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“Ante el contragolpe del gobierno, avanzar en la unidad de la clase trabajadora”
Por Periódico El Roble - Sunday, Apr. 30, 2017 at 1:05 PM

30/04/2017 · 11:25

“Ante el contragolpe...
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El contundente paro general del 6 de abril, arrancado por las bases a la conducción de la CGT, marcó un punto de inflexión en la coyuntura política del país. Se llegó a esa medida de fuerza luego de un marzo de tremenda movilización popular, con un fuerte protagonismo de la clase.

Vale la pena repasar rápidamente marzo, porque en pocos países del mundo se expresa hoy con tanta fuerza en las calles la resistencia al ajuste neoliberal. A pesar de que los voceros del poder económico y político, los operadores mediáticos, desprecian y ningunean nuestra capacidad de lucha, intentan que se desdibuje y se nos olvide rápido.

El 6, las y los docentes marcharon masivamente a Plaza de Mayo. El 7 la CGT convocó a un acto que se les fue de las manos, sus propias bases reclamaron el paro, pero fue sólo un puñado los que llegaron a estar frente al palco, con casi medio millón de personas en las calles. Inmediatamente, otra extraordinaria movilización: el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora. El 13 reclamaron los movimientos sociales en dos grandes frentes, “papales” y clasistas. Mientras, la lucha docente continuaba con paros, antorchas y el 22 la multitudinaria Marcha Federal Educativa. Sólo dos días después, enormes columnas en todo el país en un nuevo aniversario del golpe genocida cívico-eclesiástico-militar de 1976. Finalmente Hugo Yasky y Pablo Micheli en nombre de sus respectivas CTA convocaron a movilizar el 30, y ahí el primero señaló que se trató de un marzo histórico, lo que es cierto, más allá de quién lo haya dicho.

Si marzo fue el mes de la bronca popular y la resistencia obrera, abril fue el mes de la respuesta gubernamental, a cara de perro y con dientes apretados. Se acabó el versito del “diálogo”, aunque de a ratos lo revivan con fines marketineros. Ahora el macrismo se relanza sobre la fascistoide convocatoria del 1° de abril, que mostró a cara descubierta el rostro de la derecha vernácula, reaccionario, xenófobo.

Más recalcitrante en su odio al pobre, al inmigrante, más antipopular que pro-oficialista, más pequeña que todas las anteriores. Así fue el #1A, pero con eso le alcanza a un gobierno que pasó febrero y marzo a la defensiva. El macrismo se aferra ahora a esa “minoría intensa”, cómo le dicen los politólogos a la moda, para el contragolpe contra el pueblo y la clase trabajadora. Pisa todos los aceleradores a la vez, el de la represión, el de la flexibilización, el de la criminalización. Se subordina incondicionalmente al imperialismo, le compra armas a Estados Unidos, mientra ataca a Venezuela, mientras se olvida de Malvinas, mientras le brinda concesiones a todas las expresiones del capital concentrado. Avanza contra el INCAA para que Clarín deje de pagar un impuesto y le regala diez años de plazo a las grandes agroexportadores para rendir cuentas impositivas. La usina mediática opera y festeja.

¿Cuál es el margen que tiene el gobierno? Sólo para hacer “gradualismo”, como llaman ellos al ajuste un poco menos salvaje, hasta las elecciones. La crisis nacional e internacional recrudece. A pesar de los davositos, el pronóstico no anuncia lluvia de capitales. No hay retorno posible a los 90, porque la globalización viene de capa caída junto con la tasa de ganancia, y el menemismo se consolidó en un mundo que ya no existe hace quince años. Por eso no hay plan B ni inversiones ni muñeca política. Sólo el intento de recomponer como sea la ganancia patronal, bajando salarios de forma directa e indirecta, pisando primero y eliminando después las paritarias, y endeudando al Estado para asfixiarlo y reprivatizar lo poco que se des-privatizó.

Estos no son los 90. El país al que quiere llegar el macrismo es peor, una tierra arrasada sin industria ni derechos, con pedazos atados a lo Frankenstein de servicios internacionalizados como los call centers de India y el turismo aventura de Australia, exportador de materias primas con equipamiento de alta tecnología y servidumbre del siglo XIX tal como la tuvieron en sus estancias los bisabuelos y tatarabuelos de los jerarcas actuales de la Sociedad Rural.

Pero nosotras y nosotros tampoco somos los mismos. Dividido por décadas de fragmentación, bombardeado con propaganda consumista y reaccionaria, nuestro pueblo tiene una larga historia de lucha que, marzo demostró, continúa vigente. Y ahí es donde tiene un lugar protagónico nuestra clase. Como venimos proponiendo desde El Roble, nuestra tarea hoy como trabajadoras y trabajadores es aportar cada uno desde nuestro lugar, para avanzar en la unidad y la organización del movimiento combativo de trabajadores para enfrentar este plan siniestro de ajuste, saqueo y represión.

Equipo de El Roble.

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