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Identidad: el orgullo de una infancia trans
Por Valentina Litt, LID - Thursday, Jun. 28, 2018 at 11:33 AM

Miércoles 27 de junio, por Valentina Litt, trabajadora estatal La Plata |Por infancias libres, diversas y respetadas. Porque son las futuras generaciones de un legado que sigue en lucha por una vida que merezca ser vivida.

Identidad: el orgull...
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ilustaciones: José arturo Peñaloza, Ana Laura

En nuestro país la conquista de leyes tales como el matrimonio igualitario, la ley de Educación Sexual Integral (ESI) y, más recientemente, la ley de Identidad de Género, muestran el avance obtenido siempre a partir de la incansable pelea del colectivo LGTTTBI, acompañados también por sectores del movimiento de mujeres y organizaciones políticas.

Ahora bien, la igualdad ante la vida es mucho más que la igualdad ante la ley.

En 2013 fue emblemática la historia de una niña trans, Luana, que con el acompañamiento de su mamá, Gabriela Mansilla, obtuvo su DNI sin que medie acción judicial. Tal como cuenta Gabriela en el libro Yo nena, yo princesa, la identidad de género es un proceso, una construcción que nada tiene que ver con el sexo asignado al nacer, el que siempre está acorde a la genitalidad y por lo tanto a la heteronorma.

Aceptar y respetar a las infancias en su diversidad es un enorme paso para estas futuras generaciones que tienen a cuestas años de postergación y de exclusión. Y también es una ruptura y un enorme aprendizaje para los adultos que forman parte de la vida de estxs niñxs: madres, padres, familiares, docentes y profesionales de la salud.

Ruptura con los prejuicios, con visiones patologizantes y con el rol represivo de la educación que imparten sobre todo las instituciones ligadas a la Iglesia. Y un aprendizaje acerca de cómo desde la más temprana edad, los deseos y elecciones no tienen por qué ser amoldados a la moral ni al binarismo hombre/mujer imperante en este sistema.

Al día de hoy existen no menos de cien familias que acompañan a sus hijxs en este proceso. Y desde este espacio, en el marco de la conmemoración de un nuevo 28 de junio, queremos darle voz a esas experiencias.

La Izquierda Diario comparte el testimonio de Verónica, trabajadora docente de Neuquén, que cuenta su experiencia en esta pelea para que la identidad de género de sus hijxs se respete y visibilice.

“Hay otras formas de comprender el mundo”

Mi nombre es Verónica Alaria, tengo 47 años y nací en Neuquén capital. Estoy casada hace 25 años con Néstor Aguayo. Soy docente y madre de tres niñes. Camila de 19 años, Luciano de 16 y Serena de 9 años. Serena, nuestra hijita menor, es una niña transgénero. Cuando yo estaba cursando mi tercer embarazo con Camila, Luciano y Nestor fuimos a hacer la ecografía, interesados por conocer el sexo. cuando el médico nos preguntó si queríamos saberlo dijimos que sí, entonces mostró un pene y dijo: “Miren”. Yo pregunté si podía haber algún error y él dijo: “No, no, pene, testículos” y señaló: “Es un nene, esperan un varón”.

A partir de ese momento preparamos todo para recibir un varón: inmediatamente lo pensamos en la habitación de Luciano, con el acolchado celeste, con la pintura de las paredes acorde en colores celestes y azules, compramos su ropita de bebé de varón, elegimos su nombre: Bautista.

Fue un bebé hermoso, trajo mucha alegría a la familia. Veníamos de una situación difícil: una enfermedad de Luciano, así que fue una gran alegría ese bebé. Y cuando pudo empezar a expresarse, cuando pudo empezar a elegir, alrededor de los dos años, sus juegos, juguetes, la ropa, empezó a elegir lo que llamaríamos del mundo femenino. Se ponía cosas en la cabeza y simulaba que tenía el pelo largo, se ponía zapatos míos, y también mis vestidos. Cuando empezó a pedir juguetes, directamente pedía juguetes que consideramos de niña, pedía vestidos de princesa, armaba casitas, jugaba a la mamá y preguntaba cuándo iba a ser una niña.

Nosotros le decíamos que por qué quería ser una niña si era un niño y decía que porque le gustaban las cosas de nena. Entonces le decíamos que podía ser un niño y gustarle las cosas que en el mundo se consideran de nena y le hablábamos que no hay cosas de nenas y varones, sino que es lo que nos hacen creer y que podía elegir, vestirse, jugar. Que no había ningún problema en que eligiera lo que le gustaba.

Cuando empezó el jardín, comenzó a tener dificultades y esto tiene que ver con lo social. Por ejemplo, usaba un vestido como el que usaba en casa, allí se iba al rincón de la casita y las nenas le decían que se fuera porque era un nene, entonces con esa misma ropa se iba al rincón de constructores y ellos se reían porque decían que tenía ropa de nena. Así es como comenzó a sentirse mal. Nosotros empezamos a hablar con la maestra y eso se fue trabajando en grupo.

En primer grado nos acompañó una docente maravillosa, porque en ese momento Bauti empezó a plantear claramente sus elecciones. Eligió formarse en la fila de las nenas y fue acompañado durante ese tiempo.

En segundo grado nos pidió una psicóloga, algo que ya había pedido de más pequeño, diciendo que tenía problemas. Uno de esos problemas era que cada vez le gustaban más las cosas de nenas y que él no entendía por qué, y el segundo problema era que una reacción que tenía era llorar sin parar, un llanto con mucha angustia y también trastornos de sueño. Ahí lo llevamos a la psicóloga y hubo más permisos con la ropa.

Le planteamos qué quería para ser feliz y nos pidió el pelo largo, usar a diario ropa de niña. Fue haciendo su transición rápidamente y a estar muy feliz de que se le reconociera quién era. Luego comenzó a cambiar su nombre, nos dijo que Bautista era un nombre muy lindo pero que cuando lo decidimos, nosotros no sabíamos que ella era una nena y tiempo después nos contó que había elegido su nombre y nos dijo: “Yo soy Serena Catalina Aguayo Alaria”, lo eligió para su DNI y también eligió doble apellido. Al poco tiempo, quiso tener su DNI con su nombre.

Fue así que nos contactamos con Daniela Maidana, mamá de Julián, un niño transgénero, con la que compartíamos el grupo de Whatsapp “Infancias Libres”. En ese momento, aquí en la provincia no andaban muy bien esos temas… así nos conocimos con Daniela y nos hermana para siempre la lucha porque se visibilicen las infancias trans.

El trámite del DNI nos costó bastante, nos pedían informes psicológicos y de la escuela, nosotros nos negamos a hacer cualquier tipo de informe, nos atuvimos a la ley, trabajamos con la dirección de Diversidad de Neuquén, presionamos y por último amenazamos que íbamos a hacer algo más, directamente con los medios.

Salió un dictamen, para ello trabajamos con la Secretaría de Niñez. Porque la Ley de Género habla en su artículo 5° de cuatro figuras que son: el niño, sus tutores legales, y el abogado del niño. Esta última figura no existe en Neuquén y fue por ello que hubo tantos problemas. Entonces actuó la Secretaria de Niñez, para mediar esta faltante, donde se hizo un dictamen que fue muy interesante que destaca la Convención de los Derechos del Niño y la Ley de Identidad de Género. Con eso y con presión de nuestra parte se obtuvo la rectificación de la partida y que Serena tenga su DNI y al poquito tiempo también lo tuvo Julián.

Después de todo ello, con Daniela y mi marido nos propusimos comenzar a trabajar en la visibilización, empezar como infancias trans, pero nosotros sabemos que es permitir a las infancias vivir fuera de estas imposiciones binarias, heteronormativas, tan patriarcales, que marcan la elección de un género o el otro y permitir que sean nuestros hijes los que nos muestren quiénes son y quienes quieren ser. Decidimos denominarnos un grupo para empezar a pensar, reflexionarnos y actuar, elegimos el nombre Nuevas Crianzas y recién ahora estamos comenzando con esto. Nos parece muy importante concientizar a nivel familia.

Y el otro gran eje muy importante son las escuelas, que los docentes puedan estar capacitados en dos leyes básicas: la ley de ESI y la Ley de Identidad de Género. Pensamos en charlas no solo de sensibilización sino también de capacitación, y en función de ello hemos hecho algunas jornadas con el gremio de Neuquén que es Aten. La última jornada la hicimos con el gremio Unter de Río Negro. Fue en Cipolleti, una capacitación para 160 docentes que estaban muy interesados en la temática.

Es nuestra idea continuar concientizando, hablando y visibilizando las infancias como un espacio en el que se permita crecer, aprender y ser y que esto sea respetado. No estamos de acuerdo en conformar asociaciones u organizaciones, nosotros queremos ser familias en la plena libertad de crecer en el acompañarnos, contenernos y poder concientizar y criar lo más libremente posible y acompañamos en la crianza también. Nos reunimos dos sábados por mes, nos acompaña un pediatra y próximamente se van a sumar otros profesionales, como una psicóloga, para acompañar este transitar de estas familias.

Este es un camino que recién comienza, esta oportunidad que nos dieron nuestros hijes de romper primero nuestra propias estructuras. En mi caso como mujer, como familia y que hay otras formas de comprender el mundo y que estos niñes lo vienen mostrando de manera tan clara, segura y conscientemente.

Orgullo

Este testimonio da cuentas de por qué es tan importante organizarnos, no sólo por las cuestiones de opresión que este sistema patriarcal, heterosexista y machista nos depara, sino también contra la explotación que recae sobre los trabajadores y trabajadoras, más aún cuando nos dicen que no hay plata para salud vivienda y educación, que tenemos seguir pagando una deuda que no nos corresponde y que no se les toca un peso a los enormes subsidios que recibe la Iglesia.

Esta institución es la primera en fomentar prejuicios inverosímiles como lo vimos ante el debate por el derecho al aborto legal seguro y gratuito.Y odia profundamente a quienes eligen construir su identidad de género y sexualidad, por fuera de los “sagrados”mandamientos.

Por todo esto, hagamos como lxs miles de jóvenes que ganaron las calles por el aborto legal, seguro y gratuito, para que también se aplique la ley de Educación Sexual en sus escuelas, por eso reclaman también la separación de la Iglesia y el Estado.

Este jueves 28 de junio se realiza la marcha con la consigna #BastaDeTravesticidios. Cabe recordar a 49 años de Stonewall, que todos los derechos los conquistamos en las calles. Volvamos a ganarlas.

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