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"Algunos médicos son terroristas de la medicina"
Por Víctor-M. Amela - Sunday, Jun. 19, 2016 at 11:53 PM

Malos hábitos. Una: los regalos de la industria farmacéutica a los médicos para que prescriban sus fármacos. Hubo sobres mensuales para médicos, y uno muy influyente dijo: “A mí me gustan los coches deportivos.."

Salvador Esquena, urólogo, cirujano oncológico.

Irritados tiene a sus colegas médicos...

Sólo al que no entienda que la autocrítica es saludable.

¿Qué les ha molestado?

Señalo aspectos del ejercicio de la medicina mejorables, siempre pensando en el paciente. ¡Para eso me hice médico!

¿Para qué?

Para aliviar a los otros, y no para medrar socialmente, promocionarme o forrarme.

¿Acusa a otros médicos de hacer eso?

Algunos médicos son terroristas de la medicina: miran sólo su lucro personal. ¡Deberían ser encarcelados!

Va usted fuerte.

Anuncian en la prensa métodos quirúrgicos por los que cobran exageradamente, y que en muchos casos aplican sin ser necesarios. Engañan y estafan, y despluman al paciente..., ¡que encima les queda agradecido!

Esto es muy grave: ¡denúncielos desde el Colegio de Médicos!

Preparamos un decálogo de prácticas éticas, para hacerlo: ahora es muy difícil probarlo.

Pero decirlo así extiende sombras de dudas sobre toda la profesión...

Sostengo que la asistencia médica en Catalunya es de las mejores del mundo, la pública y la privada. Sólo ataco al médico inhumano y deshumanizado, sin escrúpulos.

Un ejemplo, por favor.

Enredar al enfermo para que se preste a ser usado como conejillo de Indias de un tratamiento o técnica nuevos. “Preparadme a dos para el lunes”, he oído decir a un cirujano...

Quizá eso sea necesario para que avance la medicina...

Al que vaya a hacerlo, le ruego que antes se pregunte: “¿Le haría esto a mi madre?”. Y luego que actúe en consecuencia.

Dicho queda.

Para adquirir experiencia y sumar horas de quirófano, ciertos colegas viajan al tercer mundo para practicar: operan sin los controles de aquí. Usan a aquellos pacientes como objetos en su beneficio: lo juzgo inmoral.

¿Y cómo ha sumado horas de quirófano usted?

Operando aquí, con todos los cuidados y garantías para el paciente, poquito a poco.

¿Qué operación ha sido la más difícil?

Construir una vejiga extirpada con un trozo de intestino.

¿Desde cuándo sintió esta vocación?

De niño me regalaban minibotiquines para hacer curas a mis compañeros del patio del colegio. Y me gustaba.

Ser cirujano oncológico son palabras mayores...

Es una cirugía muy atractiva, y no te oculto mi autocomplacencia si salvo o mejoro la vida de alguien.

Pero... ¿y la responsabilidad de fallar?

Por eso el médico debe ser muy humilde: todo puede complicarse. Aunque el paciente lo crea, ¡no somos infalibles! Así que ¡nada de subirse a la parra, colegas!

¿Algunos médicos se suben a la parra?

El riesgo de narcisismo es enorme. Y un Narciso subido puede llevarte a menospreciar al paciente, a verlo como secundario, como mero instrumento de tu éxito: ¡fatal!

¿Sucede?

Más de la cuenta: es tan lastimoso un médico altivo, frío, displicente, distante...

¿Cómo debería ser el buen médico?

Muy formado y al día en lo suyo, y a la vez muy empático: tan bueno en lo técnico como en lo humano... ¡Y de eso no te examinan!

¿Tanta importancia le da?

Buen médico es el que sabe comunicarse con el paciente, es cálido, tierno, amable, educado, simpático, cariñoso, ¡empático! ¡Esto es ya curativo! Es el mejor fármaco.

¿Las mujeres médicos son más empáticas que los varones?

La sensibilidad no se reparte por sexos.

¿Qué habría que corregir o evitar?

Malos hábitos. Una: los regalos de la industria farmacéutica a los médicos para que prescriban sus fármacos. Hubo sobres mensuales para médicos, y uno muy influyente dijo: “A mí me gustan los coches deportivos...”. A otro le pagaron una consulta nueva.

¿Qué otra práctica cuestiona?

Clases de cirugía con operaciones en vivo: aumenta el riesgo del paciente.

Otra.

Para conseguir promoción o fondos, algunos investigadores médicos maquillan datos en congresos y en publicaciones científicas. El director de la prestigiosa The Lancet se queja de perder credibilidad por las trolas que le cuelan en los artículos.

Que vigile.

Pero a menudo los periodistas os apresuráis a elevar a titular cualquier trola... si es lo bastante sugerente, por atraer lectores. Algunos venden humo... y otros lo compran.

¿Alguna crítica más?

Los médicos cobran poco y soportan una presión asistencial brutal, y burocracia... Con los años eso mina su moral, y un médico quemado, desmotivado, ¡mal médico será! A los políticos les corresponde evitarlo...

¿Conclusión?

Todo para el paciente y con el paciente. Sin paternalismos: ¡pongámonos en la piel del paciente! La mano del médico en el hombro... cura tanto o más que una pastilla.(lavanguardia)

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