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“La escritura y la intervención sobre el lenguaje es una tarea política y poética”
Por Radio FLIA – Red Eco - Friday, May. 06, 2016 at 8:26 AM

Jueves 05 de Mayo de 2016 | valeria flores, poeta, escritora y activista de la disidencia sexual fue invitada al programa Radio FLIA, en los estudios de FM La Tribu. Su último libro publicado por Madreselva es “El sótano de San Telmo: Una barricada proletaria para el deseo lésbico en los 70”, donde recopila relatos y actividades de un grupo de militantes trotskistas y feministas que durante la última dictadura militar realizaba acciones en un sótano del barrio de San Telmo.

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(Radio FLIA – Red Eco) – Buenos Aires - La investigación de flores permite analizar la relación entre feminismo e izquierda y dar cuenta de la apertura sexual que existía en aquellos años. Hablamos con ella sobre el valor que tiene hacer una recuperación histórica de las luchas de las colectivas LGTBBIQ y el rol que ocupa la disputa por el lenguaje en estas luchas.

Radio FLIA (RF): ¿Qué estás leyendo ahora?
valeria flores (vf): Estoy leyendo “Emergencias” (2000), un libro de ensayos y artículos sobre arte, política y literatura escrito por Diamela Eltit. Acabo de terminar de leer “La nueva mestiza” (1987) de Gloria Anzaldúa. También estuve leyendo pequeños artículos de Nelly Richard, crítica cultural chilena. Desde hace tiempo que mantengo diálogo con las escrituras chilenas; estábamos muy cercanas a estas escrituras con “Fugitivas en el desierto”, un grupo de lesbianas feministas de Neuquén con las que accionábamos entre 2004 y 2008 en producción teórica, artística y política. Nelly Richard fue una de las referentes por como analizaba la escena chilena durante la dictadura. Encontrábamos en ella un estilo muy particular y poético no centrado en un interlocutor privilegiado, sino que interfería con su producción simbólica en la cultura heteronormativa que coincidía con lo que nosotras queríamos expresar desde el colectivo.

RF: En tu último libro, “El sótano de San Telmo: Una barricada proletaria para el deseo lésbico en los 70” (Madreselva, 2015) recopilás experiencias que ocurrieron allí,  ¿cómo fue la forma por la que accediste a investigar sobre este lugar?
vf: El sótano de San Telmo es una experiencia política que tiene lugar entre el año 1976 y 1978. Era un espacio motorizado durante la época de la dictadura por Martha Ferro, periodista, militante trostskista y feminista. La historia se fue armando porque está en el marco de investigación para el “archivo digitalizado de activismo lésbico de potencia tortillera” al cual pertenezco, aunque, actualmente esté en un momento de traspaso a otro equipo de coordinación.
La investigación comenzó en 2011 a raíz de un comentario  de Adriana Carrasco, mujer de Martha Ferro, sobre las actividades que se realizaban en el sótano. Me quedó flotando  una gran curiosidad por saber en qué consistían aquellas actividades. Entonces me contacté con Adriana para empezar a reconstruir  los relatos y las narrativas que Martha vivió durante esa experiencia. Luego ella me comunica con Eli Cabral, joven militante del PST, qué también participó del sótano y de esta forma, más la bibliografía que analiza las relaciones entre feminismo e izquierda en los ’70, fui armando esta historia que se titula “El sótano de San Telmo”.

RF: ¿Qué aspectos descubriste de la relación entre el activismo sexual disidente y el político? ¿Se entremezclaban o mantenían una distancia?
vf: Martha era trotskista y su lucha principal era la lucha de clases. Las demandas del movimiento de mujeres de aquella época era su liberación y esta lucha estaba subordinada a la lucha de clases. El lesbianismo no estaba articulado políticamente como identidad, por eso ella decidía nombrar las relaciones entre mujeres a partir de distintas terminologías. En el caso del sótano, existían ciertas licencias para vivir la sexualidad y el deseo de otra manera, lo mismo era el caso para el Partido Socialista de los Trabajadores (PST), que era uno de los partidos de izquierda más sensibles a incorporar los reclamos del movimiento feminista.

RF: ¿Cuál es la importancia de recomponer la memoria colectiva pensada como propia de lo LGBTTIQ o hasta incluso de la humanidad?
vf: Me parece fundamental apostar a la construcción de memorias colectivas porque hay hechos con potencia política que se pueden relatar del pasado que permiten reactualizar el activismo del presente.

RF: En el programa nos preguntamos sobre el lenguaje, ¿hasta dónde pensás que el lenguaje tiene la posibilidad de subvertirse a sí mismo y repercutir en la realidad?
vf: Es una importancia vital trabajar sobre el lenguaje porque tiene el poder de crear realidad. La escritura y la intervención sobre el lenguaje es una tarea política y poética porque trabaja sobre las palabras y logra influir en la organización material del poder, que es el que delimita lo que se puede pensar y lo que no.

RF: ¿Hay un lugar para crear conocimiento por fuera de las estructuras institucionales?
vf: Por mi parte, apuesto a las construcciones autogestivas y a crear conocimiento que pueda disputar los modos que concibe la academia. Me parece que es necesario prestar atención al régimen de escritura que impone la academia y hacer conscientes determinadas operaciones y cómo se puede intervenir con nuevas estrategias para decir otras cosas. En ese sentido, la producción autogestiva es un modo de producción que tiene que ver con cierta autonomía sobre lo que se escribe, sobre sus modos de distribución y sus canales de publicación.

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