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Protesta en defensa de los últimos humedales de Tigre: 'Vamos a sufrir las consecuencias'
Por Comunidad Indígena Punta Querandí - Saturday, Sep. 09, 2017 at 9:43 AM
movimientoendefensadelapacha@gmail.com

Medio centenar de personas nos manifestamos el jueves 7 de septiembre, en la entrada de Villa La Ñata, para denunciar la “avanzada inmobiliaria” contra los últimos humedales de la localidad Dique Luján (Tigre). El punto de la protesta fue Loreto y Arroyo El Claro, a un kilómetro del Automóvil Club Argentino (ACA), de 16 a 19 horas.

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Vecinos de distintos parajes y barrios de esta localidad pero también de Benavidez y Maschwitz llevamos banderas, pancartas y volantes para hacer visible nuestro rechazo a la reactivación de distintos proyectos de barrios privados. También repudiamos la amenaza de desalojo contra Punta Querandí, a raíz de un un juicio iniciado por el empresario Jorge O’Reilly, presidente de EIDICO (http://wp.me/p3kK6f-6F3).

Entre los manifestantes había integrantes de las comunidades indígenas de Punta Querandí (paraje Punta Canal) y Cacique Ramón Chara (Benavidez), el Colectivo Cultural (Ingeniero Maschwitz), el Centro Cultural Am-Tema (Paraje El Faro), la Agrupación Peronismo 26 de Julio y autoconvocados de Dique y La Ñata que en marzo de 2016 presentaron un petitorio al Municipio exigiendo la no aprobación de más barrios privados en la localidad.

El lugar elegido fue la entrada del campo La Bellaca, 60 hectáreas de gran valor ambiental y cultural ya que allí hay tres sitios arqueológicos indígenas, donde la empresa EIDICO comenzó construir el barrio privado Santa Ana. Este proyecto es parte del Complejo Villa Nueva que ya desapareció casi mil hectáreas de humedales, lugares históricos y enterratorios de pueblos originarios.

Otra obra que preocupa es la tercera etapa del proyecto El Yatch de Nordelta, cerca de la rotonda de ingreso a La Ñata y Benavidez (http://wp.me/p3kK6f-6EG). Los vecinos de los barrios linderos saben que estos megaemprendimientos generan mayores inundaciones a los pobladores preexistentes, entre otras problemáticas.

“Fue algo muy hermoso lograr una movilización de tantas personas y llegar hasta ese lugarcito que está medio apartado, entre medio de todos los countries”, señaló Alberto Aguirre (qom), integrante de la comunidad indígena Punta Querandí. “Este avance desmesurado está llevando a la desaparición de gran parte del humedal que es el filtro natural del agua que tomamos, avasallan sitios arqueológicos, la vegetación, el hábitat natural de todos los animales, hacen un desastre ecológico”, agregó.

“Fue un paso muy importante”, evaluó Sandra Janet Espinosa, del Centro Cultural Am-Tema ubicado en la calle El Faro. Una de sus vecinas, Araceli López, agregó: “Somos tantos los que vivimos por acá y vamos a sufrir las consecuencias de estos nuevos barrios altos”. Por su parte, Santiago Chara, de la comunidad qom de Benavidez y también referente de Punta Querandí, relató: “Vimos mucha aceptación de los que pasaban, casi todos agarraban el volante, la gente está tomando más conciencia”.

Dos situaciones explican la reactivación de estos proyectos. Por un lado, el fallo judicial del Juzgado Federal de San Isidro, que prohibía autorizar nuevos emprendimientos, ha sido neutralizado a través de distintas apelaciones (http://wp.me/p3kK6f-6vj). Además, el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires le devolvió a los municipios como Tigre la potestad de aprobar los estudios de impacto ambiental de estas grandes obras, al mismo tiempo que nombró a un directivo de Nordelta al frente del área de ordenamiento urbano dependiente de la Subsecretaría Social de Tierras, Urbanismo y Vivienda (http://wp.me/p3kK6f-6lF).

Más de la mitad del territorio continental de Tigre ha sido ocupado por megaemprendimientos inmobiliarios de barrios privados desde fines de los ’90. Los expertos afirman que más de 10 mil hectáreas de humedales han sido arrasadas por este negocio en distintos municipios de la Cuenca Baja del Río Luján. La superficie perdida equivale a la mitad de la ciudad de Buenos Aires.

PETITORIO

En marzo de 2016, el intendente Julio Zamora recibió un petitorio de más de un centenar de habitantes de Dique, La Ñata, Rialto, Punta Canal y El Faro, que reclamaban no autorizar más barrios privados en la localidad.

“Los vecinos tenemos derecho a decir qué rumbo tienen que tomar nuestros pueblos. Los humedales son parte de la identidad de Dique Luján y Villa La Ñata. No queremos que nuestra localidad se convierta en un ‘pasillo’ entre los megaemprendimientos inmobiliarios. Es una cuestión de supervivencia, estamos siendo acorralados: los barrios privados avanzan desde Benavidez, Ingeniero Maschwitz y Punta Canal”, explicaba el documento.

“Solicitamos a las autoridades municipales no autorizar la construcción del barrio privado Santa Ana en el campo de La Bellaca y frenar este modelo injusto de desarrollo, que desde la década del ’90 y a pesar de los cambios de gobierno, se mantiene. El Municipio de Tigre incentiva las construcciones de barrios privados a pesar del rechazo que genera en distintos sectores sociales y los derechos humanos que son vulnerados con estos emprendimientos, ya que además del incremento en las inundaciones, desplazan a los pobladores preexistentes, se apropian de costas y calles públicas, desaparecen sitios sagrados, destruyen la flora y fauna autóctona, encarecen el valor de la tierra, entre otros problemas”.

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