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CONICET: ¿Plan Estratégico o estrategia planificada?
Por ATE Conicet Rosario - Friday, Jul. 21, 2017 at 10:25 PM

20 de julio de 2017 | La elaboración por parte de las autoridades de un Plan Estratégico para el CONICET a través de una metodología aplicada en el ámbito empresarial y con la participación restringida del conjunto de sus trabajadores, constituye una maniobra para legitimar una política de ajuste, achicamiento y privatización de la ciencia a favor de intereses económicos hegemónicos.

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Creemos necesaria y oportuna la elaboración de un Plan Estrátegico a partir de una discusión amplia, profunda y democrática, y no una discusión express, partiendo de un diagnóstico limitado y descontextualizado. La importancia y cantidad de temas que se deben abordar excede por mucho las posibilidades de organizar una discusión seria en un tiempo extremadamente acotado.

Desde ATE, convocamos a los trabajadores y trabajadoras del CONICET y a los Consejos Directivos de las Unidades Ejecutoras a rechazar esta metodología y promover la elaboración de un Plan Estratégico participativo que pueda ser apropiado por el conjunto.

Se reproduce abajo el documento completo.

ATE CONICET Rosario

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CONICET: ¿Plan Estratégico o estrategia planificada?

El Directorio del CONICET pretende legitimar su propia política de gestión disfrazándola de Plan Estratégico.

Lo primero que hay que señalar es que un Plan Estratégico es una herramienta integral que abarca varios aspectos de la vida del organismo y que trasciende a una gestión. Estas características hacen que sea imprescindible para su elaboración una discusión amplia, democrática y profunda para que el conjunto de trabajadores/as involucrados se apropie de sus resultados.

En ese sentido se puede mencionar a modo de ejemplo lo que ha sucedido con el Plan Argentina 2020 cuya elaboración estuvo circunscripta a un grupo selecto y próximo al poder, y luego del cambio de gobierno fue transgredido para dejar fuera del sistema a 500 trabajadores/as con derechos adquiridos. Como detalle, decir que el mismo ministro que pregonaba el carácter democrático del plan fue el responsable de violarlo.

En segundo término se debe señalar que es muy necesario y oportuno comenzar a elaborar un Plan Estratégico para el principal organismo de Ciencia y Técnica del país.

Con ese argumento, las autoridades del CONICET han puesto en marcha un mecanismo de legitimación de una política de ajuste, achicamiento y privatización al que llaman Plan Estratégico y cuya trampa central e inocultable es la METODOLOGIA adoptada y su puesta en práctica.

El análisis FODA es una herramienta creada en Estados Unidos en los años 60 y su aplicación principal es en el análisis de estrategias en empresas, lo cual constituye una primera señal de alarma a la vez que una clara concepción.

El DIAGNOSTICO se realizó en base a las opiniones de los mismos actores que aplicaron y aplican las políticas y métodos que se critican. Ese diagnóstico no fue dado a conocer en su versión completa y lo que se ha incluido en el documento de trabajo distribuido es apenas una fotografía parcial y sintética de lo que se considera que es la situación actual del organismo, totalmente descontextualizada y que no da cuenta del proceso histórico que condujo al CONICET hasta el presente.

Por otra parte, no solo el conjunto de los trabajadores no ha participado en la realización de ese diagnóstico sino que tampoco se ha dado participación a ningún sector de la sociedad con quien, supuestamente, se pretende interactuar. La sociedad no tiene nada para decir del rol del CONICET en estos años, según se plantea.

Esa mirada exclusivamente endógena deja fuera del análisis diagnóstico el modelo socioeconómico, el perfil industrial, el estado de la salud, la educación, la vivienda, el trabajo, la energía, etc. en relación a los objetivos, la historia y la proyección del organismo.

Nada se dice sobre el rol actual de la ciencia en el modelo de acumulación y sus consecuencias sobre el medio ambiente, la alimentación, la salud, etc. Un tema central a la hora de plantear objetivos y direccionar una política pública.

Ante esta clara ausencia, resulta preocupante la concepción sobre los “temas libres” y la necesidad de redireccionar los cupos de investigación de manera no equitativa entre las diferentes áreas de conocimiento. Su nuevo rumbo no parece vincularse hacia la necesidad de ampliar la investigación en temáticas sociales y humanísticas que nos afectan, sino a coartar la investigación independiente y los temas que no están en las agendas de los sectores empresariales y tendencias hegemónicas.

El documento de trabajo tiene la gran virtud de mencionar temas de mucha importancia que durante años fueron objeto de críticas y discusiones, pero la metodología le asigna un rol preponderante a la discusión por arriba mientras la discusión por abajo se limita en el tiempo, se fragmenta y se diluye en un supuesto consenso.

Se centra la mirada exclusivamente hacia el interior del organismo y a modo de diagnóstico se señalan aspectos puntuales de seis temas generales que por su importancia merecen un análisis mucho más profundo.

Se dice, por ejemplo, que predomina el investigador con un perfil individualista, academicista, centrado en publicarpapers y que se debe definir un nuevo perfil, pero no se analizan las razones por las cuales predomina ese perfil. Qué influencia tienen los mecanismos de evaluación, la asignación de recursos, los mecanismos y estructuras de poder, las políticas científicas, etc. en la configuración de ese perfil.

Se define al sistema de evaluación como “transparente” y es sabido que no se publican los criterios de evaluación ni se implementaron las veedurías gremiales en todas las instancias, entre otras cosas.

No hay siquiera una mención en el apartado Recursos Humanos sobre la precarización laboral que sostiene al sistema de Ciencia y Técnica. Temas como el presupuesto o la ausencia de un Convenio Colectivo de Trabajo solo se mencionan indirectamente.

Así se podrían seguir enumerando aspectos controvertidos de lo que se presenta como un diagnóstico y que además se establece como base para discutir y hacer propuestas en una matriz pre masticada.

Se ha solicitado a los directores de CCT bajar la discusión a los Consejos Directivos de Unidades Ejecutoras (Institutos) y finalmente elevar un documento único que refleje el consenso. Adicionalmente se ha solicitado la elaboración de una Política o Agenda Regional sobre CyT, lo cual supone la discusión de un diagnóstico regional si es que se pretende hacer algo más que cumplir con el pedido. Todo esto en el plazo aproximado de un mes.

Resulta controversial que mientras el documento lamenta la escasa cooperación entre diferentes organismos y universidades, los trabajadores y equipos de investigación vinculados al organismo que presentan como lugares de trabajo a las Universidades Nacionales no hayan sido convocados a esta “discusión”.

No quedan dudas que esta iniciativa es una maniobra para legitimar un modelo y no un Plan Estratégico concebido democráticamente.

Queda claro, en el contenido del documento, que se apunta a consolidar un esquema neoliberal, tecnocrático, donde la vinculación tiende a modificar el financiamiento y a beneficiar a los sectores de mayor poder económico. No se pretende eliminar el trabajo precarizado sino disminuir el otorgamiento de becas e ingresos.

Se sigue postergando la democratización real del organismo, que no pasa por sumar miembros al directorio sino por incentivar una cultura democrática y desterrar el autoritarismo que atraviesa todos los niveles y estructuras organizativas.

En síntesis, no se ha abierto una convocatoria sino que se ha dilapidado otra oportunidad.

“…El socialismo cuesta demasiadas tardes libres, se quejaba Oscar Wilde. La democracia tiene esa misma dimensión temporal: lleva tiempo, mucho tiempo. El tiempo necesario para el contraste de pareceres, el uso público de la razón, el debate libre, la formación de consensos, la revisión de las decisiones, la exigencia de responsabilidades: la calidad de estos procesos es incompatible con la prisa. Las sociedades donde la gente “no tiene tiempo” no pueden permitirse la democracia.

(Dicho sea de paso: ésa es una de las razones del antagonismo profundo entre capitalismo –con su impulso hacia la constante aceleración—y democracia. Sin olvidar nunca que sin democracia en las fábricas y oficinas y campos, sin democracia en los centros de trabajo, no hay democracia. Y que sin democracia para decidir sobre la investigación científica y el desarrollo tecnológico, en este nuestro mundo de potencia tecnocientífica creciente, no hay democracia.)”

Del libro “Tiempo para la vida” de Jorge Riechmann (2003)

ATE CONICET Rosario Julio de 2017

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