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Somos nosotras las depositarias del odio racial
Por Marcha De Mujeres Originarias -
Monday, Sep. 05, 2016 at 1:05 PM
Nosotras las mujeres originarias queremos compartir el siguiente pronunciamiento:
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Creemos que el sistema, el Estado Argentino elabora diferentes artilugios disfrazadas de teorías y discursos progresistas que ficcionan la realidad de la violencia racista, sexista y de género que se registran en nuestros cuerpos. Hoy 5 de septiembre se conmemora el “día de la mujer originaria”. Cada tanto el Estado hace concesiones y finge “reconocer” “nuestros derechos”. Nos reconocen como una abstracción, como si, la reivindicación de esta fecha fuera un acto meramente simbólico o folcklorico. Para nosotras es la reconstrucción de nuestra memoria mediante la cual nos reconocemos y nos fortalecemos.
Hay un mapa diferente que se demarca con la sangre de mujeres indígenas de “este país”. Este feminicidio es un feminicidio indígena y no queremos despojarlo de color y de etnicidad. Las lucha de las hermanas guaraníes contra las forestales en las zonas fronterizas con Brasil, las hermanas Wichi afectadas por la soja y los ingenios azucareros, las mujeres mapuches luchando contra las corporaciones mineras y petroleras. Muchxs dirán que también los hombres de nuestros pueblos padecen estos conflictos. ¡y es cierto! Sin embargo, somos nosotras las depositarias del odio raciales, encarnando violaciones, mutilaciones , asesinatos así como también la violencia cotidiana, silenciosa, sistemática que va negándonos los derechos elementales que se asocian con la condición humana.
Cargamos con la violencia doméstica y machista. Nosotras padecemos la violencia lingüística al obligarnos a hablar el castellano, nos niegan la palabra, construyendo la domesticación del silencio. Muchos en su imaginario creen que el silencio es una característica cultural de las mujeres originarias.
Violencia epistémica cuando no reconocen nuestros conocimientos, saberes y prácticas. Nuestras mujeres parteras han sido encarceladas acusándolas de práctica ilegal de la medicina.
Violencia ambiental por el desplazamiento de nuestros territorios y la insostenibilidad en el hábitat En la comunidad de Carboncito, en la Provincia de Salta, todas las noches las mujeres se desvelan para acopiar el agua que usarán para vivir al día siguiente.
La violencia espiritual: la privatización y destrucción de los espacios sagrados que están invadidos por los latifundios. La demonización y estigmatización de las hermanas y autoridades espirituales, calificadas de brujas y herejes por parte de las religiones foráneas que terminan incidiendo en la mirada de la comunidad. Todas estas violencias emanan del desprecio racial hacia nuestros cuerpos.
No basta que el Estado “reconozca” un día al año con ánimo festivo como el día de nosotras “las mujeres originarias”. Vamos a seguir luchando por nuestro derecho a la identidad y llamar desde lo mas profundo de nuestro corazón indígena a todas y cada una de nuestras hermanas: las hermanas en las villas, en las fábricas, trabajadoras como empleadas domésticas, en las calles, las llamamos al despertar identitario, al fortalecimiento de su espiritualidad, porque todas somos necesarias para contribuir a una revolución donde el Buen Vivir como derecho sea realidad.
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