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Explotar a los trabajadores hasta el final, el lema de la reforma jubilatoria
Por Lucía Ruiz, La Izquierda Diario - Tuesday, Nov. 21, 2017 at 11:54 AM

Martes 21 de noviembre de 2017 | Claves de la mayor estafa a los jubilados y a los actuales trabajadores. Haberes condenados a la miseria, jubilación a los 70 años. Lo que nunca falta: regalos a las patronales.

Explotar a los traba...
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El apuro del gobierno por avanzar en un paquete de medidas reaccionarias lo llevó a ingresar al Senado el pasado sábado, a horas de la madrugada, un proyecto de ley previsional que contradice lo sancionado por su propio gobierno en la ley de “Reparación Histórica”.

Allí se otorgaba un plazo de tres años para que un Consejo de Sustentabilidad elabore un proyecto de reforma del sistema jubilatorio. Dicho consejo nunca se conformó, el gobierno pactó el ajuste con los gobernadores y, acto seguido, presentó un proyecto que modifica aspectos esenciales del sistema: la edad de retiro, el mecanismo de ajuste automático de los haberes (movilidad) y el haber mínimo.

Es por ello que ya los medios la denominan “Reforma previsional”, aunque no sea estrictamente aquella que convocó a realizar la anterior ley (que todavía puede empeorar la cuestión), y aunque explícitamente haya dejado por fuera de la deliberación a los principales interesados: los más de 6 millones de jubilados y los 20 millones de trabajadores afectados en el país.

Se trata de uno de los mayores ataques a los jubilados sufridos en los últimos tiempos, un salto en calidad cuyo principal objetivo es que los trabajadores trabajen hasta el cansancio, hasta la última gota de sudor.

De conjunto, todo el paquete de medidas laboral, tributaria y previsional que ingresaron al Congreso resultan en un formidable desfalco de la ANSES, la Caja de los jubilados.

Por qué la ley previsional es un ataque a los jubilados

- Modifica el índice de cálculo de los haberes: establece un índice que se ajusta trimestralmente de acuerdo a la inflación y que una vez por año (en junio), agrega un “plus” consistente en el 5% del incremento del PBI. Esto puede sonar progresivo porque “conserva el valor real de las jubilaciones”, según el texto que entró al Congreso. Sin embargo, en el contexto actual en el que el 90% de las jubilaciones no alcanza a los $16.000 que necesitan los adultos mayores para adquirir una canasta mínima de bienes necesarios (Canasta de Jubilados), un ajuste de las jubilaciones por inflación significa "planchar" las mismas en niveles de miseria. Esto eso, que siempre van a "conservar" el mismo poder adquisitivo insuficiente.

Pero además, según especialistas, con la actual movilidad (que igualmente no carece de falencias), en marzo las jubilaciones se incrementarían un 12%. Sin embargo, con el índice propuesto por el gobierno, las mismas apenas lo harán 5,1%. Para el 65% de los jubilados que cobran la mínima esto significa un incremento de $370. Un insulto.
Asimismo, el incremento se hará con un desfasaje de dos trimestres respecto a la inflación. Por lo tanto, siempre las jubilaciones irán “por detrás” de los precios.

Este incremento rige también para las AUH, las pensiones, las Asignaciones Familiares y muchos otros beneficios sociales. En total, unas 17 millones de personas verán reducido su ingreso real.

- Establece un haber mínimo de 82% sobre el Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) que ya existe en la práctica: Este sólo será una garantía para todos los que logren reunir 30 años de aportes, dejando afuera a las moratorias. Es decir, hoy significa un haber de $7.265, sólo $20 más que la mínima actual de $7.245. Además, incorpora un problema porque van a regir dos “mínimos jubilatorios” que se mueven de distinta manera, uno atado al SMVM, otro al índice de movilidad.

La referencia de la letra del proyecto al “82%” no es casual y promueve a la confusión de que se estarían satisfaciendo históricos reclamos de los jubilados. Sin embargo, la exigencia nunca fue el 82% del salario mínimo, sino el 82% móvil de los últimos salarios en actividad, una diferencia abismal, tanto en el monto de la jubilación que sustituye al salario, como en la movilidad de esta jubilación en función de las variaciones salariales, y no de la inflación.

El objetivo de este reclamo histórico, negado por el gobierno actual y también por el kirchnerismo durante su anterior gestión, es que el haber mantenga la proporción del 82% en relación al salario que cobraría el jubilado si estuviera en actividad.

- Extiende la “posibilidad” de trabajar hasta los 70 años, tanto para hombres como para mujeres. El mensaje remitido al Senado explica que en realidad una persona que logre la edad de retiro (60 años en las mujeres y 65 años en los varones) y que reúna 30 años de aportes, puede ser intimado por la patronal a jubilarse sin consecuencias indemnizatorias. El proyecto propone modificar el límite de edad por el cual la patronal puede obligar al trabajador a jubilarse, si reúne 30 años de aportes, llevando esta edad a los 70 años. El trabajador podrá “opcionalmente” escoger seguir en actividad hasta esa edad, lo que incrementa la opción de 65 a 70 años para las mujeres (que tienen actualmente una opción entre 60 y 65 años) y agrega la opción para los varones de continuar trabajando hasta los 70 años.

La “opción” en realidad no es una elección para los trabajadores que ven que las jubilaciones que van a obtener son muy bajas, después de toda una vida de trabajo.

En los hechos, esta “opción” significa un incremento de la edad jubilatoria, que elimina las diferentes edades para varones y mujeres por las desigualdades existentes en el mercado laboral que son desfavorables para estas últimas.

- La extensión de la edad hasta los 70 años le va a costar gratis al empleador. Si un trabajador varón se jubila y decide continuar en actividad hasta los 70 años, el empleador no deberá abonar contribuciones patronales, sólo la Obra Social y el seguro de Riesgos de Trabajo. Pero para el trabajador-jubilado los años adicionales de trabajo no computarán para una mejora del monto de su jubilación.

- Otro regalo para las patronales: el despido de un jubilado le costará muy barato al empleador, ya que sólo contarán los años a partir del momento en que se jubiló, y no la antigüedad del trabajador en el puesto. Esto es así porque el proyecto establece que la jubilación opera como el inicio de una nueva relación laboral, en caso de que un trabajador ya jubilado reingresa o también si continua trabajando para un mismo empleador.

- Una universalización de la pobreza: como quedó sellado en la mal llamada “ley de Reparación Histórica”, para la gran masa de trabajadores que no logran reunir 30 años de aportes, aun trabajando hasta los 75 u 80 años, debido a su historia laboral de desempleo, trabajo en negro y marginación, el haber que van a recibir será la “Pensión Universal para el Adulto Mayor” (PUAM), que se determinó en un 80% del valor de la jubilación mínima, hoy de $ 5.797. Ya se prevé que la única alternativa, para tan baja pensión, es la de seguir trabajando para que el adulto mayor pueda acceder a los niveles mínimos de vida, y es por ello que esta pensión es compatible con el trabajo.

- Todo el articulado apunta a extender la edad de jubilación. Tanto desde el punto de vista legal, como desde una presión “económica”, al trabajador no le queda otra que completar ingresos con su trabajo. Incluso cuando sus condiciones físicas y de salud ya no lo hacen humanamente posible.

Enfrentar la reforma previsional es una necesidad de todos

Estos cambios que pretende imponer el gobierno de Macri y los gobernadores es un ataque a la clase obrera de conjunto. Elevar la edad de jubilación y bajar en forma real las jubilaciones son un objetivo necesario para “ahorrar” y transferir ese ahorro a los empresarios en forma directa. De una parte, con una histórica reducción de contribuciones patronales (en la Reforma Tributaria) que supone un desfalco de la ANSES, de otra parte, con un robo indirecto a través del “blanqueo” laboral que condona toda deuda, multas y penalizaciones a los empresarios que durante años evadieron el pago a la Seguridad Social (y por ello hoy tampoco la ANSES cuenta con tantos recursos) manteniendo “en negro” a sus trabajadores.

Es una transferencia de riqueza tan obscena que merece un inmediato rechazo por todo el pueblo trabajador. Por los jubilados que hoy están por debajo de la línea de pobreza y se los condena a seguir en esa situación, y por quienes están trabajando y no verán otra perspectiva que engrosar los bolsillos capitalistas.

La CGT ya avaló los planes de ajuste del gobierno al firmar la reforma laboral. Este ataque sobre los jubilados y los trabajadores requiere un plan de lucha urgente con paro y movilizaciones para derribar de conjunto las medidas antiobreras del gobierno nacional y provinciales.

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