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Resolver la pobreza es posible
Por Red Eco Alternativo - Thursday, May. 11, 2017 at 11:44 PM

Jueves 11 de mayo de 2017 | Mientras que con lo que nuestro país produjo durante el año 2016 se podría alimentar a 490 millones de personas, un simple cálculo demuestra que un trabajador solo cobra por 2 de las 8 horas que trabaja. El resto se lo lleva el empresario. Esto explica, en parte, la riqueza y la pobreza que se ha hecho estructural en nuestro territorio. Red Eco Alternativo

Resolver la pobreza ...
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(Red Eco) Argentina- Cataratas de datos económicos circulan por los medios gráficos, radiales y televisivos. Son tantos que la mayoría de las veces nos perdemos en cifras inentendibles y perdemos la esencia de su significado.

Con solo decir que con todo lo que nuestro país produjo durante el año 2016 se podría alimentar a 490 millones de personas; que esa producción (lo que se llama PBI, unos 8 billones de pesos), que equivale a 51 millones de canastas básicas de alimentos, se podría sacar de la pobreza a 204 millones de personas; que distribuyendo apenas 0,5% de ese PBI se terminaría con la indigencia y con 6%, con la pobreza; es suficiente para tener en claro que no hay que esperar despegues de la economía, ni brotes verdes.

Porque los 13 millones 300 mil pobres (3 de cada 10 habitantes), de los cuales 2 millones 672 mil son indigentes, no deben esperar al semestre salvador.

Pobreza e indigencia no son un fenómeno nuevo. El deterioro en las condiciones de vida viene produciéndose desde hace más de tres años.

Según datos del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), luego del salto que en 2014 dio la pobreza y la indigencia, se asistió en el 2016 a un nuevo aumento. “Concretamente, la tasa de pobreza pasó de 29,5% al finalizar 2015 a 32,2% en el segundo trimestre 2016, dando origen a 1.262.245 nuevos pobres en tan sólo los primeros seis meses de la nueva gestión. Al finalizar el año 2016, la mayor cantidad de población pobre se ubicó en medio millón de personas aproximadamente, de los cuales 400 mil pasaron directamente a la indigencia”.

Y a quienes más viene castigando, también desde hace años, esta situación es a los niños y jóvenes, lo que se llama infantilización de la pobreza. “Si bien esta característica no es nueva ni efecto propio de la actual gestión, los niveles vuelven a ser alarmantes. Al segundo trimestre 2016, el 48% de la población de menos de 18 años es pobre y denota un ascenso respecto al nivel del año anterior (del 43,8%)”, dice el informe del IPyPP.

Trabajo y salario son dos elementos esenciales a la hora de analizar quienes son los que pierden y quienes los que ganan en medio de la tan mentada crisis.

De una jornada laboral de 8 horas, el salario que reciben los trabajadores es el equivalente a solo 1 hora y 51 minutos. El resto del tiempo de trabajo (6 horas y 9 minutos) se lo apropia el empresario ….plusvalía que le llaman.

¿Cómo ha calculado esto el Instituto? Simple, dividiendo lo que se produce (PBI) por la cantidad total de horas trabajadas. Pasando a pesos, mientras que el trabajador “rinde” por hora trabajada $256,8, recibe de salario promedio $59,4. La diferencia entre ambos valores sería el excedente económico que se genera por hora y que apropian en primera instancia los empresarios en su conjunto. “Este monto asciende, por hora, a nada menos que $197,3, es decir, que el excedente empresario por hora es de prácticamente 3,3 veces lo que se paga al trabajador”.

La conclusión es casi obvia, con semejante excedente es perfectamente viable dar aumentos salariales sin que deban trasladarse a los precios. Pero ¿conocemos algún empresario dispuesto a resignar ganancias para pagar un mejor sueldo a los trabajadores?

Las cifras demuestran que no. “El salario real cayó a partir del año 2012 junto con la reducción de la tasa de empleo durante la segunda parte del año 2013 hasta el 2015”, detalla el informe.

Respecto al trabajo es importante sin embargo señalar que además de la caída del salario, la precarización ha avanzado poniendo a parte de los trabajadores ocupados con sueldos considerados en el límite de la pobreza.

Dice el informe que durante el tercer trimestre año 2016, 6 de cada 10 trabajadores cobraron sueldos inferiores al ingreso medio de los ocupados (que incluye a los asalariados, cuentapropistas, etc.) calculado en $10.757. “Poco más de 10 millones de trabajadores, el 60%, fueron retribuidos por su actividad laboral por debajo de este nivel”.

Pero además el salario mínimo que es hoy de $ 8.060 no logra cubrir la canasta básica que, para un trabajador sin carga de familia, se estima en $ 12.161, 2 (según cálculos del Instituto a marzo 2017).

En la Argentina de hoy, el 35,5% de los ocupados ganan por debajo del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM).

La precariedad es también un dato que marca los límites de pobreza que atraviesa al mercado laboral.

Comparando el segundo trimestre 2015 y tercer trimestre 2016, el informe afirma que la precariedad de la fuerza laboral se extendió. “La tasa pasó del 46,6% al 52%, es decir, hay 1.366.022 de trabajadores más que están precarizados en su actividad laboral. Las trabajadoras mujeres y particularmente los jóvenes (de entre 18 y 24 años) son los que sufren con mayor intensidad la precarización laboral. Al año 2016, 8 de cada 10 jóvenes tienen una inserción precaria en el mercado laboral”.

El deterioro está marcado ya sea por ausencia de una ocupación o modalidad precaria en su contratación (35,1%) o bien, porque teniendo condiciones de contratación o inserción adecuadas sus ingresos se ubican por debajo del salario mínimo (16,9%).

En términos poblacionales, en la Argentina hay 9,3 millones de trabajadores que están precarizados.

Los empresarios no pueden alegar además que el costo laboral es un problema porque desde la devaluación de mediados de diciembre 2015 a marzo de 2016, cayó un 30,6%, terminando el año (diciembre 2016), con una baja del 20,2%. “En este marco, el salario real retrocedió un 9,4%”, detalla el IPyPP en su trabajo.

Lo cierto es que, según los datos elaborados por el IPyPP en base a la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC y del Banco Central (BCRA), la participación del salario en el PBI no superó el techo de 25% en el último periodo de crecimiento económico de nuestro país. Las últimas informaciones de 2015 indican que este indicador era de 23,8% ($ 1.398.352) y de 23% en 2016 ($ 1.897.590).

La conclusión a la que arriban los investigadores es que todo parecería indicar que “la intervención del Estado a través del reparto de los recursos públicos ha ampliado la pauta de regresividad distributiva. Ello implica que, a pesar de los programas sociales de transferencia de ingresos como las jubilaciones y pensiones, las asignaciones familiares y el grueso de los programas de asistencia social, la distribución del ingreso generado a lo largo del último año ha ido en desmedro de los sectores populares”.

“Resolver la pobreza, es posible. Incluso en el escenario actual de caída en el nivel de actividad de la economía, la producción total de bienes y servicios que tiene lugar en la Argentina garantiza un amplio margen de acción política para transformar la matriz distributiva, de modo de garantizar condiciones de vida al conjunto de la población”, afirman.

Lo complejo que nos resulta entender las “variables económicas”, la “macroeconomía”, el lenguaje de los “economistas”, se simplifica si lo pensamos en clave de dónde se concentra la riqueza y lo que debería hacerse para distribuirla.

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