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Causa contra Milagro Sala: Los atajos de una acusación que no tiene pruebas para condenar
Por Alejandra Dandan - Página 12 - Wednesday, Dec. 28, 2016 at 11:38 AM

Se conoce hoy el veredicto en el primer juicio contra Milagro Sala

28 de diciembre de 2016 | Los testigos dicen que Sala les ordenó ir a la marcha contra Morales, pero ellos no fueron. Las mentiras comprobadas. La querella y la fiscalía argumentan que la líder de la Tupac Amaru debe ser condenada porque hizo otras protestas y porque “es violenta”.

Causa contra Milagro...
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Hay un principio que rige los procesos penales en Argentina, la teoría del hecho. No del autor. La denuncia contra una persona debe probar que esa persona cometió un hecho específico. Lo demás, acusarla por lo que esa persona es o representa va contra las garantías del proceso, pero puede ser lo que finalmente ocurra en Jujuy. Hoy termina el primer juicio oral a Milagro Sala por el baño de huevos de 2009 al entonces senador Gerardo Morales. Ella no estuvo presente allí, pero la acusan como instigadora. Dos testigos propuestos por Morales dicen que ella les ordenó presentarse en el lugar y hasta pegarle una piña al actual gobernador. Con el correr de este juicio quedó probado que uno mintió. Y que entre ambos hubo contradicciones. Pero si de todas formas el Tribunal Oral Federal 1 de Jujuy decidiera dar crédito a uno o a los dos testigos, lo que tendrá es una tentativa de instigación, porque ninguno concurrió al escrache. Es decir, supuestamente Milagro Sala los habría intentado persuadir para que fueran, pero ellos no lo hicieron. La abogada Elizabeth Gómez Alcorta recordó en el alegato que esa tentativa no está penada. El resto, lo que existe y queda en pie, son imágenes de otras manifestaciones, protestas, quemas de neumáticos y una enumeración pericial de las actividades de Milagro Sala para ayudar a una persona que quedó detenida aquella jornada. Y en ese contexto, su liderazgo social. A eso los fiscales lo llamaron en los alegatos conducta “consuetudinaria de violencia”. Y es ahí donde se dirige la verdadera acusación.

Para hoy se espera el veredicto. Es posible que la fiscalía use su derecho a réplica para responder el pedido de prescripción de la pena que hizo la defensa de Milagro Sala. Es probable que hable nuevamente Milagro Sala, en uso de su derecho a pronunciar unas últimas palabras. Luego lo harán los jueces con la lectura del veredicto.

En la última audiencia de la semana pasada se escuchó la posición de Morales a través de sus abogados, de la fiscalía y de las defensas. A las dos de la mañana, cuando sólo faltaba el veredicto, el presidente del TOF Mario Juárez Almaráz ordenó un cuarto intermedio de una semana. Gómez Alcorta le pidió continuar, sobre todo, por el principio de inmediatez de los debates orales, que pone en juego sentidos como el impacto.

Aquel día, las partes analizaron las pruebas sobre los tres acusados: Graciela López, Gustavo Salvatierra y Milagro Sala. Una vez dicho que lo que se está llevando a un juicio es una protesta, hay que analizar cómo lo hacen. La defensa de Milagro Sala tuvo que recordar que la protesta es un derecho consagrado por la Constitución y normas internacionales. Ayer, de hecho, se realizó la segunda audiencia del otro juicio que se está realizando contra la líder de la Tupac Amaru, un proceso contravencional por el acampe que se realizó en la Plaza Belgrano de la capital jujeña. Allí declararon el secretario general de la CTA Hugo Yasky, el secretario de derechos humanos de Santa Cruz, Horacio Pietragalla e Inés Peña, de Madres de Detenidos Desaparecidos de Jujuy. Ellos relataron que la protesta se hizo por la falta de respuestas del entonces gobernador electo al pedido de diálogo de las organizaciones sociales. Y señalaron que como respuesta a esta medida legítima fue arrestada Milagro Sala. El veredicto en este juicio, que está a cargo de Matías Ustarez Castillo, un funcionario administrativo designado por Morales, se conocería mañana.

Milagro Sala no niega su presencia en el acampe de la Plaza Belgrano, sino que señala que esa protesta no es un delito. Pero en lo que respecta al escrache contra Morales, Milagro Sala no estuvo, ni la ordenó ni participó. Las únicas pruebas sobre la intervención de Milagro Sala en aquella manifestación son los testimonio de Rene “Cochinillo” Arellano y su esposa Cristina Chauque. Ellos dicen que estuvieron en una reunión en la que Milagro Sala les ordenó participar de la protesta en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas. Pero ellos no fueron al escrache. Y durante su declaración en este juicio, se probó documentalmente que Cochinillo mintió. Dijo que no tenía trabajo, pero está contratado desde el 1 de julio como coordinador de cooperativas por el gobierno de Morales. Dijo que quiso denunciar por amenazas a Milagro Sala y que la justicia no le tomó las denuncias ni las pruebas, pero sí le tomaron la denuncia, la justicia demostró que las pruebas no existían y sobreseyó a Milagro Sala en esa causa. Cochinillo también dijo que pidió custodia por sentirse amenazado, pero la custodia decidió abandonarlo al descubrir que traficaba drogas y andaba con armas. También cambió su relato respecto del que proveyó en 2010. Tuvo contradicciones con su esposa. Y resultó mas dudoso cuando dijo que llegó a testimoniar en esta causa porque “de casualidad” se encontró con el abogado de Morales buscando cobijo en la Legislatura.

Así desarmó su testimonio Gómez Alcorta en su alegato. Fiscales y abogados de Morales le dieron crédito a Cochinillo. A todo lo que dijo y a su esposa. También lo que afirmó sobre su trabajo. Aún con la prueba de la última contratación en las manos, dijeron que el testimonio no varió entre 2010 y este debate, con lo cual, explicaron, “esa nueva prueba no afecta su declaración”. Más allá de los hechos, fiscales y querellas comenzaron a ponderar una serie de pruebas indiciarias, pequeños detalles, contextos, historias que dieron la impresión de que estaban allí para salvarle la vida a la acusación.

Los fiscales son dos. Hablaron por turnos. Primero Federico Zurueta y luego Domingo Batule. El primero cargó de tintas la acusación, habló de “ataque”, agresión y dijo que esto no puede verse como un “hecho aislado”, sino en contexto, un contexto en el que Milagro Sala aparece como jefa de una organización “acostumbrada” a ejercer la violencia. Aquí, alguno de sus párrafos centrales: “Los dichos de Arellano no son aislados sobre el rol de Milagro Sala en todo esto, en la organización y en cómo se llevaría adelante el ataque”, dijo Zurueta. En ese contexto, pidió a los jueces que tomen el rol de dirigente social como agravante y mostró videos de viejas manifestaciones como supuestos antecedentes de esa violencia. “Todos sabemos que ella es una líder social y entonces tenía frente a la sociedad, entiendo, y a la gente, una responsabilidad distinta. Debía responder de forma distinta. Este carácter de representante social debe tenerse en cuenta como una condición de agravante para determinar el monto de la pena. También las costumbres y conductas vistas con la exhibición de los dos o tres videos distintos. Que es un hecho entre otros que de alguna manera hace consuetudinaria de Milagro Sala este tipo de manifestaciones y reclamos de forma violenta, es decir debe ser valorado en el momento de impartir el monto de la pena”.

Los abogados de Morales redoblaron la apuesta fogosos y exaltados. Usó la palabra Eduardo Vergara. Habló de “grupo paramilitar”, de “comando del grupo atacante” y “batallón”. Y de Milagro Sala como “la verdadera cabeza”. Con el pobre Salvatierra comenzó a escalar posiciones: Dijo: “Co-dirigía junto a la señora López un comando del grupo atacante, prácticamente podríamos decir, un grupo paramilitar”. Luego: “Otros ingresaron y atacaron, rompieron y se fugaron. Fue veloz, fugaz, plenamente acordado”. Sobre Milagro Sala, dijo: “Fue la instigadora es decir, ella los mandó a que hicieran este escrache, supuesto escrache, ¡ataque!”. Y luego, agregó, ya como desde adentro. “La señora Sala dijo que la persiguen por ser negra y coya, si usted me permite, creo que los representantes de esta querella somos también negros y coyas como la gran mayoría de los nacidos en Jujuy”. Y repitió lo que dice Morales: “Nunca fue víctima de nada, víctimas fuimos los jujeños durante de más de 10 años que tuvimos que sufrir la violencia, la intimidación desplegada por la señora Sala”. Enumeró aquel contexto en el que espera que sus señorías evalúen el hecho: protestas en casa de gobierno, en las instalaciones de un hotel. Se preguntó por datos de otras causas. Por las viviendas.

¿Cuánto hay de evaluación del escrache que se está juzgando en este juicio, del episodio único que motiva este debate?

En una audiencia, un testigo no escuchó bien la pregunta de la defensa. Le habían preguntado, como a todos: ¿Usted vio a Milagro en el Centro Profesional de Ciencias Económicas? ¿Escuchó su nombre? ¿Vio a personas vestidas con ropas de la Tupac? Todos dijeron que no. Este testigo no había entendido la última pregunta. Así que el tribunal se la tradujo. Pero fue llamativa la traducción que hizo el presidente del TOF, Mario Juárez Almaraz. “Lo que le están diciendo –dijo–, es si usted vio gente uniformada.”

Un día después o ese día, el diario La Nación publicó un editorial en el que habló de la Tupac Amaru como “paramilitares uniformados”. El artículo reclamó bajar los niveles de presión “nacional e internacional” sobre los jueces “independientes” de Jujuy. Nada fue tan sorprendente, sin embargo, hasta que fiscales y abogados de Morales tomaron y mejoraron todos esos argumentos con el concepto de conductas consuetudinarias. Ahora habrá que esperar.

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