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¡Organicemos la resistencia, construyamos la alternativa!
Por OP La Caldera - Wednesday, Aug. 31, 2016 at 11:01 AM

Agosto 2016 | Declaración de Organización Política La Caldera

En el corto tiempo que lleva al mando del Poder Ejecutivo Nacional, el macrismo ha desarrollado una fuerte ofensiva contra la clase trabajadora y el pueblo pobre de nuestro país. Esta ofensiva se expresa tanto en el plano económico, con un fuerte ajuste y la transferencia de recursos a los sectores más concentrados de la economía, como en el plano político y cultural, tratando de cerrar el ciclo de luchas iniciado con la crisis del modelo neoliberal en Argentina a finales de la década del `90 y principio de siglo. Esta avanzada requiere de parte de nuestras organizaciones una respuesta a dos tiempos: impulsar por un lado una política de frente único y unidad de acción para luchar, organizando la resistencia al macrismo por abajo; por otro, avanzar decididamente en la construcción de un frente del conjunto de la izquierda anticapitalista en Argentina, para ofrecer una alternativa política al pueblo trabajador.

¡Organicemos la resi...
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Ajuste y transferencia de recursos al capital concentrado

La respuesta del macrismo a la crisis vía devaluación, quita de retenciones a las exportaciones del agro y apertura de las importaciones intenta dar salida a la crisis económica y la caída de los precios internacionales de los bienes primarios exportables, mejorando la competitividad del sector más concentrado del capital, a costa de pauperizar las condiciones de vida de nuestra clase. 

Las consecuencias del ajuste ya golpean con fuerza a lxs trabajadorxs: alta inflación, recorte del presupuesto público, masivos despidos en el Estado… La transferencia de recursos, superior a los 30.000 millones de dólares, se siente en la pérdida del poder adquisitivo de lxs trabajadorxs, el incremento del déficit fiscal y el reendeudamiento del Estado, a lo que se sumó el aumento de tarifas y las altas tasas de interés para contener la inflación, un combo recesivo sin luz al final del túnel. 
Esta política implica además el reforzamiento de la subordinación al imperialismo yanqui y europeo, alineándose regionalmente a la Alianza del Pacífico y la perspectiva de firmar el Acuerdo Transpacífico (TPP), que agravaría la perspectiva de despidos y precarización del trabajo y de la vida.

La agenda política derechista del macrismo

El macrismo ha desarrollado además una gran ofensiva política derechista, en distintos frentes: los intentos de restauración de la teoría de los dos demonios y la relativización del genocidio de la última dictadura cívico-militar; la persecución a los organismos de derechos humanos y referentes sociales; la criminalización de la protesta; y también el usufructo de los escandalosos casos de corrupción del gobierno kirchnerista como método de impugnación de la militancia política en pos de la reivindicación de los gerentes. Así es como el gobierno intenta influir en los sectores que reciben de lleno los efectos del brutal ajuste en curso, desacreditando y atacando la organización popular. 

Gobernabilidad y bloques de poder

El macrismo no logra mostrar signos positivos en la economía, y si bien cuenta aún con el blindaje de los medios de comunicación hegemónicos, comienzan a erosionarse las expectativas sociales depositadas en el cambio de gobierno. El capital financiero, los sectores agroexportadores y las trasnacionales exigen un ajuste más duro y le achacan al equipo económico del gobierno su “gradualismo”. Esto expone al gobierno en su debilidad política, que le exige permanentes pactos con los gobernadores del PJ y con la burocracia sindical - aglutinada en la reciente CGT unificada - para garantizar la gobernabilidad.

Es ese el rol que juegan hoy las direcciones de las centrales sindicales reunificadas, encausando las energías obreras y populares para la negociación por arriba con el gobierno, lo que condiciona severamente la organización de una resistencia efectiva a las políticas gubernamentales. El kirchnerismo, en quien amplios sectores sociales depositaban y aún depositan expectativas para enfrentar políticamente al macrismo, aplica el programa de ajuste en las provincias que gobierna y gran parte de su fuerza política y social se ha volcado decididamente a la interna del Partido Justicialista, asumiendo la política de “oposición responsable”, convergiendo objetivamente con la orientación del Frente Renovador de Sergio Massa. 

La respuesta popular

Sin embargo, la adhesión popular a las fuerzas políticas gobernantes es endeble, y es de esperar que el descontento y la deliberación tienda a crecer. Es nuestra tarea en ese marco desarrollar una política de frente único de lxs trabajadorxs para luchar, condición de posibilidad para una resistencia exitosa.
Esa política no surgirá de las direcciones burocráticas de nuestra clase. Todas ellas buscan mejores condiciones de negociación frente a las direcciones burguesas, y tienen como perspectiva estratégica conformar fuerzas policlasistas, nucleadas en torno a los distintos modelos de reproducción del sistema capitalista, dividiendo a nuestra clase para ponerla detrás de las disputas de los de arriba.  

Por eso es auspicioso el surgimiento de multisectoriales contra los tarifazos y contra los despidos, y las experiencias de lucha sindical de los últimos meses por paritarias, donde se ha logrado articular una resistencia “de masas” conquistando algunos logros, aunque en la mayor parte de los casos parciales y defensivos. Así también en el marco de las luchas antipatriarcales, la victoriosa movilización por la Libertad de Belén tiene un enorme valor, ante la ratificación de la orientación antiabortista del Estado bajo la nueva conducción gubernamental.

En todas estas luchas la participación de las fuerzas de la Nueva Izquierda Anticapitalista ha sido importante, particularmente en los sectores donde hemos logrado articular una intervención unitaria del sector. La presencia de la Corriente Político Sindical Rompiendo Cadenas en los sectores sindicales donde tiene inserción ha representado un aporte para las luchas, con una política de unidad de acción en la calle que se contrapone tanto a las unificaciones por arriba de las conducciones sindicales burocráticas como a la intervención de aquellas organizaciones que desarrollan una política sectaria.

También en el campo de las resistencias al machismo y las opresiones sexo-genéricas, la Campaña Nacional Contra las Violencias hacia las Mujeres ha logrado constituirse en una actriz dinámica para la coordinación de las luchas, con la orientación antipatriarcal y feminista de nuestro sector. 

Así también valoramos positivamente la experiencia más reciente de la Campaña Nacional “No Te Dejes Ajustar”, que nos ha permitido intervenir desde nuestro sector con una orientación clasista y de lucha en espacios de frente único como las Multisectoriales contra los tarifazos. 

Esta unidad de acción contra el ajuste, como se expresa en las multisectoriales, puede abarcar en algunos casos a amplios sectores populares, incluso a sectores no competitivos de la burguesía. Pero esta unidad reivindicativa no puede borrar los intereses antagónicos en la relación capital-trabajo. Allí se expresan y disputan también las vías de construcción de la alternativa política al macrismo: la “vuelta” de una alianza policlasista “nacional y popular” o una alternativa independiente de lxs trabajadorxs. 

La necesidad de una alternativa polìtica anticapitalista

Desde la Nueva Izquierda Anticapitalista y Antipatriarcal, tenemos pendiente la tarea de construir una herramienta político-electoral propia del sector, que pueda vincularse con otras tradiciones políticas, respetando la diversidad de tendencias y tradiciones existentes, pero sin renunciar a que las mismas consolidemos un espacio orgánico unitario de identidad clasista, antipatriarcal y anticapitalista, que impulse la política de frente único para luchar, superando las meras coordinaciones.

En la estructuración de ese espacio la Corriente de Organizaciones de Base “COB La Brecha” viene desempeñando un rol importante, siendo una organización política y social que ha logrado una considerable acumulación programática y una inserción social real, con extensión nacional y un comprobado aporte militante cotidiano a la estructuración de frentes unitarios de lucha y diversas campañas reivindicativas de nuestro sector y nuestro pueblo.

En el marco de un gobierno que tendrá menos capacidad hegemónica para integrar a sectores de la clase trabajadora y que estará atravesado por un cuadro de inestabilidad (latente o manifiesta),  es necesario potenciar nuestra intervención política general desde una perspectiva de independencia política de lxs trabajadorxs.

En este sentido, COB La Brecha constituye para nosotrxs uno de los embriones posibles de un Partido de Masas con libertad de tendencias (PMLT) que consideramos necesario articular para la etapa que se abre, ya que, insistimos, seguir apostando a meras “coordinaciones” (sean en lo social o en lo político) resultará insuficiente. Una herramienta así nos permite contribuir de mejor manera a consolidar los necesarios espacios de reagrupamiento polìtico con carácter frentista en sus distintos niveles de afinidad.

Un primer espacio frentista fue propuesto en ése mismo sentido, recientemente, por nuestrxs compañerxs de Izquierda Revolucionaria y Hombre Nuevo. Coincidimos en que este Frente Social y Político debe estar conformado por las organizaciones que venimos articulando desde una perspectiva de construcción de poder popular, y por eso lo creemos extensivo al conjunto de organizaciones de la Nueva Izquierda anticapitalista y antipatriarcal: Pueblo en Marcha, FPDS-CN, el MULCS, Votamos Luchar, Pueblo en Lucha, Acción Socialista Libertaria, la Juventud Guevarista, MIR Patagonia, Socialismo Revolucionario, el PRC y otros, en conjunto con lxs activistas que nos referenciamos con la Corriente Político Sindical Rompiendo Cadenas, con la Campaña Nacional “No te dejes ajustar”, con la Campaña Contra las Violencias hacia las mujeres, etc.

Desde este armado frentista deberemos, al mismo tiempo, intentar construir frentes aún mayores. Para esto, este Frente Social y Político debe darse una doble tarea. Por un lado, abrir una discusión franca con los sectores de la izquierda que, ante el ascenso del macrismo al gobierno nacional, tienen expectativas en la construcción de espacios políticos comunes con organizaciones kirchneristas para constituir un “frente antineoliberal”. Creemos que esta apuesta es inviable cuando se corrobora el giro de esos sectores no hacia la izquierda, sino hacia la estructura del PJ. Sumada a la debilidad relativa de nuestro espacio político, lo mejor que puede esperarse de esa táctica  es la reedición de viejas experiencias de centro-izquierda hegemonizadas, una vez más, por sectores reformistas.

Pero por otro lado, este Frente debe profundizar el debate hacia lxs compañerxs del FIT, principal referencia política de la izquierda en Argentina, por la apertura y superación de ese Frente, contra sus tendencias más sectarias y las limitaciones que presenta una intervención común restringida sólo al ámbito electoral, para poder potenciar la capacidad de influencia del clasismo dentro del movimiento obrero.

Es nuestro desafío trabajar por la unidad de las diversas tradiciones y tendencias políticas de la clase que apostamos por una alternativa política independiente de lxs trabajadorxs y el pueblo pobre, y construir las herramientas necesarias más allá de la táctica electoral, en todos los planos de la lucha política y social, desde abajo, a la izquierda y con vocación revolucionaria.

¡Es hora de sumar, y no de ser sumadxs!

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