Julio López
está desaparecido
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El blanqueo de López
Por Diego Rojas - Thursday, Jun. 16, 2016 at 1:18 PM

Jueves 16 de Junio de 2016 | "En el mundo de la obra pública hay un famoso 'anticipo' del que todos hablan. Se trata de la cometa que recibe (José) López por parte de las empresas. Por cada contrato de obra pública se le da a cada empresa un anticipo. En la Fundación a ese anticipo lo usábamos, pero lo usual es que las empresas tengan que devolverlo. Uno podría preguntarse por qué no lo denuncian. Es muy sencillo, porque saben que si lo hacen no recibirán nunca más en sus vidas un contrato de obra pública. Pero el 'anticipo' es un requisito instalado que deviene en coima". La explicación sobre el método de enriquecimiento de José López, el número dos de Julio De Vido y apresado ayer con nueve millones de dólares del dinero negro de la corrupción, no está extraída de la investigación judicial. Se trata de las revelaciones de Sergio Schocklender realizadas en su libro Sueños postergados, que publicó editorial Planeta en 2011. Es bueno recordarlo, ahora que muchos kirchneristas se muestran dolidos y traicionados cuando uno de ellos había decidido contar el fango en el que se encontraba hundido el proyecto nacional y popular de Néstor y Cristina.

El blanqueo de López...
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López es la regularidad, no la excepción, del kirchnerismo -y si se quiere, del régimen capitalista-. La corrupción es la forma cotidiana en que el Estado se relaciona con el empresariado al que representa. Esta constancia hace que los personeros del kirchnerismo naturalicen la corrupción -sólo hay que recordar la frase del periodista Hernán Brienza: "la corrupción democratiza de modo espeluznante la política"- sin darse cuenta de que su práctica cotidiana mata. Mata. Mata a personas. De la peor manera. La corrupción es un síntoma más de la inviabilidad del sistema capitalista. Así lo demuestran las imágenes del accidente de Once, los cadáveres que se extraían de los vagones, las fotos de los familiares de las víctimas, las ambulancias que todavía hoy ensordecen el perímetro de la tragedia. La corrupción mata, en este caso, a 51 personas -la mayor parte trabajadores que iban a sus puestos laboriosos-: no democratiza, no es una sorpresa, es la muestra del hedor que rodea al funcionamiento de las instituciones de esta democracia tan fallida. Un hedor promovido por los representantes estatales y los grupos privados que se unen en una relación ignominiosa.

La novelesca captura de José López –llamado "Jorge López" por la tapa de Página/12 en un señalamiento freudiano de la negación– podría responder, según señalan algunas fuentes, a una genial operación de la inteligencia estatal. Los agentes le habrían hecho llegar el dato de que iban a allanar el refugio de sus millones clandestinos, que habría llevado a la desesperación y la acción tumultuosa de traslado de los nueve millones de dólares para tratar de asegurarlos en un convento religioso ocupado por dos ancianas monjas. Las llamadas de los vecinos habrían sido circunstanciales ya que el operativo había sido exitoso. Eso explicaría la negativa de los dos policías -en realidad, al tanto de la operación de la AFI, ex SIDE- a aceptar un millón de dólares como coima por dejar a López ir. Es una historia hermosa. Debería ser filmada para que la cinematografía nacional tenga un registro del hundimiento de la política nacional.

Una política que es convalidada por el Congreso y el Ejecutivo nacional. El blanqueo de capitales que plantea el oficialismo podría haber aceptado la legalización de la plata negra de la corrupción de López. Y seguramente aceptará la legalización de dineros similares o relacionados con el narcotráfico o la trata. El macrismo garantiza la seguridad de la corrupción y los delitos del anterior período. Todo el sistema está en debacle.

La conmoción nacional que provoca la captura patética de López debería ser productiva. Debería acabar con las pretensiones progresistas del kirchnerismo residual, que se demuestra tan sólo como un fraude político. Debería alertar sobre la continuidad de la intención de blanquear el dinero negro por parte del macrismo. Debería señalar que es necesaria una transformación radical de las relaciones políticas para evitar que se eternice un sistema de corrupción empresarial amparada por los políticos de todo signo.

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