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Nota central de Septiembre: “Asesinatos laborales: Si es evitable, no es accidente”
Por Periódico El Roble - Thursday, Sep. 07, 2017 at 10:39 AM

7 de septiembre de 2017 | “Gajes del oficio” dicen algunos. “Nunca me accidenté ni nada… pero ya no puedo alzar a mi hijo porque tengo los tendones de la mano a la miseria”, dicen otros. Los achaques físicos y enfermedades crónicas que cientos de miles de trabajadores en todo el planeta sufren permanentemente son la más clara demostración de que somos las y los trabajadores quienes dejamos nuestras vidas laburando. Dicho de otro modo: el desgaste, las enfermedades y hasta la muerte son la otra cara de la explotación capitalista. Desde luego, del otro lado, está la ganancia de los patrones.

Nota central de Sept...
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Una fecha

Este 9 de septiembre se cumple un año de los “asesinatos laborales” de David Ramallo –Línea 60-, aplastado por un colectivo mientras realizaba trabajos mecánicos; de Diego Soraire –INTA Castelar-, quemado fatalmente cuando fallara la cabina compresora que se encontraba limpiando; y de Richard Alcaraz -construcción-, atrapado por el derrumbe de una pared de la obra en la que trabajaba. Gracias a la organización, particularmente de la Junta Interna de ATE en INTA y del cuerpo de delegados de La 60, es que esta desgraciada coincidencia cobró estado público y comenzó a articularse la lucha por el pedido de justicia. A partir de esto, junto a otros sectores como municipales de Avellaneda, la Secretaría de Higiene y Seguridad del SUTNA (neumático) y otros espacios, es que se lanzó la Comisión “Basta de Asesinatos Laborales” (BAL), con el objetivo de coordinar estos reclamos pero fundamentalmente, hacer un trabajo de concientización y formación sobre la temática de las condiciones de trabajo.

Las muertes invisibles

Es que, justamente, no se trata sólo de un problema de “justicia”. La demanda y disputa por las condiciones de trabajo son centrales para el conjunto de los y las trabajadoras, al igual que el salario. La mayor parte de las veces, en la discusión paritaria, quedamos entrampados en discutir un porcentaje solamente y, no inocentemente, las dirigencias sindicales burocráticas miran para otro lado con este tema. Y los patrones avanzan. ¿Qué tiene que ver? Todo. Lo que a nosotros nos llega como unos pesos más, ellos se lo ahorran en calzado adecuado, guantes, un servicio de comedor de menor calidad, herramientas en mal estado, máquinas sin el suficiente servicio técnico, jornadas más largas y/o intensas, en fin, un sinnúmero de aspectos que hacen a nuestra seguridad y cuidado de la salud.

Como la gota en la piedra, no nos damos cuenta porque cada día no parece tan grave, pero después de cierto tiempo la piedra se raja… y nosotros nos “rompemos”.

Después de un año…

En la Línea 60 la causa por David Ramallo no avanzó prácticamente nada. La patronal busca acusar a los encargados del mantenimiento de los autoelevadores (que al ceder permitieron que el colectivo caiga sobre David), aunque el planteo inicial y todas las pruebas apuntan contra el dueño Marcelo Pasciuto y a toda la empresa. Las condiciones de trabajo son iguales o peores: en la cabecera de Barracas había un compromiso por parte de la empresa para repararla y aún “no pusieron ni un ladrillo” señala un trabajador. En la cabecera de Maschwitz hace un mes una inspección de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) junto al Ministerio de Trabajo detectó 90 puntos de infracción, como cables de trifásica que pasan por el lavadero y el desagüe, techos que se caen, etc. Según nos comentan “está todo dado para que haya otro David Ramallo”.

En INTA Castelar la situación no es muy distinta. Según nos cuenta uno de los delegados, la causa por Diego está estancada principalmente porque la Gendarmería, que realizó peritajes en el lugar, nunca hizo los informes para el juzgado lo que impide que pueda avanzar la investigación. Respecto a las condiciones de trabajo, “empeoraron, porque dentro de INTA, como en el Estado, sigue en marcha el ajuste y eso se ve en las condiciones de trabajo”. Aunque señalan que “luego del accidente de Diego y la lucha, tuvo que intervenir la SRT, y eso empujó a que hagan algunas capacitaciones, cursos y otras cuestiones, que ayudan, pero no van a fondo con el problema”.

Lamentablemente, del caso de Richard Alcaráz es muy difícil tener novedades ya que el gremio -la dura burocracia de Gerardo Martinez de la UOCRA- blinda el tema. Aunque los números oficiales indican que la construcción es uno de los rubros donde más asesinatos laborales ocurren.

La reforma que viene

Cuando escuchamos al gobierno hablar de que “la mano de obra en Argentina es muy cara” o que hay que hacer reformas laborales, se está refiriendo centralmente a este tema. Es decir, que la clase trabajadora venda en peores condiciones -y a menor precio (salario)- su fuerza de trabajo. Es más precarización en la forma de contratación, que nos echen cuando quieran, bajar las indemnizaciones y también bajar el costo en la seguridad laboral (o que incluso si nos accidentamos trabajando nos tengamos que costear nosotros mismos los gastos médicos). Por eso, como insistimos en nuestras páginas, la organización en los lugares de trabajo debe tomar estos temas de manera central. Al igual que la lucha por el salario, es una pulseada abierta por las ganancias que nosotros y nosotras mismas generamos con nuestro trabajo.

La lucha por terminar con este mundo de explotación es también, lisa y llanamente,  la lucha por nuestra vida.

Por Facundo A.

 

A un año de la muerte de David Ramallo, Diego Soraire y Richard Alcaraz
gritemos juntos: BASTA DE ASESINATOS LABORALES

El 9 de septiembre de 2016, David Ramallo (trabajador de la Línea 60), Richard Alcaraz (trabajador de la construcción) y Diego Soraire (trabajador del INTA) murieron en sus puestos de trabajo, víctimas de la codicia patronal, la desidia estatal y la burocracia sindical.

No son casos aislados; son parte de los más de 400 muertos por año en ‘accidentes’ laborales, a los que hay que sumar más de 600 incapacitados (por año) contando sólo a los trabajadores registrados. Sabiendo que los trabajadores en negro cuentan con aún peores condiciones laborales, podemos afirmar que las cifras reales son alrededor del doble.

Estas muertes son la consecuencia del recorte presupuestario de las patronales y algunas podrían haberse evitado si las denuncias de los delegados gremiales de base hubieran sido escuchadas, si las patronales hubieran cumplido con su obligación de proveer a cada trabajador condiciones de trabajo seguras, si los grandes sindicatos burocráticos realmente defendieran los intereses de los trabajadores, si el Estado que debiera controlar las condiciones de seguridad no mirara para otro lado.

Al ser evitables, rechazamos que se cataloguen estos hechos como accidentes: los llamamos ASESINATOS LABORALES y tienen responsables en las patronales y en el Estado que no hace cumplir las normas de seguridad.

Lo que pasó el 9 de Septiembre de 2016 no es algo excepcional: cada día mueren 2 trabajadores en sus puestos de trabajo. Tras la muerte de nuestros compañeros tuvimos que lamentar también las de Matías Kruger (trabajador de Metrovías que muere electrocutado mientras realizaba tareas de mantenimiento en los talleres de la línea H), Gastón Cisterna (trabajador de la Línea 365 que muere aplastado por un colectivo), Julio Obiedo (falleció tras caer en un pozo de un yacimiento petrolero en Mendoza) y Brian Montero (murió aplastado por una viga mientras realizaba trabajos de montaje en la empresa Renova). También los 4 operarios de la empresa estatal SAMEEP en Chaco, murieron mientras realizaban trabajos en una cámara séptica. Y los 3 trabajadores muertos y 7 aún desaparecidos al hundirse el barco pesquero “El Repunte” de Ostramar en Mar del Plata. En julio, murió Valerio Galarz en la metalúrgica DEMA después de sufrir un paro cardíaco. Sus compañeros no pudieron socorrerlo porque el desfibrilador estaba bajo llave en la oficina de los gerentes. Sólo mencionando los casos que lograron trascender en los grandes medios.

Desde el espacio BASTA DE ASESINATOS LABORALES exigimos justicia para los compañeros, denunciamos lo que los grandes medios callan y creamos espacios para formar a los delegados y activistas de base a fin de que puedan accionar más efectivamente en defensa de la vida de los trabajadores.

Por todo esto este 8 de septiembre, a 1 año de la muerte de Diego, David y Richard, convocamos a todos los sindicatos, juntas internas, comisiones internas, agrupaciones y militantes sindicales, organizaciones políticas y sociales, y muy especialmente a todos los familiares de los trabajadores muertos en sus puestos de trabajo, a movilizarnos desde la sede del INTA hasta la SRT por

* Justicia para David, Diego, Richard y todos los compañeros muertos en sus puestos de trabajo.
* Contra la persecución y criminalización a los activistas sindicales. Reincorporación y desprocesamiento de los trabajadores de la línea 60.
* Que las patronales destinen los fondos para seguridad e higiene y se extremen las medidas para cuidar la vida de los trabajadores.
* Contra el desmantelamiento de la SRT como órgano de control.
* Contra las reformas regresivas a la ley de ART y de los convenios colectivos.
* Contra la reforma laboral a la medida de los intereses patronales.

Concentramos en INTA (Av. Rivadavia 1439) a las 10hs, para luego marchar hasta la SRT (B. Mitre 755)

Si se puede evitar, no es un accidente.

BASTA DE ASESINATOS LABORALES.

Familiares de David Ramallo, Familiares de Diego Soraire, Delegados de la Línea 60, Junta Interna de ATE INTA, Taller de Estudios Laborales, Silbando Bembas, Agrupación Clasista Luis Pons – Trabajadores Municipales de Avellaneda. Adhiere: SUTNA

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