Julio López
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El trabajo es muerte y los sindicatos verdugos
Por anónimo - Monday, Oct. 03, 2016 at 9:16 PM

Trabajar es una de las mayores desgracias que asola nuestras vidas. Casi todos los males que padecemos derivan del trabajo y un mundo basado en el.

Estamos obligados a trabajar, puesto que el Sistema obtiene el Poder para obligarnos a ello. Si no trabajamos lo más probable es que pasemos apuros económicos. Para vivir hay que tener dinero.
Casi todo tiene un precio y la forma legal de conseguirlo es mediante el trabajo o el trabajo ajeno. La inmensa mayoría de la población tiene que trabajar de manera asalariada, autónoma –en este ultimo caso uno no se libra de los impuestos al Estado- o en cooperativas –inmersas en la lógica Capitalista-.

Unos pocos viven del trabajo ajeno y acumulan riquezas gracias a la explotación animal y planetaria.
Otra vía para conseguir dinero, o lo que es lo mismo: sobrevivir, es mediante el robo. Nosotros como anarquistas estamos a favor de la expropiación de lo que necesitamos para nosotros y nuestras luchas. Eso si, una expropiación encaminada a la destrucción del orden establecido y contundente contra todo el elenco de explotadores que rigen las vidas de las personas. Sin embargo esta vía no es fácil, puesto que el Sistema posee todo un elenco de mecanismos represivos en forma de policías, ciudadanos amantes de la esclavitud, botones, cárceles y demás…

El trabajo es prostitución. Trabajar significa vender nuestro tiempo, nuestro cuerpo y nuestra capacidad de pensar. Este mundo mercantilizado empieza tratando a los seres humanos como mercancías y acaba en guerras por petróleo, violencia de género, xenofobia y cantidad de males que nos asolan.
Cuando alguien asume el trabajar como algo natural, lógico y bueno se destruye. Ser trabajador significa ser una mercancía. Trabajar destruye nuestra Libertad. Alguien que lleva toda la vida siendo un trabajador servil y feliz termina siendo poco menos que una persona imbécil, cercana a la lobotomización y sin ningún criterio propio.

Pero hay cosas peores que un trabajador servil: los directivos, ejecutivos, accionistas y patrones de todo este orden Capitalista. Esta gente vive en otro mundo, aunque no por ello mejor que el de los explotados. Su cuota de Poder -como la de todos- se mide por sus propiedades, pero su mezquindad no tiene aun escala con que medirse. Esta gente vive de la explotación y la miseria humana, asalarian personas para enriquecerse de su trabajo, venden servicios y productos siempre con la lógica de obtener los máximos beneficios económicos. Si el máximo beneficio significa contaminación medioambiental poco importara esta. Si el máximo beneficio es el despido de asalariados encadenados a hipotecas y prestamos, no les importara. Si su lógica condena a la humanidad entera, tal como esta haciendo ahora, a la máxima miseria y desesperación, no les importara en absoluto. Su idiotez solo les hace reaccionar cuando la situación es insostenible. Siempre han sido personas de orden. Si existen concesiones son para mantener la esencia del Sistema, para mantener eso que las une…

Si analizamos la realidad vemos que el trabajo va mas allá de las horas trabajadas. El consumismo es otra de las cosas que derivan del mundo actual. Mucha gente no tiene otra necesidad que malgastar todo el dinero que le queda tras la prostitución que significa el trabajo. La publicidad, la propia imbecilidad y la falta de ilusiones por otras cosas hacen que millones de personas entren en el círculo funesto de trabajar, consumir y descansar para que la rueda siga girando, engullendo toda creatividad humana… Otros muchos odian el trabajo pero su miseria material o el encadenamiento a la mafia bancaria hace que deban agachar la cabeza y comportarse ante los amos del cotarro poco menos que como esclavos…

Los anarquistas pensamos que la capacidad de creación humana esta seriamente amenazada por el trabajo y su mundo, y aunque de determinadas filas izquierdotas se aboguen por formulas reformistas para hacer más llevadera esta explotación, no hemos encontrado ninguna que ataque el pilar fundamental en que se basa el trabajo: el Poder. Para destruir este mundo de miserias debemos atacar el Poder encarnado en la esclavitud del trabajo, del consumo, la obediencia a las leyes, el respeto a la propiedad, el patriarcado, el antropocentrismo…

Pensamos que el trabajo es miseria y que si nos vemos obligados a hacerlo debemos ser los peores trabajadores. Nuestro camino es claro: la destrucción de todo lo que nos transforma en esclavos. Y el trabajo es esclavitud.

El sabotaje dentro y fuera de los trabajos, el fraude en forma de bajas fingidas, el ataque directo a las propias empresas y capitalistas, la expropiación de maquinaria y productos de las empresas que nos explotan, el no consumismo y la expropiación en centros de consumo, son algunas de las múltiples tácticas inmediatas para mitigar los efectos de este brutal Sistema. Buscamos la generalización de esta revuelta que miles de personas están empezando a ejercer de forma consciente. Buscamos la destrucción de este orden establecido y esa destrucción ya la empezamos.

EL TRABAJO ES MUERTE y los sindicatos verdugos.

El Trabajo, la NO-VIDA cotidiana. Toda nuestra existencia gira hoy alrededor del trabajo, y es sin duda la forma más alienante de Dominación: es la antítesis de la Vida. Se nos imponen con él los modos de vida, los horarios, las tareas…incluso el ocio, que es inventado a partir de la dinámica del trabajo, como la “pausa” para consumir lo producido.

Tiempo libre para recuperarnos y prepararnos para poder seguir trabajando; y ocio para consumir. Nuestra condición de personas ha quedado reducida a la de autómata productor-consumidor. Es así como nos quiere el Estado-Capital.

Ya no importa que la persona que no tenga otros recursos que su fuerza de trabajo depende de la venta del mismo para sobrevivir; ya no importa la creación de miles de puestos y ocupaciones absurdas e innecesarias que se presentan como arma del Estado para su supuesta lucha contra el paro ( supuesta porque la existencia de un sector de población, según ellos “pasivo” , el llamado “paro estructural”, es necesario para el Estado – Capital: es la tabla rasa de salvación del Sistema de Trabajo, es la amenaza constante con la que conseguir sumisión y obediencia); y ya no importa que el único fin de todo esto es conseguir manteniendo los privilegios económicos, y lo más importante de todo esto, nuestra ANULACIÓN( si no hay personas como van a haber revolucionarias).

Y los sindicatos nuestros verdugos.

El papel que juegan los sindicatos esta claro: legitimar nuestra explotación mejorando lo inmejorable, es decir, reformando la miseria para hacerla más digerible. Planifican los descontentos, los integran en el decorado democrático. Por ello son legales, y por ello reciben un sueldo. Porque son útiles y necesarios para el Sistema. Una de las palabras claves del sindicalismo es negociación, hay que negociar como nos tiene que explotar; y la otra representatividad: los únicos interlocutores válidos son ellos (por lo cual reciben un sueldo, se los libera de su puesto de trabajo,…, se les concede un montón de privilegios). De esta forma, son los primeros interesados en mantener el actual orden establecido, son los primeros en sacar su servicio de orden para controlar a aquell@s obreros que hablen de ruptura, de no conformidad de anarquía.

Así el la posible huelga ya está negociada.

Porque el fin de toda huelga es negociar (y el de la negociación es evitar la huelga) Es decir ya han negociado el negociar. Ya tienen asumido que no habrá ningún cambio, ninguna ruptura. Vamos a seguir siendo explotadas, quizás esta vez con las paredes de las fábricas pintadas de rosa. Pero siempre explotadas.

Los mismos que gritarán!! A la huelga general!! Han firmado hace tiempo en los papeles guardianes de la paz social: hay que mantener el circo en pie, hay que simular que existe la disidencia correcta, pacifica, cuya hipocresía reafirma aún más lo que simulan combatir.

La alternativa es clara, hagamos de nuestra NO-VIDA (la rutina del trabajo, la rutina del consumo, la rutina del espectáculo,…) una VIDA plena y libre de todo sometimiento, de toda obligación, DESTRUYAMOS EL DECORADO DEMOCRÁTICO.

Acabemos con la moral del esclavo, no queremos trabajar (esto no significa pasividad, sino fin de la opresión cotidiana, es decir, dejar de producir bienes y servicios que a quién más benefician es a la omnipresente economía, es descubrir nuestras necesidades y deseos y autogestionarlos).
Hablemos de ruptura, de enfrentamiento, del todo o nada. Porque todo lo que nos rodea nos pertenece, y nada de lo mismo responde a nuestros deseos, nuestras pasiones.

Armas nos sobran, siempre han estado ahí aunque nos las hayan ocultado: la indisciplina, el sabotaje, la unión, el pensamiento rebelde, la poesía,… Tomémoslas. El momento es siempre.

ABAJO EL TRABAJO Y LOS SINDICATOS!!!
SEAMOS SALVAJES, ES LO ÚNICO QUE NOS QUEDA!!!
Trabajador@s que luchan por dejar de serlo.
ESTAMOS HARTAS DE TRABAJAR.

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no somos tan
Por A - Tuesday, Oct. 04, 2016 at 10:24 AM

no somos tan...
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