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Tigre: entre el orgullo de tener sangre indígena y el rechazo a los barrios privados
Por Mdp Punta Querandí - Wednesday, May. 04, 2016 at 12:05 PM
movimientoendefensadelapacha@gmail.com

Sentimientos profundos se expresaron durante el Festival de los Pueblos Originarios en Benavidez. Vecinos del distrito coincidieron en señalar la falta de información existente sobre los reclamos indígenas en el Municipio. Además fueron críticos de los cambios sufridos en Tigre en las últimas dos décadas. “Tenemos que estar orgullosos, no tenemos familias malas. ¿Por qué voy a avergonzarme de la lengua que me enseñó mi madre, de lo que aprendí de mi abuelo?”, declaró Seferina Cuellar, una santiagueña hablante de quichua y vecina de Las Tunas desde hace 43 años.

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– Seferina Cuellar (2.3 MB)
– 01 Vecinas de Rincón (1.7 MB)
– 02 Vecinas de Rincón (2.0 MB)
– Víctor Camaño y Florencia (3.0 MB)
– Cintia Ferraro (1.2 MB)
– Estudiantes de la UBA (1.2 MB)

Cobertura fotográfica: 
Benavidez: un primer paso para llevar los reclamos a todas las localidades

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Una ceremonia, una clase de guaraní, música autóctona de los Andes y mucha información sobre las realidades y los reclamos indígenas en el Municipio de Tigre. Estas fueron algunas de las propuestas del Festival de los Pueblos Originarios en la Plaza de Benavidez, que se realizó por primera vez el domingo 24 de abril. Las historias y las voces de los vecinos enriquecieron la convocatoria.

Seferina Cuellar es del barrio Las Tunas (localidad de General Pacheco) y fue una de las más entusiastas en la Plaza de Benavidez. Allí nos contó: “He llegado porque me interesa porque yo soy también originaria. Me vine con mi hija y me encontré con gente muy linda, me encontré con las cosas que yo guardo de mi infancia, de mis abuelos, de mi madre, de mi padre, que eran todos quichua hablantes”. Y agregó: “Estoy muy feliz de estar, yo los veo a ustedes pero no sabía dónde estaban, como que quedaba medio a trasmano, pero esto era cerquita”.

Miles de vecinos tigrenses son de ascendencia de los pueblos originarios y muchos de ellos, mantienen sus propios idiomas. “Pareciera que no pero es así, lo que pasa es que yo no sé porqué han logrado avergonzar a las personas de sus ancestros. Hay algunos quichuistas santiagueños que no quieren hablar, pero yo sé que lo hablan porque conmigo lo hablan. Cuando estaba estudiando quichua quise llevar a algunos para que conversemos en el curso y no los pude llevar porque tienen vergüenza”, señaló Seferina, quien luego de la clase de guaraní dio una pequeña charla sobre su lengua natal. Además, consideró que espacios como el Festival de los Pueblos Originarios son muy importantes “porque así de a poco uno puede irse acercando y agrandando nuestro círculo, voy a tratar de conectarme con algunos otros y de inculcarlo”.

El auto-ocultamiento todavía es muy fuerte: “Se esconden, no sé por qué. Yo trato de decirles que no hemos hecho nada y que tenemos que estar orgullosos, no tenemos familias malas. ¿Por qué voy a avergonzarme de la lengua que me enseñó mi madre, de lo que aprendí de mi abuelo? Yo no siento que tengo que avergonzarme de nada”, relató.

El Gobierno municipal podría tener un rol activo en reivindicar las culturas indígenas y ponderar las distintas identidades de sus vecinos. No es lo que sucede. “Yo creo que al Municipio de Tigre no le interesa que nosotros hablemos quichua. Yo me recibí, hice todo lo que tenía que hacer para enseñar la lengua pero no nos dan un lugar para poderlo enseñar. Les interesa otras cosas, pero los idiomas originarios no les interesa”, expresó.

“Yo vivo hace 43 años en Tigre, cuando llegué a mi barrio que es Las Tunas había 4 o 5 casas”, contó la vecina. La zona se fue poblando hasta convertirse en uno de los barrios más populares del distrito. Hasta hace muy poco, todavía existían campos y bañados, y se podía ver el horizonte y el amanecer. “Pero ahora ya no, por los barrios privados, estamos rodeados de barrios privados y nos inundamos”, denunció Seferina Cuellar, con el orgullo de ser una habitante histórica de Tigre.

“EMPEZAR A DIFUNDIR EL TEMA ES EXCELENTE”

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Una historia similar se escuchó de un grupo de mujeres de la localidad de Rincón de Milberg, quienes participaron por primera vez en Tigre de una actividad convocada por pueblos originarios. “Por el tema de los countries ahora vivo esa inundación, antes con tanta cantidad de metros del río no llegaba el agua, ahora la tenemos adentro de la casa, eso también nos afectó”, nos contó Alejandra Soler. Un cambio negativo que además resquebrajó la identidad cultural local, más relacionada a lo artesanal. “Lo ves en el Puerto, la gente de la isla traía sus frutas, hoy lo que hay es importado y aparte es carísimo”, puntualizó. Su amiga Marisa aportó en el mismo sentido: “Se fue perdiendo la artesanía y la cultura de lo que era Tigre”. Alejandra sumó argumentos: “Lo ves en la misma costa la modificación, es muy lindo y muy vistoso el Paseo Victorica, pero cuando yo era chica vos ibas y te sentabas en la raíz de un árbol a compartir el momento con tu viejo, esas cosas que ya no existen”.

Silvina tiene veintipico, los años suficientes para haber visto la transformación de su territorio natal. Sobre el avance de los countries expresó: “ha sido exponencial más en los últimos años, hay mucha diferencia, pero igual el que es local de Tigre de toda la vida sigue teniendo un poco de esa vida en comunidad en comparación con otros lugares”. Su mamá agregó: “Al tigrense le cuesta mucho ver todas esas modificaciones realmente, no queremos eso, le dará (beneficios) a otros pero a nosotros no”.

Las vecinas de Rincón también remarcaron que muchísimos habitantes del distrito tienen algún vínculo con las culturas indígenas. “Mi madre es de Santiago del Estero, vino de muy chica y hay algo mezclado; y mi pareja es descendiente”, expresó Alejandra. Su hija Silvina completó con orgullo: “Mi padre es descendiente tupí guaraní, la realidad es que yo demasiado conocimiento del pueblo no tengo, me gustaría estudiar en algún momento, de hecho la actividad fue buenísima para eso, para saber algunas palabras. Es como que se quedó medio perdido en el tiempo ese lazo con la cultura, si bien tenemos un reconocimiento, sabemos eso y tenemos conciencia”.

En ese sentido, destacaron que sería muy positivo generar más actividades de este tipo para incentivar el reconocimiento a las culturas originarias. “Estaría muy bueno que el Festival se repita en Rincón, incluso en Tigre centro sería ideal porque ahí convocaría a muchísima más gente, llamaría más la atención”, se entusiasmó Silvina. “Hay mucha gente a la que le florecería eso que tienen oculto y que les gusta y no quieren hacerlo salir”, argumentó Alejandra.

Marisa contó cómo se informaron de la convocatoria: “Nos enteramos por el Facebook y nos interesó la propuesta para apoyar las comunidades originarias, estamos totalmente de acuerdo con los reclamos”. Esta falta de difusión por parte de las autoridades para Alejandra “es como ignorarlos, para ellos es más fácil lo comercial. Pero no se entiende, porque estaría buenísimo que estuviera esto en general en Tigre, que se dé más a conocer”. Y Marisa completó: “Para difundir más estos temas y saber lo que realmente está pasando y lo que pasó”. Silvina señaló: “La actividad fue muy interesante, empezar a difundir el tema es excelente, es muy difícil avanzar en este tipo de luchas”.

A FAVOR DEL CAMBIO DE NOMBRE

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En la Plaza de Benavidez un centenar de vecinos firmaron el petitorio por el cambio de nombre del Paseo Victorica en Tigre, en rechazo a un homenaje al general Benjamín Victorica, quien a fines del 1800 comandó la conquista de los territorios indígenas en el Gran Chaco. Marisa relató: “Nos enteramos por el Facebook y por el volante que nos dieron hoy informando sobre esto”. Sobre las posibilidades de lograr que las autoridades escuchen este reclamo, Alejandra dijo con optimismo: “Yo creo que si nos ponemos de acuerdo y la gente reconoce, se puede llegar a dar, ojalá que sea pronto”.

Similares palabras tuvo Florencia, vecina de Benavidez, una de las muchas personas que a partir del Festival se enteraron de la existencia de reclamos indígenas en el Municipio. “Yo siendo de acá de Tigre no sabía que había una organización tratando de hacerse conocer, me enteré por Facebook porque alguien lo publicó”, relató. “Del reclamo del Paseo Victorica me acabo de enterar, no tenía idea, me parece muy positivo que se difunda, que se quiera hacer ese cambio y que se llamen las cosas como son”, opinó la vecina de Benavidez y fue muy optimista con lograr el cambio de nombre “Yo creo que se puede, pero eso depende mucho de nosotros, como participación comunitaria”.

Florencia vino acompañada por su novio, Victor Camaño, quien vive en la ciudad de Frías, provincia de Santiago del Estero en el noroeste argentino, donde hace muchas décadas que hay organizaciones reivindicando esta otra historia. “Está bueno que se apoyen estas movidas de pueblos originarios y reivindicar lo que era, porque hay gente que no conoce el genocidio y el pisoteo de culturas que hubo, ellos dicen ‘hemos venido a traer adelantos’, pero venían con su religión nefasta que quemaban gente en nombre del catolicismo”, aportó Victor. “Muy lindo lo que ha pasado aquí, no hay superclásico que valga más que la conciencia”, concluyó el santiagueño.

UN REENCUENTRO ESPECIAL

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Cintia Ferraro es vecina de Escobar y para ella la actividad tuvo un tinte muy especial: después de 30 años se reencontró con su ex compañero de secundaria Santiago Chara, de la comunidad qom de Benavidez. “Me enteré de esta movida a través de internet por algún contacto, entré a la dirección del sitio y vi que se encontraban con talleres de cestería, a mí me interesaba ese taller y los empecé a seguir. Justo fueron esas tres jornadas muy lluviosas así que no pude ir y cuando me entere que hacían acá en Benavidez me vine pero sin dudarlo. Actualmente estoy viviendo en Garín pero me resultó fascinante que estuvieran tan cerca y esto sirvió como para darme un empujón para ir allá en Punta Querandí”.

Sobre el reencuentro con su ex compañero de secundaria, relató: “Fue una sorpresa emocionante, cuando empecé a leer la información que tienen en la página estaba Santiago Chara, fue compañero mío desde el primer año, terminamos el secundario y jamás lo volví a ver, pensé que se habría vuelto a la provincia. Siempre me preguntaba por él, porque éramos amigos, era muy discreto y hasta tímido pero conversábamos mucho, ¿y viste cuando querés saber de alguien y no encontrás fuente? Cuando vi su nombre me emocioné muchísimo y sabía que más todavía que tenía que venir”.

GANAS DE COMPROMETERSE

Si nos basamos en los datos que dejaron los vecinos que firmaron el petitorio del cambio de nombre del Paseo Victorica, el 99% de los asistentes vinieron de localidades cercanas del conurbano. Una excepción fue un grupo de estudiantes de antropología y arqueología de la  Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA), habitantes de la Capital Federal. Uno de los muchachos manifestó que “algunos integramos un colectivo de investigación donde abordamos temáticas de conflictos territoriales en contextos urbanos y periurbanos. Sabíamos de la movida, conocíamos el Movimiento en Defensa de la Pacha decidimos venir para adentrarnos un poco más en la historia, en su trayectoria, en la lucha que vienen llevando y poder dar una mano”.

Una de las chicas contó que sigue las noticias de Punta Querandí a través del Facebook y otra de ellas, explicó que en la carrera falta información sobre los reclamos y realidades de los pueblos originarios. “Esa es la otra antropología y arqueología que queremos hacer, la de mirar a estos lados, nos planteamos la ética del profesional y para qué estudiamos esto, cuál es nuestro rol, si sólo firmar papeles o estar realmente poniendo el cuerpo”, señaló la estudiante de arqueología.

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