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“La CGT sufre de falta de conducción, cohesión y proyecto gremial”
Por Notas.org.ar - Friday, Mar. 10, 2017 at 8:54 PM

9 de marzo de 2017 | El periodista especializado en temas gremiales, Jorge Duarte, dialogó con Radio Sur 88.3 y analizó el acto sindical del pasado martes 7 de marzo. El fantasma del paro general, las internas de la Confederación General del Trabajo (CGT) y la situación del movimiento obrero.

“La CGT sufre de fal...
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- De lo que más se habló fue de lo que pasó al final cuando un grupo de trabajadores no dejaba bajar a los dirigentes del escenario y terminaron llevándose el atril. Pero alejándonos de esa imagen, ¿qué planteó el acto del martes convocado por la CGT?

– Lo primero que quedó muy claro es que el descontento con el gobierno nacional es masivo y que la marcha aunó sectores múltiples que están sufriendo las consecuencias de las políticas que está implementando Cambiemos hace más de un año. Me parece que es el primer hecho de trascendencia.

Después pasa que no queda claro cómo se va a canalizar todo ese descontento. Evidentemente la CGT todavía no llega a un proceso de maduración tal como para poder ser el motor del conflicto social.

- Según tu visión ¿a qué se debe la decisión de anunciar el paro pero no poner fecha? ¿Cómo se inscribe esto en la estrategia de negociación del triunvirato de la CGT?

– Es una herramienta de negociación y también la demostración más cabal de que la CGT, más allá de la unidad formal, sigue teniendo unas diferencias internas que no la dejan avanzar en decisiones.

Esto que sucedió el martes es consecuencia de un cúmulo de fracciones que están comulgando en la central y no tienen prácticamente nada en común. Están haciendo equilibrio entre apoyar al gobierno y confrontarlo. Hasta el lunes por la tarde no estaba definido si iban a lanzar una huelga nacional con fecha o no.

Todas estas indefiniciones, está falta de conducción, de cohesión y de proyecto gremial detrás de la unidad de la central se pagó claramente el martes cuando la militancia sobrepaso la desorganización del acto.

Que fue un acto que, más allá de las distintas cifras que se manejan, fue el más importante del siglo XXI.

- A la movilización de la CGT se sumaron también las dos Centrales de Trabajadores de la Argentina (CTA) ¿cómo se lee esto?

– Se sumaron pero no lo hicieron antojadizamente. La CGT, incluso en este proceso de postergar y dilatar cada una de sus decisiones, convocó a varios sectores bien dispares. A todo el arco de la oposición. Incluso convocó a la Unión Cívica Radical (UCR).

Esa heterogeneidad que mostró la marcha no fue casual. La propia CGT los convocó.

Al haber un público tan variado y una conducción tan dubitativa, terminaron pasando cosas como la que vimos al final del acto.

- Considerando que el año pasado habían amagado varias veces con convocar al paro y con la relevancia que había cobrado en esta oportunidad, ¿no podían prever que se les podía ir de las manos?

– Creo que el llamado de atención más importante fue en la movilización de los docentes donde uno de los tres secretarios generales, Carlos Acuña, fue a apoyar y el griterío generalizado por un paro general terminó haciendo que salga de las apuradas diciendo que iba a anunciar la medida de fuerza al día siguiente. No supieron leer lo que era evidente.

A eso hay que sumarle las propias grietas que hay en la CGT que permitieron, por ejemplo, que haya sectores muy combativos y confrontativos frente al escenario. En vez de tener los gremios de los tres secretarios generales tratando de hacer una especie de cerco de contención del descontento.

- ¿Cuál es la relación con el sindicato de Camioneros? ¿Es posible pensar en una salida de Pablo Moyano de la CGT?

– El martes la situación quedó en un punto de quiebre. Antes de la movilización me había cruzado con algunos dirigentes que, desde la mañana, me confirmaron que no iban a anunciar fecha. Que iban a esperar que el gobierno los convocara con alguna propuesta y si no el paro iba a ser después de semana santa.

Esa situación de indefinición ya tenía a la CGT al límite. No es la primera vez que se escucha que Moyano podría salir de la central. Lo que sucede ahora es que deja en evidencia la falta de conducción de los tres liderazgos actuales.

Después del escándalo del final del acto del martes hay muchas posibilidades de que haya varios gremios que se vayan de la central. Son muchos los que se quedaron disconformes con lo que sucedió y que están viendo que el costo político de quedarse es muy grande. Sobre todo porque sus propios afiliados van a empezar a pasarlos por arriba.

- ¿A donde irían los que se vayan de la CGT?

– Pueden no irse a ningún lado y quedarse en otro nucleamiento que apunte a conformar otro tipo de conducción. No es la primera vez que en el movimiento obrero sucede un descreimiento tal de la central obrera que termina canalizándose por otro lado.

El triunvirato me hace acordar más a lo que sucedió en los ’90 que a lo que pasó a principios de 2000. En los ’90 la conducción de la CGT tenía cuestionamientos similares a los que tiene hoy y parecía que no había manera de salir de esa encerrona en el modelo sindical.

Sin embargo por un lado el nacimiento del Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA) dentro de la propia CGT y el surgimiento de la CTA le dieron un canal de salida a eso.

Bueno, ahora seguramente veremos el surgimiento de otros liderazgos en los bordes de la CGT o por fuera que traten de canalizar el descontento si es que la central le sigue corriendo el cuerpo al conflicto social.

- ¿No cabe la posibilidad de que ya tengan acordada una mesa de negociación con el gobierno y por eso, más allá de los planteos que se vieron en la movilización, la decisión fuera igual la de no poner fecha?

– Hay un sector que nunca rompió los puentes con el gobierno y sigue negociando más allá de cualquier situación. Eso está y es parte de la conformación de este abanico heterogéneo que conforma la central obrera.

También hay sectores que están presionando por una salida más confrontativa con el gobierno nacional y que están observando el descontento generalizado con el accionar de la CGT.

En esa situación donde hay fracciones que parece que no tienen capacidad de convivir y la central no puede seguir haciendo equilibrio, sucede lo que sucedió el martes.

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