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El Temuco turístico y el Temuco real
Por Pedro Cayuqueo -
Wednesday, Mar. 21, 2018 at 6:42 PM
Es triste lo que hemos visto en los últimos días en Temuco, estos apaleos policiales contra mujeres mapuche, jóvenes y adultas mayores, vendedoras de productos agrícolas y quienes desde que tengo memoria han estado allí, comerciando en las calles céntricas de la ciudad. ¿Qué hay detrás de estas polémicas ordenanzas municipales? ¿Acaso solo regular el comercio ambulante? ¿Desconoce el alcalde el Convenio 169 de la OIT que mandata al Estado y las instituciones resguardar las prácticas económicas propias de los pueblos originarios?
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Este conflicto no es reciente. Ya en 2009, un año después de asumir Becker la alcaldía, me tocó reportear para revista Punto Final la lucha de las horticultoras de Truf Truf expulsadas de un sector de la Feria Pinto, el "tradicional" recinto de verduras de Temuco. Pero hay algo que se debe transparentar; allí no necesariamente venden productos pequeños comerciantes mapuche. Allí operan verdaderas mafias que aseguraron puestos y permisos municipales tras la última remodelación. Un solo dato, menos del 30% de los locatarios de la Feria son hoy productores mapuche. Entonces, ¿qué queda para muchas lamngen y ñaña que viajan a diario con sus productos desde comunidades aledañas a la capital regional? Las calles.
Pero el tema sospecho es mucho más profundo. Y poco tiene que ver con las vendedoras de verduras o los ambulantes con sus baratijas de plástico. Es el racismo de una administración municipal que pareciera buscar, a toda costa, limpiar de mapuche el sector centro de Temuco. Todo apunta en ese sentido; la negativa del alcalde Becker por años al izamiento de la bandera mapuche en recintos municipales (medida que han tomado al menos treinta municipios en todo el país, incluida su vecina Padre Las Casas), la torpe persecución de los cochayuyeros y ahora las lamngen detenidas y apaleadas frente a transeuntes que miraban la escena sin chistar.
Y es que para muchos Temuco sigue siendo aquel viejo fuerte militar de Frontera en permanente zafarrancho por los "indios", asediada por aquel "cordón suicida" de reducciones tal como denunciaba su elite blanca y europea en los años 40'. Una ciudad que todavía es incapaz de mirarse en el espejo de su morenidad y desde allí contruir un espacio común. Lo mapuche en Temuco pareciera solo valer para fines turísticos, como cínica propaganda de una multiculturalidad que no es tal. Lo mapuche como atractivo de feria costumbrista, los ponchos en el Mercado, la ñaña vendiendo huevos frente a la estación de trenes, como aquella célebre postal de antaño. Si el alcalde Becker quiere transformar la ciudad en la Alabama de los 60', ya sabemos quienes serán las Rosa Parks de esta historia. Lo serán esas ñañas que una y otra vez, porfiadamente, volverán a vender sus productos en esa calle, en esa esquina. No podemos dejarlas solas.
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