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“Parece que siempre estamos últimos, que estamos escondidos”
Por Agencia Periodística Timbó - Thursday, Jun. 23, 2016 at 3:01 PM

Tres comunidades Indígenas del Pueblo Pilagá, en la provincia de Formosa, realizaron una serie de Asambleas en el transcurso de este mes para aunar reclamos y plantear un proceso de lucha que comienza con la visibilización de sus demandas. Falta de viviendas, educación, salud, electrificación y caminos rurales son el panorama general que vienen denunciando desde hace años.

“Parece que siempre ...
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A más de 40 km. de Posta Cambio Zalazar, la localidad más cercana, monte adentro, tres Comunidades Indígenas Pilagá, La Esperanza, El Descanso y Pozo Molina, se reunieron para analizar las problemáticas que están atravesando. Noventa familias ven desestimados sus demandas y gestiones y comienzan a definir estrategias tendientes a generar instancias de diálogo con funcionarios provinciales y nacionales.

Osvaldo Caballero, presidente de la comunidad La Esperanza, analizó: “Yo quiero decir lo que está pasando en mi comunidad. Mi comunidad está sufriendo muchas necesidades. Necesitamos un centro de salud, un agente sanitario, tendido eléctrico y solucionar el camino que va de la comunidad a la ruta. Cuando llueve es imposible salir a la ruta provincial Nº 28”.

La Esperanza es una comunidad formada por dieciocho familias. En ella no hay centro de salud ni agente sanitario. Tiene una larga lista de notas enviadas los años 2012, 2013 y 2015 solicitando la concreción de seis viviendas. Cuentan, además, con un Anexo dependiente de la Escuela Nº 449 y un solo Maestro de Educación de Modalidad Aborigen (MEMA).

Al respecto, Caballero destacó: “En el tema educación, por ejemplo, venimos pidiendo un edificio para la escuela. Es un compromiso que el gobierno había asumido. En este momento, la comunidad está prestando un saloncito para que el docente dé clase”.

“Lo que nosotros sentimos es que estamos muy alejados y a veces nos sentimos abandonados. Varios años que estamos gestionando, mandado notas a todos lados. Y nunca hemos recibido noticias”, finalizó.

En la Comunidad Pozo Molina el escenario es similar. Aquí, veintisiete familias cuentan con un agente sanitario pero no hay centro de salud. El agente comunitario, con escasos recursos para semejante responsabilidad, atiende en su casa. En la escuela Nº 449 asisten veinticuatro estudiantes y todos se preguntan qué pasará cuando finalicen sus estudios primarios. En el año 2015 realizaron gestiones para la construcción de veinticinco viviendas. El Estado provincial se comprometió a realizar seis y todavía no lo hizo.

Taki Fernández, miembro de la comunidad, dijo: “Muchas veces se piensa que nosotros vivimos bien, o que estamos bien. Pero entendemos que faltan cosas, tenemos que seguir creciendo como Comunidad y como Pueblo. Nosotros estamos buscando las formas para dialogar con los gobiernos, para mostrar, para que vean cómo vivimos”.

Y sobre la vida en el monte, recalcó: “Nosotros queremos seguir viviendo en nuestro territorio. Nosotros nunca pensamos en ir a vivir a los pueblos. Como los antiguos nuestros, que poblaron este lugar, nosotros queremos seguir esa historia. La vida nuestra es en el monte”.

Jerónimo Fernández, presidente de la Comunidad Pozo Molina, reflexionó: “Nosotros hoy queremos plantear públicamente las necesidades que estamos sufriendo. Estamos viviendo una tristeza muy grande. Por eso estamos hoy reunidas las tres comunidades. Hace mucho que estamos haciendo gestiones y esperamos a las autoridades para que nos den respuesta, para que vengan a ver cómo estamos viviendo”.

Desde la Comunidad El Descanso, el histórico dirigente Pilagá César Zalazar, dijo: “Estamos evaluando las cosas que pasaron y las cosas que están pasando en las comunidades, y vemos que hay cosas que no están bien. Tenemos que manifestar lo que no anda, tenemos que mostrar cómo vivimos”.

“La verdad que las familias se sienten abandonadas, eso nos da una tristeza muy grande. Y nosotros estamos saliendo a decir lo que nos pasa. Tenemos muchos problemas en tema de salud, por ejemplo. Un doctor viene a vernos una vez por mes, y a veces pasan cuarenta días y todavía no tenemos novedad de la visita del doctor”, subrayó Zalazar.

En El Descanso el panorama se repite. Más de treinta familias cuentan con un agente sanitario pero no tienen centro de salud. La escuela Nº 442 tiene un MEMA y surgen los mismos interrogantes a la hora de imaginar el futuro en la educación secundaria. En el año 2010 se comenzó la primera etapa para la construcción de veinte viviendas, luego de una fuerte lucha por parte de las familias. Se realizaron diez en aquella oportunidad y hoy, a más de seis años, aún esperan las diez restantes.

Cesar Zalazar, concluye resaltando: “Muchas veces nos dicen que somos opositores, porque reclamamos para que nos tengan en cuenta, que nos escuchen. Y nosotros no somos opositores, solo buscamos que se cumplan las leyes que amparan nuestros derechos”.

En las tres comunidades pertenecientes al Pueblo Pilagá no hay electricidad. Tampoco hay agua de pozo, agua dulce. Hubo compromisos, en el 2014, para realizar una serie de perforaciones que, valga la redundancia, se perforaron en el mundo de las promesas inconclusas. Los estudiantes que finalizan el ciclo inicial no cuentan con becas para seguir sus estudios en Las Lomitas, motivo que impide su proceso de escolarización.

Además, la asistencia médica es muy limitada. Un doctor de Posta Cambio Zalazar hace visitas periódicas a las tres Comunidades. Pero esa periodicidad es de cada treinta a cuarenta días. El camino rural que une a las Comunidades con la ruta provincial Nº 28, al norte, es de cuarenta kilómetros y cuando llueve es intransitable. El Hospital de Las Lomitas se encuentra a más de noventa kilómetros.

Osvaldo Caballero entiende que por el camino de las gestiones a los diferentes estamentos estatales las situaciones no se han resuelto. No descarta, junto a los dirigentes de las otras Comunidades, iniciar un proceso de lucha en el que se sumen los cortes de ruta. Sobre la necesidad de unificar los reclamos, expresó: “Nosotros nos juntamos las tres comunidad porque sufrimos lo mismos problemas y nosotros entendemos que tenemos que unirnos para que nos puedan escuchar. Lo que nosotros queremos es que nos escuchen, que entiendan nuestra necesidad”.

En el mismo sentido, Taki Fernández, enfatizó: “Nos reunimos las tres comunidades para buscar el bien y mejorar nuestra calidad de vida. Nosotros queremos mejorar por nuestro futuro, por nuestros hijos. Quizás nosotros no veamos los cambios, pero queremos que nuestros hijos vivan bien. Parece que nosotros siempre estamos últimos, parece que estamos escondidos”.

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