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Uruguay: Los privilegiados que temen perder sus privilegios
Por Caras y Caretas - Saturday, Oct. 01, 2016 at 12:36 PM

Nueva Contestación a Julio María Sanguinetti

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Por Martín Delgado Cultelli*.

MARTES 27 DE SEPTIEMBRE DE 2016

El ex-presidente, ex-senador y ex-ministro Julio María Sanguinetti ha salido nuevamente a criticar a la Nación Charrúa y a los pueblos originarios del país. En esta oportunidad a diferencia de las anteriores hace una especial crítica a nuestra organización, el Consejo de la Nación Charrúa (CONACHA), a mi persona en particular. Por lo cual amerita una nueva respuesta pública.

En primer lugar decir que el Sr. Sanguinetti no me conoce para nada ni a mí, ni a mi familia y mucho menos la historia de mi familia. Por lo cual debería callarse cuando habla sobre mi o sobre mi ascendencia. Yo no hablo sobre cómo sus antepasados de origen europeo se enriquecieron en este país, por lo cual usted no puede hablar sobre mis antepasados.

Es ilógico sostener en base a apellidos los orígenes de las personas. En primer lugar debido a que la colonización en América Latina provoco la masacre de los varones indígenas y las violaciones a las mujeres indígenas. Por lo cual los hijos mestizos tienen los apellidos de sus padres colonizadores y no los de sus madres indias. También tener en cuenta la institución de la “limpieza de sangre” en la cual una persona podía pagarle a un escribano para que en su genealogía apareciera como que sus antepasados siempre fueron caucásicos y cristianos. De esta forma se borraron primero las ascendencias árabe y judía en España y luego en América las ascendencias indígenas y afro-descendientes. Prueba de esto son los niveles de mestizaje indígena en nuestra sociedad que llegarían al 35% según estudios de la UdelaR

Por otro lado volvemos a reafirmar el hecho de que el General Rivera fue un personaje autoritarista en nuestra historia. Encabezo las campañas militares contra nuestros antepasados utilizando cualquier medio a su disposición para masacrarnos. Y recordemos que el mismísimo parte militar de Rivera habla del asesinato de más de 40 charrúas en Salsipuedes y que la gran mayoría de los investigadores hablan de que el número de asesinados en Salsipuedes fue mucho mayor al reconocido por el parte militar. Se debe recordar que en las campañas militares contra los pueblos originarios en su gobierno, si bien se centró en la masacre y persecución de los charrúas, también reprimió y masacro a los guaraníes misioneros. No olvidemos el justo reclamo de los guaraníes de Bella Unión por tierras, ganados y semillas, recursos que fueron robados por la oficialidad del ejército nacional y por el mismísimo General Rivera, que pago sus deudas con los recursos de los guaraníes. El escarmiento a los guaraníes rebeldes fue brutal, la comunidad fue dividida y una parte realojada en un paraje cercano a Durazno (donde residía Rivera) para poderlos controlar mejor.

Tampoco olvidar que Fructuoso Rivera dio asilo al General argentino Lavalle y a su ejército unitario, incluso dándole potestades de jefe militar en nuestro país. Esta fue una de las razones que desencadenaron el conflicto con Rosas y llevaron a una guerra regional que duro más de 10 años. Por otro lado se debe recordar que Lavalle era un militar sumamente sanguinario y cruel, crueldad que le era reconocida incluso por sus otros pares unitarios. Así que Rivera también es responsable de los crímenes cometidos por Lavalle en nuestro país. Tampoco obviar que en el contexto de la Guerra Grande Rivera manda destruir el pueblo de Las Víboras (el cual tenía una importante población afro e indígena) en el departamento de Colonia. Las Víboras fue quemada hasta sus cimientos e incluso su iglesia saqueada, los pocos sobrevivientes fueron a parar a la actual Carmelo. Así que sostener que Rivera era un ser humanitario y caritativo es una falacia.

Es necesario relativizar los “apoyos populares” de ciertos personajes históricos. En primer lugar porque nuestra primer Constitución, que no hace mención ninguna a los pueblos originarios, tenía una ciudadanía censitiva. Osea para ser ciudadana y tener los derechos básicos había que ser hombre (en sentido de género masculino), mayor de 21 años, alfabetizado y con propiedades. Por lo cual no solo los pueblos originarios sino la gran mayoría de la población no votaba. Es más en la primera elección de la República, los habilitados para votar solo eran el 5% de la población del país. También decir que la participación en los ejércitos de las guerras civiles no era en la mayoría de los caso por simpatía sino por obligación. Los Caudillos de la época practicaban la “leva” ósea el reclutamiento militar forzoso. Estas prácticas bien las ilustra el famoso libro de José Hernández “El Martín Fierro”. Y dentro de las personas obligadas a servir militarmente, nosotros los indígenas sufrimos en especial esa práctica. La idea de que “el indio es fiero en la batalla” nos condenó a un desangre poblacional por causas que jamás nos representaron ni nos contemplaron.

Nosotros como charrúas no tenemos esa división impuesta por las Repúblicas Liberales de los criollos. Para nosotros no existe Uruguay, Argentina o Brasil. Todo es nuestro territorio ancestral. Fueron los europeos y luego los criollos los que inventaron estas repúblicas que no nos representan y nos dividieron con sus fronteras. Prueba de esto es que hoy en día hay más de 5000 charrúas en la República Argentina y cerca de 200 en Río Grande do Sul, Brasil. Actualmente tanto Brasil como Argentina reconocen a los charrúas como parte de sus pueblos originarios, incluso hasta con devoluciones territoriales. Sin embargo Uruguay, país entre Argentina y Brasil, sigue sin reconocernos como pueblo originario.

El Sr. Sanguinetti representa a esas élites caucásicas que se beneficiaron con el robo de los territorios ancestrales y la esclavización de charrúas, guaraníes y guenoas. Es por eso que ante la reorganización de las comunidades originarias salen a protestar. Temen que sus privilegios y su estatus lo pierdan. Esgrimen argumentos de índole nacionalista para negarnos, sin embargo sus antepasados jamás le pusieron el pecho a las balas en las guerras de independencia, cosa que nuestros antepasados sí.

Probablemente él defiende a un personaje autoritarista como el General Fructuoso Rivera, porque él mismo apoyo políticas autoritaristas como político. Fue ministro en el gobierno de Jorge Pacheco Areco (descendiente del Capitán de Blandengues Jorge Pacheco que encabezó una campaña contra charrúas y guenoas entre 1800 y 1802) quien gobernó a decreto y bajo la excepcionalidad de las Medidas Prontas de Seguridad y Falta de Garantías Individuales. El resultado fue el asesinato del joven estudiante Liber Arce y posteriormente de otros estudiantes y obreros a manos de la policía. Y cuando Sanguinetti fue Presidente de la República no desmantelo los aparatos represivos de la Dictadura Militar y siguió con la política de las razzias y la represión a los jóvenes. Es por eso que para toda una generación que creció escuchando rock a mediados y finales de los 80, para ellos él es un autoritarista.

Ya es hora de que Uruguay asuma la deuda histórica que tiene con los pueblos originarios y avance hacía sociedades verdaderamente Democráticas, basadas en los Derechos Humanos y en la diversidad cultural. El reconocimiento a la Nación Charrúa no solo dignificaría a los descendientes actuales sino al país. Es por eso que es necesario la ratificación del Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas y Tribales y acabar con la tradición negacionista del Estado uruguayo.

Le guste a quien le guste, los pueblos originarios y en especial la Nación Charrúa, seguiremos avanzando en la recuperación de nuestros derechos ancestrales.

*Presidente del Consejo de la Nación Charrúa – CONACHA.

Delegado por los Pueblos Indígenas de Uruguay ante el Fondo Indígena

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