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Reforma Previsional: Robo a mano armada
Por Gustavo Galeano, La Voz del Obrero - Tuesday, Dec. 19, 2017 at 3:22 PM

Por Gustavo Galeano, para “La Voz del Obrero” 19/12/2017

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Finalmente se aprobó la Ley de Reforma-Robo a los jubilados.

Mediante un mecanismo de compra de voluntades, promesas de fondos y poco de coacción, el gobierno nacional tejió pactos con 23 gobernadores de las provincias, acordó con senadores y diputados de diferentes partidos políticos y en especial con el PJ, negoció con un doble mecanismo de presión y aportes millonarios a los fondos de obras sociales sindicales al triunvirato cegetista, todo para lograr un ahorro de entre 75 mil 100 mil millones de pesos para el 2018, cifra que aumentará con el transcurso del tiempo.

Un ajuste directo a los bolsillos de los jubilados que coloca peligrosamente a nuestros abuelos al borde de las enfermedades y muerte. La mala atención que sufre el jubilado o jubilada, ya sea en el maltrato en las oficinas públicas, como el Pami, o en la malísima atención en prestadores de salud. Este maltrato constante, esta falta de respeto hoy se ve agravada con un nuevo ajuste, una nueva quita a los pobres ingresos del jubilado, un verdadero tono sin contemplación. Esta es la clase política, la clase sindical que hoy pretende marcar los destinos de un pueblo, que aunque atribulado, desolado no pierde su memoria, esa que corre por las venas, la que hace historia.

Un crimen de semejante envergadura no va a quedar impune. Todo hecho, toda causa tiene su consecuencia. Nada es gratuito en la vida política.

El gobierno de Cambiemos descargó un robo a mano armada, utilizando las fuerzas represivas para amedrentar al pueblo, para causar temor en aquellas fuerzas que rechacen este robo. Descargó una represión a casi un millón de personas que se movilizaron en contra de la mal llamada reforma previsional. Esto tiene un costo.
En estos momentos entramos en un tiempo crítico, lleno de transformaciones. Sin duda que el costo político que va a pagar el gobierno se va a percibir antes que las próximas elecciones presidenciales. Si hubo un voto de sectores populares al macrismo, no fue para darle carta blanca, ni mucho menos para apoyar un robo a los haberes jubilatorios.

Las movilizaciones del 18 y las que vendrán llevan el clima del 2001-2002. El fantasma de la huida de De la Rúa va corporizándose. Pero en esta ocasión tiene un aditivo de calidad, la clase obrera está movilizándose haciendo una experiencia de combate y de reconocimiento de sus fuerzas.

Las direcciones sindicales, funcionales a los planes de entrega y robo del gobierno, apuestan a la alianza con el poder. El alejamiento total de las bases son un quiebre que se visualizan en cada acción del movimiento obrero. El costo político también le cabe a las burocracias sindicales que blanden sobre el ánimo de rebelión el peso de la estructura orgánica, el verticalismo sindical ¿hasta cuando podrán contener a un movimiento obrero que percibe un ataque directo de las políticas estatales? ¿cómo frenar la demanda de las bases cuando no quedan más salidas que acciones directas como el paro y la movilización?

De acá a futuro se está gestando un nuevo panorama. La experiencia de las masas con sus direcciones políticas, de las bases obreras con sus direcciones sindicales, del conjunto con las formas de lucha y reclamó están alimentando el nacimiento de nuevos dirigentes, nuevos fenómenos sociales llenos de democracia y demanda desde los sectores de la clase obrera y sectores populares.

Los próximos hechos que se avecinan tendrán a la clase obrera y sus luchas como motor de la historia.

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