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Todos contra los choferes: qué es y qué implica el nuevo sistema de transporte
Por Santiago Menconi, ANRed - Thursday, Jun. 15, 2017 at 3:10 PM

15 de junio de 2017 | En las últimas semanas, antes y después del cierre de paritarias por parte de la UTA, una serie de luchas convulsionaron al transporte. El paro por despidos en la Línea 60, la huelga de los chóferes en Córdoba y la marcha de los trabajadores autoconvocados a las puertas del sindicato son la respuesta al nuevo sistema de transporte macrista. En esta nota te contamos de qué se trata. Por Santiago Menconi para ANRed

Todos contra los cho...
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La de los choferes de colectivos es una tarea complicada: soportan jornadas de hasta 16 horas manejando entre el tráfico, cobrando boletos y debiendo cumplir con los horarios impuestos por las empresas; además, no pueden perder la atención en el pasajero y en los inspectores. Dado su alto nivel de estrés es considerado un trabajo insalubre; los chóferes padecen enfermedades crónicas como hipertensión arterial, obesidad y diabetes. Siendo el oficio con mayor cantidad de muertes por infarto y con un promedio de vida, post jubilación, de 5 años.

Hoy los medios hegemónicos sostienen que los choferes del transporte ganan mucho y trabajan poco, pero esto no es así.

La Unión Tranviarios Automotor es el sindicato que nuclea a los más de cien mil trabajadores de transporte; es, por ende, quien debiera velar por los salarios y por la salud de los trabajadores. Pero esto tampoco es así. Su titular, Roberto Fernandez, ha cerrado consecutivamente paritarias por debajo de la inflación y ha vaciado las obras sociales. Tampoco se caracteriza por defender las jornadas de trabajo: los chóferes de la Línea Este, de La Plata, han denunciado trabajo en negro, por fuera del convenio, con jornadas de hasta 18 horas. Fernández, como respuesta, les mandó a la patota del sindicato.

La disputa entre la cúpula de la UTA y los trabajadores que defienden sus derechos viene de larga data.

Para muestra, un botón: Fernández está acusado de enviar matones al subte, a la Línea 60, a los chóferes de la ex Ecotrans y a la agrupación Interlineas, entre otros. Recientemente, sus barras bravas atacaron a una columna de chóferes autoconvocados que se dirigía al sindicato, en protesta contra el último aumento salarial; tras la agresión, uno de ellos quedó internado. Las acusaciones se extienden: Fernández es señalado de ser accionista en diversas líneas de colectivos; como también, de vaciar la obra social y de poseer una empresa off shore en las Bahamas, Vandalia Investments Limited.

Con la complicidad de la UTA, las ganancias de las empresas están garantizadas.

Las empresas, lejos dé brindar un servicio público de calidad, parasitan la prestación. Las ganancias radican en bajar los costos, vaciar los recorridos y llenarse los bolsillos a costa de los jugosos subsidios del Estado. Actualmente, existen cuatro oligopolios que concentran el 90% de las empresas de transporte; cada uno de ellos, posee alrededor de cincuenta líneas de colectivos y reciben del estado $200 mil pesos mensuales por cada unidad, asi como tambien son beneficiados con descuentos en el precio del gasoil, en la renovación de los micros -que, en su mayoría, ellos mismos fabrican-, y en el pago de los sueldos de los trabajadores, a través de los Repro.

Las empresas se ven beneficiadas por el nuevo sistema de transporte, impulsado por la cartera que dirige el ministro Dietrich.

En el mes de abril, varias líneas de colectivos empapelaron sus unidades con carteles que rezaban: "Ante una actitud inflexible del Estado es indispensable reducir los servicios para sobrevivir". La supervivencia de las empresas, lejos de agonizar, está garantizada. El conflicto se montó sobre un requerimiento para que Transporte autorice una suba en el precio de boleto. Como el Gobierno está en plena campaña electoral, y tampoco tiene intenciones de aumentar los ya excedidos subsidios, solucionó la disputa a través de acortar los costos de las empresas; dicho en criollo: que la ganancia sea a costa de empobrecer las condiciones de trabajo.

Los negocios no son exclusivos de los empresarios del transporte, desde el Gobierno de Cambiemos exigen su tajada.

Desde la asunción de Mauricio Macri como presidente, ha cambiado la distribución de las licitaciones de las líneas de colectivos. Tras romper los acuerdos con la brasilera Agrale, han cerrado contratos con dos importantes compañías automotrices: Mercedes Benz y Volkswagen. Con la primera, luego de un tratado en Alemania, se ha favorecido a los representantes locales de la firma: Prieto y Romero Feris. La elección de Volkswagen responde a los intereses del Ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, quien tiene la concesión argentina de dicha firma y ha impulsado el desembarco de micros y camiones de su propia compañía.

Las empresas se roban los subsidios y los trabajadores sufren la desinversion.

La ganancia empresaria está garantizada a través del subsidio y de gastar lo menos posible para mantener el servicio. Ahorran sacando menos colectivos a la calle, cortando los recorridos y precarizando las condiciones de trabajo. Por ejemplo: en la mayoria de las empresas, los chóferes son obligados a dar vueltas en negro, con jornadas extenuantes que ponen en riesgo su vida y la de los pasajeros. El caso de David Ramallo, en la Línea 60, es un reflejo de esta política. David falleció a causa de un elevador que no contaba con las condiciones adecuadas en seguridad e higiene; el grupo DOTA prefirió comprar una máquina sin habilitación para "ahorrarse unos pesos" y el trabajador perdió su vida. Duro, pero no es el único caso.

El fuego en la Docta y un cuartel de bomberos pro patronal: el frente único contra los choferes en huelga.

En la provincia de Córdoba, los trabajadores del transporte han paralizado los servicios durante más de una semana exigiendo la normalización de la seccional provincial de UTA (se encuentra intervenida desde hace más de un año) y en rechazo a la paritaria firmada por Roberto Fernández. La huelga ha sido atacada ferozmente por un frente integrado por la Intendencia de Mestre, los medios hegemonicos, el Gobierno de Cambiemos y, aunque suene ilógico, por la Unión Tranviarios Automotor. Esta última ha llegado al punto de amenazar con desafueros a los delegados que encabezaron el paro. Las razones de este frente responden a una cuestión económica: quieren acabar con el activismo para imponer el nuevo sistema de transporte.

Los trabajadores que se organizan y luchan no están dentro del nuevo sistema de transporte , por eso las empresas, la UTA y el Estado se empeñan en destruirlos.

Para flexibilizar los convenios laborales, bajar los costos y garantizarse un negocio redondo, el frente único anti-obrero necesita eliminar al activismo. El primer paso lo ha dado el intendente de Córdoba, Ramón Mestre, al proponer eliminar el derecho a huelga de los choferes de colectivos, a través de declararlo "servicio esencial". De concretarse esta medida: la UTA se sacaría de encima a los cuerpos de delegados díscolos, las empresas se verían beneficiadas recortando costos y el Estado Nacional no tendría escollos a la hora de hacer la vista gorda con los servicios y poder aplicar un tarifazo a su antojo.

El movimiento de lucha del transporte está de pie: en Córdoba por la reincorporación de los despedidos y en Buenos Aires con los choferes autoconvocados.

La resistencia de los trabajadores del volante es ejemplar, pese a la política de ajuste contra sus condiciones laborales, siguen dando batalla. En Córdoba, con el despido de casi doscientos empleados, continúan con el plan de lucha por las reincorporaciónes y por la normalización de la UTA Provincial. En Buenos Aires, después de que la patota del sindicato los haya atacado, los chóferes autoconvocados (movimiento que involucra a trabajadores de más de treinta líneas de colectivos) han llamado a una nueva movilización. En un año electoral, donde el macrismo se juega a ganar las elecciones para profundizar el ajuste, la lucha de los colectiveros puede marcar el camino.

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