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Las cifras sociales infladas de Santos
Por Mateo Hoyos* - Monday, Jun. 06, 2016 at 11:20 AM
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A pesar del optimismo oficialista, en Colombia la situación social sigue siendo dramática y tiende a profundizarse.

Las cifras sociales ...
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Juan Manuel Santos viene sacando pecho de que, por cuenta de su gobierno, la pobreza pasó de 44% a algo menos de 28%. Sin embargo, estas cifras tienen graves inconsistencias. En el 2010 se modificó la metodología de medición, lo que llevó a que en 2015 se considere que una persona no es pobre cuando su ingreso mensual supera los $223.638, ¡menos de 8 mil pesos al día! Asimismo, la modificación llevó a que la pobreza bajara de 44,1% a 37,2% en 2010. Como por arte de magia 3 millones de personas salieron de la pobreza. Para 2014, empero, el 37,6% de la población se encontró en condición de vulnerabilidad (ni pobres, ni clase media). Con la crisis actual, cada vez más dura, no sería extraño que este grupo de la población retornara a la pobreza.

Otra forma de medir la pobreza es determinar el porcentaje de la población que se encuentra en el régimen subsidiado, es decir, en el Sisben. Para enero de 2016 más del 60% de la población se encuentra en tal condición. Nadie con algo de sentido común diría que alguien en el Sisben es parte de “la clase media creciente”. Nada que celebrar, mucho de qué preocuparse.

Si en pobreza llueve, en desigualdad no escampa. En primer lugar, el cambio metodológico antes referido también afectó el indicador oficial. El índice de Gini en 2010 pasó de ser 0.578 a 0.560. La desigualdad cayó, como la pobreza, por arte de magia. Juliana Londoño, economista uniandina que trabajó con Piketty, concluyó en 2010 que la desigualdad estaba subestimada, pues se basaba en las encuestas del DANE y no en las cifras de renta de la DIAN. Calculó el Gini y este no era para 2010 de 0.560 sino de 0.587. En un informe reciente del Banco Mundial Colombia ocupó el deshonroso segundo lugar en desigualdad de la región, y séptimo en todo el globo. Como dice Londoño, “el optimismo sobre la reducción de la desigualdad en América Latina debería moderarse”.

En empleo el país sigue estancado y empeorando. En el último año, el desempleo pasó de 10,8% a 11,9% en enero de 2016, la tasa más alta de desempleo en la región. A ello se suma que metodológicamente también hay un par de trampas. Primero, empleado en Colombia es aquella persona que trabaja al menos una hora a la semana y recibe remuneración por ello. ¡Así cualquiera es empleado! Segundo, tan solo es desempleado quien no está laborando pero sí está buscando activamente empleo. ¡Así casi nadie es desempleado! Y a los ocupados tampoco les va bien. La informalidad, medida como hace Fasecolda, tomando en cuenta la población ocupada que cotiza a pensión, es de 65%. Y el trabajo por cuenta propia, el rebusque viene creciendo y representa ahora el 43%. Nada que celebrar.

El gobierno debería dedicarse a atacar la pésima situación social del país en vez de andar engañando incautos con cifras incompletas. Sin embargo, Santos ya es viejo conocido y los colombianos ya entienden que no resolverá sus líos si no se le obliga.

*Miembro de Contracorriente

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