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Cuando la fotografía es la excusa para empezar a torcer destinos
Por Eugenia Langone, La Capital - Tuesday, Aug. 08, 2017 at 12:39 PM

Martes 01 de Agosto de 2017 | Unas 15 jóvenes de barrio Toba encuentran en esos talleres el espacio para ganar derechos, abordar la violencia y aprender un oficio.

Cuando la fotografía...
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Débora cumplió 15 años y las fotos son la parte importante de la celebración, así que posa sin dudar delante de los telones negros mientras sus compañeras sostienen flashes de estudio. Amalia, la coordinadora del grupo, da indicaciones. El registro fotográfico de cada cumpleaños, bautismo o evento en el barrio Toba de la zona oeste es importante, merece ser retratado y, desde hace tres años, para 15 chicas que viven allí, como Débora, es la forma de hacerse de un oficio, lograr algunas changas, y así, cierta independencia.

"Hay que darles herramientas para que puedan pensarse no sólo cuidando a sus chicos o a sus hermanos, que puedan pensarse sin depender de un subsidio o de un varón que les dé dinero", dice Mónica Rossi, coordinadora del Centro de Convivencia Barrial "Roullión", donde se lleva adelante el espacio del programa Nueva Oportunidad del que las jóvenes forman parte. Ahí la fotografía es casi una excusa para poder "hablar de sus cuerpos, de sus derechos, de sus sexualidades, de la violencia y todo lo que las preocupa", admite Rossi.

El programa que hoy incluye en Rosario a más de 1.500 jóvenes fue pensado originalmente para varones. Sin embargo, en el último tiempo las mujeres también fueron incorporadas en los espacios de formación. La posibilidad no es para nada menor, teniendo en cuenta los datos que muestran que son las mujeres jóvenes las que más sufren el desempleo, la informalidad y, en el caso de tener un trabajo, la brecha salarial y la precariedad.

Y más aún en los sectores populares, donde la responsabilidad sobre los propios hijos y, en muchos casos, también de los hermanos recae sobre ellas, así como el trabajo doméstico. "Es lo que vieron en sus mamás y en las mujeres de su familia, por eso les es difícil a ellas mismas plantearse la posibilidad de un trabajo como inquietud", admite Mónica; al tiempo que la mayoría de las políticas pensadas para esa población están vinculadas a sus maternidades, muchas veces tempranas, y a la salud.

"A las chicas hay que darles herramientas para que puedan pensarse sin depender de un subsidio"

Esa es la "ruptura" que de a poco buscan generar en el espacio, aunque no sin dificultades. "Hay que pensar a estas jóvenes no sólo como destinatarias de políticas de salud o en relación a la maternidad, sino como sujetos de derecho que puedan pensarse autónomas y que encuentren en estos espacios un lugar propio y de intercambio", recalcó Luciano Vigoni, coordinador provincial del Programa Nueva Oportunidad.

Víctimas

Rossi acompaña al grupo de 15 chicas de entre 15 y 23 años, que empezaron siendo unas pocas que se acercaron para ver "cómo hacer para terminar la escuela", y con las que admite que lleva adelante "un trabajo constante y de hormiga" para que puedan "pensar en una emancipación y una autonomía que también sea económica".

La base de esa dificultad, para la mujer, es una solo una: "Son todas víctimas". Víctimas de violencia familiar y de género, de abandono, de abusos, de tener que transitar embarazos tempranos y no deseados.

A cada una, de uno u otro modo, esas formas de violencia las atraviesa o las atravesó, y todas dicen querer hacer "otra cosa". Así lo plantea la flamante cumpleañera. "Yo no quiero pasar lo que le pasó a mi mamá", señala.

"Es un trabajo constante para que logren su emancipación y una autonomía que también sea económica"

Nacida en Paraná, Entre Ríos, la adolescente vio la violencia ejercida sobre su madre y la sufrió en carne propia, pasó junto a ella y sus hermanos por hogares, y ahora está en el barrio de la zona oeste. "Yo no vivo con mi mamá, pero sí a veces cuido a mis hermanos más chicos, que son bebés", cuenta la adolescente, que está terminando la primaria.

De querer "dejar todo", como ella misma dice y que "todos dijeran que no iba a llegar a nada", Débora se propone terminar el secundario. E incluso fantasea con seguir estudiando.

Cira, que con 28 años tiene a cargo tres hijos propios y dos hermanos, fue ayudante de cocina, bachera en un bar y medio oficial de albañil. Se acercó al Centro de Convivencia Barrial cuando buscaba jardín para uno de sus chicos, y si bien admite que la fotografía le dio "miedo por pensar que era muy complicado", ahora no duda en señalar que "le gusta".

Cuando habla de su adolescencia dice que fue "otra vida", para referirse al tiempo en que su familia "se deshizo" de ella, sino también el tiempo en que fue víctima de la violencia de sus propios padres y del padre de sus hijos. Lo que queda de entonces es sólo lo que sabe de albañilería, eso que está poniendo en práctica para levantar su casa de material en el barrio.

Y así, en un rincón de la zona oeste los flashes se encienden y la fotografía sirve de excusa para que estas adolescentes puedan cambiar destinos. Sus pasados son duros, el presente ha comenzado a cambiar y allí todos se ilusionan con que el futuro será diferente.

Las fotos sociales de la zona oeste

Jazmín recorta en la pantalla de la computadora la foto de un nene y busca un fondo del Hombre Araña. "Es un encargo de una amiga, para un cumpleaños de un año", cuenta Jazmín, que tiene 18 años. Es uno de los primeros trabajos que le encargan y eso le da ánimo. "Me gusta y además me entretiene, me saca de las cosas malas", afirma con voz dura la adolescente, que busca evitar "los problemas afuera, en el barrio, y el consumo".

Amalia, fotógrafa y coordinadora del taller desde hace tres años, cuenta como van "ganando herramientas" y señala sobre todo "la importancia que el fotógrafo «socialero» —como se lo llama— tiene en los eventos del barrio, lo que les permite ir ganando experiencia de a poco, y algunos trabajos a pedido".
Ahora el desafío es que el taller tenga al menos un equipo propio. "Eso les permitiría que esas herramientas de trabajo queden acá —indica la coordinadora—; de ese modo, ellas pueden utilizarlas para los pedidos que reciben. Ese es el próximo paso".

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Por Eugenia Langone, La Capital - Tuesday, Aug. 08, 2017 at 12:39 PM

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