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Cartografía indígena en tiempos PRO (I)
Por Derrocando a Roca - Wednesday, Aug. 10, 2016 at 7:22 PM

Los gestos de campaña y el compromiso con la Pacha, la gobernabilidad estatal y los derechos ancestrales, la producción a gran escala y el territorio, las alianzas políticas y la comunidad originaria. El PROyecto nacional sobre los pueblos originarios y la polémica en torno a la figura de Félix Díaz. En esta primera parte, opinan Moira Millan, referente mapuche, y Mario Quinteros, de la Comunidad Indígena de Amaicha del Valle.

Cartografía indígena...
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3 de noviembre del 2015. La carrera hacia el ballotage no dejaba espacios vacíos en un país resuelto a desenvolverse entre polos irreconciliables, y el por entonces aún candidato a presidente Mauricio Macri hacía de su visita al acampe QoPiWiNi el ejemplo de un slogan de campaña. La unión de todos los argentinos encontró así su foto con el qarashe (cacique) qom Félix Díaz, principal referente del acampe y objeto en tanto tal de críticas e insultos de quienes a todo cuestionamiento al gobierno kirchnerista encontraban repudiable. El 6 de diciembre, finalmente, el acampe, sin cumplir su objetivo de ser recibidos por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, era levantado.

A nueve meses del inicio de la gestión de Cambiemos, la relación entre Félix Díaz y el gobierno nacional parece consolidarse a través de la creación, el 11 de mayo, del Consejo Consultivo y Participativo de los Pueblos Indígenas de la República Argentina, impulsado por dicho líder indígena y las organizaciones y comunidades integrantes de la Mesa de Trabajo y Diálogo Político con el Estado Nacional, establecida en febrero de este año. El organismo, que será presidido por el qarashe qom y que funcionará dentro del ámbito de la Secretaria de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, se torna una necesaria excusa para indagar el contexto de los pueblos originarios en nuestro país, su visión en torno al nuevo gobierno, las estrategias que desde el poder se tejen en busca de legitimidad política y las diferencias inherentes a una población que se extiende a lo largo y a lo ancho de la Argentina.

En esta entrega, opinan Moira Millan, referente feminista mapuche y principal impulsora de la Marcha de Mujeres Originarias por el Buen Vivir, y Mario Quinteros, de la Comunidad Indígena Amaicha del Valle y militante de la Corriente de Organizaciones de Base La Brecha.

¿Cómo describiría la situación actual de los pueblos originarios en nuestro país?

MM: Vivimos un escenario de mucha tensión, desconfianza e inseguridad. Todos nuestros derechos son vapuleados y todo intento de organización para reclamar implica persecución, presos políticos, judicialización y represión.

MQ: La situación actual de los pueblos originarios en la Argentina tiene mucho que ver, desde siempre, con los vaivenes del Estado nacional. Mucha de la agenda política o de acción de los pueblos indígenas en tanto como organizaciones en la Argentina depende de las propuestas o las acciones mismas del Estado, de su política pública hacia los pueblos indígenas. Obviamente, esta situación hace que hoy se vea una dispersión muy grande entre las comunidades, que se visibiliza en torno a cómo vincularse con el Estado.

¿Cuál es su opinión sobre el nuevo gobierno nacional?

MM: Se empieza a construir un Estado que realmente viene con la intención de poner todo el aparato represivo, con infiltrados, dentro del movimiento indígena. La provincia de Chubut es un ejemplo de lo que está pasando. Estamos viviendo un retroceso en cuanto a las características de los modos represivos. En el anterior gobierno también estábamos en regresión frente a los instrumentos legales del derecho. Se estaba desandando lo que se había reconocido con tanto sacrificio por parte de nosotros. Pero hoy no solamente nos dejaron ese vacío sino que además el actual gobierno viene a sellar esa colonialidad sobre nuestros territorios con el aparato represivo.

MQ: El cambio de gobierno no es positivo para los pueblos indígenas. En realidad, lo positivo para nosotros sería el cambio de Estado, es decir, convertir este Estado monocultural en un Estado pluricultural. El cambio de gobierno no tiene mucha diferencia en cuanto a definiciones más profundas. Mientras que la anterior gestión nacional tenía una estrategia de acumulación de poder que pasaba, entre otras cosas, por lo que se definió desde el propio kirchnerismo como el empoderamiento de los sectores populares y de los sectores excluidos, esta gestión no busca empoderar ningún sector popular ni de la sociedad argentina en general que no sea los que realmente lo sostienen económicamente, que son los grupos económicos concentrados: los terratenientes, las multinacionales… Todo aquel sector que tiene una presencia fuertísima en el gobierno actual. Es un retroceso frente al anterior que ya atacaba a los pueblos indígenas. No sólo no es positivo para nosotros, sino también para toda la sociedad trabajadora, originaria, excluida, cuentapropista, de la Argentina. Todos esos sectores están siendo hoy atacados por este gobierno.

¿Existe una homogeneidad en las organizaciones, discursos y disputas de los pueblos indígenas?

MM: No hay una homogeneización ni un movimiento hegemónico en los pueblos originarios de la Argentina. Esto se da por millones de razones: diversidad geográfica, histórica, política… Yo pertenezco a la nación mapuche, que tenemos una historia de resistencia y organización muy importante. Nuestro pueblo en particular, en su diversidad, tiene cierta hegemonía; la mirada de la autodeterminación. Los demás pueblos están muy atomizados, en gran parte, por culpa de los tentáculos tanto de los partidos políticos como de las religiones foráneas que van entrando. Dividen, fragmentan y nos quitan identidad. Socavan nuestra espiritualidad y eso genera un debilitamiento estructural del movimiento indígena. No hay organización homogénea en ninguna parte ni pueblo del mundo. Y eso es bueno porque reafirma la diversidad. La homogeneización es nociva. No permite la libertad y autodeterminación de las distintas identidades. Sí creo en la hegemonía, que es otra cosa. Se puede construir y consensuar un proceso político hegemónico que nos lleve hacia la libre determinación de nuestros pueblos. Reafirmo: no hay homogeneización que nuestros pueblos quieran. Tampoco un movimiento hegemónico en las naciones originarias. Esa fragmentación tiene muchos factores de intervención. Uno de ellos es el Estado, que nos debilita, configurando escenarios de extrema pobreza, para que nos volvamos clientes de sus políticas asistencialistas. Dominándonos desde el hambre y la miseria impide que nosotros confiemos en nuestra fuerza y capacidad de construcción de un proceso de resistencia. Por otro lado, la intervención de las iglesias, de distintos credos. Y los partidos políticos de oposición, que recogen sólo la agenda que les puede contribuir a la visibilización de sus propias consignas. Sean revolucionarios, progresistas o lo que sea. Si hay procesos que se empiezan a construir en favor de la valorización de los pueblos originarios, del saber del pueblo indígena, el fortalecimiento identitario, la creación de un marco ideológico propio que nos permita liberarnos, aparecen partidos de izquierda que no les gusta porque no lo pueden leer desde el dogma al que pertenecen. Si no lo dijo Marx no entra dentro de lo que quieren o interpretan. Eso también hace mal y nos impide tejer alianzas, porque la izquierda podría ser una buena aliada, pero necesitamos que sea identitaria, indoamericana, que mire desde el pasado histórico de nuestro continente. Eso nos está faltando acá. Hay un desconocimiento absoluto de la historia, filosofía y política indígena. Yo me encuentro con compañeros de distintas organizaciones de izquierda y tienen un desconocimiento total de nuestra historia. Muy difícilmente van a entender hacia dónde caminamos, qué es lo que queremos decir, cuál es nuestro posicionamiento ideológico si no nos conocen y no se generan espacios para esto. Es urgente que nos encontremos la izquierda con las naciones originarias y articular una nueva construcción realmente revolucionaria.

MQ: No están organizados de manera homogénea ni deberían estarlo. No es una condición excluyente una homogeneidad en cuanto a la forma de organización. Por lo pronto, la homogeneidad estatal, de las organizaciones políticas, gremiales, incluso de las teorías de análisis social para América Latina, hechas desde Europa o desde el primer mundo, han generado más colonización, “desindianización”, y considerar precisamente que los pueblos indígenas estén organizados de manera homogénea pasa por ese punto. Quizás podamos hablar de las trayectorias, distintas historias, que están siguiendo los pueblos indígenas en la Argentina. A mi criterio, hay por lo menos tres vertientes, tres líneas. Por un lado, los pueblos del norte, coyas, diaguitas, los pueblos andinos, que son los que primero acusan impacto de la colonización y la invasión de América, puesto que por el norte viene la invasión, y que tienen organizaciones antiguas. Por otra parte, otro sector geográfico, el del sur, en donde el pueblo mapuche resiste y se organiza con una memoria y quizás con una historia mucho más cercana puesto que sufre la avanzada del Estado argentino, para constituirse inclusive, en los años 1780, no hace mucho. El pueblo mapuche es el que tiene sus organizaciones definidas de una manera más radicalizada, más clara y hasta me animaría a decir más organizada en cuanto a la cuestión territorial. Los distintos miembros activos del pueblo mapuche, incluso, están más en sintonía, con planes más sincronizados internamente que otros pueblos. Por otra parte, hoy irrumpe el Noreste Argentino (NEA) en la escena estatal y de la demanda por políticas públicas, que también sufre el avance de los terratenientes y de los colonizadores internos. Después del avance sobre la Patagonia viene precisamente la conquista del Chaco por parte de los patricios del Estado nacional. Y es precisamente este sector el que esta irrumpiendo en la vida político estatal institucional de la sociedad argentina. Estas distintas historias de los pueblos originarios generan distintos planteos, visiones, discursos, y objetivos de mediano plazo.

¿Considera positiva la reciente creación del Consejo Consultivo y Participativo de los Pueblos Indígenas de la República Argentina?

MM: No, y menos dentro de este modelo de Estado. Son simplemente nuevas bases institucionales que van a reproducir lo que es una burocracia viciada, corrompida, para poder debilitar a nuestros movimientos que buscan detener la avanzada extractivista de las corporaciones. Este consejo sería útil para las empresas transnacionales. Necesitan que haya una institución con la cual cerrar acuerdos y que las luchas territoriales queden sin legitimidad y representación propia. Para reducir la representatividad indígena con los burócratas de turno del Estado. El despertar de los pueblos indígenas es el despertar de la Mapu, de la Pacha. El fortalecimiento espiritual de nuestros pueblos es el que nos va a conducir hacia la libre determinación política. Si recuperamos territorios y la comunicación con la tierra, ella misma, nuestros espíritus antiguos nos van a indicar el camino. Hay que dejar de confiar en los políticos de turno. La Marcha de Mujeres Originarias por el Buen Vivir culminó este año en el Congreso con una posición unánime: ya no vamos a hablar con ellos, no le vamos a pedir que se comprometan delante nuestro, porque sabemos que mienten. Le vamos a pedir que se comprometan delante de los 4 elementos sagrados. Y si tienen la capacidad de asumir un compromiso con la tierra significa que caminarán en la verdad. Pero eso no lo vamos a ver, entonces nos queda a nosotros comprometernos con la vida de la tierra. Es el único ejercicio verdaderamente posible y necesario para la revolución. No caminar más los pasillos del Estado, porque en ellos perdemos tiempo y destino. Creo en los pueblos. La marcha está tratando de hacer que las organizaciones nos ayuden con el relevamiento de casos de feminicidio indígena. Tiene que haber una gran campaña de concientización sobre lo que está pasando en nuestros territorios, fundamentalmente con las mujeres indígenas. Nos sentimos muy solas. Porque los movimientos de las organizaciones indígenas, si bien hablan del extractivismo y demás, no están recogiendo una realidad que la tienen al lado, la violencia hacia las mujeres originarias. Y no solo la doméstica sino también la de las empresas. No nos dan visibilidad ni siquiera los líderes de las organizaciones de nuestros pueblos. Nunca los escucho teniendo solidaridad con nuestras mujeres que están siendo asesinadas.

MQ: Volvemos al tema del Estado. ¿Es positiva la Constitución del Consejo Consultivo? No, es una estrategia de este gobierno, así como el gobierno anterior creo el Consejo Participativo de los Pueblos Indígenas. No es nada más que intentar legitimar el proyecto de gobierno de las clases dominantes, con un barniz de diversidad o de políticas públicas hacia los Pueblos Indígenas. Para nada es positiva, no va a incidir en el largo plazo si existe o no ese consejo. No va a significar ningún paso cualitativo de mejora en términos de reivindicación. No va a significar absolutamente nada. No provoca ningún cambio, siguen los pueblos indígenas colonizados, no rompemos esa matriz colonial del Estado, mas allá de las políticas públicas y de que aparezcan más o menos organizaciones o instituciones estatales orientadas a los pueblos indígenas.

¿Y con respecto a la elección de Félix Díaz como presidente de dicho consejo?

MM: No se si sucedió. Si fue convocado por el gobierno, me lo perdí. Mi opinión sobre un gobierno de estas características es que en su agenda no están las demandas de los pueblos originarios. Es un gobierno totalmente fascista, capitalista y aliado con las corporaciones extractivistas. Ningún indígena, por más revolucionario que quiera ser, dentro del marco de este gobierno podrá generar buenas políticas para nosotros.

MQ: En cuanto al hermano Félix Díaz, positiva o no, su elección en el Consejo marca de alguna manera el liderazgo sobre un sector, no diría de pueblos u organizaciones indígenas, sino de dirigentes y activos. No cabe duda que el liderazgo está sobre él. También no cabe duda de la habilidad o la estrategia del gobierno de Macri para intentar crear ese espacio que se llama Consejo Consultivo para legitimar su política que es extractiva, en otras palabras, nefasta. El Consejo no se puede concebir sin la presencia, la existencia y los antecedentes que plantea el hermano Félix Díaz. No es una iniciativa que nace desde otros sectores o desde otras organizaciones indígenas sino que es una cuestión hasta diría, vista desde el gobierno, de oportunismo para buscar legitimar su política. No hay una cuestión de si es positivo o no. El Consejo Consultivo es Félix Díaz, Félix Díaz es el Consejo Consultivo. A la larga habrá que ver hasta qué punto él puede ser un líder que supere esta coyuntura y que pueda construir poder indígena con dirigentes y organizaciones de todo el país. No parece ser ese el camino, por cómo arranca: con muchos disturbios, prepotencia, con prácticas clientelares, de callar gente para incidir sobre una asamblea, con exclusiones de aquellos con los que no se está de acuerdo, actitudes más propias de los aparatos políticos tradicionales; o inclusive con los riesgos, o con la visión que uno también tiene desde el propio movimiento de Pueblos Indígenas argentino, por lo que toma conocimiento, que es el hecho de la irritación que puede estar habiendo desde los sectores más reaccionarios y con más intereses en el Estado argentino que buscan manipular estos espacios para contrarrestar y contragolpear al movimiento indígena. Hay que tener una lectura más profunda, pensar qué es lo que se está proponiendo desde el gobierno de Macri con estos espacios, hacia donde querrá ir, hacia donde se liberarán las tensiones dentro del mismo gobierno de Macri en torno a los pueblos indígenas. Quizás algunos busquen hacer demagogia, paternalismo o inteligencia en busca de avanzar sobre los territorios de los pueblos indígenas usando información que bien pueden estar acumulando en las distintas organizaciones del Estado, como es el caso de este Consejo Consultivo. Mi llamamiento a todas las organizaciones y a todos los dirigentes de los pueblos indígenas es fortalecer nuestro parlamento a nivel nacional, participar de ellos de manera fundamental, sin perjuicio de que se pueda tener o no contactos con el Consejo Consultivo o el Consejo de Participación Indígena, sin entrar en la disputa y las demonizaciones entre nosotros. Uno de los puntos fundamentales que hay que desmontar es el hecho de que la lucha, la fricción y la disputa entre nosotros mismos es una actitud netamente de fortalecimiento de colonialismo del Estado. Antes que eso tenemos que pensar en construir ese proceso de descolonialización que necesita el Estado argentino para que no sólo nos de contención a nosotros sino para que también sea un Estado más democrático que este que vivimos, que este que padecemos.

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Fuente: Agencia CTA
Por Derrocando a Roca - Wednesday, Aug. 10, 2016 at 7:22 PM

Fuente: Agencia CTA...
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Moira Millan durante la Marcha de Mujeres Originarias por el Buen Vivir del 2015.

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Fuente: Unión Diaguita
Por Derrocando a Roca - Wednesday, Aug. 10, 2016 at 7:22 PM

Fuente: Unión Diagui...
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La Unión de los Pueblos de la Nación Diaguita, de la cual forma parte la Comunidad Indigena de Amaicha del Valle, en solidaridad con Milagro Sala.

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Y los coyas presos de jujuy
Por Ramon Fernandez - Friday, Aug. 12, 2016 at 1:20 PM
papachacra@hotmail.com

De los presos de la organizacion Tupac Amaru ni hablar no? De los cambios en la ley de tierras ni hablar no?

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