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“El Estado debe resarcir y acompañar a la hija de Sandra Cabrera”
Por Comunicación CTA Rosario - Thursday, Jun. 02, 2016 at 7:23 AM

30 de Mayo de 2016. Por Sofía Alberti* | Durante la semana pasada, la Secretaria General de la Asociación de Mujeres Meretrices (AMMAR) de Córdoba, Eugenia Aravena, estuvo en la ciudad y junto a la Secretaria de Género de la CTA Rosario, Majo Gerez, mantuvo reuniones por la difícil situación que atraviesa Macarena. La joven, hija de la dirigenta local del sindicato asesinada por un policía, se encuentra en estado de total desprotección. Qué pasa con los niños, niñas y jóvenes revictimizados mediante el abandono institucional tras el femicidio de sus madres.

“El Estado debe resa...
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Gerez y Aravena

Según la Casa del Encuentro, entre 2008 y 2015 hubo 2.094 femicidios y 2.518 hijas e hijos quedaron sin madre. El 65 por ciento son menores de edad y muchos son obligados a vivir con el femicida. La misma organización consignó que de 2009 al 2015, al menos 116 mujeres fueron asesinadas por uniformados, activos o retirados y que ya hay 222 efectivos que no pueden llevarse el arma a su casa porque están denunciados como violentos. A la par, días atrás la periodista Lorena Panzerini, indicó que desde que empezó el año hubo 13 femicidios en la provincia; el Teléfono Verde (0800-444-0420) registró un 50 por ciento más de denuncias: de octubre a diciembre de 2015 hubo 854 llamadas; mientras que de enero a abril de este año, fueron 1.431. El área de Atención Integral en Violencia de Género de la Municipalidad alojó a 40 mujeres con 80 niños en los dos refugios; y el Ministerio Público de la Acusación recibe 300 denuncias por semana.

En este contexto general, el caso de Macarena es uno más de miles, pero no es igual a todos. Como otros hijos e hijas de mujeres asesinadas, pasó una niñez y adolescencia complicadas, con el único bálsamo de la solidaridad de compañeras y compañeros de militancia de su mamá, Sandra Cabrera. La mujer fue una valiente dirigente de AMMAR Rosario, que se animó a denunciar la violencia hacia las trabajadoras sexuales y la complicidad política, judicial y policial con la trata y los negocios de la prostitución. Son pocos los periodistas que, transitando las calles por 2003, no dan cuenta del coraje y recuerdan las entrevistas que le realizaban a Sandra. Fue asesinada el 27 de enero de 2004 de un balazo en la cabeza. El femicida fue el oficial inspector de la Policía Federal, Diego Parvlusik, que contó con una compleja trama de complicidad de la policía provincial. No obstante esta certeza, su crimen permanece impune.

Hoy madre de dos hijos, Macarena no tiene vivienda, ni trabajo. Ante esto, Aravena visitó la ciudad y mantuvo junto con Gerez reuniones con la Subsecretaria de Desarrollo Social de la Municipalidad, Mónica Peralta y la Subsecretaria de Políticas de Género de la Provincia, Gabriela Sosa. “A Sandra Cabrera la mataron por denunciar cosas que muchas personas no se animaban a denunciar en Rosario y aun no hemos tenido justicia. Hay una deuda del estado con Macarena. Los subsidios son baches que tapan y no hay una continuidad o seguimiento, es pan para hoy y hambre para mañana”, consideró la dirigenta cordobesa, que además es Secretaria de Organización de la Central en la capital de la provincia mediterránea.

Hace unos días, desde AMMAR Córdoba se impulsó una jornada solidaria planteando la problemática de quien contiene a los hijos e hijas de mujeres asesinadas en Argentina. “Creemos que se tiene que abrir un debate sobre esto impulsando las políticas públicas. ¿Qué pasa con quienes no tiene familias que los contengan? No se puede esperar que la vida te salve”, aseguró.

Para Majo Gerez, el primer punto a resaltar es la necesidad de lograr justicia para Sandra Cabrera. Además, coincidió en la necesidad de profundizar la demanda “sobre los miles de chicos que quedan sin sus madres lo que impacta profundamente en su historia y subjetividad. En algunos casos (cuando el asesino es a la vez padre) incluso se los quiere re vincular con el femicida, por eso se viene trabajando la quita de la patria potestad”.

“En el caso de Sandra Cabrera, se trata de una militante política que denunciaba a funcionarios del Estado por cometer delitos. Es el Estado el que la mata y deja su crimen en profunda impunidad y un aspecto fundamental es saber qué pasa con su hija, que queda sin acompañamiento alguno por parte del Estado y las instituciones”.

Las dirigentas resaltaron la necesidad de que se le garantice acceso al trabajo, la terminación de estudios que conlleven a una autorrealización, a la par de continuar sosteniendo su actual familia. Se trata de condiciones materiales de existencia elementales, que si le cuestan a cualquier persona de sectores medios bajos, mucho más a una niña que a los 8 años se quedó sin nada ni nadie y atravesó una conflictiva adolescencia, con la contención limitada que pudo brindarse desde algunas organizaciones sindicales y sociales. “Es importante que los compañeros y compañeras se sensibilicen con esta causa”, manifestaron Gerez y Aravena.

El caso Cabrera

Sandra Cabrera nació en San Juan y se radicó en Rosario en 1994, dónde seis años después comenzó su militancia como dirigente de la filial de AMMAR, proyectándose como dirigenta nacional de la CTA. Su lucha se caracterizó por la defensa de los derechos de las trabajadoras sexuales, y por las denuncias contra la corrupción policial en casos de explotación sexual de niños y niñas, trata de personas y violación de los derechos humanos contra las mujeres. Fue perseguida y hostigada constantemente y poco antes de ser asesinada, denunció amenazas contra ella y su hija. La justicia le otorgó una custodia policial en su domicilio pero la violencia no cesó y en diciembre de 2003 fue brutalmente golpeada dentro de su casa a pesar de que la custodia estaba apostada en la puerta.

El 27 de enero de 2004 la asesinaron de un tiro de 9 mm en la cabeza. El único imputado y detenido fue un oficial inspector de la Policía Federal, Diego Parvlusik, que posteriormente fue liberado y su crimen aún hoy continúa impune.

Dos días antes de su muerte Sandra había realizado una denuncia contra un policía de la provincia que coimeaba a una de sus compañeras. A partir de ese momento se logran destapar muchas ollas y el Gobernador en ejercicio, Jorge Obeid disolvió Moralidad Pública y se comprometió a trabajar en la derogación del código de faltas para que las trabajadoras meretrices dejaran de ir presas extorsionadas por los abusos y la violencia ejercida por la policía de la provincia.

A inicios de 2015, el periodista local Martín Stoianovich presentó un pormenorizado relato sobre el caso Cabrera, que se presentó en ATE Rosario, sindicato donde funcionó durante años la sede de AMMAR. Macarena, tenía ocho años cuando se enteró a la vuelta de un viaje de boy scouts que su madre había muerto. Desde entonces su vida fue un derrotero de situaciones conflictivas, sin contención estatal y sin justicia por el crimen de su mamá.

*Sofía Alberti, Comunicación CTA Rosario

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