Julio López
está desaparecido
hace 6427 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

Al gobierno macrista le esta llendo bien
Por Gorod - Saturday, Jun. 17, 2017 at 9:12 PM

Sin perder generalidad, dentro del capitalismo se pueden distinguir al menos dos líneas respecto de la distribución de la riqueza de un país. Aunque en ambas, se preserva la existencia y rentabilidad del capital concentrado, ya que es por definición parte esencial al sistema capitalista. En una, el máximo de la curva de distribución está algo corrido hacia los sectores de menores ingresos, es el caso de los llamados populismos o del kirchnerismo. En otra el máximo se halla próximo a las clases enriquecidas y de la gran burguesía, que es el caso del macrismo y los gobiernos neoliberales de Latinoamérica.

El oprimido llega a reproducir el discurso del opresor

Resulta inquietante que partes relevantes del pueblo apoyen y elijan a quienes saben serán sus propios verdugos y actuarán en contra de los intereses populares. Muestran así conductas poco activas, de servidumbre y hasta aman a quien los explota y los denigra, aunque saben que les miente y los empobrece. Sin duda un fenómeno complejo a escala de masas, equivalente a lo que individualmente es llamado síndrome de Estocolmo.

En este notable absurdo colectivo, las usinas de la prensa canalla al servicio de los intereses de las elites del poder económico local e internacional, son uno de los factores que inducen a la alienación mental masiva que permite tal paradoja. En el caso de Argentina un hito clave es el diario liberal La Nación fundado en 1870, por el expresidente de Argentina (1862-68) Bartolomé Mitre, seguido por los liberales, Sarmiento y Avellaneda y que no casualmente precedió al denominado período de los conservadores liberales (1880-1916), que cristalizó con la generación del 80' cuando asumió Roca. Período caracterizado por una bonanza sin precedentes para las oligarquías agroganaderas autoritarias, y serviles a la macroeconomía del imperio de turno, Inglaterra. Fueron al menos 36 años en que las clases populares estuvieron sometidas al empobrecimiento y a la miseria extrema. Una ideología rastrera, similar al neoliberalismo conservador que el macrismo actual está llevando adelante.

Pero la presidencia de Bartolomé Mitre y el diario La Nación, cumplieron desde su origen hace casi 150 años y por generaciones un rol fundamental en las mentes de la población propagando la alienación del pensamiento que hace que sus actitudes sean en contra de sus propios intereses y a favor de aquellos de las clases dominantes y oligárquicas. Pero para ello, operó y opera sobre la cultura y la educación privada y pública en todos sus niveles, a través de los contenidos y omisiones en los programas de estudio. Tal es así, que como afirmó George Orwell en su obra "1984" ...La historia la escriben los vencedores, Bartolomé Mitre desde desde su poder dominante reescribió la historia argentina. Un relato liberal que fue absorbido por goteo por generaciones enteras en escuelas y universidades. Este mensaje subliminal, sutil y subconciente que puede ser disparado oportunamente, induce actitudes a favor de los intereses de las grande burguesias. Parecería que esto es una falacia o una teoría conspirativa, pero no lo es, es una realidad implantada en una gran parte de la población a través de la cultura y la educación burguesa, y el bombardeo por saturación de los multimedios de comunicación masiva y ahora de las redes sociales. Por supuesto nadie cree que la tiene incorporada, ya que aceptarlo va contra nuestra propia autoestima.

El neoliberalismo es productor de subjetividad y generador de sentido común, muchos de los sociólogos, psiquiatras, psicólogos, analistas sociales y otros asesores pragmáticos de los grupos de poder económico dominantes, han comprendido bien los mecanismos colectivos que hacen que los pueblos actúen en contra de sus propios intereses y a favor de aquellos de los grupos de poder. No ocurre lo mismo con los profesionales e investigadores del otro lado que interpretan los fenómenos sociales, aún desde la izquierda, y aunque pueden brindar excelentes y coherentes descripciones académicas, no llegan a explicar los mecanismos últimos del 'síndrome de Estocolmo popular'. En la práctica el problema requiere mucho más que resistencia, y las ideas, estrategias y tácticas para la ofensiva no están a la altura de los hechos.

El fenómeno masivo de Estocolmo se viene repitiendo. En las elecciones de 2015, los liberales conservadores tenían muy claro lo que debían hacer. Junto a los medios de comunicación del poder dominante como los emblemáticos Clarín y La Nación, generaron y realimentaron en la población odio y revanchismo hacia el gobierno kirchnerista con sus desaciertos. Estas operaciones psicológicas no se basan en el pensamiento racional, sino en el plano subconciente y los instintos primarios del ser humano, como el egoísmo, el individualismo, la envidia, el racismo, la venganza, la satisfacción morbosa en ver que el prójimo está peor y le va mal, lo que tiene relación entre otros con la tecnología usada para la venta en publicidad y marketing por un lado, y en los principios de la propaganda de base nacional socialista de Goebbels. Asi tuvieron a alrededor de 1/3 de la población de clase alta y media conservadora que habitualmente los apoya, mas los que votaron en contra de, por odio y demas instintos bajos, incluído sectores ambivalentes de clase media, carenciada y trabajadores, volcando a su favor el diferencial que definió la elección.

En 2015, en la primera vuelta, parte de la derecha del peronismo liberal votó a Macri y parte al liberal de derecha Sergio Massa. En el ballotage, gran parte de los votantes de Massa votaron al macrismo. En las próximas elecciones, es de peso el grado de división que alcance la oposición. Para el macrismo la división definida por Massa ya no es suficiente, así le es funcional la fracción de Randazzo, un triunfo del liberal Alberto Fernandez, que será atractor de no pocos peronistas liberales de derecha y antikirchneristas. De este modo el kirchnerismo con Cristina se vé debilitado, lo que posibilita el triunfo de Macri con el nuevo brutal ajuste para el pueblo a favor del gran capital. Aunque una derrota del macrismo, tampoco garantiza que el neoliberalismo sea frenado, ya que avanzó a pesar de tener actualmente minoría en el Congreso gracias a los traidores al pueblo, y por siempre impunes.

Otra vez, el gobierno macrista actúa desde el interés de clase con la preopotencia de los ricos, no conciben otra forma que ellos estén arriba con todos los privilegios e impunidad, y el pueblo abajo como esclavos miserables sin derechos y a su servidumbre. Parece que otra vez, una parte importante del pueblo, trabajadores, pensionados, jubilados no quieren ver esto. Ya votaron a sus verdugos y no ven que los estan matando, pero los siguen apoyando, aqui esta la alienación psicótica de las víctimas absorbida desde sus mismos victimarios.

Al gobierno no le va mal como dicen muchos, sino al contrario. Está llevando con todo éxito sus políticas liberales de distribución de la riqueza, lo que pasa es que por razones obvias no las puede expresar publicamente.
Entre otras por ejemplo, para bajar la inflación la política es 'secar' el mercado, como hacía Domingo Cavallo en los 90', eso ya lo vimos pero parece que no lo vimos. Los precios bajarán a costa de la brutal pérdida del poder adquisitivo de la población no rica, es decir, que no tiene dinero para comprar lo básico y el que puede se endeuda. Incluso en un país que se jactan de que puede alimentar a cientos de millones de personas, grandes sectores de sus propios habitantes tienen problemas serios para llegar a alimentarse. Estan cubriendo gastos corrientes del Estado, la base en dólares e intereses de deuda externa aumentando salvajemente la deuda externa, mostrando la apertura liberal al mundo en el mercado financiero, con las llamadas 'inversiones' especulativas (es decir no productivas) como la bicicleta financiera y fuga de divisas. Estan asegurando la rentabilidad al capital concentrado con la flexibilización laboral y el disciplinamiento social con el aumento del desempleo. Todo esto se vé, estas y muchas otras de sus políticas se están cumpliendo según su dogma ideológico, y al gobierno le va bien, aunque quisiera imponerlas a una velocidad mayor.

Es lamentable, pero esto no es pesimismo ni derrotismo sino una interpretación del realidad que no puede dejar de ser mencionada ni tenida muy en cuenta, si el pueblo queremos frenar el ajuste neoliberal.

agrega un comentario