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La primera crisis general del macrismo es energética
Por Diego Rojas - Friday, Jul. 15, 2016 at 10:59 AM

Viernes 15 de Julio de 2016

La primera crisis ge...
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Cuando estas líneas se publiquen, miles de ciudadanos habrán salido a las calles con sus cacerolas para protestar contra los aumentos de tarifas decretados por el Gobierno de Mauricio Macri. Si bien un sector del kirchnerismo querrá apropiarse políticamente de esta manifestación —adulterando su propia responsabilidad política en la situación a la que se ha llegado—, el descontento popular ocasionado por las descomunales alzas en las boletas de agua, luz y gas es genuino y no responde a una direccionalidad orientada por ninguna fuerza. Se trata de una reacción previsible a una política confiscatoria de los salarios y de los niveles de vida de la población.

El aumento de tarifas realizado por la cartera que dirige el ministro Juan José Aranguren excede hasta el paroxismo el incremento de ingresos de la población laboriosa y de sus sectores medios. Incluso luego del ajuste realizado, que impone un tope de 400% en las subas tarifarias. Los aumentos en aguas, luz y gas que se registran en las facturas llegadas a los hogares de los argentinos —y que se trasladarán a los precios de las garrafas en aquellos lugares donde no exista un tendido de redes— amenaza con disminuir fuertemente el poder adquisitivo de cada familia. De este modo, el desorden originado por la economía kirchnerista que heredó el actual Gobierno se quiere descargar sobre los hombros de los sectores populares.

El desorden económico respecto a los precios pagados por los servicios se origina en los gigantescos subsidios brindados a las empresas privatizadas que rigieron durante el decenio kirchnerista el rubro en cuestión. No se trató —como falsamente se arguye— de una política en favor de los sectores populares, sino que claramente determinó una acumulación de capital por parte de las empresas que jamás ha sido revisada ni analizada. Los sectores del empresariado nacional que se hicieron cargo de estas empresas fueron beneficiarios de un traslado de subsidios por parte del Estado de características elefantiásicas.

Analicemos por caso el grupo Mindlin (Pampa Holding), que tomó las riendas de la eléctrica Edenor. Los subsidios recibidos por parte del Estado lograron que esta empresa pudiera comprar los activos de la brasileña Petrobras. ¿Cómo se puede explicar una crisis de las empresas energéticas cuando estas compran enormes pulpos empresarios extranjeros? Sólo a través de la acumulación de capital que implicó la política de subsidios del kirchnerismo, que, otra vez, no benefició a los usuarios directamente, sino a las grandes compañías.

Esta política se continúa, con otros métodos, mediante el macrismo, que, en medio de la baja de los precios del petróleo y del gas a nivel internacional y en grados inéditos en décadas, aplica una suba de tarifas para no perjudicar a los empresarios de la rama, que —como se dice popularmente— la "levantaron en pala" durante todos estos años. El petróleo pasó de costar más de cien dólares por galón a menos de cuarenta. El gas pasó de costar 12,68 por BTU a 2,57 en la cotización actual. Todo indica que se deberían bajar los precios para los usuarios, pero el Gobierno aumenta, por el contrario, las tarifas. Un despropósito que da cuenta del caos que rige el modo de entender la economía por parte de los actuales personeros estatales.

La crisis no puede ser descargada sobre el sector más vulnerable de la población, sino que debe ser solventada por quienes se aprovecharon de las anteriores políticas kirchneristas con hiperbeneficios para sus arcas. Es necesario que se abran los libros de las empresas de servicios para que se conozca el destino de los fondos estatales —subsidios— y se dé cuenta de esa manera del desfalco sufrido en la nación por las políticas kirchneristas y que, de ningún modo, debe extenderse a través de las políticas del Gobierno de Macri, que quiere seguir favoreciendo a aquellos beneficiarios empresariales. Asistimos a la primera crisis general del Gobierno macrista. Su responsable, Juan José Aranguren, debe renunciar.


@zonarojas


El autor es periodista, publicó los libros "¿Quién mató a Mariano Ferreyra?", "Argentuits, pasiones políticas en 140 caracteres" y "El kirchnerismo feudal. La verdadera cara de Cristina en las provincias"

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