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A 40 años de Madres de Plaza de Mayo: “Que se abran los archivos de la dictadura”
Por Liliana Giambelluca - Monday, May. 01, 2017 at 9:37 PM

Las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora realizaron un acto en la histórica Plaza para conmemorar los 40 años del primer encuentro de catorce madres que decidieron unirse para buscar a sus hijos detenidos-desaparecidos, víctimas del terrorismo de Estado iniciado en 1976. Que el gobierno de Mauricio Macri “abra los archivos de la dictadura”, fue el clamor principal.

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Al pie del Monumento a Manuel Belgrano en Plaza de Mayo, donde catorce madres se encontraron el 30 de abril de 1977 para reclamar de manera conjunta por el paradero de sus hijos detenidos-desaparecidos, las Madres Línea Fundadora se convocaron este domingo para conmemorar la fecha.

Dado que los pedidos individuales en las reparticiones públicas no encontraban respuestas, a iniciativa de Azucena Villaflor de De Vincenti, acudieron a la cita Berta de Braverman, Haydée Gastelú de García Buela, María Adela Gard de Antokoletz, María Mercedes Gard, Cándida Felicia Gard, Delicia de González, Josefina “Pepa” Noia, Mirta Acuña de Baravalle, Raquel Gvirtz de Arcuschin, Elida de Caimi, Beatriz Aicardi de Neuhaus, María Eugenia Ponce de Bianco, Rosa Contreras, y una joven -que no dio su nombre- que tenía secuestrado a su hermano que era militante del Partido Comunista.

Algunas mujeres conversaban de pie, otras sentadas en algún banco cuando un policía se acercó y les dijo que debían caminar porque el estado de sitio prohibía las reuniones en la vía pública. Así se iniciaron las rondas de las Madres de Plaza de Mayo alrededor de la Pirámide.

Doce de aquellas catorce madres ya fallecieron. Quedan Mirta Acuña de Baravalle y Haydeé Gastelú de García Buela, ambas pertenecen a Madres Línea Fundadora. Mirta continúa la búsqueda de su hija Ana María y su nieto nacido en cautiverio. Haydeé, madre de Horacio, recibió los restos de su hijo en 2001, luego que fueran identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense. Horacio fue una de las treinta víctimas de la Masacre de Fátima, ocurrida entre el 19 y 20 de agosto de 1976.

En diciembre de 1977, tres de estas madres fueron víctimas del accionar terrorista, producto de la infiltración del espía y capitán de la Armada Alfredo Astiz. Azucena Villaflor de De Vincenti, María Eugenia Ponce de Bianco y Esther Ballestrino de Careaga fueron secuestradas por grupos de tareas de la Marina. Las llevaron a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde fueron torturadas. Luego las arrojaron vivas al mar en los denominados “vuelos de la muerte”. Ese mismo mes, sus cuerpos aparecieron en las costas de Santa Teresita y Mar del Tuyú. En julio de 2005, el Equipo Argentino de Antropología Forense identificó sus restos, que estaban enterrados como NN en el cementerio de General Lavalle.

“PRESIDENTE, LA IMAGEN DE USTEDES, COMO LA NUESTRA, TAMBIÉN VA A QUEDAR GRABADA EN LA HISTORIA”

Poco después de las 15, en medio de aplausos y vítores, las Madres iniciaron su ronda alrededor del Monumento a Belgrano y a continuación realizaron un acto donde hubo discursos y actuaron artistas. “Yo marcho con las Madres / que resistieron tanto” y “Madres de la Plaza / el pueblo las abraza”, fueron algunos de los cánticos que las acompañó.

Encabezaron la columna Nora Morales de Cortiñas, Mirta Acuña de Baravalle, Elia Espen, Nahir Amoedo, Aurora Morea, Carmen Aguiar de Lapacó, María de García, Aida Sarti, María del Rosario Cerruti y María Takara de Oshiro. Ésta última, madre de Jorge Eduardo Oshiro y referente de Familiares de Desaparecidos de la Colectividad Japonesa en Argentina. Tras ellas marcharon exdetenidos, familiares y luego la multitud que acompañó la conmemoración de los 40 años de lucha.

Todas las Madres reclamaron al gobierno nacional que “entreguen los archivos de la dictadura, que los jueces abran sus gavetas y digan a quiénes entregaron los bebés apropiados de sus madres cautivas, quitándoles su identidad”, tal lo manifestado por Nora de Cortiñas.

Luego Cortiñas reiteró el reclamo ante las cámaras de televisión de C5N. Pidió al gobierno que las “escuche y no desvalorice la lucha de cuarenta años”, y dirigiéndose al presidente de la Nación, Mauricio Macri, le dijo: “No se equivoque, presidente, la imagen de ustedes, como la nuestra, también va a quedar grabada en la historia. Pero ustedes van a quedar como negacionistas, y eso sólo lo conocemos de los nazis”. Reclamó “que el presidente actúe con sensatez y gobierne para todo el pueblo”.

“EN VEZ QUE APLICAR LAS LEYES, CREARON CENTROS CLANDESTINOS DE DETENCIÓN”

La ronda de oradoras la inició Nahir Amoedo. Señaló que se sentía “muy triste porque esto no debió pasar nunca. En vez que aplicar las leyes, crearon centros clandestinos de detención”. Instó a los presentes a continuar con los reclamos “todos unidos y de manera pacífica”.

“INSISTAN PARA QUE SE ABRAN LOS ARCHIVOS DE LA DICTADURA”

A continuación, Elia Espen dijo que “durante estos cuarenta años de lucha me duele las madres que han quedado en el camino. Una de ellas perdió a tres hijos y se fue sin saber nada de ellos”. Pidió a los presentes que “insistan para que se abran los archivos de la dictadura” porque “ustedes son jóvenes y nosotras atravesamos los 80, así que no sabemos cuánto más podemos seguir”.

“NO SE PUEDE PERDONAR EL GENOCIDIO Y LA INMORALIDAD”

María del Rosario Cerruti agradeció a sus compañeras y a las que partieron “por la valentía” que tuvieron. Se lamentó de “cuarenta años de padecimiento porque sacrificaron a treinta mil hijos, masacraron a tres madres y las tiraron al mar. No se puede perdonar el genocidio y la inmoralidad”. Agregó que “nosotras ya nos estamos yendo, pero un mensaje para la juventud: sigan peleando por el derecho a la vida, al pensamiento y a la libertad de expresión, porque detrás de esos derechos vienen todos los otros”.

“LAS MADRES NO BAILAMOS SOLAS”

“Nosotras seguimos luchando gracias a todos ustedes porque nos dan fuerza”, resaltó Nora Morales de Cortiñas, y continuó: “Las Madres no bailamos solas, como dice una canción, porque ustedes siempre nos acompañaron”. Habló de la necesidad del hijo que no está y de “la silla y el plato vacío”, y se refirió a las tres generaciones que masacró el terrorismo de Estado: “Se llevaron a nuestros hijos, a sus madres que los buscaban y se apropiaron de los niños nacidos en cautiverio para luego robarles la identidad”.

“Necesitamos que nos sigan apoyando para que nos entreguen los archivos porque muchas familias se han muerto sin saber qué pasó con su hijo o su hija”, y “que los jueces abran sus gavetas y digan a quiénes entregaron los bebés apropiados de sus madres cautivas, quitándoles su identidad”.

En alusión a las innumerables declaraciones de funcionarios del gobierno negando el genocidio y minimizando los hechos, Cortiñas resaltó que “Por más que banalicen el terrorismo de Estado que vivimos, no lo lograrán. La historia está escrita y también está grabada en la memoria”.

“AÑO TRAS AÑO EN BUSCA DE UNA RESPUESTA”

Cerró el acto Mirta Acuña de Baravalle y agradeció a los presentes el apoyo y acompañamiento recibido durante estos años porque “para mí tiene el sentido de la presencia de nuestros treinta mil detenidos-desaparecidos”, a la vez que “las pancartas con la foto de los jóvenes que fueron brutalmente martirizados” también son la presencia de mi hija, de mi yerno y del nieto o nieta que busco”.

Recordó que hace cuarenta años, “las madres esperábamos que [el presidente de facto] Videla nos reciba, pero estuvimos años tras años en busca de una respuesta. Queríamos saber dónde estaban nuestros hijos, pero su ausencia fue permanente, día tras día, hora tras hora”.

Destacó la importancia de la unidad entre las madres por “el sufrimiento compartido, la incertidumbre por nuestros hijos y la certeza de la criminalidad del enemigo”.

MEMORIA Y RESISTENCIA

La emotividad del acto y las lágrimas no cesaron cuando dos artistas aportaron su arte. La actriz Belén Torras narró la conmovedora historia de los hermanos Gonçalves, como si el paso del tiempo hubiese “desovillado los hilos de la memoria”. Clarita, de 9 años de edad e integrante de la Compañía de Teatro de Castelar, cantó un tema dedicado a los 40 años de las Madres que “resisten”. La niña quebró la dureza de muchos hombres y pocas mujeres contuvieron las lágrimas.

El actor Manuel Callao leyó el cuento “La historia de la medida de la memoria” del Subcomandante Marcos del EZLN. Por su parte, Nahuel Porcel de Peralta y otros músicos aportaron sus canciones.

La cantautora y militante por los derechos humanos Alejandra Rabinovich finalizó el segmento artístico con la chacarera “Madres de la Plaza”, dedicada “a mi madre Paquita Rabinovich, Madre de Plaza de Mayo, y a todas las Madres que ya no están, pero sentimos su presencia”.

El acto cerró con la promesa de las Madres de continuar la lucha por la verdad y la justicia, y el tradicional grito de los presentes: “Treinta mil detenidos desaparecidos: ¡Presentes. Ahora y siempre! Hasta la victoria siempre. Venceremos”.

Por Liliana Giambelluca
Fotos: Indymedia Derechos Humanos
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