrario los responsabiliza en la verdad no en la mentira, su legitimidad agoniza cada cuatro años ante las claudicaciones de la rapiña de un capitalismo global que no perdona a nadie, se comen todo y no deja más miseria cada día.

Este año cuando muera el día como aquel 29 de abril del 2003 sabremos nuevamente que solo el pueblo salvara al pueblo, volveremos a marchar hacia la plaza 25 de mayo con sus 161 cruces que expresan la impunidad de los Inundadores y volveremos a comenzar diciendo… inundados de ayer, inundados de hoy, inundados por venir… ganémosle a los dueños de las desesperanza política logrando nuestra propia unidad como pueblo, si nos unimos desde lo más simple, cada barrio, cada zona con sus reivindicaciones más sensibles, seguiremos caminando más juntos por el derecho de construir nuestras ciudades, nuestra provincia, ya no para nosotros sino para que nuestros hijos y nuestros nietos tengan la posibilidad de vivir, y no padecer la vida inundada de miserias planificadas por los más poderosos. La solidaridad es la ternura de los pueblos, la organización y la lucha por una Patria para todos, es el horizonte de aguas profundas que debemos sortear y es posible de lograr.

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