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El mito del Estado sobredimensionado
Por Prensa ATE Nacional -
Friday, Jan. 12, 2018 at 12:48 PM
11 de enero de 2018 | El incremento real del gasto público en el presupuesto Nacional no va hacia la Administración Pública, sino a las Fuerzas de Seguridad.
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¿Es
Argentina un Estado sobredimensionado?
Este mito que muchísimos medios de comunicación se encargan de propagar
entre los sectores sociales de nuestro país tiene sin embargo un muro de
contención: no existe ningún estudio que avale esta teoría.
Los informes más recientes que se han elaborado sobre el
tema indican que la Argentina tiene un
área estatal dentro de los parámetros que otros países, e incluso menor de
aquellos con quiénes se pretende comparar.
Según
publicara un par de años atrás Centro
de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento
(Cippec) en la Argentina el empleo público representa al 18% de los
trabajadores, mientras que países como Francia esta proporción llega al 22%, en
Canadá al 20% y en Reino Unido al 19%.(1)
También
entran en la comparación los países nórdicos, ampliamente reconocidos por el funcionamiento de su Estado donde
Dinamarca y Noruega encabezan la tasa de trabajadores estatales con el 35%
promedio y Finlandia detrás con el 29%.
En el
país paladín del capitalismo, Estados Unidos, este porcentaje trepa a casi el
16%, es pedir poco menos que en nuestro
país y por contrapartida no hay quejas
de su población en cuanto a este porcentaje.
Y aún nos
queda cotejar el promedio de ese enclave de países ricos, la Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), a la que el presidente,
Mauricio Macri, le ha puesto muchas fichas para su ingreso, y que alcanza un promedio de 20% de trabajadores
estatales (2).
Números de trabajadores del Estado
Para
desterrar el mito del Estado sobredimensionado, hay que desmenuzar como es la
composición de esta planta estatal. Como primera medida hay que explicar bien
cuando se habla de trabajadores del Estado.
A cargo del Poder Ejecutivo Nacional están aquellos que son incluidos
dentro del Presupuesto Nacional, esto es de administración central, organismos
descentralizados, Fuerzas Armadas y de Seguridad, Universidades, Poder
Judicial, Poder Legislativo, y empresas pertenecientes al Estado Nacional.
Hecha la
aclaración debajo se describen en miles la cantidad de trabajadores en cada
área:
PEN,
administración central y descentralizada: 208.000
Fuerzas
de Seguridad y FFAA: 212.000
Universidades:
183.000
Poder
Judicial: 32.000
Poder
Legislativo: 15.000
En
empresas del Estado: 120.000
Total
de trabajadores a cargo del presupuesto del PEN: 770.000 (3)
Más allá
de la opinión de Macri y sus propaladores no existen informes reales que
cuestionen la cantidad de trabajadores que dependen del estado. Más bien hay un
consenso unánime de que lo importante está en las funciones que brinda el
estado; y Argentina respecto a muchos países, sobre todo con los
latinoamericanos (en promedio un 12% de su fuerza laboral cumple funciones en
el Estado), con quiénes los detractores nos quieren comparar, atiende
necesidades que otros no ofrecen.
De hecho
nuestro país como pocos en la región y en el mundo ofrece Salud y educación
gratuita, áreas también que tienen una alta incidencia dentro del personal
estatal.
Si como cuestiona
el ministro de Modernización, Andrés Ibarra,
el Estado fue sobredimensionado durante el Kirchnerismo, hay que decir
que Macri durante sus 8 años como Jefe de Gobierno de la CABA ha tenido
porcentajes de trabajadores estatales en la ciudad equiparabables (y sigue estándolo con su
sucesor, Horacio Rodríguez Larreta) a
los parámetros de Nación.
Claramente
el gobierno y muchos medios mienten cuando señalan que es necesario achicar el
Estado y vuelven a mentirnos cuando encubren que detrás de esta movida está el
interés por re direccionar la planta del Estado de áreas de atención hacia
áreas que dependen de las fuerzas de Seguridad.
El PEN y las Fuerzas Armadas y de Seguridad
Así como
el Estado mantiene su promedio de trabajadores (entre el 17 y 18%), en los
últimos años viene creciendo el presupuesto y el personal destinado para las
fuerzas de Seguridad.
A la
salida de la crisis del 2001 las áreas administrativas del PEN superaban en
personal al de Fuerzas Armadas y de Seguridad. Desde entonces el promedio
trabajadores del PEN se mantuvo estable y las fuerzas de seguridad crecieron en
cantidad de efectivos hasta este presentes que lo ubica en alrededor de 212.000
contra los 208.000 del PEN.
Pero en
el crecimiento del área de Defensa hay que hacer una salvedad: mientras la
cantidad de uniformados correspondientes a Ejército, marina y Fuerza Aérea tuvieron
una curva descendiente, la correspondiente a fuerzas de Seguridad subió en
forma más acelerada su cantidad de efectivos.
Según los
datos que el IDEP pudo establecer a través del Presupuesto Nacional, Gendarmería
paso de tener el en 2010 una fuerza de 28.383 uniformados a 38.555 (+36%) en el
2016 (siendo mayor la tasa de crecimiento hasta el 2015), y duplicando el
número de efectivos al año 2003.
En estos
mismos períodos Prefectura pasó de 17.893 a 23.179 agentes (+30%); la Policía
de Seguridad Aeroportuaria de 3.110 a 4.954 (+59%); y la Policía Federal 41.626 a 48.575 (+17%), aunque aquí hay que
aclarar que con el traspaso de parte de esta fuerza a la jurisdicción de la
CABA hoy la fuerza a cargo del estrado nacional consta de 32.000 uniformados.
En estos
mismos períodos los cargos en la administración pública Nacional subieron en
promedio un 20%, o sea que salvo la Policía Federal Argentina, que sube un 17%,
el resto de las fuerzas de Seguridad superan holgadamente en número al área
administrativa (4)
Control a los sectores populares
Luego del
achique del estado y el cambio impuesto por Menem en los ’90, la pobreza en
nuestro país quedó casi clavada en el 30% de la población. Ni las políticas
liberables de Menem y De la Rúa, que desembocaron en la crisis del 2001, ni las
más proactivas estatales que se impulsaron desde el kirchnerismo, ni las del
regreso al liberalismo de Macri, han logrado hasta ahora perforar la marca de
este 30% de pobreza.
La
pobreza dura (atravesada por dificultades laborales, salariales, sanitarias y
de accesibilidad a las oportunidades) quedó instalada principalmente en el
conurbano bonaerense, el cordón sur de la Capital Federal, el Gran Rosario y el
Gran Córdoba.
Sin una
verdadera respuesta social para combatir esta pobreza, para controlar el
descontento de los sectores populares los gobiernos siguientes han recurrido a
la reasignación de las fuerzas de seguridad desde áreas puntuales (Gendarmería
en las fronteras y Prefectura en los ríos, por ejemplo) a puntos de estos
conglomerados poblacionales.
Cierto
sentido de esta militarización se ve en el Gran Buenos Aires y la Capital
Federal con la presencia de más efectivos, más vehículos de fuerzas de
seguridad, cámaras en casi todos los espacios céntricos, centros de monitoreo
en municipios, etc. (5)
En el año
2005 por decisión del gobierno Nacional se crea la Policía de Seguridad
Aeroportuaria, que se encarga del
control de todos los aeropuertos del país. Una manera de alinear al país con
actos de violencia que se registraba en otras partes del mundo pero también
para control interno contra la agitación social por parte de extranjeros.
Ya para el año 2010 (año inmediatamente anterior a la
creación del Ministerio de Seguridad) comienza a incrementarse el presupuesto
destinado para las Fuerzas de Seguridad: En bienes de uso, es decir gasto de
equipamiento (ejemplo armas o vehículos) desde ese 2010 hasta el 2016 en la
Policía Federal sube un 570%, en Gendarmería nacional un 700%, en Prefectura
Naval un 1.449% y en la Policía de Seguridad Aeroportuaria un 141%.
Contrariamente en la Administración Nacional la suba es de 274%, y teniendo en
cuenta que entre los años determinados la inflación trepa al 516%. Es decir que
mientras la Administración Nacional fue descapitalizada el resto de las fuerzas
de Seguridad (salvo la PSA) reciben importantes incrementos de sus partidas
(6).
En pleno
navidad del 2012, la ex presidenta Cristina Kirchner envía gendarmes a las
ciudades Bariloche y Rosario, para controlar los saqueos que se producen a
cadenas de supermercados. En el Gran Buenos Aires ya estaba instalada la
Gendarmería por esos mismos motivos. En
el 2013 en el marco del Plan de Seguridad Federal otros 4.000 gendarmes son
enviados a las calles del conurbano para hacer frente a la crisis (7)
En el año
2007 César Milani, fue puesto al frente de la
Subdirección de Inteligencia del Estado Mayor del Ejército. En su meteórico
ascenso hasta la jefatura del Ejército Milani fue acusado de montar un centro
de inteligencia paralelo. En ese camino trazado como hombre fuerte de la
Inteligencia el presupuesto del sector aumento durante el gobierno de Cristina
Kirchner más del 400%. (8)
A esta militarización gubernamental contra la protesta de los sectores
populares hay que agregarle las policías locales creadas a nivel municipal en
la provincia de Buenos Aires y la policía de la Ciudad de Buenos Aires. Según
el censo 2010 en la Capital Federal vivían 2.891.082 personas,
por lo que en el distrito del entonces Jefe de Gobierno Mauricio Macri, habían
933 policías cada 100 mil habitantes, es decir un uniformado cada 107 vecinos,
cuando la Organización de las Naciones
Unidas recomendaba 2,8 efectivos por cada 1.000 habitantes. Una verdadera
ciudad militarizada.
También
hay que decir que desde la llegada de Macri al poder el presupuesto total para las Fuerzas de Seguridad se ha
incrementado mucho más aceleradamente. El aumento del 400% del presupuesto al
área que a Cristina Kircher le llevó elevarlo en 8 años, fue más que superado
por Mauricio Macri que en sólo 2 años de gobierno lo incrementó en un 476% (9),
gran parte del mismo para reequipar a Gendarmería y las demás fuerzas de
Seguridad Interior. El ex ministro de
Defensa durante el kirchnerismo, Arturo Puriccelli, avalaba estos datos con la
información de que desde el año 2004 Gendarmería había duplicado la dotación de
uniformados. (10)
El ejemplo de Gendarmería
Corriendo a la Policía Federal, Gendarmería es la fuerza de seguridad más
numerosa de las antes mencionadas. La primera operación de Gendarmería fuera
del ámbito de frontera se produjo en el 2003 cuando el entonces ministro de
Justicia, Gustavo Béliz, mandó a la fuerza a intervenir en un conflicto del
Barrio Fuerte Apache. Desde entonces se hizo común que comenzara a patrullar
distritos del conurbano bonaerense y zonas del Gran Rosario.
Con el
tiempo esos 300 gendarmes que inicialmente fueron enviados a cubrir un
conflicto puntual pasaron a ser más de 6.000 agentes de seguridad cubriendo el
primer cordón lindante a la Capital Federal, que de este lado apostó agentes de
la Prefectura.
Estas
crecientes políticas siguen firmes con el Gobierno de Macri. Recientemente
anunció una importante suba presupuestaria para este sector.
El anuncio
de combatir el delito es más que la expresión “retórica” que se da desde el
Poder para justificar la militarización de los grandes conglomerados urbanos.
No es
casual que ni bien asumiera, Macri hizo algo más que una redistribución de
Gendarmería en el conurbano. Dejó atrás la política de su antecesor de enviar
Gendarmería a las ciudades más pobladas para reubicarlos en ciudades donde el
mapa del delito marcaba más caliente.
Para la
“retorica” de Macri disociar pobreza de delito tiene un sustancial beneficio y
es que la gente no asocie que estos hechos están íntimanente ligados a los
cambios socio económicos que se fueron dando desde los años ’90.
En cierto
modo para el gobierno saturar de policías y fuerzas de seguridad zonas densamente pobladas, y donde la pobreza
es una fuente de reclamo y de desazón porque se los mantiene al margen de los
beneficios sociales, implica combatir de primera mano el foco del conflicto. O
sea al descontento popular se lo aplaca con la fuerza de la represión.
Fin de un mito
Al menos
4 cosas quedan demostradas:
- La Argentina no es un
país donde el empleo estatal esté sobredimensionado. Su porcentaje fluctúa dentro de los países
llamados del primer mundo e incluso la OCDE, donde el presidente Mauricio Macri
busca reflejarse.
- Sí
supera en porcentaje a la casi totalidad de países latinoamericanos (el otro
gran contraste que utiliza para demonizar la administración Macri) pero esto
está dado fundamentalmente a partir de mejores servicios básicos que se brindan
a nuestra población , tales como Salud o la Educación, como la presencia masiva
de estudiantes latinoamericanos lo grafican.
- Que
contrariamente a lo que se opina, el mayor crecimiento del personal dentro del
Estado se da en las Fuerzas de Seguridad con indicadores que muestran que,
desde la crisis del 2001, casi han duplicado el número total de personal de
estas fuerzas.
- Que la
operatoria de las fuerzas de Seguridad han pasado desde sus destinos originales
a ocupar la geografía de los grandes conglomerados, hecho que al menos se
registra con firmeza desde los últimos 10 años.
Informe: Alejandro Asis
Colaboraciones:
Horacio Fernández y Mariana Rivolta- IDEP-
FUENTES
(1) y (2) CIPPEC
(3); (4);
(6) IDEP
(5)
Página 12 (día 26-08-2012)
(7)
Infobae (día 31-08-2013)
(8)
Perfíl (día 08-02-2015)
(9) Infobae (día 28-03-2017)
(10)
Telam (día 29-07-2013)
Prensa ATE
www.ate.org.ar/nota.asp?id=11598
El mito del Estado sobredimensionado
Por Prensa ATE Nacional -
Friday, Jan. 12, 2018 at 12:48 PM
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consulta
Por tito -
Saturday, Jan. 13, 2018 at 11:50 AM
Pregunta: los trabajadores del PEN calculados y presupuestados incluyen modalidades contractuales como los llamados art. 9?, por otro lado los contratos laborales con convenios marcos de cooperación, ejemplo ACARA leyes 23283 y 23412 y otros ¿qué número de trabajadores alcanza?
Gracias.