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Triaca contra los laboralistas: Según las ART volvieron a subir los juicios laborales
Por Jorge Duarte - Wednesday, Aug. 02, 2017 at 6:30 PM

Volvieron a subir los juicios laborales y crece el debate sobre su impacto en el mundo del trabajo

Miércoles 02 de agosto de 2017 | 08:04hs | (Por Jorge Duarte @ludistas) Los juicios laborales crecieron 22% y Trabajo apunta a los abogados. “Hay abogados que presentan hasta 600 denuncias por año”. Los laboralistas hablan de una industria del incumplimiento y auguran una reforma laboral.

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Un informe de la Unión de Aseguradoras de Riesgo de Trabajo (UART), publicado en los últimos días, reavivó el debate sobre los juicios laborales, su intencionalidad y su rol en la creación de nuevos puestos de trabajo registrados. En base a los datos proporcionados por las 16 compañías más importantes del sector, que representan el 97% del mercado, la entidad explicó que las notificaciones de nuevas demandas contra las ART subieron de 54.914 en los primeros seis meses de 2016 a 66.861 casos en el mismo período de 2017. Las cifras implican un incremento del 22% interanual.

Fuentes del Ministerio de Trabajo consultadas por InfoGremiales señalaron como puntal del fenómeno a la industria del juicio que está instalada en el mercado laboral. “La industria del juicio está comprobado que existe. Además está comprobado que hay abogados que presentan hasta 600 causas por año, lo cual sería imposible sin un comportamiento industrial”, sostuvieron.

La interpretación oficial de lo que sucede cuestiona fuertemente el rol de los abogados laborales y despertó reacciones de sus organizaciones. María Paula Lozano, secretaria General de la Asociación de Abogados Laboralistas (AAL), negó las acusaciones oficiales: “Nosotros decimos que es falso que haya una industria del juicio, que lo que existe es una industria del incumplimiento”. La letrada le recordó que en Argentina hay un tercio de trabajadores no registrados y una porción muy importante con irregularidades en su registración. “Lo que están encubriendo con la idea de la industria del juicio es que lo que realimente existe son un montón de incumplimientos en materia laboral”. Según Lozano “el acceso a la justicia es el último recurso para las personas que trabajan”.

Otro referente de los abogados laboralistas, Leandro Macías, integrante de la Corriente 7 de julio, sostuvo que “las estadísticas, tanto las que refieren a accidentes de trabajo como a empleo no registrado, dan cuenta de que la tasa de juicios respecto de la tasa de incumplimientos o daños es realmente muy baja”. Y fue un paso más allá: “La industria del juicio es la excusa que ponen para cuestionar la normativa laboral, porque en realidad lo que cuestionan son los derechos de los trabajadores”.

Desde la cartera que lidera Jorge Triaca no dudaron en afirmar que “claramente hay mafias que operan” y recordaron que “el propio Ministerio de Trabajo ha denunciado el año pasado un sistema de juicios, que después pasan al sistema de conciliación obligatoria (Seclo), en los que se adulteraban las firmas de los accidentados”. Las fuentes ministeriales precisaron que tropezaron con “más de 70 expedientes con la misma firma”.

“Ahora dicen que hay un manejo abusivo en la justicia, pero después van a decir que lo que es abusivo es el esquema de derechos laborales”, replicó Macías. Es que el abogado entiende que estamos transitando los primeros pasos de un proceso que tendrá posteriormente un capítulo más importante referido a la modificación integral de la legislación laboral.

Similar interpretación a la de su colega hizo Lozano: “Ahora se pretende llevar a cabo una reforma laboral que arrase con las principales conquistas obreras que se dieron en el Siglo XX, tal como la que se dio de Brasil”, sintetizó.

Por último también hubo un fuerte debate respecto del impacto de las estadísticas de litigiosidad sobre la generación de puestos de trabajo. “Genera mayores costos en la póliza de riesgo de trabajo y además le generan un pasivo a las empresas que evitan que contraten o que hace que piensen dos veces a la hora de contratar”, concluyeron desde Trabajo.

Lozano remarcó que para los laboralistas “no son los juicios laborales los responsables de que no se creen empleos en nuestro país” y culpó a la política económica del estancamiento del empleo registrado del sector privado. “En lugar de preocuparse por garantizar derechos de quienes están en peores condiciones, se busca garantizar derechos de quienes están mejor”, cerró Macías, en lo que es un nuevo round de la ya prolongada batalla entre los abogados del fuero del trabajo y el Gobierno Nacional por hegemonizar la lectura de lo que sucede en el mundo laboral vernáculo.

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Triaca no descartó reforma laboral, pero dijo que "no se va a precarizar el trabajo&
Por Ambito.com - Wednesday, Aug. 02, 2017 at 6:34 PM

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Relanzó críticas a "mafias laborales"

Miércoles 2 de Agosto de 2017 | Triaca volvió a apuntar contra la “mafia de los juicios laborales”, y sostuvo que ya hay denuncias penales relacionadas con este tema. "Hay muchos sectores que inflaban las demandas laborales y quebraban las empresas", remarcó.

El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, afirmó que el Gobierno no descarta una reforma laboral, aunque señaló que "no se va a precarizar el trabajo".

"Definitivamente garantizo que si hacemos una reforma laboral no se va a precarizar el trabajo de nadie", dijo en declaraciones a Radio FM Blue.

En este marco, el funcionario sostuvo que la reforma laboral brasileña "se adecúa a lo que quieren ellos" y no a lo que necesita el gobierno local.

"Lo que hacen en Brasil no es necesariamente un espejo para Argentina", remarcó, al tiempo que pidió no temerle "a los procesos de cambio". "Hay que adecuarse a ello", añadió.

Al mismo tiempo, el ministro señaló que "hay que descartar cualquier reforma no consensuada entre todos los sectores".

Triaca volvió a apuntar contra la "mafia de los juicios laborales", y sostuvo que ya hay denuncias penales relacionadas con este tema. "Hay muchos sectores que inflaban las demandas laborales y quebraban las empresas", remarcó.

Sus declaraciones van en línea con las del presidente Mauricio Macri, quien negó que el Gobierno tenga "en un cajón" un proyecto ya elaborado de reforma laboral o previsional, aunque sostuvo que "nada raro va a salir" en ese sentido "de un día para el otro" y remarcó que cualquier eventual transformación debería darse "fruto del consenso de toda la sociedad".

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Una reforma contra el trabajo y los trabajadores
Por Carlos Tomada - Wednesday, Aug. 02, 2017 at 6:36 PM

Una reforma contra e...
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Miércoles 02 de agosto de 2017 | 08:02hs | La reforma laboral en Brasil podría calificarse como una (contra) reforma.

Sería una reforma si en sus contenidos hubiera avances o adecuaciones de la normativa laboral. Por el contrario, implica solamente la eliminación de derechos, el debilitamiento de la negociación colectiva y tiende a la eliminación de la presencia de los gremios. Es una iniciativa abolicionista del derecho del trabajo, antidemocrática e inefectiva.

La (contra) reforma contiene diversas aristas. Por un lado, un franco retroceso de las condiciones de trabajo en materia de jornada, salario, descanso, vacaciones, transporte, salubridad. Por otro, promueve la externalización del trabajo y en peores condiciones, crea modalidades de contratación sin derechos laborales, abarata y facilita los trámites de despido. Hasta aquí los cambios producen espanto. Sin embargo, el corazón de la flexibilización es aún peor.

¿Por qué? El proyecto sancionado por el congreso brasilero establece que los acuerdos colectivos en las empresas están por encima de lo que marcan las leyes laborales y los convenios colectivos de actividad. Cualquier grupo de trabajadores “empresarizado” podría negociar con cada empresa condiciones menos beneficiosas que las que establecen las leyes y las convenciones colectivas.

Además, se permite que trabajadores que se encuentran en relación de dependencia sean contratados a través del sistema de monotributo, que no cuenta con ninguno de los derechos laborales que prevén las leyes y los convenios colectivos. En síntesis: fin del derecho laboral como derecho protectorio, fin del sindicalismo como protagonista social y fin del trabajador en relación de dependencia por tiempo indeterminado.

Brasil viene de una etapa en donde el Estado se había puesto al frente de la defensa de los derechos de los trabajadores (la historia legislativa brasilera en materia laboral no estuvo exenta de oscilaciones y contradicciones) pero la etapa abierta con el gobierno ilegítimo de Temer marca un punto de inflexión, reactivo contra el principio que rige el derecho del trabajo y de la seguridad social.

Esta normativa (salvo en su salvajismo) no es nuevo ni en la región ni en el mundo. Tiene larga data. Lo que está claro es que no sirve para ninguno de los objetivos declarados públicamente. No hay pruebas empíricas de que generen empleo o aumenten el trabajo de calidad. No mejora la productividad ni la competitividad. Al contrario, la inestabilidad, la inseguridad y el deterioro de condiciones conspiran contra la eficacia productiva. Solo genera pobreza y precariedad. O sea desigualdad, y de eso, sobran las pruebas.

En la Argentina, algunos empresarios, profesores universitarios y medios de comunicación, comenzaron a pedir con entusiasmo “reformas” similares. De aplicarse aquí, implicarían prácticamente la eliminación de la negociación colectiva, ya que debilitaría la capacidad de negociación de los gremios, y legalizaría modalidades de contratación que hoy constituyen fraude laboral, y son castigadas por la ley, con la excusa del costo laboral y la modernidad.

Con esas excusas y sin siquiera modificar las leyes, este retroceso comenzó a producirse en la Argentina desde principios de 2016 a través de la flexibilidad “de hecho”. En ese contexto, la fragilización de los sindicatos se está convirtiendo en política de estado, agravando el cuadro.

La reacción de diversos sectores gremiales, políticos y académicos, incluyendo una reciente afirmación de la CGT: “Advertimos que defendemos la plena vigencia de la Legislación Laboral, los Convenios Colectivos de Trabajo, los Sistemas de Seguridad Social, la Justicia Laboral y el Modelo Sindical. La quita o retroceso en los derechos fundamentales e históricos de los trabajadores no serán objeto de negociación alguna”, están motivando los intentos gubernamentales de despegarse del texto literal de la reforma aprobada en Brasil.

Pero basta recordar las palabras agraviantes del Presidente en contra de los convenios colectivos, del ausentismo, la conflictividad, la huelga y en particular los sindicatos, la Justicia laboral y los abogados a los que acuso de “mafiosos”. Ahí está el verdadero espíritu de este gobierno conservador. Volver al siglo XIX. Por si hiciera falta, un diario centenario, en sus reiteradas publicaciones en la “tribuna de doctrina”, convalida, promueve y exige esa dirección. Sin claudicaciones. Impiadosamente. Claramente en contra de los trabajadores y del trabajo.

En la Argentina hay todavía límites objetivos por la institucionalidad heredada y por la presencia sindical existente (más allá de sus límites y tensiones). Este “empate” se rompería por la validación democrática: para intentar avanzar a otro estadío de desregulación, flexibilización y modificación sustancial de la negociación colectiva o para frenarla. Por eso el proceso electoral que estamos atravesando es importante. Para recordar y tener presente lo que ha pasado en el mundo del trabajo en estos 2 años. Para fortalecer un bloque que haga frente sin concesiones a los intentos que, sin lugar a duda, encarará el actual Gobierno en dirección a modificar la relación entre capital y trabajo en nuestro país, a través de reformas laborales votadas en el Parlamento.

Solo recuperando el poder político para gobiernos populares tienen futuro los derechos de los trabajadores, el pleno empleo, la negociación colectiva protectora, reguladora de la organización del trabajo e instrumento democrático en la redistribución del ingreso.

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