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Brasil: Confesiones de un golpista
Por Eric Nepomuceno - Página/12 - Tuesday, May. 24, 2016 at 9:25 AM

Martes, 24 de mayo de 2016 | EL MUNDO › EL MINISTRO JUCA APARECE EN UN AUDIO DETALLANDO LA ESTRATEGIA CONTRA DILMA

En un diálogo filtrado a la prensa, uno de los hombres de confianza de Temer deja claro que derrumbar a Rousseff era esencial para “frenar la sangría” que amenaza a un sinfín de políticos investigados por el esquema de corrupción de Petrobras. Ese hombre es Jucá, quien ayer se tomó licencia de la cartera de Planificación.

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El ministro Romero Jucá quedó en el ojo de la tormenta y pidió licencia; el presidente interino Temer le agradeció “su trabajo competente”.

Por Eric Nepomuceno

Desde Río de Janeiro

Once días: ese el tiempo necesario para el primer gran escándalo del gobierno interino del vicepresidente en ejercicio Michel Temer. Mientras el gobierno trata de lograr legitimidad y deshacer la imagen de que lo que ocurre en Brasil es un golpe institucional bajo una farsa jurídica, uno de sus hombres de confianza, Romero Jucá, ministro de Planificación, aparece en una grabación detallando precisamente los pasos de ese golpe. Y más: deja claro a su interlocutor que derrumbar a Dilma Rousseff y poner a Michel Temer en su lugar era esencial para “frenar la sangría” que amenaza a un sinfín de políticos, es decir, detener las investigaciones de la Operación Lava Jato (Lavado Rápido) sobre el esquema de corrupción en la Petrobras.

Si había alguna duda sobre lo que efectivamente ocurre, lo que se supo ayer elimina cualquier resquicio. Jucá confiesa que la idea era librarse de la presidenta y, con el respaldo de ministros del Supremo Tribunal Federal, y el visto bueno de “algunos generales y comandantes importantes” de las Fuerzas Armadas, instalar a Michel Temer en la presidencia.

La verdad es que el anunciado “gobierno de salvación nacional” nació de la necesidad de salvar a un puñado de políticos de la justicia. Ocho de los 24 ministros nombrados por el vicepresidente en ejercicio están enredados con la ley. El mismo Temer es investigado. Además, el golpe institucional sirvió para regalar al PSDB lo que las urnas electorales negaron en los últimos 13 años: parcelas del poder.

Al anochecer de ayer Jucá anunció en una conferencia de prensa que había “un pedido de licencia”. El vicepresidente en ejercicio, a su vez, agradeció “la dedicación y el trabajo competente” de su auxiliar.

Jucá fue ministro por escasos días, y no llevó a cabo trabajo alguno. Lo más probable es que el agradecimiento de Temer esté relacionado a la intensa labor que Jucá tuvo en la organización del golpe institucional que logró alejar a una mandataria elegida por 54 millones 500 mil votos.

El contenido de las conversaciones ocurridas en marzo entre el entonces senador Romero Jucá y Sergio Machado, quien por diez años (hasta 2015) presidió la Baspetro, brazo logístico de Petrobras, es escalofriante. Machado, investigado por Lava Jato, fue indicado para el puesto por el actual presidente del Senado, Renan Calheiros. Era, por lo tanto, de la cota del PMDB. Denunciado por corrupción, se mantuvo al abrigo del foro privilegiado de otros investigados en el mismo caso, es decir, senadores y diputados.

Asustado por la posibilidad de ser despachado directamente para las manos del juez de primera instancia Sergio Moro, recurrió a sus padrinos. Al mismo tiempo, negociaba con la Procuraduría General de la Unión un acuerdo de “delación premiada”, que asegura penas blandas a quien revele lo que sabe.

Como prueba de lo mucho que puede revelar, grabó, de manera clandestina, conversaciones telefónicas con Romero Jucá y otras, que tuvo personalmente, con el expresidente José Sarney, así como con su padrino principal, Renan Calheiros, que preside el Senado.

El contenido de sus grabaciones con Sarney y Calheiros no ha sido divulgado. Sin embargo, fuentes de la Procuraduría y de la Policía Federal ya hicieron llegar a la prensa el comentario de que, comparadas a las de los dos, las grabaciones de Jucá “no son nada”. Es decir, bombas aún más poderosas explotarán a cualquier momento.

En un claro gesto de que estaría dispuesto a interferir en la Justicia, Romero Jucá dice, a cierta altura, que sería necesaria una “acción política” para impedir que la denuncia contra Machado fuese enviada al juez Sergio Moro. Esa acción política sería la llegada de Temer al poder. Así se abriría la posibilidad de establecerse un “pacto nacional” que abarcaría el Supremo Tribunal Federal, y “todo sería estancado, delimitado” en el punto en que se encuentra. En otras palabras, la causa “Lava Jato” no avanzaría un milímetro más, librando varios cuellos de la guillotina, entre los cuales estarían los de Machado, de Jucá y otros poderosos políticos.

En una de las conversaciones grabadas, Jucá asegura a Machado que venía manteniendo encuentros con “varios ministros del Supremo Tribunal Federal”, sin mencionar nombres. Sus interlocutores en la instancia máxima de la justicia dejaron claro, acorde a Jucá, que sin Dilma Rousseff en la presidencia la presión de los medios hegemónicos de comunicación y otros sectores para la continuidad de la “Lava Jato” bajaría sensiblemente.

A otra altura, Machado advierte a Jucá: “Romero, ellos (el Supremo Tribunal Federal) nos quieren atrapar a todos”. Agrega que eso incluye el PSDB, y pregunta si “ellos se han dado cuenta”. Jucá contesta que sí, y nombra específicamente a Aécio Neves (derrotado por Dilma en 2014) y José Serra (ministro interino de Relaciones Exteriores), entre otros. Comenta que “están todos en una bandeja, listos para ser comidos”, al que Machado contesta que “el primero a ser comido será Aécio”.

Jucá, al comentar sus contactos con “altos jefes” militares, asegura haber sido informado de que las Fuerzas Armadas “están monitoreando el MST”, en alusión a los Sin Tierra.

La transcripción de una hora y quince minutos de varias llamadas telefónicas dejan claro que Machado conducía las conversaciones de manera tal que Jucá se incriminase. Igualmente muestran que Jucá no imaginaba, ni por un momento, que su interlocutor estaba preparando material para negociar con los tribunales.

Si para Michel Temer ya era ingrata la tarea de alcanzar legitimidad y dejar claro que todo lo que pasa obedeció rígidamente a la Constitución, y que hablar de golpe institucional es absurdo, ahora se hizo una tarea hercúlea.

Un detalle: por mucho menos el entonces senador Delcidio Amaral fue detenido y su mandato cancelado. Desde marzo la justicia tenía en manos la transcripción de las conversaciones entre Jucá y Machado.

De haberlas divulgado antes, Dilma Rousseff seguiría en la presidencia. Por qué solamente ahora llegan a la opinión pública es algo que las autoridades judiciales tienen por obligación justificar.

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Como si en Brasil no hubiera pasado nada
Por Fuente: Página/12 - Tuesday, May. 24, 2016 at 9:27 AM

Como si en Brasil no...
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Martes, 24 de mayo de 2016 | EL PAIS › EL GOBIERNO RECIBIO AL NUEVO CANCILLER SERRA Y AVALO LA LEGALIDAD DEL PROCESO DE DESTITUCION A DILMA ROUSSEFF

Foto: El canciller de Brasil, José Serra, y el presidente Mauricio Macri ayer en la Casa de Gobierno. Imagen: Télam

En su primera salida al exterior, el canciller de Brasil fue recibido por el presidente Macri, que muestra varias coincidencias ideológicas con la gestión que encabeza Michel Temer. La canciller Malcorra volvió a avalar la legalidad del proceso de destitución de Rousseff.

El canciller interino de Brasil José Serra fue recibido con entusiasmo por el presidente Mauricio Macri y su ministra de Relaciones Exteriores, Susana Malcorra. “No es responsabilidad de la Argentina legitimizar o no la gestión del presidente (Michel) Temer”, aseguró Malcorra en alusión a la separación del cargo de Dilma Rousseff. No obstante, se pudo ver la sintonía entre el gobierno de Macri y el de Temer en materia de acercamiento a los Estados Unidos y flexibilización del comercio.

Serra eligió la Argentina como su primera visita internacional para marcar el carácter estratégico que tendrá la relación entre los gobiernos. En su asunción, el flamante canciller de Temer indicó que buscará terminar con las “trabas comerciales con los Estados Unidos”, apostar a la Alianza del Pacífico y flexibilizar el Mercosur, metas similares a las del Gobierno argentino, que apuntan a firmar –con el tiempo– un nuevo Alca, ahora conocido como Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica.

Macri recibió en su despacho a Serra junto a Malcorra y al jefe de Gabinete, Marcos Peña. Tuvieron una entrevista poco después de las 16. Serra estuvo más temprano reunido con Malcorra en el Palacio San Martín y con el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay. Con este último conversó la continuidad del comercio bilateral entre los países.

Un grupo de manifestantes de izquierda lo esperó a Serra ante el Palacio San Martín. Algunos de ellos eran brasileños. Cuando llegó, cantaron en portugués: “Fuera Temer, fuera Serra” y mostraron carteles que decían: “Se busca: golpista”. “Hoy tenemos en Brasil un gobierno de facto, ilegítimo, que no cuenta con el apoyo de la gente, que no tiene el respaldo del voto”, sostuvo Mateo Salvis, un brasileño que vive en Buenos Aires. “Está en el gobierno solo para limpiar sus delitos porque son todos corruptos”, aseguró.

La pregunta sobre el proceso que vive Brasil llegó en la conferencia de prensa de los funcionarios argentinos. “No es responsabilidad de la Argentina legitimizar o no la gestión del presidente Temer”, respondió Malcorra, pese a las visibles señales de apoyo. A continuación, defendió la separación de Rousseff y justificó la premura de Argentina en salir a sostener la legalidad del gobierno de Temer, a diferencia de la actitud cuestionadora que mantienen otros países de la región. “Hubo un procedimiento que se ha seguido a rajatabla y no encontramos que en el haya ninguna razón para que el proceso no haya sido legal. Hemos estado mirando muy de cerca”. “No somos los únicos que hemos reconocido este proceso, aunque hay algunos países de Latinoamérica que hacen una lectura distinta”, indicó Malcorra, quien sostuvo que debe “sin lugar a dudas, contactarse, relacionarse y trabajar con él”.

Malcorra consideró que la reunión fue “una señal clara de continuidad institucional y de trabajar con nuestro principal socio, como lo hemos dicho en múltiples ocasiones: Brasil es el socio de la Argentina y lo que pase en Brasil afecta a lo que pase en la Argentina. Como tal, no tenemos alternativa más que trabajar junto con ellos”.

“Hoy tuvimos una primera reunión, que fue muy importante porque fijamos inventario de dónde veíamos que estábamos parados y hemos decidido una serie de pasos para seguir trabajando, así que es la naturalidad y lo que corresponde a un vecino y socio como Brasil”, destacó. “Si en algún momento del proceso en lo que queda por delante nosotros encontráramos que no se respeta la institucionalidad que corresponde, entonces estaríamos allí en condiciones de mirar y revisar la cuestión. Por ahora y en este momento, no vemos que esto sea así y nos sentimos muy sólidos en ese sentido”, descartó las críticas.

Al mediodía, Malcorra firmó con Serra un Memorandum de Entendimiento para “el establecimiento del Mecanismo bilateral de Coordinación Política”. “El mecanismo tendrá como objetivos principales el intercambio de la agenda bilateral, regional y global con miras a coordinar posiciones, así como el seguimiento de los proyectos estratégicos de integración bilateral”, señalaron en la Cancillería. Las áreas de intercambio serán: ciencia, tecnología e innovación, defensa, industria aeronáutica, energía y comercio, entre otras.

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El retorno de un pasado derrotado
Por Emir Sader - Tuesday, May. 24, 2016 at 9:29 AM

Martes, 24 de mayo de 2016 | Los nuevos gobiernos de Argentina y de Brasil repiten el discurso de la herencia maldita, de los arreglos duros que habría que hacer de un modelo fracasado anterior a ellos, como una operación de marketing para disimular su falta de alternativas y su previsible incapacidad de resolver las crisis de sus países. Buscan justificar la dureza del ajuste fiscal que tratan de imponer en el tamaño del desarreglo de las cuentas públicas que habrían heredado, resultado, según ellos, del fracaso de un modelo.

Porque los cambios de gobierno en Argentina y en Brasil no han cambiado el período histórico que vivimos. Al contrario, lo han reafirmado. Han reiterado cómo la alternativa a los gobiernos progresistas es el retorno al neoliberalismo que, a su vez, plantea a las fuerzas progresistas –más fuertemente todavía– la necesidad de readecuar rumbos para retomar la construcción de la superación del neoliberalismo.

Los gobiernos de Mauricio Macri y de Michel Temer se dedican, centralmente, a desmontar las conquistas de los gobiernos que los han precedido, retomando los ideales neoliberales –e, incluso, algunos ministros– de aquel período, tratando de hacer olvidar que fue un modelo y un período fracasado, que ha desembocado en situaciones desastrosas para esos países. La condición de lograr reimponer consensos conservadores por parte de los nuevos gobiernos es hacer olvidar cómo esas propuestas ya fueron aplicadas y han fracasado. Para intentar partir de los problemas más recientes, para volver a usar soluciones que ya han demostrado que son equivocadas.

Volver a privatizar empresas, cuando Argentina conoce muy bien a lo que ha llevado la pérdida de la autosuficiencia energética, con todas sus nefastas consecuencias hasta hoy, con la privatizacion de YPF. Brasil sufre todavía las consecuencias de la venta de acciones de Petrobras en la Bolsa de Nueva York a precios bajísimos por parte de Fernando Henrique Cardoso.

El corte en los recursos para las políticas sociales ha llevado al aumento de las desigualdades y de la miseria en nuestros países en los años ‘90, ya conocemos sus efectos. Al igual que la pérdida de los contratos formales de trabajo ha llevado a que la mayoría de los trabajadores perdiera sus derechos fundamentales.

Volver a relaciones privilegiadas con los Estados Unidos en lugar de los procesos de integración regional y el intercambio Sur-Sur, nos llevaría a la terrible situación que vive México, el país de América Latina que no ha mejorado nada su situación social en las dos décadas de vigencia del Nafta, el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos y Canadá.

Por ello, frente a las experiencias neoliberales de los ‘90, las propuestas de los gobiernos que los han sucedido han triunfado en tres eleccciones sucesivamente en Argentina y en cuatro elecciones en Brasil. El pueblo ha demostrado fehacientemente que prefiere el modelo de desarrollo económico con distribución de renta al modelo de ajuste prioritario de las cuentas públicas, con pérdida de derechos y concentración de renta.

No hubo fracaso de ese modelo. Ese modelo recuperó a la Argentina de la peor crisis de su historia, producida precisamente por políticas neoliberales. En Brasil, Lula superó la más profunda y prolongada crisis recesiva, generada por las políticas de Cardoso.

Así, los nuevos gobiernos de derecha para retomar viejas fórmulas necesitan que el pueblo se olvide de que han fracasado. Argentina y Brasil al final de los gobiernos progresistas estaban mucho mejor de cuando salieron de los gobiernos neoliberales. De lo que se trata, para superar la crisis actual, es de avanzar readecuando aspectos del modelo que nos ha permitido superar la crisis generada por el neoliberalismo y no de retroceder a ese modelo, que es la causa de fondo de nuestros problemas.

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