Dicen que un eufemismo es una manifestación decorosa de ideas que suele ocultar expresiones duras, incómodas, desagradables. Un decir políticamente aceptable que suaviza las connotaciones severas que entraña la realidad.
El gobierno de Cambiemos es un compendio de eufemismos.
Con su política de libre mercado, fuga de capitales, devaluación, inflación y feroz endeudamiento ha desatado una crisis fenomenal coronada con la entrega al Fondo Monetario Internacional: imposiciones que sólo prevén para nuestro pueblo un escenario de recesión despiadada, si es que se llegan a cumplir las metas; o de caos económico, si es que no se cumplen.
En el lenguaje del gobierno, esta es la tormenta. Eufemismo con el cual se equipara la política con un suceso natural, inesperado, inevitable e inmanejable. De este modo, se instala que nadie es responsable aunque pocos (y muy bien identificables) sean los beneficiados por ese “fenómeno”.
A nivel global, el gobierno de los EEUU está dinamitando las bases del comercio internacional. Necesita para ello de un escenario bélico en el que las construcciones artificiales de enemigos internos en cada país los habilite a marcar la agenda militarista, a desparramar bases militares y a comandar las respectivas Fuerzas Armadas para asegurarse el dominio libre de cualquier resistencia a la opresión que postulan.
En el lenguaje del gobierno, esto es volver al mundo. Eufemismo con el que se pretende encubrir el alineamiento incondicional con las políticas de sometimiento para los países periféricos que se discuten en el Grupo de los 20.
El G20 es un foro integrado por los países más ricos del mundo y que representan el 85% del movimiento económico mundial y que Argentina integra (si bien con diferente protagonismo desde finales de los 90) por resultar una de las tres economías emergentes más importantes de América Latina junto a México y Brasil (que también forma parte de ese foro). A partir de la crisis global del 2008, el G20 incorpora en su mesa al FMI. Los principales ejes que caracterizan al desarrollo capitalista entran en discusión en este foro. Dos destacan a la Argentina: la marcha de las economías emergentes y la cuestión del terrorismo.
El próximo cónclave mundial se hará en nuestro país a fin de año, por eso este viernes llega a la Argentina la directora del FMI Cristine Lagarde, para inspeccionar y supervisar la aplicación de sus conocidas recetas antipopulares y devastadoras, y además, participando activamente del diseño de un aparato de seguridad que garantice la realización del encuentro ante la segura reacción popular con la que nuestro Pueblo expresará su repudio.
No es una casualidad que se haya instalado nuevamente la discusión sobre el rol de las FFAA en el marco de la seguridad interior. Ni que la ministra de seguridad haya declarado que es necesario darse una nueva política de “ocupación territorial” en la materia, ni que el presidente Macri haya planteado “acomodar el nuevo rol de las FFAA a las demandas del siglo XXI y a las nuevas amenazas que se ciernen sobre nuestros países”.
El gobierno de Cambiemos está haciendo los deberes: no sólo postula la modificación del decreto 727/2006 que limita el actual rol de las FFAA, sino que también tiene en carpeta el anteproyecto de reforma al Código Penal que incluye un replanteo del paquete de leyes antiterroristas y un capítulo especial de agravamiento de todas las figuras que impiden el ejercicio del derecho a la protesta. A ello, debe sumarse la aprobación en el Senado de la reforma al Código de Procesal Penal: con la modalidad flagrancia permite el rápido encarcelamiento del que protesta y legaliza el espionaje interno destinado a desbaratar cualquier modo de organización de la resistencia.
El eufemismo que aquí se utiliza es el de guerra al terrorismo.
En este contexto se debe entender la suba del salario al 20% que el estado le otorgó a los militares, aumentando así una vez y media el ofrecimiento original que era del 8%.
En este contexto es que se deben entender las presiones que las FFAA ejercieron para obtener esa trascendental mejora.
Y en ese mismo contexto, también debe entenderse la amenaza concreta de la Ministra Bullrich: “no podemos gobernar con el espejito retrovisor mirando al pasado, necesitamos que los militares se inserten en la democracia”.
A eso vino el gobierno de Cambiemos, a cumplir el rol específico del estado: administrar y resguardar los intereses de las clases dominantes que en muchos casos (como el del mismísimo Presidente) son sus propios intereses. Con el diseño de un poder ilimitado para reprimir, integrado a una especie de megapolicía mundial que, poco a poco, va legalizando hasta lo ilegal y consagra una lógica de la excepcionalidad que avanza sobre los pobres del nuevo orden, el enemigo que han prefigurado desde los tiempos del Plan Cóndor hoy lleva el eufemismo de guerra no convencional.
Y es en este contexto que no olvidamos que formamos parte de un Pueblo con historia que no se entregará, resistiendo en todos los frentes y ganando las calles como lo hicimos el 18 de Diciembre.
Contra la política de hambre y represión de Cambiemos, el FMI y el G20: ORGANIZACIÓN y LUCHA, sin eufemismos.
CORREPI
Fuente: http://www.correpi.org/2018/la-tormenta-la-crisis-la-economia-argentina/