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Corrientes migratorias, embajadores pintados y la interna petrolera al rojo vivo
Por Alejandro Bercovich - Friday, Nov. 04, 2016 at 10:45 AM

4 de noviembre de 2016

Corrientes migratori...
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Alejandro Bercovich
abercovich@diariobae.com

“...para nosotros, para nuestra
posteridad y para todos los
hombres del mundo que quieran
habitar el suelo argentino”.

Preámbulo de la Constitución
Nacional Argentina

El nuevo brote xenófobo del senador rionegrino de origen piamontés Miguel Pichetto reavivó un debate que parecía superado décadas atrás pero que aflora de la peor manera cada vez que un país entra en crisis laboral, como lo probó esta misma semana el asesinato a golpes de un argentino que trabajaba en Bahía, el estado con mayor desocupación de un país donde la cantidad de desempleados aumentó de 9 a 12 millones en el último año. Más allá de los antecedentes del frustrado excandidato a gobernador, quien llegó a distinguir en 2013 en pleno Congreso entre los “argentinos de religión judía” y los “argentinos argentinos”, su exabrupto contra la “resaca peruana” no fue algo aislado. Llegó antecedido por una extraña expresión de deseos de Mauricio Macri ante los jóvenes empresarios del J-6, el jueves pasado.

-Tenemos muchísimos incentivos. Tenemos las condiciones. Somos muy pocos, nos vendría bien otra corriente de inmigración de Europa, de Asia, de todas partes, para poblar un poco más nuestro país con gente que tenga ganas de trabajar, que tenga ganas de ayudarnos a empujar el carro...

Sin siquiera acercarse al extremo de Pichetto, de quien se burló hasta el dirigente nazionalista Alejandro Biondini, la frase dejó pensando a varios en el auditorio. ¿Sugirió acaso el Presidente que los inmigrantes asiáticos y europeos tendrían más “ganas de trabajar” que los de países limítrofes, a quienes no mencionó pese a que son abrumadoramente mayoritarios? ¿Es la baja densidad de población un problema urgente en Argentina? ¿Era un tema para mencionar ahí?

Macri pidió a último momento hablar en ese acto organizado por los herederos de las mayores fortunas del país, que tenía previsto cerrar Marcos Peña, y abrió su corazón como pocas veces en público. Llegó a aconsejarles que les respondan a sus progenitores “somos el presente” cuando les digan “lo mismo que me decía mi viejo a mí: ‘vos sos el futuro’”. Y cerró con una confesión personalísima sobre Franco, otro inmigrante: “Los padres son muy buenos para ayudarte a aprender, pero cuando ya te pusiste a tiro se te transforman en un problema enorme”.

Las cámaras empresarias que integran el G-6 están cruzadas por preocupaciones menos ligadas a los afectos. En la reunión de Junta Directiva de la UIA, el martes, industriales de todo el país advirtieron con amargura que los “brotes verdes” que se apuró a exhibir Alfonso Prat-Gay en agosto terminaron de marchitarse durante octubre. La venta de motos, que en el Gobierno consideran un buen termómetro de la confianza de los trabajadores que no llegan al auto, volvió a caer según la Asociación de Concesionarias (ACARA). La de autos sigue algo por encima del año pasado, pero toda la mejora se explica por los modelos importados, los de alta gama y las 4x4. El jefe del sindicato de mecánicos (SMATA), Ricardo Pignanelli, calculó esta semana que las terminales nacionales van a ensamblar este año 100.000 unidades menos que en 2015.

Ni una menos
El latin lover Francisco Cabrera, como llama Macri a su ministro de la Producción desde el día que las revistas de la farándula lo fotografiaron junto a Juana Viale, procuró el lunes insuflar algo de autoestima al empresariado. “Es lo mejor que tenemos. Es quien arriesga y sueña. Es la base de la agenda del desarrollo económico del país”, exageró al recibir a varios de sus exponentes en un seminario en la Rosada. Todavía resonaban los ecos del papelón que protagonizó la semana pasada, al sugerir desde Washington DC que negociaba un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos.

Aunque la canciller Susana Malcorra desmintió a Cabrera con poca diplomacia al aclarar que lo suyo era “aspiracional”, el secretario de Comercio, Miguel Braun, lo ratificó ayer ante BAE Negocios: “Para el Gobierno es un horizonte negociar un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, aunque no lo estemos haciendo por ahora’, dijo. No fue el único blooper de la semana en el ansiado “regreso al mundo” que motoriza Cambiemos. La vicepresidenta Gabriela Michetti también debió enmendar una gacetilla que distribuyó su equipo de prensa desde Abu Dhabi, donde anunciaba inversiones de Emiratos Árabes por u$s 133 millones. La cifra correspondía en realidad al saldo de la balanza comercial anual.

Las relaciones políticas y comerciales con el Tío Sam atraviesan un idilio pero son muy deficitarias para la Argentina. Con todo el NAFTA, el rojo comercial acumula en lo que va del año más de u$s 2.000 millones. Y eso sin contar la avalancha de argentinos que prevén viajar (y comprar) allá el próximo verano. La semana pasada, la embajada estadounidense en Buenos Aires fue la que más visas extendió en todo el planeta, por encima de las legaciones en Bogotá, México, Beijing y Guangzhou. Avatares del ancla cambiaria para contener la inflación, como ocurrió antes bajo el kirchnerismo.

Lo único que enturbia la relación con Washington son los cortocircuitos entre el macrismo y el embajador Martín Lousteau, quien esta semana prefirió viajar a un encuentro de jóvenes líderes en Israel antes que acompañar al ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad, en otra gira por Estados Unidos para atraer inversiones. Con el economista en Tel Aviv, el periodista Adrián Pallares informó por radio Mitre que su esposa, Carla Peterson, le habría impuesto regresar a Buenos Aires para retomar su carrera actoral. En la Rosada lo leyeron como una excusa. Creen que su verdadero objetivo es despegarse del oficialismo a tiempo para postularse el año próximo en la Ciudad por fuera de Cambiemos y mantener la expectativa sobre su candidatura a jefe de Gobierno en 2019.

La última encuesta que encargó el macrismo porteño, de todos modos, no le augura grandes chances. Le asigna un 22% de la intención de voto frente a un 33% del PRO, incluso sin precisar en el cuestionario quién sería el candidato oficialista. No ayuda a Lousteau mostrarse pegado al jefe de la UCR porteña y secretario de Hacienda de la UBA, Emiliano Yacobitti, de quien dos estrechos colaboradores son investigados desde hace dos años por el juez Sebastián Casanello por presuntos desvíos de subsidios del Ministerio de Industria durante la gestión de Débora Giorgi.

En nombre de Lousteau, de todos modos, el radicalismo porteño sigue avanzando sobre espacios de poder. El 15 de noviembre intentará instalar al ex Franja Morada Arturo Pozzali como defensor del Pueblo adjunto en lugar de la michettista Lidia Saya, quien dejó ese puesto para ocupar otro en la Nación. El hijo legislador de Enrique Nosiglia tejió un acuerdo con el PRO para que lo apoye, pero su asunción dejaría a la Defensoría con un cupo femenino escuálido en el año del #NiUnaMenos. De un titular y cinco adjuntos, solo una silla quedaría ocupada por una mujer.

Guerra de garrafas
En el Ministerio de Energía, en tanto, estalló una interna que puede terminar por costarle el puesto a Juan José Aranguren. La pelea a los gritos que reveló este diario anteayer entre el secretario de Hidrocarburos, José Luis Sureda, y el subsecretario de Refinación y Comercialización, Pablo Popik, terminó con siete trabajadores de ese área despedidos y sumariados. La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) denunció ayer en una asamblea que ambos funcionarios optaron por deshacerse de esos empleados para descargar en ellos la responsabilidad por graves irregularidades en la regulación del mercado de garrafas. Son seis monotributistas y una asesora de planta transitoria.

Los gritos del lunes fueron la reacción de Sureda, virtual número dos de Aranguren, frente a la decisión de Popik de desplazar del estratégico cargo de director de GLP a su íntimo amigo Edgardo Muzzicato, con quien compartió buena parte de su larga carrera en Panamerican Energy (PAE), la mayor petrolera privada del país, de la que fue vicepresidente desde 1999 hasta diciembre último. Popik, a su vez, decidió reemplazar a Muzzicato porque no podía justificar una serie de actos administrativos de este año que dispensaron a productoras de gas (como PAE y Refinor) de la obligación legal de venderles gas a los “garraferos” a un precio inferior al que obtienen por inyectarlo en la red.

El mercado de las garrafas arrastra añejas sombras de corrupción desde la época de Julio De Vido y Daniel Cameron, que Aranguren buscó aprovechar al presentar los despidos como el resultado de sus propias investigaciones sobre el entramado de sobornos y favores cruzados heredado del kirchnerismo. Pero la trama es bastante más compleja. Las pruebas, al menos por ahora, están en las tres oficinas clausuradas (con fajas y todo) en el segundo piso del edificio de Enería en Paseo Colón 221.

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