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La vuelta a la ceocracia, otra muerte del derecho del trabajo
Por Luciana Censi y Carlos Zamboni - Monday, Dec. 05, 2016 at 12:02 PM

Domingo 04 de Diciembre de 2016, por Luciana Censi / Carlos Zamboni - Abogados laboralistas | El embate oficial contra conquistas laborales equivale a medidas aplicadas en los 80 y 90. La vuelta de la ceocracia.

La vuelta a la ceocr...
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Más justa. Los trabajadores judiciales reclamaron por "emergencia en la Justicia"

"No hay salvación para Gran Bretaña o para cualquier otro país en situación similar, hasta que los privilegios especiales concedidos a los sindicatos hace tres cuartos de siglo sean anulados." Aquello que le decía al mundo el Premio Nobel de economía F. A. Von Hayek en el año 1980, y que sufrieran —entre otros— en carne propia los mineros ingleses luego de 364 días de huelga, produciendo la tragedia social del neoconservadurismo o neoliberalismo en la Argentina y en el mundo entero, hoy vuelve a oírse en las voces del gobierno nacional; pero nada nos garantiza que ahora se repita como farsa y no como una nueva tragedia para la clase trabajadora.

Hoy, como ayer, nuevamente asistimos a un embate más sobre las conquistas obreras y el Derecho del Trabajo: el pedido presidencial de revisar los convenios colectivos del "siglo XX" y de que la justicia laboral sea más "equitativa" y no se vuelque a darle tanto la razón "a una parte", la reforma de la ley de riesgos del trabajo que se busca aprobar en estos días para impedir el acceso a la justicia de los trabajadores, la promoción de la precarización laboral mediante la ley de empleo joven y el acuerdo del Ministerio de Trabajo y Mac Donalds, la negación de justicia para los trabajadores y trabajadoras de Rosario y la región que deben transitar varios años para lograr una sentencia laboral por el colapso existente, el intento de instaurar el sistema de conciliación prejudicial obligatoria para los trabajadores en Santa Fe y el traspaso de la Justicia Nacional del Trabajo a la Ciudad de Buenos Aires (es decir, el fin de la justicia del trabajo); todas medidas inspiradas en las recetas aplicadas en los años 80 y 90.

Al tercio de los trabajadores en la informalidad, al aumento del ejército de desocupados, a la buena salud que goza la tercerización como instrumento para romper el colectivo de los trabajadores -sosteniendo abismales diferencias salariales y de condiciones laborales- y a los salarios por debajo de las necesidades, se agregan suspensiones, cierres de fábricas, despidos y la pretensión de las patronales expresadas en el deseo del Ministro de Trabajo de discutir paritarias para el 2017 mirando las metas de inflación de un 17 por ciento, como tope. Con sólo sacar cuentas de la inflación del 2016 y de los promedios de aumentos salariales de este año, si se cumple el deseo ministerial para el 2017, los asalariados argentinos perderán entre un 15 o 20 por ciento de su salario real, el cual ya viene cayendo hace varios años.

Todo resulta brutalmente sencillo y claro: derogar derechos obreros, despedir trabajadores y bajar los salarios reales para así incrementar la tasa de ganancia, la cual se encuentra siempre ausente del debate mediático, en nombre de la productividad, la competitividad y la inversión.

Pero la clase trabajadora y la sociedad ya han sufrido en carne propia estas recetas, ya se han visto las consecuencias de la caída del empleo y del salario real, la pérdida del mercado interno, la desindustrialización por sustitución de importaciones, el endeudamiento sin destino productivo, el triunfo del capital financiero sobre la industria.

Y también han visto los límites de la asistencia social, o del rebautizado "salario social" que sólo alcanza para paliar la miseria y el hambre de los trabajadores desocupados.

Aquellas generaciones que ingresaron a trabajar ya flexibilizadas, hijos de obreros cesantes, reconstruyeron su conciencia al compás de las huelgas y el mejoramiento de su calidad de vida y no será fácil que se rindan ante los pedidos "de esfuerzos patrióticos" de empresarios o gobernantes. Aunque muchos no conozcan a Von Hayek, son conscientes que se buscan anular todos sus derechos conquistados. Una vez más, la posibilidad de enfrentar esta nueva avanzada neoliberal recae sobre los trabajadores y sus sindicatos, organizados y desplegando su fuerza interna en una misma y única lucha.

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