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Crece la bronca contra el macrismo ¿Hacia dónde dirigirla?
Por OP La Caldera - Tuesday, Jul. 12, 2016 at 4:33 PM

Crece la bronca contra el macrismo: ¿Hacia dónde dirigirla?



Hoja de Coyuntura Junio/Julio 2016. Estamos enfrentando una fuerte embestida contra las condiciones de vida del pueblo trabajador, una embestida de las clases dominantes que se inscribe en la historia de ajustes (y de resistencias a esos ajustes) que cíclicamente han descargado sobre nuestras espaldas.

El macrismo intenta vendernos que el suyo es un ajuste gradual – porque pasó de aplicar un tarifazo del 1000% a uno del ¡400%! - y que la transferencia de ingresos hacia el capital más concentrado es la antesala de la lluvia de inversiones que nos va a sacar del pozo. 

Hay que decir que este brutal ajuste puede mejorar efectivamente la competitividad del sector más concentrado del capital, ligado a la exportación y a la producción de bienes y servicios que no pueden dejar de ser consumidos aunque tengan precios por las nubes. Pero esto es posible sólo a costa de pauperizar las condiciones de vida de nuestra clase, en favor de sus ganancias. Un crecimiento económico con reducción de empleo, de salarios y de derechos, similar al de la primera mitad de los noventa, para consolidar y profundizar las reformas neoliberales del Consenso de Washington, sin salirse del marco de la democracia liberal-representativa. 


El problema de la hegemonía

En un modelo que objetivamente empeora el nivel de vida popular es de esperar que crezca el descontento y baje el consenso en las instituciones del sistema. La respuesta del macrismo a este fenómeno viene presentando tres elementos:

1- Intentó mostrarse desde los primeros meses de su gestión como una fuerza dispuesta a recurrir a la represión en forma más directa (por ejemplo con la presentación del protocolo contra la protesta). No obstante, por el momento no avanzó decididamente en ese sentido, mientras la cantidad de movilizaciones populares se ha incrementado. 

2- No abandona la carta del consenso social, e intenta influir en los sectores que reciben de lleno los efectos del brutal ajuste en curso. No pretende movilizar este sector en favor de sus políticas, sino más bien neutralizarlo. El bombardeo mediático en torno a la corrupción kirchnerista como impugnación de la política (y reivindicación de los gerentes) apuntala en el pueblo el individualismo y la mercantilización de la vida propia de nuestras sociedades capitalistas. Este mecanismo no triunfa automáticamente, sino que se sustenta en una importante red de asociaciones civiles burguesas y ONGs con penetración en el territorio. El otro elemento decisivo en este punto es el sostenimiento por parte del gobierno de las políticas asistenciales fundamentales del periodo kirchnerista, como es el caso de la AUH. 

3. Si bien el gobierno apunta a un neoliberalismo gestionado en el marco de la democracia liberal, no ha dudado en eludir los obstáculos que ésta le impone, especialmente a través de las medidas por decreto, sin encontrar un rechazo social masivo a estos métodos. 

De nuestra parte, debemos dar una disputa por el sentido de la democracia, revalorizando los métodos de participación directa de lxs trabajadorxs en la lucha contra el ajuste, e intentando hacer calar en nuestra clase la denuncia a la esencia anti-democrática del método de gobierno de Cambiemos. Sólo el crecimiento de la resistencia obrera y popular al ajuste obligará al gobierno a desnudar más abiertamente su costado represivo y anti popular, poniendo en crisis el consenso que aún sostiene en importantes sectores del pueblo.  

Golpe a golpe

Tanto frente a los despidos como ante el techo a las paritarias por debajo de la inflación, lxs trabajadorxs hemos hecho esfuerzos por “devolver” esos golpes, y en esos intentos hemos ido encontrando algunos problemas que vamos aprendiendo a superar.

Por un lado, la famosa “grieta” es hoy algo completamente funcional a la ofensiva macrista y un obstáculo para articular la resistencia en nuestros lugares de trabajo. El punto de unidad estos meses debió ser antes que nada gremial y en apelación a la solidaridad de clase. En los sectores donde existe activismo con trabajo de base impulsando esta orientación, se ha logrado articular una resistencia “de masas” conquistando algunos logros, en la mayor parte de los casos parciales y defensivas.

Tales fueron los casos de las juntas internas de ATE Trabajo y ATE Economía en CABA, o el caso más destacado de lxs compañerxs de SIAT Tenaris en Lanús, donde los despidos habían sido focalizados en el activismo, logrando reincorporaciones. A escala nacional, pueden destacarse la exitosa paritaria de aceiteros, y la más disputada paritaria universitaria. Estas luchas requirieron alto grado de unidad interna para lograr sus objetivos. El enlace con la sociedad estuvo caracterizado sobre todo por la difusión de las situaciones de cada sector, aunque no se logró una gran coordinación con otras organizaciones populares.  

Esta política pudo desarrollarse allí donde intervinieron corrientes político-sindicales, como el activismo de Rompiendo Cadenas. Pero sin duda en la mayoría de los casos no se impulsó esta política, ni desde la izquierda nucleada en el FIT ni desde el kirchnerismo. El PTS defendió en lo discursivo la necesidad de impulsar esta política de unidad en la acción, pero en la práctica su política se guió por la disputa sectaria con el PO por colocarse como el principal partido de izquierda en nuestro país, y por la dirección del FIT como herramienta electoral.

Desde la Nueva Izquierda Anticapitalista y Antipatriarcal, continúan los intentos por construir una alternativa política de lxs trabajadorxs, que pueda vincularse con otras tradiciones políticas, pero sin renunciar a la consolidación de un espacio propio de identidad democrática, clasista, antipatriarcal y anticapitalista. Actualmente esa apuesta se esboza en la campaña nacional “No te dejes ajustar”. Ciertamente este sector de la izquierda es aún minoritario como tendencia organizada, pero tiene una gran potencialidad para enlazar con poderosos núcleos de buen sentido existentes en nuestro pueblo.

En el plano político general, las direcciones de las organizaciones sindicales condicionaron severamente las respuestas que pudimos desarrollar como clase al ajuste. El 24 de febrero se hizo un importante acto de masas en la plaza de mayo promovido de conjunto por De Genaro y Cachorro Godoy con el sector kirchnerista que responde a Yasky, ambos de características reformistas burocráticas. El sector más kirchnerista del movimiento obrero también tuvo una activa participación en el 24 de marzo y el 13 de abril en el acto de Cristina en Comodoro Py, que también se expresó en la marcha de las dos CTA del dos de junio, traccionando al michelismo. El sector de las CGT sólo se movilizó el 29 de abril (junto a las CTA y sin Barrionuevo), siendo este el acto con mayor peso. 

Todas estas movidas están fuertemente regimentadas desde arriba y no se proponen desplegar las energías obreras y populares, que las direcciones burocráticas encausan para ampliar sus márgenes de negociación con los gobiernos de turno. Sin embargo, son un marco en el cual podemos desplegar nuestra iniciativa.  

Por su parte, las principales expresiones políticas conducidas por la burguesía (el PRO/Cambiemos en relación al capital concentrado; el peronismo en disputa entre el PJ tradicional y el FPV en relación a la burguesía media, no competitiva) también encuentran dificultades internas, a su vez que desarrollan un fuerte enfrentamiento entre sí. El último episodio en esa línea es el de la fractura del bloque del FPV en Diputados, con la ida de los referentes del Movimiento Evita.

Construir el frente único contra la ofensiva del capital

En un marco de fuerte ajuste y una adhesión popular muy endeble a ambas fuerzas políticas, es de esperar que el descontento y la deliberación popular tienda a crecer.  En ese marco entendemos que seguir una política de frente único “defensivo” ante el ajuste tiene la potencialidad de obtener reivindicaciones sentidas por las masas. Por eso vemos positivamente el surgimiento de multisectoriales contra los tarifazos y contra los despidos, sobre todo cuando hay destacada participación sindical, como casos de frente único en Lomas de Zamora, Rosario, Tierra del Fuego, Santa Cruz y Comodoro Rivadavia. 

Como señalamos más arriba, el frente único de lxs trabajadorxs en lucha contra el ajuste no surgirá de las direcciones burocráticas de nuestra clase.  Todas ellas buscan mejores condiciones de negociación frente a las direcciones burguesas, y tienen como perspectiva estratégica conformar fuerzas policlasistas, nucleadas en torno a los distintos modelos de reproducción del sistema capitalista, dividiendo a nuestra clase para ponerla detrás de las disputas de los de arriba.  

Por ello es indispensable que las variadas y numerosas (pero minoritarias) tendencias de izquierda hagamos causa común para impulsar ese frente único. Sólo ello nos permitirá enfrentar con una efectiva política de masas la ofensiva ajustadora de los gobiernos nacional y provinciales.  

No estamos solas ¡estamos organizadas!

En el plano de las luchas antipatriarcales, Junio fue escenario de una masiva movilización bajo la consigna “Ni una menos” a un año de la primera marcha, y en el nuevo contexto planteado por el cambio de gobierno. 

A nivel internacional, mientras persiste la irresolución de la crisis del capitalismo patriarcal, los movimientos antipatriarcales y las luchas feministas van tomando características más subersivas, aún con idas y vueltas.  

La resolución a la crisis en curso sigue siendo disputada por dos grandes tendencias capitalistas-patriarcales: por un lado, el capital más concentrado, vinculado a los estados centrales, que impulsa la formación de una Nueva Derecha, expresada con claridad en Argentina con el macrismo; y por el otro, un sector que surge a partir de la crisis estructural del modelo neoliberal, que intentan impulsar reformas y políticas económicas redistributivas desde arriba, apoyadas en cierta base popular, con el objetivo de redinamizar la acumulación capitalista a escala mundial y sostener la gobernabilidad de sus países. En nuestro país el kirchnerismo expresó esta fuerza desde el 2003, y hoy está representada internacionalmente por la figura del Papa.

La pugna entre estos dos modelos de reproducción del sistema capitalista no les impide coincidir en lo fundamental en lo que refiere al sostenimiento del patriarcado. La experiencia en Argentina con el gobierno kirchnerista en esta materia y las políticas del nuevo gobierno encabezado por Mauricio Macri dan cuenta de ello. 

Durante el periodo kirchnerista existireron políticas pensadas para el abordaje integral de la salud y la educación, pero estuvieron caracterizadas por la precarización laboral y de los programas mismos. Esta debilidad estructural fue el caldo de cultivo favorable para las políticas de desmantelamiento de programas y despidos del macrismo. Asimismo, el macrismo ha reafirmado en los últimos días su compromiso contra el derecho al aborto legal, seguro y gratuito en un guiño a la Iglesia (Macri pidió al cierre del Congreso Eucarístico defender la vida “desde la concepción hasta la muerte”) en continuidad con la política de la gestión kirchnerista. Un agravante a este respecto es el retroceso en materia de aplicación del protocolo de aborto no punible, empeorando la situación de todas las personas con capacidad gestante.

En cuanto a las políticas destinadas a prevenir y erradicar la violencia hacia las mujeres, nos encontramos en sostenida postergación. Durante la década anterior el reclamo de las organizaciones sociales y de las mujeres fue la apertura de refugios, la perspectiva de género en el ámbito judicial, mayor presupuesto para al Consejo de la Mujer. Nada de esto pasó y en seis meses de gobierno de Cambiemos no ha habido ningún avance. Colocar a la cabeza del Consejo de la mujer a una feminista ligada a una visión liberal y ONGista de la política fue el único intento de lavarse la cara. El presupuesto que maneja actualmente el Consejo es de 4 pesos por mujer, si se contabiliza el total de población femenina según el censo del 2010. Uno de los anuncios que trascendió fue que se iban abrir 24 refugios en todo el país, que de concretarse significaría solo un refugio por provincia en promedio. Con estas políticas el gobierno de Cambiemos no encarna mayores derechos ni fortalecimiento de los adquiridos, sino aún más cotillón, recorte y marginación.

A nivel mediático y simbólico, el nuevo gobierno intenta reposicionar a la mujer como figura decorativa que acompaña al varón; así como el retorno del  lenguaje sexista (“todos”) para referirse a la sociedad, que esconde bajo a pretensión de universalidad, la jerarquización sexista que subyace al nuestro lenguaje. 

Pero a esta avanzada patriarcal le venimos oponiendo la resistencia feminista. El pasado 3 de junio salimos a la calle en más de 100 puntos de país, millones de forma organizada para levantar la consigna Ni Una Menos. En este nuevo escenario político, esta marcha a diferencia de la concentración del año pasado, exigió al gobierno macrista una respuesta urgente ante los femicidios y travesticidios, contra el vaciamiento del Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable, por la implementación efectiva de la Ley de Educación Sexual Integral, por la legalización del aborto seguro y gratuito, entre otras consignas. 

Otras de las consignas levantadas fue la de Libertad para Belén, la chica tucumana que fue condenada a 8 años de prisión tras sufrir un aborto espontáneo. Un caso que muestra a las claras el carácter patriarcal de las instituciones de salud pública y el sistema judicial, que actúan con muy distinta vara cuando se trata de represores y femicidas que permanecen libres hasta el día del juicio, si es que llegan a enfrentar uno. El poder judicial, intentar aleccionarnos sobre lo que nos puede pasar si abortamos. El próximo 30 de junio la Campaña por la legalización del aborto seguro y gratuito, presentará y buscará quorum por cuarta vez el proyecto de ley de interrupción voluntaria de embarazo (IVE).

El colectivo trans y travesti en la Argentina sigue expuesto a los prejuicios de la justicia patriarcal. Tal es el caso de Claudia Córdova, quien fue encarcelada por un delito que nunca fue comprobado, pero que fue sentenciada a 5 años de prisión, agravada por ser extranjera y “venir a delinquir a nuestro país”. Además, durante todo el proceso judicial fue nombrada por el nombre masculino registrado infringiendo la Ley de Identidad de género que dice que aun sin constar el cambio de nombre en el DNI, se debe respetar la identidad autopercibida. Este fallo invisibiliza la responsabilidad integral del Estado frente a la situación de vulneración de derechos en la cual se encuentra el colectivo trans y travesti. 

Lo que StoneWall Inn nos dejó.

Pasaron 47 años de lo ocurrido en StoneWall inn, un bar ubicado en Nueva York en donde explotó una gran revuelta que significó el inicio de un movimiento mundial de visibilización de las identidades travestis, trans, gays y lesbianas. Es por eso que todos los Junios desde 1969 se festeja el día del Orgullo Gay. Pero nuestro orgullo aún despierta el odio heteropatriarcal. 

El pasado 11 de junio en la ciudad de Orlando-EEUU un hombre ingresó con un arma a un boliche llamado Pulse, en donde se solían encontrar y divertir gays y lesbianas de origen latino y afroamericano. Este hombre desató una masacre que dejó sin vida a más de 50 personas. La prensa rápidamente vinculó este ataque con el terrorismo islámico, por el origen afgano de la familia del asesino. Sin embargo, pocas horas después, y a pesar de las operaciones de prensa de republicanos y demócratas, se denunció que este ataque fue perpetrado a raíz del odio que sentía este hombre hacia la comunidad lgtttbiqp y contra la comunidad latina. 

Numerosos comentarios salieron al cruce de quienes utilizaron la masacre para apoyar las políticas yanquis de persecución del islam, cierre de fronteras a extranjeros y carrera armamentista. 
Esto no implica desconocer que en el Islam está presente el odio hacia nuestras identidades disidentes, con una matriz fuertemente patriarcal. Pero ese odio está presente en nuestras sociedades occidentales liberales también, y el asesino es un hijo sano de esta cultura patriarcal, más allá de su supuesta simpatía con el Islam. Es esta perspectiva la que nos permite vincular estos hechos con los ataques fascistas contra el colectivo lggttbiq en Mar del Plata, o el caso de México en un club gay de la ciudad de Xalapa, con un saldo de 7 personas muertas, el cuál no tuvo  el mismo impacto mediático ni reacción mundial, pero tiene la misma raíz en la sociedad en que vivimos. 

La lucha feminista no se abandona/// Resistencia Organizada

A pesar del panorama de intento de reforzamiento de las instituciones patriarcales y de no reconocimiento de los derechos adquiridos por medio de la lucha y la organización a lo largo de toda Latino América, el movimiento de mujeres y lgtttbiqp se encuentra en condiciones de mayor coordinación y confluencia a nivel local e internacional. Desde las reacciones a nivel estatal y judicial de desfinanciamiento y retroceso, hasta las acciones de violencia de varones hacia mujeres e identidades disidentes, todas son respuestas ante el cuestionamiento social e histórico que se realiza sobre el sistema patriarcal capitalista, un régimen político y económico que a través de la heterosexualidad regula y normativiza las relaciones sociales. A esta violencia organizada, debemos oponer una resistencia antipatriarcal y por el feminismo, para conquistar una sociedad sin ningún tipo de opresión. 


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