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El feminismo se prepara para el Encuentro Nacional de Mujeres en Rosario
Por Ornela Barbieri, Notas.org.ar - Thursday, Jul. 21, 2016 at 7:53 PM

18 de julio de 2016 | Más de 300 personas se sumaron a la previa del XXXI Encuentro Nacional de Mujeres, el viernes pasado en la Facultad Libre de Rosario en un panel encabezado por Marta Dillon, Mabel Gabarra, Sonia Tessa y María Paula García. El debate, organizado por Mala Junta, convocó a pensar el próximo “pogo feminista más grande del mundo” (como dio en nombrarlo Florencia Alcaraz en este portal) que se llevará a cabo en octubre en la ciudad litoraleña.

El feminismo se prep...
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Como buen pogo, no faltó el calor de los cuerpos, que desde temprano se apretujaron para poder llegar a oír los relatos, reflexiones y consignas de las panelistas. Algunas en puntitas de pie intentaban espiar desde el patio de la Facultad Libre, otras sentadas se apretaban cada vez más al piso para que entrara otra persona a disfrutar de la experiencia colectiva. También desde la ventana que da a la calle, resistiendo el frío en la vereda, se podía ver el brillo de miradas atentas. La ansiedad marcó el termómetro de la charla que sirvió como bálsamo para calmar las almas de aquí hasta el 8 de octubre.

Temprano, como pre calentamiento de la jornada, se llevó adelante una mística para las feministas, de donde se desprendieron diferentes definiciones de lo que significa el Encuentro Nacional de Mujeres (ENM). ¿Cómo explicarlo a alguien que nunca lo vivió o siquiera escuchó hablar de él? Una de las expresiones más representativas lo definió como la “Navidad Feminista”.

La apertura del panel estuvo en boca de Majo Gerez, secretaria de Género de la CTA Rosario y referente de Mala Junta, quien adelantó la organización de una asamblea popular feminista de cara al XXXI ENM en Rosario. Luego Mabel Gabarra, una de las primeras mujeres en dar vida a la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, comenzó con un recorrido histórico de los Encuentros y el desarrollo del feminismo en el país.

El primer ENM se celebró en 1985 en Buenos Aires, como resultado del viaje que hicieron 45 mujeres a la Conferencia Mundial de la Mujer en Naerobi. “Para transmitir esa experiencia y las estrategias que se delinearon en Kenia a más personas, se plantearon hacer un único encuentro sin imaginarse que sería tan convocante que no podríamos dejar de hacerlo nunca más”, recordó Gabarra. De esa primera experiencia surgieron los principios que hasta el día de hoy sostiene la Comisión Organizadora: Trabajar por consenso, con horizontalidad, autonomía e independencia, pluralidad y federalismo.

“Lo interesante de recordar esto es que, al principio, no eran todas feministas, era absolutamente plural, había mujeres de la democracia cristiana, del partido conservador, independientes, muchas mujeres que volvían del exilio y habían sufrido la verticalidad en otras instancias de participación. Fueron ellas quienes pusieron la piedra fundamental del Encuentro y quienes diseñaron los principios que hasta el día de hoy se sostienen”, subrayó Gabarra.

El desarrollo de lo que siguió fueron los encuentros de 1989 y de 2003 en Rosario, con una impronta definida por las panelistas como “claramente feministas”. Cada uno más convocante que el otro, se fueron abriendo paso en el debate temas que hasta el momento no se habían hablado jamás en público, desde la sexualidad de la mujer y el aborto, hasta la prostitución. “El feminismo es una construcción colectiva e histórica, es la historia de todas estas mujeres que sembraron el terreno a lo largo de los años”, sostuvo Sonia Tessa, periodista de Rosario/12, emocionada ante el relato de Gabarra.

Con la mirada ya puesta en el presente y el futuro del feminismo y los Encuentros, María Paula García, referente nacional de Mala Junta y columnista de Notas advirtió: “Nuestras reivindicaciones son las reivindicaciones populares; no podemos volver al anonimato, si retrocedemos en esto, retrocede toda la sociedad, y es algo que no nos podemos permitir”. Analizando el escenario actual del  XXXI ENM, destacó como prioridad el no retroceder sobre los logros que el movimiento alzó hasta el momento, al tiempo en que viejas luchas conquistadas, vuelven a ser cuestionadas por determinados sectores.

“No perder la integralidad de nuestro feminismo y decir claramente que no va a haber una vida mejor para las mujeres de la mano de un gobierno que hambrea al pueblo, implica comprender que nuestras demandas feministas son integrales y para ello, debemos alcanzar una mayor inserción social en nuestro feminismo”, enunció García.

Analizando el anclaje del feminismo y de las luchas de los movimientos de mujeres en este año, Marta Dillon, periodista de Las12 e integrante de la Colectiva Lohana Berkins, sentenció: “En este marco represivo, si pedimos una emergencia en violencia de género, lo más probable es que nos den una respuesta llena de uniformes y de balas”.  El ejemplo sirvió para contextualizar la caracterización de la mujer como víctima y no como sujeto de derecho. “No está nunca puesto el acento en nuestras resistencias y prácticas diarias, en nuestras diferencias y disidencias, en nuestras múltiples maneras de habitar este mundo, esas trayectorias vitales que hacen que cada mujer pueda resistir de distintos modos a la violencia de género, todo eso queda obturado detrás de respuestas que no alcanzan”, agregó.

Dentro de un análisis más integral de los desafíos del feminismo en el presente, Dillon expresó que se ha llegado a un momento donde las mujeres, todas y en sus disidencias, tienen que ejercer su vocación de poder. “No queremos estar más por debajo, queremos estar donde se cuecen las cosas, discutir desde paritarias y puestos de trabajo, hasta los modos de hacer política dentro de nuestras organizaciones, lo que tiene que venir es el cambio de los modos de acumulación en nuestros partidos políticos, no queremos más esta lógica verticalista”, enfatizó.

En este pensar la integralidad del feminismo como desafío es que el Encuentro Nacional de Mujeres permite avanzar a través de la historia forzando su transformación hacia un horizonte menos violento, más justo, e igualitario para las mujeres. Se trata, en las palabras de Dillon de “desear un mundo que no conocemos y que tenemos la obligación de empezar a diseñar”.

Ornela Barbieri, desde Rosario

Foto: Prensa Mala Junta

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