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Benetton, mapucheland y las disquisiciones bizarras de un periodismo degradado
Por Infonews - Friday, Sep. 22, 2017 at 1:59 PM

Alejandro Balazote y Sebastián Valverde

Benetton, mapuchelan...
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Miércoles 20 de Septiembre

Estamos en peligro. Fuerzas poderosas como las FARC -que pese a haber acordado la paz con el gobierno colombiano- estarían interesadísimas en desestabilizar la Patagonia austral y sofisticados “grupos extremistas kurdos” brindarían apoyo logístico y financiación a la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), convirtiendo a esta organización en una verdadera amenaza para la paz de la Republica.

En línea con esto, distintos mentimedios (robándole el término a Mempo Giardinelli) nos advierten sobre “los nuevos peligros que acechan”. Los mapuche (en armas) configuran la nueva hipótesis de conflicto del Estado nacional del siglo XXI y la RAM (Resistencia Ancestral Mapuche) una versión vintage de la violencia setentista.

Si no fuera por la trágica configuración de un escenario político que incluye la desaparición forzada de Santiago Maldonado, lo desopilante de estas afirmaciones llevaría inevitablemente a la risa.

Pero no debemos engañarnos, la nota de Jorge Lanata publicada en el diario Clarín el domingo 27 de agosto “Un grupo de militantes "sensibles", con toda la cuota de violencia”, no es -como parece- solo el cúmulo de disquisiciones bizarras de un periodista degradado.

Por el contrario, constituye la punta de lanza de una poderosa construcción de sentido que pretende encubrir las auténticas causas del conflicto. Su estructura narrativa configura un recurso cuya eficacia reside en obliterar las verdaderas razones de esta nueva pretendida “avanzada civilizatoria”, que bajo la excusa de poner a resguardo la integridad territorial y la “esencia de nuestra nacionalidad” impulsa un violento disciplinamiento de los pueblos originarios.

Cualquier recurso es válido por ficcional que nos parezca: así se genera un revoltijo de datos falsos articulados siguiendo una matriz (tienta decir una matrix) provista por la historiografía militarista (que sigue reivindicando “la Conquista del Desierto” como nuestro ex Ministro de Educación E. Bulrrich) -presentadas con un lenguaje “cool” y “estilo decontracté” de periodista superado- apunta a deshistorizar, descontextualizar el conflicto y por sobre todas las cosas infundir el odio y el miedo. Mostrar a un grupo de integrantes de la RAM armados con boleadoras como una amenaza terrorista y emparentar sus reclamos territoriales con la pretensión de ISIS de recuperar Al Andalus, no tiene otro objetivo que desviar la atención del tema central que es la enajenación territorial que sufrieron los pueblos originarios.

Discutir las prácticas políticas de la RAM es una celada en la que no debemos caer. No se trata de avalar o criticar su accionar, de lo que se trata es advertir la intencionalidad de poner este punto en un primer plano para evitar discutir (y resolver) los reclamos territoriales del pueblo mapuche, la distribución de la renta agraria, hidroenergética, hidrocarburífera y turística; en definitiva, un relacionamiento distinto de los pueblos originarios con el Estado Nacional. Cuestionar metodologías para deslegitimar reclamos justos es una práctica antigua pero eficaz para conculcar derechos, y el gobierno macrista hace uso y abuso de ella.

En los dos últimos años hemos sido testigos de un claro avance sobre los derechos de los pueblos originarios. Por un lado la reciente modificación por parte del gobierno de Mauricio Macri de la Ley Nacional 26.737/11 “de tierras rurales” -mediante el Decreto del Poder Ejecutivo Nacional 820/2016- eliminando las restricciones para la venta de tierras a extranjeros y por otro la absoluta inacción del Estado nacional (con la complicidad de muchas provincias) en la implementación de la Ley Nacional N°26160 (Ley de Emergencia en materia de posesión y propiedad de las tierras que tradicionalmente ocupan las Comunidades Indígenas originarias del país).

La conformación de este cuadro normativo precariza aún más las condiciones de vida de los pueblos originarios, pero de eso no se habla. Nada de esto es mencionado por los Lanata, Majul, Bonelli y otros cuadros mediáticos cuando des-informan sobre el conflicto mapuche. No es su intención dado que en nada beneficia a los intereses a los que responden.

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