1° de Mayo: CTA Autónoma Regional Rosario convoca a acto y almuerzo
Por Comunicación CTA Rosario - Saturday, Apr. 29, 2017 at 12:38 PM

28 de abril de 2017 | Este 1° de Mayo nos encuentra ante un fuerte ataque al movimiento obrero en su conjunto. Pasaron 131 años de aquella huelga histórica de cientos de miles de obreros y obreras estadounidenses que terminaría con fusilados por las fuerzas policiales y condenados a la horca por luchar. Sin embargo ante una nueva avanzada neoliberal, estamos en otro contexto batallando por las mismas reivindicaciones: el derecho al trabajo, a la jornada legal de 8 horas, a condiciones dignas de vida y labor. Pese a que en la letra constitucional lo que nos corresponde está plasmado, no se cumple.

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Los y las jubiladas, como una parte mayoritaria y creciente de la clase trabajadora, están siendo condenados y condenadas a la miseria. Aquella miseria planificada que denunciara Rodolfo Walsh en su Carta Abierta a la Junta Militar, para garantizar el privilegio siempre sostenido de unos pocos.

De parte del Estado, allí donde se expresan las consecuencias de la añeja desigualdad como un fantasma de muerte cotidiano, se responde con balas a la necesidad de educación, vivienda, salud y respeto. Derechos inalienables que al ser dejados de lado atentan contra el principal derecho de todo ser humano: el derecho a la vida.

Como garantizador de otros derechos, el derecho al trabajo digno y al salario mínimo, vital y móvil establecido en el Artículo 14 Bis de la Constitución Nacional, también es inalienable. Sin embargo se engrosan las filas de desocupados y desocupadas, de precarizadas, tercerizados, a los que no les queda otra que negar sus vínculos laborales y llamarse “cuentapropistas”. Y tener o no trabajo y hacerlo en condiciones precarias, habla también de la vida: 7000 trabajadores mueren por año en nuestro país por ‘accidentes’ y enfermedades laborales. Los medios de comunicación manejados por los empresarios que ahorran medidas de seguridad, o sus cómplices, han desatado la idea de “la industria del juicio” y festejan las regresivas reformas en la Ley de Riesgos de Trabajo. Pero nunca se interrogaron sobre “la industria de los accidentes y muertes”, que engrosan los bolsillos de sus socios de clase.

Decir igual remuneración por igual tarea, es decir que el trabajo de todas y todos vale lo mismo. Seamos tercerizados, de planta, pasantes, temporarios. Y seamos hombres o seamos mujeres: más clara que nunca está la discriminación que sufren las mujeres por el simple hecho de ser mujeres. Los feroces femicidios que conmueven a la sociedad son expresión de ésa desigualdad estructural que tenemos que deconstruir a nivel cultural, social, político, económico, simbólico. Los ámbitos de trabajo también muestran que son las mujeres las más afectadas por su doble explotación (el trabajo rentado y el de la casa como reproductora de la fuerza de trabajo en la crianza de los hijos). También lo son porque, aunque hay avances claros productos de la lucha y el empoderamiento, siguen siendo las mujeres las que hacen los trabajos peor pagos, peor reconocidos y carentes de derechos elementales.

Cuestiones todas que pasan en el sector privado, pero también en el sector público. El Estado -en sus expresiones tanto a nivel nacional, provinciales y municipales, dirigidos por diversos signos políticos- reproduce las lógicas del capital hacia sus propios trabajadores, que son los encargados de garantizar en los territorios los derechos de la población. Son quienes ponen la cara ante la falta de estructura, insumos, recursos, personal, reconocimiento a su labor. Y son los y las que se ponen al frente también de la defensa de esos derechos que son de todos.

Pero ninguna de esas peleas puede pensarse sin la herramienta por excelencia: la huelga. Un derecho atacado desde las patronales mundiales, que se expresó en nuestro país con el dictamen de la Corte Suprema de Justicia que lo limitó. La huelga es un hecho que precede a las organizaciones gremiales. Limitar la huelga es el cercenar el derecho a resistir, a organizarse, a pelear, a tener sindicatos.  Y como sabemos, para el poder, el mejor sindicato es el que no existe: por eso quieren cercenar su matriz, que es la huelga como hecho y derecho.

Los casos de represión, los intentos de flexibilizar convenios colectivos, la perversión de jugar con el miedo a perder el trabajo, las razzias de las fuerzas de (in) seguridad de distintos niveles en organizaciones sociales, los tarifazos indiscriminados, los despidos de a miles, son todos aspectos de un mismo esquema. Y lo sabemos porque lo conocemos, ya lo hemos vivido y hemos luchado contra él. Si el Presidente Norteamericano Donald Trump le habla al Presidente Macri de Corea, y este último le habla de limones,  estamos en serios problemas. Ellos definen el próximo enemigo que pueden llevarnos al holocausto nuclear mientras nosotros vemos cómo exportamos materias primas a un socio que nos ha estafado de todas las maneras posibles. Ese es el rol en el panorama internacional que el macrismo quiere para nuestro país.

Como trabajadores y trabajadoras con visión internacionalista, nos oponemos a toda guerra que se cobre en vidas (que son siempre del pueblo) el nuevo reparto del mundo y los negocios. Y exigimos que ese planteo sólido e irrenunciable sea expresado en nuestra política internacional. Ni relaciones carnales, ni avales silenciosos a las empresas genocidas del gobierno estadounidense. Trabajo por la paz mundial, desde la profunda convicción que la madre de todas las desgracias es la desigualdad, ella nos condena a las definiciones de un puñado de empresarios y magnates que lamentablemente hoy presiden nuestras naciones.

Asimismo, apoyamos a los pueblos de Brasil, Venezuela y otras naciones sudamericanas que atraviesan momentos determinantes. Enviamos nuestro abrazo clasista al pueblo brasilero que por estas horas protagoniza una huelga histórica, ferozmente reprimida por el gobierno antidemocrático. Los argumentos para desmerecerla por parte del gobierno se repiten calcados a los de nuestro país, apuntando por ejemplo contra la metodología del piquete para intentar cuestionar su legitimidad. También se repiten las causas que movilizaron en este primer paro en veinte años: Michael Temer apunta a una regresiva reforma laboral y jubilatoria y sumó en un año más de tres millones de nuevos desocupados. Por eso un amplísimo espectro de organizaciones, incluso oficialistas, se ha manifestado unitariamente.

Por todo esto y muchas cosas más, éste primero de mayo apostamos a encontrarnos, a juntarnos a conmemorar la masacre, pero a festejar la lucha. A recordar y levantar alto el ejemplo de los mártires de Chicago, haciendo propia como cada año la definición del Congreso Obrero de París de 1989 de instaurar el 1° de Mayo como el Día Internacional de los Trabajadores, y renovando nuestro compromiso al afirmar que “sólo el pueblo salvará al pueblo”.

Lunes 1° de Mayo, a las 11.30 horas en el CCIR, 9 de Julio 659, acto y almuerzo a precios populares para mirarnos fraternalmente y ratificar nuestra pelea unitaria por ese mundo donde quepan todos los mundos, con igualdad, justicia y soberanía.

Secretaría de Comunicación y Difusión CTA Autónoma Regional Rosario

Nota vinculada:

Memoria de cara al 1° de Mayo: Sólo el Pueblo Salvará al Pueblo