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Quince comunidades guaraníes esperan el reconocimiento oficial del Estado
Por Norte Corrientes -
Monday, Jul. 24, 2017 at 10:43 AM
Piden medidas para la protección de los habitantes
Son grupos autóctonos de no más de cuarenta familias. Viven principalmente en el Iberá. Resultaron muy afectados por la inundación.
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23 de Julio, 2017
Una de las comunidades aborígenes correntinas que recientemente recibió reconocimiento fue la de Ñu Puhy, compuesta por representantes de la etnia guaraní. Estos habitantes se circunscriben al paraje Ñu Puhy, en el departamento de Ituzaingó, a quienes se otorgó la personería jurídica en abril pasado. Pero esta no es la única que habita el territorio correntino, sino que hay varias más. Todas se hallan amenazadas por el proceso de erradicación y el éxodo de sus integrantes más jóvenes en busca de trabajo y oportunidades, y la ausencia del Estado en cuanto a asistencia.
A la vez, las inundaciones y crecidas que afectaron a la provincia desde abril han dejado en malas condiciones sus siembras (cultivan para autoconsumo), diezmando su hacienda y dejando intransitables las salidas de los parajes donde habitan. Estos reductos poblacionales están conformados por no más de 40 familias, que habitan en su mayoría en el territorio del humedal correntino, según se registró en tiempos de la colonización española. A través de los años, sus representantes piden en vano al Estado el reconocimiento formal y la protección de su hábitat.
Actualmente, buscan mancomunar esfuerzos para reclamar a la Nación la ayuda que les permita salir de la crisis a la que los condujo esta última inundación. Al respecto, el líder del movimiento socioambiental Guardianes del Iberá, Emilio Spataro, contó a NORTE de Corrientes que existen otras comunidades guaraníes que esperan obtener el marco legal que las identifique.
“La Federación Campesina Guaraní de Corrientes agrupa a las comunidades guaraníes de Ñu Puhy, Yahaveré, Rincón Avá y la de Kaavity (en la isla Apipé Chico), además de otras que están en proceso de conformación legal. Pero hay un rosario de casi quince comunidades en proceso de conformación, aunque para que esto se desarrolle al ritmo real de participación, todavía no se difunden públicamente. Pero están en proceso de organización, reconocimiento, y tienen pendiente la respuesta de la solicitud de inscripción ante el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (Inai)”.
El ambientalista contó que el cuadro campesino es crítico, y se pretende tomar mayor fuerza ante los representantes gubernamentales para reclamar asistencia, tras los efectos generados por la inundación. “A su vez, se está trabajando en conjunto con las cooperativas de asociaciones campesinas ya consolidadas y las que están en la Federación, además de la ayuda del Incupo, comunidades de San Miguel, Goya y la zona del Paiubre, en Mercedes.
Esto tiene el objetivo de unir posturas y elevar un planteo fuerte ante el Estado para sustentar la reconstrucción de la vida campesina, de cara a todo el perjuicio generado por las inundaciones. En ese sentido, desde el punto de vista ambiental Guardianes del Iberá y las comunidades campesinas planteamos que, si bien la Ley de Humedales es de ámbito nacional, tiene fuerte repercusión en Corrientes. Ante los eventos extremos que afectan a los pueblos correntinos, el contrapunto es cuidar el ambiente y apoyar a sus pobladores.
En Corrientes existe una fuerte intención de desarrollar megaobras públicas que cuestan millones y millones de dólares y que no soluciona los problemas de las inundaciones y sequías, pero generan graves impactos ambientales”. En medio, este año se inició una causa en el Juzgado Correccional 1 de Corrientes, que engloba todos los aspectos que perturban la posesión de los pobladores en el humedal correntinos.
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